Cable Telegráfico Transatlántico

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Mapa del cable transatlántico de 1858.
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Cable telegráfico transatlántico

Un cable telegráfico transatlántico es un cable submarino a través del océano Atlántico, utilizado para la comunicación telegráfica.


Descripción

A mediados del siglo XIX el telégrafo era técnicamente una realidad: ya se podían emitir alrededor de 150 palabras por hora. Sin embargo, todavía los medios masivos de comunicación no parecían entender la importancia de este nuevo recurso que iba a acercar naciones y continentes.

Precedentes

En 1833 Gauss realizó el primer prototipo de un telégrafo2, y en la segunda mitad de la década de 1830, gracias a los británicos William Cooke y Charles Wheatstone, y al estadounidense Samuel Morse, el telégrafo entró en servicio. Las comunicaciones telegráficas mediante código Morse se volvieron comunes. En 1840 la red telegráfica terrestre comenzó a extenderse rápidamente por Europa y los Estados Unidos.


Después de esfuerzos infructuosos, el 27 de julio de 1866 se completó un cable que verdaderamente tuvo éxito. Este unió a Irlanda con Terranova.

Aunque Inglaterra inició la ingeniería con cables submarinos, el comerciante estadounidense Cyrus W. Field persistió haciendo esfuerzos que por fin resultaron en tender el primer cable atlántico que dio buenos resultados.

Al fin y al cabo, llegó a ser un esfuerzo unido de los gobiernos de Inglaterra y los Estados Unidos. De ambos lados algunos de los financieros, oceanógrafos, telégrafos y científicos más célebres del mundo colaboraron en esta empresa. Los talentos de estos hombres resultarían indispensables debido a las profundas fosas submarinas que se encontrarían en medio del Atlántico. Aquí la cordillera más grande de la Tierra se extiende por 1.600 kilómetros de longitud y 800 kilómetros de ancho, completamente sumergida.

Si Field y sus asociados hubiesen sabido de antemano de los muchos años de problemas financieros y desastres que les esperaban al colocar el cable, es muy posible que se hubieran retirado durante sus primeros esfuerzos. Los destrozos de cable, el tiempo adverso y los enredos del cable en el aparato de arriarlo de los barcos constantemente impedían el proyecto. A veces cientos de kilómetros de cable roto, cuyo costo ascendía a una fortuna, fueron abandonados en el fondo del mar. Después de 30 esfuerzos, lograron halarlo a la superficie, someterlo a pruebas y empalmarlo con cable nuevo. Esto completó la porción de occidente a oriente. Con la unión de los extremos de los dos cables en Terranova, llegó a existir un circuito submarino de más de 6.400 kilómetros. Se enviaron señales claras a través de esta distancia. Lo único que se necesitaba para cargar este cable era una batería simple hecha de un dedal de plata que contenía unas cuantas gotas de ácido. Desde ese tiempo, la comunicación de dos direcciones entre los dos continentes nunca ha cesado.

Desde 1866 en adelante, los cables se extendieron rápidamente a través de los océanos del mundo. Para finales del siglo, 15 cables se habían tendido a través del Atlántico. Algunas secciones de estos cables originales todavía están en servicio.

Velocidad de transmisión

Inicialmente, los mensajes los enviaba un operador en código Morse. La recepción era de muy mala calidad en el cable de 1858, y se necesitaban dos minutos para transmitir un solo carácter (una letra o un dígito), una tasa de alrededor de 0,1 palabras por minuto. Esto era a pesar del uso de la alta sensibilidad del galvanómetro de espejo, una nueva invención de la época. El primer mensaje en el cable de 1858 necesitó 17 horas para transmitirse.20 En el cable de 1866, los métodos de fabricación de cable, así como el envío de mensajes, habían mejorado sensiblemente. El cable de 1866 podría transmitir ocho palabras por minuto21 - 80 veces más rápido que el cable de 1858. Heaviside y Michael Pupin en las décadas posteriores descubrieron que el problema era un desequilibrio entre la inductancia y la reactancia capacitiva, y podía ser resuelto por una cinta de hierro o mediante la carga de bobinas. No fue sino hasta el siglo XX que la velocidad de transmisión de mensajes a través de cables transatlánticos llegó hasta 120 palabras por minuto. A pesar de las limitaciones, Londres se había convertido en el centro mundial de las telecomunicaciones. Con el tiempo, no menos de once cables irradiaban desde Cable Station de Porthcurno cerca de Land's End y formaban con sus vínculos con la Commonwealth "en vivo" faja alrededor del mundo.

Repetidores

Los cables originales no estaban equipados con repetidores (lo que habría amplificado la señal en el camino) porque no había manera práctica de colocar los relés. Cuando la tecnología avanzó fue posible instalar relés intermedios.

Fuentes

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