Colchón

Colchón
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El colchón es una pieza almohadillada y flexible que se coloca sobre la cama y se utiliza para dormir. El nombre deriva del latínculcĭta, colcha, cobertura de cama.

Historia

Prehistoria

Los hombres prehistóricos se agrupaban para darse calor por la noche y dormían directamente sobre el suelo. Aún hoy día, en algunos lugares de Asia la gente duerme en el suelo sobre una manta o alfombra.

En el Neolítico se empezaron a utilizar los primeros colchones y luego las camas, que separaban el colchón del suelo para evitar la suciedad, pequeños animales, etc. Probablemente los primeros colchones eran un montón de hojas y hierbas cubiertas con pieles.

Después comenzaron a utilizar paja para dormir sobre ella.

Posteriormente se confeccionó el primer colchón como tal cuando utilizaron la paja, hierbas, hojas, trapos, cáscaras, semillas, etc para rellenar un saco o bolsa en lugar de esparcirla suelta.

Grandes civilizaciones de la antigüedad

El primer colchón de agua apareció en torno al 3600 AC en Persia cuando se llenaron de agua pieles de cabra.

Dos siglos después, en Egipto, se dormía sobre hojas de palmera apiladas.

Por su parte, los romanos del Imperio rellenaban bolsas de tela con lana, heno, juncos, e incluso plumas. También solían reclinarse sobre una cuna de agua templada hasta adormecerse y luego se iban a dormir al colchón.

Renacimiento

Durante el Renacimiento, los colchones eran sacos bastos rellenos de cáscaras, paja, plumas y los más pudientes los cubrían con sedas, terciopelo, bordados y ricas telas.

Siglos XVI-XVII

Durante los siglos XVI y XVII, los colchones se rellenaban de paja o plumón y se apoyaban sobre una red de cuerda a modo de somier sostenido por un marco de madera. El enrejado de cuerda requería un tensado periódico.

En la Francia del XVI y la Inglaterra del XVII se utilizaron los colchones de aire.

Siglo XVIII

Durante el siglo XVIII el relleno solía ser algodón o lana. A mediados de siglo comenzaron a utilizarse cubre colchones de lino o algodón. Se empleó junco para armar el colchón y se empleó como relleno una variedad de elementos naturales fáciles de conseguir como fibra de coco, pelo de caballo o plumas a parte del algodón y la lana. En cuanto al saco se mejoró dejando un lado abierto y abotonado o atado para poder airear y renovar el contenido.

Siglo XIX

En el siglo XIX aparecieron los primeros colchones de muelle. Fue a mediados de siglo cuando se inventó el muelle helicoidal de acero, y en 1865 se empleó por primera vez en la cama. El alemán Heinrich Westphal fue su inventor, pero murió en la miseria, sin haber obtenido ningún beneficio de su invento. Los muelles cilíndricos son inestables y a veces, en lugar de comprimirse verticalmente se desplazan lateralmente. Para evitar este problema se introdujo el muelle cónico, mucho más estable.

En 1873, las camas de agua diseñadas por Neil Arnott se instalaron en el hospital de San Bartolomé para evitar la aparición de las úlceras en los enfermos que a penas se levantaban de la cama, fue el primer colchón antiescaras. Ello gracias a la distribución uniforme de presión sobre el cuerpo. Incluso los conocidos almacenes británicos Harrod’s vendieron camas de agua por correo la última década del XIX.

Siglo XX

Un problema de los muelles de entonces era el ruido al rozar unos con otros. Lo solucionó James Marshall en 1900 cuando enfundó en saquitos individuales de tela cada muelle. A partir de los años 30 se generalizó en Estados Unidos y Europa el uso de muelles, y las fibras artificiales. También se empleó el latex.

No obstante en gran parte de Europa se seguían empleando principalmente los de lana. El llamado colchonero era una persona que viajaba de pueblo en pueblo anunciando su presencia por las calles, y se dedicaba a rellenar y airear los pesados colchones de lana.

Tras la Segunda Guerra Mundial los futones llegaron a occidente, a EE.UU, procedentes de Asia, para posteriomente extenderse por Europa.

Durante los 50 aparecieron los colchones y almohadas de espuma.

Gracias al invento del vinilo, se pudieron fabricar en los años 60colchones de agua mucho más prácticos que los hasta entonces existentes.

En los 80 la novedad fueron las camas de aire.

En 1992 la empresa Tempur-Pedic lanzó los colchones TEMPUR, que fue denominado “Swedish Sleep System” (“Sistema de Sueño Sueco”). Se basa en una espuma viscoelástica con memoria de forma llamada Tempur. Las espumas (o foam en inglés) con memoria de forma fueron desarrolladas por la NASA para repartir más uniformemente la presión sobre el cuerpo de los astronautas sometidos a elevadas aceleraciones durante las misiones espaciales. El producto es actualmente un éxito de mercado, incrementando las ventas un 49% anual.

Siglo XXI

Hoy día, los tipos de colchones más extendidos son los de muelles y los de espumas sólidas. Los avances en cuestión de nuevos materiales, en medicina, en psicología deben marcar la tendencia de los colchones que aparecerán en las próximas décadas...

Qué tipo de colchón es el mejor

Cómo elegir un colchón adecuado a nuestras necesidades de descanso y salud

Viscoelásticos, de muelles, de látex, futones… Hoy en día, la variedad de colchones disponible en el mercado es tan amplia que resulta difícil escoger. Sin embargo, se trata de una elección muy importante: piensa que pasamos casi una tercera parte de nuestra vida en la cama, y eso repercute en la calidad del descanso y en la salud. A continuación te resumimos las ventajas y desventajas de cada tipo de colchón, para ayudarte a elegir.

  • Colchones de muelles

Es el tipo de colchón más vendido (60% del mercado) y el preferido por la mayoría de los consumidores. Consiste en una estructura central de muelles, acolchada en ambos lados para que la firmeza sea regular y los muelles no se “claven” a la espalda. Estos colchones suelen ser los más baratos, aunque existen opciones para todos los gustos y bolsillos en función del grado de firmeza y confort deseados. La calidad dependerá de la cantidad de muelles y su distribución, el grosor de las capas acolchadas, si los muelles están embolsados independientemente, etc.

Ventajas: son cómodos y ofrecen una sujeción adecuada para la espalda. Resultan económicos. Desventajas: con los años se deforman. Algunos los consideran demasiado “duros”.

  • Colchones de látex

En este tipo de colchones, la estructura de muelles tradicional se sustituye por varias capas de látex, un material elástico que procede del caucho vegetal. De esta forma, el colchón de látex se adapta totalmente a la forma y el peso del cuerpo, lo cual lo hace muy cómodo. Su firmeza y calidad dependerán de la proporción de látex natural y sintético que tengan: cuanto mayor sea la cantidad de componentes naturales, más confortable será el colchón pero también más delicado. Por su comodidad se han vuelto muy populares y actualmente suponen el 15% de las ventas.

Ventajas: resultan muy cómodos, duran más que los de muelles y además son hipoalergénicos. Desventajas: salen más caros. Si cogen humedad se pudren, así que los debes airear bien.

  • Colchones viscoelásticos

Estos colchones se basan en una espuma desarrollada originalmente por la NASA que puede soportar grandes presiones sin perder su elasticidad. El núcleo central del colchón viscoelástico es una capa de alta densidad que asegura la sujeción y evita la deformación, mientras que las capas del revestimiento son más suaves y mullidas. De esta forma, al tumbarte en este tipo de colchón sientes que te “envuelve”, lo cual resulta agradable; sin embargo, algunas personas tienen la incómoda sensación de que se “hunden”. Hay que probarlos para hacerte a la idea.

Ventajas: muy confortables y mullidos, ideales para personas con dolores musculares y óseos. Desventajas: los colchones viscoelásticos suelen ser más caros que los de látex o muelles.

  • Colchones de espuma

Se trata de la versión “antigua” de los colchones viscoelásticos, fabricados con una espuma de poliuretano menos resistente y adaptable. El colchón de espuma tiene fama de incómodo y poco duradero porque es el típico de las camas plegables o las autocaravanas, por eso. Sin embargo, existen colchones de espuma de gran calidad, como los que usan los hospitales, que suponen una alternativa económica a los de látex o los viscoelásticos. En los últimos años los fabricantes han presentado nuevos modelos muy interesantes basados en tecnologías como Bultex o Airvex. Ventajas: son asequibles y tienen diferentes niveles de firmeza. Se adaptan a cualquier medida. Desventajas: la espuma suele deformarse con el tiempo. Los modelos de calidad son caros.

  • Colchones de lana

Antes de la invención de los muelles y espumas, los colchones se rellenaban con lana o paja, según una costumbre importada de los árabes. Resultaba más cómodo que dormir sobre el suelo o una madera, pero este tipo de colchones tenían poca estabilidad, eran muy inflamables y se debían rellenar y compactar a menudo. Actualmente se ha producido una gran renovación del colchón de lana, que se combina con otros tejidos para reducir sus mayores inconvenientes. Ventajas: son más cálidos, naturales y ecológicos. Resultan mullidos, resistentes y duraderos. Desventajas: son difíciles de encontrar. Pesan mucho, tienden a apelmazarse y atraen insectos.

  • Futones

Se trata de un tipo de colchón muy delgado importado de Japón y originalmente pensado para poder enrollarlo durante el día, con el fin de ocupar menos espacio. En su versión occidental, son más gruesos, se fabrican con algodón y espuma y se colocan sobre una base de madera. Se están haciendo bastante populares por su diseño y precio asequible, aunque resultan muy duros.

Ventajas: son muy firmes con una base de madera, resultan asequibles, prácticos y decorativos. Desventajas: su escaso grosor hace que sean muy duros y además se deforman con el uso.

Otros tipos de colchones

Existen otras clases de colchones que no son adecuados para un uso continuado. Por un lado están los colchones hinchables, muy prácticos pero con una baja estabilidad que sólo los hace aptos para un uso ocasional. Por su parte, los colchones de agua pueden resultar cómodos y divertidos, pero tampoco deben utilizarse de forma prolongada debido a la inestabilidad de su sujeción. Lo mismo sucede con las colchonetas, sacos de dormir acolchados y otros artículos similares, que no debes usar para dormir a diario porque a largo plazo no resultan saludables. Ventajas: te pueden sacar de un apuro cuando tienes invitados o duermes fuera.

Desventajas: no son tan cómodos ni saludables como un colchón normal.

  • Colchones especiales

Según su destino, algunos colchones requieren especiales características de fabricación bien por imposición legislativa bien por sus requisitos de uso. Así los destinados a prisiones o transporte público (coches-cama) se fabrican con materiales ignífugos. Por su parte, a los que utiliza la marina se les aplica un tratamiento antioxidación en los muelles.

  • Colchones sanitarios y antiescaras

Se conocen por antiescaras los colchones que están formados por materiales adaptables que no ejercen presión en el cuerpo, de forma que se previene la aparición de escaras en el durmiente. Este tipo de colchones están especialmente pensados para personas cuyas necesidades de salud les obligan a permanecer largo tiempo en reposo, y por el roce que el equipo de descanso ejerce en ciertos puntos del cuerpo, puede producirse la aparición de yagas o escaras. En un principio estos colchones se utilizaban en centros hospitalarios y geriátricos, pero hoy en día ya pueden adquirirse de forma particular, pues las ventajas de los nuevos materiales de adaptación han ampliado su uso y comercialización. Este tipo de colchones normalmente se combinan con somieres articulados especiales que facilitan la movilidad del paciente en su equipo de descanso, así como las tareas de los cuidadores.

Existen distintos tipos de colchones antiescaras según su composición: colchones de espumaciones adaptables como el material viscoelástico, de látex, de espumas HR o de aire.

Medida de colchones

Medidas tradicionales

  • King ó 2 plazas y media (193 x 203.2 cm)
  • Queen ó 2 plazas (152.4 x 203.2 cm )
  • Plaza y media (1,05 m de ancho x 190 cm (aún así varia entre las medidas 100cm a 105cm aprox. de ancho)
  • Una plaza (90 cm de ancho)
  • Johnny o 3/4 de plaza (80 cm de ancho)

Cómo determinar si necesita un colchón nuevo

  • Si al levantarse no se siente descansado después de haber dormido en su cama.
  • Usted pasara un 1/3 de su vida en cama. Si usted no se levanta sintiéndose relajado, tal vez sea hora de comprar un colchón nuevo.
  • Si el colchón es de segunda mano.
  • Si un colchón es muy viejo para usarlo, entonces el colchón no es bueno ni para usted ni para otras personas.
  • Si su colchón tiene desniveles o se siente muy suave.
  • Si al acostarse usted siente grandes desniveles en su colchón o si usted automáticamente cae en el centro de su colchón al acostarse, es hora de reemplazar su colchón.
  • Si usted está experimentando frecuentes dolores de espalda.
  • Cuando usted se acuesta en un colchón viejo, los músculos de su espalda trabajan el doble para mantener la espina dorsal en su posición natural.
  • Si usted está experimentando frecuentes dolores de espalda.
  • Cuando usted se acuesta en un colchón viejo, los músculos de su espalda trabajan el doble para mantener la espina dorsal en su posición natural.
  • Si su colchón está manchado o roto.
  • Si la tela de su colchón luce pálida y gastada, su colchón esta presentando síntomas de vejez.
  • Si su colchón está manchado o roto.
  • Si la tela de su colchón luce pálida y gastada, su colchón esta presentando síntomas de vejez.

Qué se debe valorar a la hora de comprar un buen colchón

  • Lo más importante es que el colchón sea confortable.
  • Determine qué tipo de colchón busca. (De muelles, de látex o de goma espuma.)
  • Pruebe varios modelos (como lo hace con los zapatos).
  • Decida el grado de firmeza que se adapte a su altura y peso.
  • Decida después el material, el grosor, la densidad y el color de su colchón.
  • Para una persona robusta, un colchón debe de tener un grado de firmeza alto.
  • Un colchón dura de diez años o más y, su costo se amortiza mucho antes que cualquier otro mueble.
  • El cubre colchón es tan importante como el relleno del colchón.
  • Si compra un colchón con medidas especiales, asegúrese de que se fabrica ropa de cama del mismo tamaño.

Cómo limpiar el colchón

Una de las mejores maneras de limpiar un colchón es utilizando una aspiradora ya que no es aconsejable mojarlo con agua. Pero, primero que nada, es necesario rociar todo el colchón con bicarbonato de soda. Para esto podemos usar un tamizador y así evitar que caigan grumos grandes en la superficie. Lo dejamos actuar durante 30 minutos, aproximadamente, y luego aspiramos completamente.

Si tenemos alguna mancha en particular podemos utilizar un poco de agua jabonosa para rociarla en el colchón y así quitar la mancha. Cabe aclarar que lo mejor es no mojar mucho el colchón así evitaremos que la humedad se vaya a la parte interna.

En el caso de que haya un derrame de orina, la mejor manera de limpiarlo es mezclando un poco de detergente o bicarbonato de soda con un poco de agua fría y aplicándolo en la superficie con un cepillo y así poder deshacernos de esa molesta mancha.

Siempre recuerden que es necesario ventilarlo cada 15 días y darlo vuelta. Con estos consejos, sencillos y económicos, podremos mantener limpio nuestro colchón.

Fuente

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