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Según los planos de Bautista Antonelli, la planta, adaptada a las irregularidades del terreno, es trapezoidal. Los muros están hechos con piedras talladas en sillares y son anchos e inclinados. Las murallas miden 15 pies de altura y de diez a doce de grueso y veinte pies de terraplén, con tres baluartes, los de Antonelli y Quintanilla que dan hacia la tierra y el de Tejeda que da al mar. Además tiene dos semibaluartes, de San Vicente y San Lorenzo, que finalizan en los arrecifes. Contaba con alojamiento para sesenta hombres de guarnición, pabellón para oficiales, cocina, la casa del capitán, aljibe, almacén de efectos de artillería, con cinco piezas, calabozos y una capilla, además de agua corriente desde la Chorrera hasta dentro del fuerte.
 
Según los planos de Bautista Antonelli, la planta, adaptada a las irregularidades del terreno, es trapezoidal. Los muros están hechos con piedras talladas en sillares y son anchos e inclinados. Las murallas miden 15 pies de altura y de diez a doce de grueso y veinte pies de terraplén, con tres baluartes, los de Antonelli y Quintanilla que dan hacia la tierra y el de Tejeda que da al mar. Además tiene dos semibaluartes, de San Vicente y San Lorenzo, que finalizan en los arrecifes. Contaba con alojamiento para sesenta hombres de guarnición, pabellón para oficiales, cocina, la casa del capitán, aljibe, almacén de efectos de artillería, con cinco piezas, calabozos y una capilla, además de agua corriente desde la Chorrera hasta dentro del fuerte.
 
[[Image:SanSalvadordelaPunta.jpg|thumb|right|Fortaleza San Salvador de la Punta, La Habana]]  
 
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Después de la reconstrucción de Cristóbal de Rodas, la estructura del Castillo quedó de la siguiente manera: un cuadrilátero con cuatro baluartes en cada ángulo y sus flancos regulares. Dos dan al mar, San Lorenzo y Tejeda, y dos hacia la tierra, Antonelli y Quintanilla. Los lienzos o cortinas intermedias tenían aproximadamente cuarenta varas de largo. La cortina que daba al mar, entre los baluartes Tejeda y San Lorenzo, se atrajo más hacia la tierra. Se mantuvo la habitación del comandante, alojamiento para sesenta hombres, capilla y calabozo.
  
 
Un cuerpo de guardia se encuentra a la izquierda del local de entrada, que conduce a la plaza de armas. Desde ella se accede a varios locales, entre ellos uno alargado, cubierto por una sólida bóveda de piedra con respiraderos, posiblemente almacén de pólvora, y una rampa que conduce al terrado.  
 
Un cuerpo de guardia se encuentra a la izquierda del local de entrada, que conduce a la plaza de armas. Desde ella se accede a varios locales, entre ellos uno alargado, cubierto por una sólida bóveda de piedra con respiraderos, posiblemente almacén de pólvora, y una rampa que conduce al terrado.  

Revisión del 14:39 18 jun 2012

Castillo de San Salvador de La Punta
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Cuba Bandera de Cuba
La punta1.jpg
Patrimonio de la Humanidad
Fundación:Siglo XVI
País:Cuba Bandera de Cuba
Sede:Cuba
Dirección:La Habana

Castillo de San Salvador de La Punta. Se alza a la entrada del Puerto de La Habana, hermanado desde sus orígenes con el Castillo de los Tres Reyes del Morro y el Castillo de la Real Fuerza, formando parte del primer sistema defensivo de La Habana. Estas tres fortificaciones aparecen en el escudo de la ciudad.  El trazado de la fortaleza data de las últimas décadas del Siglo XVI, obra del ingeniero militar Bautista Antonelli. La construcción estuvo a punto de ser detenida en varias ocasiones debido a impedimentos económicos y contradicciones entre Antonelli y las autoridades de la isla; asimismo, en diferentes épocas fue sometida a modificaciones estructurales. Después de una reparación capital, a finales del Siglo XX, se instaló en el castillo el Museo San Salvador de La Punta. Declarado en 1982 Patrimonio de la Humanidad junto al centro histórico y al sistema de fortificaciones de La Habana.

Antecedentes

Durante la primera mitad del siglo XVI se prohibía en San Cristóbal de La Habana cortar leña en los bosques que rodeaban la villa y hacían imposible el acceso a ella desde la zona de la Chorrera, para evitar así crear nuevo caminos que pudieran servir a los piratas.

El 10 de octubre de 1550 el cabildo habanero acordó desmontar el camino entre la antigua fortaleza de Hernando de Soto hasta la Chorrera, para hacer más efectiva la artillería y a su vez, limpiar la manigua existente a las puertas del poblado.

Después del ataque del pirata francés Jacques de Sores, en febrero de 1556, se establecen velas (vigías) en la entrada de la bahía, por sotavento, en un lugar que ya nombraban la Punta. En 1565, mediante Real Cédula, se ordena construir un torreón que tendría seis piezas de artillería y una guarnición de 25 a 30 hombres.

El 21 de enero de 1567, Pedro Menéndez de Valdés, adelantado de la Florida y encargado de las defensas visita el emplazamiento, pero según Emilio Roig de Leuchsenring, en realidad no es hasta 1572 cuando se construyen una especie de cestones en la Punta, y el 27 de febrero de 1582, Gabriel de Luxán concluye las trincheras de defensa.

Durante el período de Diego Fernández de Quiñones en la alcaldía habanera, se construye en la Punta una trinchera con una plataforma de fagina y tierra que un temporal destruye. En 1584 se erigió un fuertecillo de piedra y arena, donde se ubicaron 8 piezas de hierro colado.

Historia

Archivo:ElCastilloaprincipiosdelSigloXX.jpg
El Castillo a principios del Siglo XX

En los proyectos de sistemas defensivos de las ciudades coloniales del Caribe, intervinieron el maestre Juan de Tejeda y el ingeniero militar Bautista Antonelli, quienes arribaron a Cuba el 2 de julio de 1587.

El plan defensivo de la isla estaba formado por sistema de velas y señales de avisos, plataformas, trincheras, caminos cubiertos, puestos de observación de madera y torres.

El primer sistema defensivo de La Habana se sustentaría en tres edificios: el Castillo de la Real Fuerza, que ya estaba construido, el Castillo de San Salvador de la Punta a la entrada de la bahía, en sotavento y el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro en la costa de barlovento. Ellos permitiría divisar cualquier peligro en las costas y cruzar fuegos si un barco intentara tomar el puerto.

Por mandato del Rey, Tejeda eligió a Diego de Quintanilla como alcaide del Castillo de San Salvador de la Punta, y a Alonso Sánchez de Torroquemada, como alcaide del Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro, mientras que él residiría en la Fuerza.

Los trabajos constructivos comenzaron en 1589. Para ello, Tejeda llegó con un aparejador de cantería, doce oficiales canteros, dieciocho albañiles, carpinteros, herreros y un fundidor de metales, porque las minas de cobre cercanas a La Habana eran de interés para la Corona. La mano de obra estaba compuesta en su mayoría por esclavos, algunos soldados y presidiarios.

En los documentos enviados al Rey, Tejeda y Antonelli se quejaban de la falta de recursos y fuerza de trabajo, de la incapacidad de los obreros, de la indisciplina, del trabajo mal ejecutado además de lo bajo de los salarios, de las intrigas y calumnias de que eran objeto y de las condiciones de vida.

En 1593 ya la Punta se encontraba en condiciones aceptables. A las primeras obras de Tejeda y Antonelli, agregó otras su sucesor don Lorenzo de Cabreras. Pero en la noche del 29 de agosto de 1595 una tormenta destruyó gran parte del Castillo. La reconstrucción estuvo a cargo del ingeniero Cristóbal de Rodas.

La toma de La Habana por los ingleses, en 1762, no se pudo realizar por mar, pues el sistema defensivo habanero era respetado y resultaba un elemento disuasivo. Una vez que las tropas inglesas ocuparon El Morro, este se convirtió en enemigo de La Punta, y ambos baluartes se sumergieron en un fuego cruzado.

Tras recuperar los españoles La Habana, se le encomendó a los ingenieros militares Silvestre Abarca y Agustín Crame la reconstrucción de la fortaleza.

En diversas épocas de su historia La Punta sufrió modificaciones, asociadas al desarrollo de la armamentística y a finales del siglo XIX, ante las pretensiones de ocupación militar de Estados Unidos, pasa a formar parte del Frente Marítimo de La Habana.

En el siglo Siglo XX La Punta tuvo diversas funciones; fue sede del Estado Mayor de la Marina Nacional entre 1915 y 1953, y Puesto Naval de la Marina de Guerra entre 1953 y 1959.

Después de 1959, se convierte en Escuela de Milicias, y en la década del setenta, funge como sede del Instituto Cubano de Hidrografía.

Con la declaración del centro histórico y el sistema de fortificaciones de La Habana como Patrimonio de la Humanidad, en 1982, se acometió la restauración del castillo, que abrió sus puertas como museo en abril de 2002.

Arquitectura

Según los planos de Bautista Antonelli, la planta, adaptada a las irregularidades del terreno, es trapezoidal. Los muros están hechos con piedras talladas en sillares y son anchos e inclinados. Las murallas miden 15 pies de altura y de diez a doce de grueso y veinte pies de terraplén, con tres baluartes, los de Antonelli y Quintanilla que dan hacia la tierra y el de Tejeda que da al mar. Además tiene dos semibaluartes, de San Vicente y San Lorenzo, que finalizan en los arrecifes. Contaba con alojamiento para sesenta hombres de guarnición, pabellón para oficiales, cocina, la casa del capitán, aljibe, almacén de efectos de artillería, con cinco piezas, calabozos y una capilla, además de agua corriente desde la Chorrera hasta dentro del fuerte.

Archivo:SanSalvadordelaPunta.jpg
Fortaleza San Salvador de la Punta, La Habana

Después de la reconstrucción de Cristóbal de Rodas, la estructura del Castillo quedó de la siguiente manera: un cuadrilátero con cuatro baluartes en cada ángulo y sus flancos regulares. Dos dan al mar, San Lorenzo y Tejeda, y dos hacia la tierra, Antonelli y Quintanilla. Los lienzos o cortinas intermedias tenían aproximadamente cuarenta varas de largo. La cortina que daba al mar, entre los baluartes Tejeda y San Lorenzo, se atrajo más hacia la tierra. Se mantuvo la habitación del comandante, alojamiento para sesenta hombres, capilla y calabozo.

Un cuerpo de guardia se encuentra a la izquierda del local de entrada, que conduce a la plaza de armas. Desde ella se accede a varios locales, entre ellos uno alargado, cubierto por una sólida bóveda de piedra con respiraderos, posiblemente almacén de pólvora, y una rampa que conduce al terrado.

En el segundo nivel, un local cubierto con techo de madera y tejas de barro, servía de alojamiento a la guarnición en tiempo de paz. Un Parapeto con troneras limita exteriormente el terraplén.

La Punta está rodeada por un foso poco profundo, excavado en la roca del litoral, como también lo fueron los canales que conducían al Castillo el agua, traída a la villa por la Zanja Real. La portada adintelada se destaca por su almohadillado.

Museo

En 1977 comenzaron las primeras obras de restauración que realizó la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, para instalar finalmente el actual museo en el año 2002.

El museo en sí es una de las piezas más valiosas que exhibe, ya que permite conocer la arquitectura militar típica del siglo XVI, y su evolución con el desarrollo de la artillería hasta finales del siglo XIX en Cuba. En su interior hay tres salas de exposición permanentes dedicadas a la historia de la fortaleza, la construcción y el modernismo naval y la arqueología subacuática.

En la sala de la monografía histórica de la fortaleza se pueden encontrar textos que sintetizan la historia de del Castillo y se pueden apreciar también piezas que han sido encontradas en excavaciones antes de la restauración del mismo.

La sala de la construcción y el modelísmo naval durante el período colonial, muestra reproducciones de dibujos de embarcaciones construidas en La Habana y expone en sus vitrinas modelos navales.

En la sala del tesoro se exponen joyas, barras y discos de oro y plata, entre otros objetos, encontrados en búsquedas arqueológicas en el fondo del mar.

Fuente

Enlaces Externos