César Salas
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César Salas Zamora. Miembro del Ejército Libertador, quien desde muy joven conspiró contra el despotismo español y luego se alzó en armas ingresando en las fuerzas mambisas.
Síntesis biográfica
Infancia
Nació el 4 de agosto de 1858 en la casa marcada con el número 35 de la calle San Gonzalo (actual Plácido), en la ciudad de Sancti Spíritus. Hijo del Licenciado Indalecio Salas y Carolina Zamora.
Su niñez transcurre en el ámbito de la llamada “Tregua Fecunda”. Muy joven aún, le inquietan los ideales de Serafín Sánchez y Honorato del Castillo, ejemplos que influyeron en él notablemente.
En los primeros meses del año 1895, José Martí y Máximo Gómez están en Santo Domingo (Monte Cristo); ambos han coincidido en una nueva estrategia política revolucionaria. Con ellos está César Salas Zamora.
Martí y César Salas
La vinculación de Martí con el revolucionario espirituano fue en febrero de 1895, en vísperas ya de su incorporación a la manigua redentora. En esas circunstancias, el Apóstol conoce al joven César Salas Zamora amigo íntimo de Panchito Gómez Toro, ansioso como él de poder participar en la Guerra Necesaria. Cuando Martí lo conoce el joven era ya un conspirador probado, valiente y responsable y gozaba de toda la confianza del general Máximo Gómez.
Fue tanta la confianza que les inspiró a Martí y a Gómez, que lo designan tesorero local del movimiento revolucionario. A Martí le hace ver su valor y le demuestra su utilidad con creces para la causa cubana. Por derecho propio, gana un puesto en el bote junto al Apóstol y con Gómez, en la expedición que los traería de vuelta a la Patria el 11 de abril de 1895, de la que también formaron parte, Ángel Guerra, Paquito Borrero y el dominicano Marcos del Rosario.
En su diario de Campaña (9 de abril), escribe Martí “…más chubasco. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo proa. Salas rema segundo…”
Constantemente Martí hace mención del joven César cuando dice”…César me cose el Tahalí…” y a menudo emite juicios, tales como este ”…es hombre de oro, sembrador ingenioso, con mano para el machete y el pincel e igual capacidad para el sacrificio, el trabajo y el arte.
Todo parece indicar que fue César Salas Zamora el último espirituano en ver a José Martí con vida, pues lo acompañaba, como Teniente Alférez adscripto a la Escolta del General en Jefe, cuando ocurrió el desastre de Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.
Posteriormente a la caída en combate de José Martí en Dos Ríos, César pasa a la escolta del General en Jefe Máximo Gómez, quien le asignó la tarea de ir a buscar a su hijo Panchito Gómez Toro a Santo Domingo, en abril de 1896. Los dos jóvenes se encuentran preparando su viaje hacia Cuba, pero distintos contratiempos se lo impiden. Logran embarcarse el 31 de agosto en el buque Three Friends, en Jacksonville, Estados Unidos. El desembarco en costas cubanas, se produce el 8 de septiembre por la Ensenada de Corrientes, en la costa sur de Pinar del Río (María la Gorda).
Los azares de la guerra separan a estos dos jóvenes amigos y fervientes combatientes. Panchito cae en San Pedro de Punta Brava el 7 de diciembre, junto al mayor general Antonio Maceo, mientras que el espirituano está de operaciones en otra parte de la Isla al mando del teniente coronel Sánchez Clavel.
Muerte
Cayó el 30 de marzo de 1897 con el grado de Capitán en Tunas Nuevas, provincia de Matanzas. Al conocer la muerte de César, Máximo Gómez, a quien quería como un hijo, expresó:
