Diferencia entre revisiones de «Combate de Arroyo Blanco (1898)»

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Pero, pasadas todas las peripecias de la guerra entre esa fecha y julio de 1898, a lo largo de año y medio de constante accionar, cambiaron muchas cosas, pues el Marqués de Tenerife fue derrotado en toda la línea por los mambises en La Reforma y en el oriente del país, y luego sustituido por Ramón Blanco y Erenas, quien implantó en la isla en los inicios de 1898 el régimen autonómico.
 
Pero, pasadas todas las peripecias de la guerra entre esa fecha y julio de 1898, a lo largo de año y medio de constante accionar, cambiaron muchas cosas, pues el Marqués de Tenerife fue derrotado en toda la línea por los mambises en La Reforma y en el oriente del país, y luego sustituido por Ramón Blanco y Erenas, quien implantó en la isla en los inicios de 1898 el régimen autonómico.
 
Acontecimiento también muy relevante resultó la intervención norteamericana en la guerra entre cubanos y españoles a partir de la declaración de hostilidades del 20 de abril de ese año de Washington a Madrid, lo que por voluntad del mando estadounidense trasladó hacia la región oriental, principalmente en torno a Santiago de Cuba, el peso de las acciones militares.
 
Acontecimiento también muy relevante resultó la intervención norteamericana en la guerra entre cubanos y españoles a partir de la declaración de hostilidades del 20 de abril de ese año de Washington a Madrid, lo que por voluntad del mando estadounidense trasladó hacia la región oriental, principalmente en torno a Santiago de Cuba, el peso de las acciones militares.
Preciso es decir que, a pesar de la declaración de autonomía por el general Blanco, los mambises mantuvieron su accionar bélico y que, aún después de la intervención norteamericana en los primeros meses, se combatió duramente en distintos sitios del centro de la ínsula hasta que el mando español comenzó a retirar las tropas de guarniciones dispersas y emplazamientos que poseía y a concentrarlas en ciudades y poblaciones mayores.
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Preciso es decir que, a pesar de la declaración de autonomía por el general Blanco, los mambises mantuvieron su accionar bélico y que, aún después de la intervención norteamericana en los primeros meses, se combatió duramente en distintos sitios del centro de la ínsula hasta que el mando español comenzó a retirar las tropas de guarniciones dispersas y emplazamientos que poseía y a concentrarlas en ciudades y poblaciones mayores. Prueba de lo anterior es que en el período de febrero a abril de 1898 se reportaron un total de 72 acciones bélicas con un promedio de 24 mensuales por parte de las fuerzas insurrectas. A partir de mayo y con la concentración de los efectivos hispanos en plazas importantes, se producen menos choques, aunque de mayor categoría, como ocurrió con la toma de El Jíbaro el 19 de julio y la liberación de Arroyo Blanco el 27 de ese mes, ocurrida después de la caída de Santiago de Cuba en manos yanquis.
Prueba de lo anterior es que en el período de febrero a abril de 1898 se reportaron un total de 72 acciones bélicas con un promedio de 24 mensuales por parte de las fuerzas insurrectas. A partir de mayo y con la concentración de los efectivos hispanos en plazas importantes, se producen menos choques, aunque de mayor categoría, como ocurrió con la toma de El Jíbaro el 19 de julio y la liberación de Arroyo Blanco el 27 de ese mes, ocurrida después de la caída de Santiago de Cuba en manos yanquis.
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==La Hora de la verdad==
LA HORA DE LA VERDAD
 
 
Cuando otro 27, pero de julio de 1898, se presentan de nuevo los mambises frente a Arroyo Blanco, otra es la situación y otras las posibilidades, pues la moral de lucha de las tropas colonialistas ha decaído por los constantes reveses y, además, los atacantes disponen ahora de un medio que les permite contrarrestar la ventaja posicional de los hispanos en sus fortines erigidos sobre altos y abruptos promontorios: la artillería.
 
Cuando otro 27, pero de julio de 1898, se presentan de nuevo los mambises frente a Arroyo Blanco, otra es la situación y otras las posibilidades, pues la moral de lucha de las tropas colonialistas ha decaído por los constantes reveses y, además, los atacantes disponen ahora de un medio que les permite contrarrestar la ventaja posicional de los hispanos en sus fortines erigidos sobre altos y abruptos promontorios: la artillería.
 
A las seis de la mañana de ese día, fuerzas encabezadas por el general de división José Miguel Gómez, el general de brigada José González Planas y el coronel José Joaquín Sánchez (Tello), bajo el mando jerárquico del primero, empiezan a asaltar simultáneamente los distintos fuertes, fortines y trincheras peninsulares, en el perímetro y fuera de la población, sin que en los primeros momentos la lucha alcanzase una definición.[[Archivo:Jose-Miguel-Gomez-Militar.jpg | thumb|rigth|200px|Cupo el honor al general de división José Miguel Gómez de la toma definitiva de Arroyo Blanco.]]
 
A las seis de la mañana de ese día, fuerzas encabezadas por el general de división José Miguel Gómez, el general de brigada José González Planas y el coronel José Joaquín Sánchez (Tello), bajo el mando jerárquico del primero, empiezan a asaltar simultáneamente los distintos fuertes, fortines y trincheras peninsulares, en el perímetro y fuera de la población, sin que en los primeros momentos la lucha alcanzase una definición.[[Archivo:Jose-Miguel-Gomez-Militar.jpg | thumb|rigth|200px|Cupo el honor al general de división José Miguel Gómez de la toma definitiva de Arroyo Blanco.]]

Revisión del 21:32 6 feb 2020

Ultimo combate en Arroyo Blanco
Información sobre la plantilla
Guerra de independencia cuba-min.jpg 1718483347.jpg
El último combate importante entre cubanos y españoles en el centro de Cuba.
Fecha:27 de julio de 1898
Lugar:Arroyo Blanco
Descripción:
Arroyo Blanco cae el 27 de julio de 1898 en lo que constituyó el último combate importante entre cubanos y españoles
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Ejército Libertador


Combate Arroyo Blanco Asediado y atacado en distintas ocasiones durante las dos grandes guerras por la independencia, Arroyo Blanco cae el 27 de julio de 1898 en lo que constituyó el último combate importante entre cubanos y españoles en el centro de Cuba

Descripción del hecho

Con las abruptas elevaciones de sus cercanías aprovechadas por los españoles para erigir un sistema de fuertes y fortines y hasta un heliógrafo que permitía la comunicación con Sancti Spíritus, el pueblo fortificado de Arroyo Blanco constituyó siempre un objetivo codiciado para los insurrectos cubanos que en sus guerras por la independencia arremetieron en varias ocasiones contra sus defensas. El último de estos ataques, previo a su liberación definitiva en 1898, se inició el 27 de enero de 1897 por fuerzas combinadas de los generales Máximo Gómez, Francisco Carrillo y José Miguel Gómez, y se extendió hasta el 2 de febrero; pero la plaza resistió, pues sus 14 fuertes defendidos por cientos de soldados peninsulares les permitieron aguantar hasta que confluyeron en el lugar dos columnas de refuerzo procedentes de la Trocha Júcaro-Morón y Taguasco. Válido es señalar que, aunque hubiese sido muy satisfactoria en ese instante la toma de esa población de manos españolas, el propósito cardinal del Generalísimo Máximo Gómez consistía en atraer a las fuerzas principales de operaciones en Cuba comandadas por el capitán general Valeriano Weyler a una campaña de desgaste en la región de La Reforma, para aliviar así la presión sobre los patriotas insurrectos en el occidente del país, lo que consiguió de forma plena. Pero, pasadas todas las peripecias de la guerra entre esa fecha y julio de 1898, a lo largo de año y medio de constante accionar, cambiaron muchas cosas, pues el Marqués de Tenerife fue derrotado en toda la línea por los mambises en La Reforma y en el oriente del país, y luego sustituido por Ramón Blanco y Erenas, quien implantó en la isla en los inicios de 1898 el régimen autonómico. Acontecimiento también muy relevante resultó la intervención norteamericana en la guerra entre cubanos y españoles a partir de la declaración de hostilidades del 20 de abril de ese año de Washington a Madrid, lo que por voluntad del mando estadounidense trasladó hacia la región oriental, principalmente en torno a Santiago de Cuba, el peso de las acciones militares. Preciso es decir que, a pesar de la declaración de autonomía por el general Blanco, los mambises mantuvieron su accionar bélico y que, aún después de la intervención norteamericana en los primeros meses, se combatió duramente en distintos sitios del centro de la ínsula hasta que el mando español comenzó a retirar las tropas de guarniciones dispersas y emplazamientos que poseía y a concentrarlas en ciudades y poblaciones mayores. Prueba de lo anterior es que en el período de febrero a abril de 1898 se reportaron un total de 72 acciones bélicas con un promedio de 24 mensuales por parte de las fuerzas insurrectas. A partir de mayo y con la concentración de los efectivos hispanos en plazas importantes, se producen menos choques, aunque de mayor categoría, como ocurrió con la toma de El Jíbaro el 19 de julio y la liberación de Arroyo Blanco el 27 de ese mes, ocurrida después de la caída de Santiago de Cuba en manos yanquis.

La Hora de la verdad

Cuando otro 27, pero de julio de 1898, se presentan de nuevo los mambises frente a Arroyo Blanco, otra es la situación y otras las posibilidades, pues la moral de lucha de las tropas colonialistas ha decaído por los constantes reveses y, además, los atacantes disponen ahora de un medio que les permite contrarrestar la ventaja posicional de los hispanos en sus fortines erigidos sobre altos y abruptos promontorios: la artillería.

A las seis de la mañana de ese día, fuerzas encabezadas por el general de división José Miguel Gómez, el general de brigada José González Planas y el coronel José Joaquín Sánchez (Tello), bajo el mando jerárquico del primero, empiezan a asaltar simultáneamente los distintos fuertes, fortines y trincheras peninsulares, en el perímetro y fuera de la población, sin que en los primeros momentos la lucha alcanzase una definición.

Cupo el honor al general de división José Miguel Gómez de la toma definitiva de Arroyo Blanco.

Fue entonces que empezó a desempeñar su papel la también llamada reina de las batallas, cuando se emplazó uno de los cañones de dinamita traídos por el general Emilio Núñez en la expedición que desembarcó por Palo Alto, y empezó a dirigir sus tiros contra los dos fuertes más sólidos del dispositivo hispano, conocidos por La Quinta y El Heliógrafo. Recoge la historia que, durante el ataque, el coronel José D’Strampes, que estaba al frente de la pieza, solicitó ayuda al italiano Orestes Ferrara —luego conocido político y literato destacado en la etapa seudo republicana en Cuba— para corregir el tiro sobre La Quinta, ya que la pieza no contaba con telémetro y los proyectiles no acababan de dar en el blanco. El bambino se subió a un árbol a mitad de camino entre el cañón y su objetivo y bajo un intenso fuego español fue y vino varias veces hasta que una de las granadas dio en el centro del fortín. Luego de la destrucción del muro frontal los defensores rindieron la plaza. Según se consigna en una referencia sobre el tema*, “el combate se caracterizó por la fuerte cooperación establecida entre la artillería y la infantería cubanas, apoyadas por fuerzas de caballería. El traslado del fuego artillero hacia otros objetivos, paralelamente a la ocupación de las posiciones enemigas por la infantería, se realizó con la mayor precisión posible, lo que influyó decisivamente en la victoria”. Entonces, como procedía en estos casos, se redactó el acta de capitulación y se hizo entrega formal de la administración local a la autoridad civil, de acuerdo con lo acordado por el Consejo de Gobierno de la República en Armas. La toma de Arroyo Blanco constituyó el último combate de envergadura librado por las fuerzas cubanas en el centro del país, ya en la etapa final de la llamada guerra hispano-cubano-norteamericana.


Fuentes

http://www.escambray.cu/2018/arroyo-blanco-el-ultimo-combate/