Batalla de Manaquita
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Combate de Manaquita. Hecho ocurrido el 1 de febrero de 1875, fue unos de los acontecimientos más importantes ocurridos en la zona central realizado por el Brigadier y mas tarde ascendido a general José González Guerra en la Guerra de los 10 Años.
La acción de Manaquita, concluyó con gran éxito para las tropas cubanas, que lograron acopiar más de doscientos fusiles, así como una buena cantidad de municiones, y caballos.
España tuvo que lamentar cerca de 200 bajas, a lo cual se unía el efecto moral que en sus tropas causó el filo del machete mambí, transformado de instrumento de trabajo en temida arma.
Manquita sirvió, además de acicate para que un gran número de patriotas cienfuegueros tomaran las armas, en los días subsiguientes y demostrar, una vez más, la irrevocable decisión de los cubanos de alcanzar a cualquier precio la independencia de Cuba.
El Hecho
El 29 de enero de 1875 José González Guerra con sus doscientos jinetes se separa de Máximo Gómez y marchó al oeste, rumbo al valle de Manicaragua. Siguió a Lomas Grandes continuando por el camino de Manacas y Camarones. En este andar hubo varios enfrentamientos como el ocurrido en Ciego Montero aplicándose la carga al machete donde se rescataron armas del enemigo, otra de las acciones fue la ocurrida cerca de Ciego Montero donde ante el avance de las fuerzas españolas González Guerra autoriza al Comandante Capote a avanzar para detener al enemigo produciéndose otro choque de importancia con victoria para las fuerzas enemigas. Es lógico que González Guerra a su paso le avivara la Política de La Tea Incendiaria destruyéndose por este concepto un grupo de ingenios como La Caridad y caseríos como el de Ciego Alonso.
Dentro de todos estos enfrentamientos singular trascendencia tuvo la acción que se desarrolló el 1 de febrero de 1875 en Manaquita, un lugar a 22 km de Cienfuegos, conocida como El combate de Manaquitas; donde se evidenció las condiciones de González Guerra como táctico y estratega, su bien ganado prestigio en los campos de batalla, su valor temerario, probada capacidad como jefe y conocimiento de la región cienfueguera.
El primer día de febrero de 1875 la columna del Brigadier esta acampada en Manaquita. El descanso servía a los insurrectos para bañar los caballos en el río Caunaito que pasaba por el potrero Quiñones. En esa situación las postas ubicadas en una loma avisan del avance de una columna enemiga. Era la fuerza española dirigidas por el Coronel Braile "(...) compuesta de artillería con 220 artilleros de pie, la que, por cierto, dejaron abandonada, el resto era de caballería hasta el número de 380 (...)" No hubo sorpresa y pronto los insurrectos encabezados por González Guerra repelieron el ataque y se lanzaron a la carga al machete para producirles una aplastante derrota.
El historiador español Antonio Pirala catalogó el combate de Manaquita como un desastre para el ejército hispano y apuntó:
- "...dióse tan buen arte el jefe insurrecto, que al cabo de un breve tiroteo, retrocedió la caballería atropellando a la primera fila de los artilleros, y fueron macheteados y mutilados horriblemente. Los españoles corrieron a protegerse al fuerte de Manacas, situado a media legua del lugar de la acción".
Cuenta la Leyenda, que los insurrectos estaban desnudos o semidesnudos, cosa que no ha podido ser comprobada pero que existió en el imaginario colectivo.
Resultados de la Batalla
En los campos de Manaquita los defensores del colonialismo español sufrieron, según el propio Pirata, 156 muertos y 23 desaparecidos aunque el periódico separatista, editado en New York, "La Independencia" elevó las bajas enemigas a 221 y dio a conocer, reflejó la ocupación de un rico botín consistente en 200 fusiles, 35 000 cápsulas y 35 caballos aperados. La repercusión de este combate donde González Guerra derrotó al Coronel Braile que contaba con una fuerza combinada de artilleros, voluntarios movilizados y guerrilla de Camarones, Escuadrón de Güines, fuerzas de Cárdenas y contraguerrilla de Cumanayagua fue muy amplia.
Consecuencias
Gran número de patriotas cienfuegueros tomaron las armas en la rica región cienfueguera en los días subsiguientes. La desmoralización cundió en las filas enemigas: el oficial y diecisiete movilizados defensores del el fuerte de Barajagua se rindieron rápidamente mientras los voluntarios de Mandinga y Tamarindo abandonaron sus puestos sin combatir.
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Fuentes
- Cubacine.cu
- Documentos Históricos Museo municipal, Palmira
- Sitio jovenclub.cu
