Diferencia entre revisiones de «Conceptualismo»

(Historia)
(Etiqueta: nuestro-nuestra)
Línea 11: Línea 11:
 
==Etimología==
 
==Etimología==
 
(del latín: «Conceptus», concepto).  Orientación –representada por Abelardo  y Occam– de la filosofía escolástica. En la discusión en torno a  los universales, los conceptualistas, como los nominalistas (Nominalismo),  negaban la existencia real de lo general independientemente de las  cosas singulares, pero, a diferencia de los segundos, admitían la  existencia de conceptos generales en la mente anteriores a la  experiencia, conceptos, que constituían una forma especial del  conocimiento de la realidad. En la Época Moderna, Locke mantuvo  una posición afín al conceptualismo.  
 
(del latín: «Conceptus», concepto).  Orientación –representada por Abelardo  y Occam– de la filosofía escolástica. En la discusión en torno a  los universales, los conceptualistas, como los nominalistas (Nominalismo),  negaban la existencia real de lo general independientemente de las  cosas singulares, pero, a diferencia de los segundos, admitían la  existencia de conceptos generales en la mente anteriores a la  experiencia, conceptos, que constituían una forma especial del  conocimiento de la realidad. En la Época Moderna, Locke mantuvo  una posición afín al conceptualismo.  
 +
 +
==Historia==
 +
Surgen dos significados, el análisis de lo entendido y catalogado con el  concepto de arte y el propio concepto de arte, modelos intelectuales  separados de cualquier interés por la concreción.
 +
El arte  conceptual se desarrolló a finales de la década de los sesenta e inicios  de los ochenta del siglo XX. Los orígenes se encuentran en la obra de  Marcel Duchamp, artista francés que afirmaba que el concepto era más  importante que el objeto artístico.
 +
La característica principal de  esta corriente es el predominio de los elementos conceptuales sobre los  puramente formales. Así pues, el arte conceptual es una forma de  expresión que intenta evitar el estímulo óptico a favor de los procesos  intelectuales que el público es invitado a compartir con el artista.  Para ello, esta disciplina artística se fija en los ambientes  cromáticos, en los luminosos, y en las variaciones sobre la naturaleza.
 +
¿Cuál  es la ideología de este tipo de arte? El arte conceptual se define  claramente opuesto a la burguesía y contrario al consumo, ya que se  considera que la obra no es dueña de nadie. Los artistas del arte  conceptual se valen de métodos inusuales y diversos para presentar la  idea de su obra.
 +
 +
Eligen fotografías, vídeos, documentales escritos,  grabaciones, presentaciones de actos en público y muchos otros  materiales efímeros que les sirven para documentar sus ideas o explicar  eventos que ocurren fuera de los museos. Uno de los ejemplos tempranos  del arte conceptual es “Una y tres sillas”, una creación de Joseph  Kosuth, artista estadounidense que en 1965 crea una obra con una silla  como protagonista central. La obra en cuestión consiste en una silla  plegable de madera, una fotografía de una silla y una ampliación  fotográfica de la definición de silla extraída del diccionario. Con ello  este artista conceptual busca que el público conteste en cuál de los  tres elementos se encuentra la identidad del objeto: ¿en la cosa misma,  en la representación o en la descripción verbal? ¿Puede descubrirse la  identidad de la silla en uno, en algunos, en todos, o en ninguno de  ellos?
 +
 +
A finales de la década de 1980, el arte conceptual experimenta  un fuerte resurgimiento, justo cuando la atención del mundo del arte de vanguardia  se orienta hacia la obra basada en el tema y el contenido. No obstante,  por su carácter efímero, el arte conceptual dejó pocas obras en los  museos. Sólo quedaron las fotografías y las declaraciones impresas  (libros, catálogos y folletos) sobre los proyectos.  En consecuencia, la  respuesta es menos precisa, pero la dirección indicada es clara, hubo  un cambio de la atención desde la concreción física hacia la idea del  arte. A menudo se ha supuesto que la propia concreción ya no tiene gran  importancia, unas pocas declaraciones en un pedazo de papel servirán del  mismo modo que una obra producida por los métodos tradicionales y en  materiales tradicionalmente aceptados. Aún aquellos artistas que  continúan haciendo escultura o pintura sobre tela han sido afectados por  la nueva manera de pensar, ya que la obra de arte puede ser vista  esencialmente como el plano de un proceso de pensamiento, una reseña  visible de todos los pasos que han sido necesarios para lograr un  determinado resultado final.
 +
 +
El arte conceptual "puro", arte sólo de  declaraciones, o arte donde se pide al público que encuentre su  satisfacción siguiendo al creador paso a paso en su proceso de  pensamiento, sin pedir a éste que tome una forma más concreta que  palabras o diagramas en papel, parece también sufrir de esta forma de  impropiedad en un grado aun más fuerte. Evidentemente, la naturaleza  pública de una exhibición artística muy a menudo parece inadecuada para  lo que está siendo hecho por el artista conceptual.
 +
Partiendo del uso  deliberado de materiales y técnicas inapropiadas, como en el caso de  Dubuffet, el arte del siglo XX ha progresado hasta un deliberado  desajuste con los medios de expresión y con el marco dentro del cual  existe. En parte, por lo menos, esto parece una inevitable consecuencia  de las transferencias de interés desde el objeto artístico hacia el  artista. El artista moderno desea estacarse cada vez más como su mejor y  más auténtica creación.
 +
 +
El ingenio que brilla en Soy un verdadero  artista, por el conceptualista británico Keith Arnatt, parece ejercido a  expensas de la profesión que ha elegido. Mientras propone la cuestión  de una definición válida de la realidad, como se pretende que haga,  propone más peligrosamente la cuestión de una válida definición del  arte. Si todos los valores residen en la personalidad del artista, que  logra un momento de autorreconocimiento, y entonces le está permitido  hacer cualquier demanda que desee al público, entonces no podemos  protegernos de la charlatanería. Éste es un temor que ha sido expresado  miles de veces desde el comienzo del movimiento moderno, pero nunca ha  parecido tan válido como ahora.
 +
Lo que ahora está en conflicto es la  nueva visión que el artista tiene de sí mismo y la visión que el público  tiene de él, y la lucha se hace más aguda por el hecho de que el arte  de la extrema avant-garde, ahora se destaca por su casi total  dependencia de la subvención gubernamental. Se ha escapado del mercado  para lanzarse sobre la misericordia de la burocracia cultural.
 +
 +
El  atractivo público que tiene es el atractivo de la curiosidad. Puede ser  radical en política, pero es profundamente elitista en sus actitudes  para con el público.
 +
Pero, aceptados estos defectos, uno debe  reconocer que el artista moderno continúa explorando su propia humanidad  y las posibilidades de la imaginación humana con admirable y aun  heroica persistencia. Algunos artistas se inclinan a proponer un  veredicto completamente negativo sobre el futuro del hombre, pero la  mayoría todavía parece ver al arte como expresión de fe en lo que le  pueda suceder a la humanidad.
 +
El arte actual, gracias a Marcel  Duchamp, atañe principalmente a la inteligencia y a las ideas por encima  de la manualidad. El debate sigue abierto y su formalización responde  en gran medida, a una época y contexto particulares. Lo que conduce al  corazón de esta actividad que llamamos arte es la interacción práctica,  no la teoría académica.
 +
 +
El maestro Fernando Botero se alinea al lado de  quienes atacan el arte conceptual: “El arte ha ido despojándose de  expresión, de formas. De arte. Lo que ve uno es un proceso de pérdida  que acaba con la pintura. Si Poussin dijo que Caravaggio vino al mundo a  destrozar la pintura porque llevó a los lienzos a los campesinos de  manos sucias y las vírgenes eran mujeres del pueblo, yo digo que Marcel  Duchamp, cuando llevó un orinal a una exposición, hizo lo mismo. Con ese  gesto inventó el ready made y la pereza en el arte. Acabó con todo”  Estamos convencidos de que buena parte del arte contemporáneo es un  engaño. Las obras que responden a problemáticas actuales no se van a  acabar, como tampoco se van acabar la pintura y la escultura  academicistas. Se trata de una discusión menor. Al arte no hay que  buscarle significados, el arte es arte sin importar la etiqueta.  Como  es posible que no haya acuerdo sobre si el arte conceptual tiene o no la  misma validez que la pintura y la escultura que todos reconocen como  arte, lo que es evidente es que el divorcio entre los dos tipos de  manifestaciones ha hecho, los museos y los festivales sean el espacio  para las formas tradicionales, mientras que las galerías y las bienales  lo son para las de vanguardia.
 +
 +
Las pugnas entre tradición y vanguardia  son de siempre y no será esta la primera vez que se resuelva.
 +
Nosotros  como estudiantes de una institución académica, cursando una carrera  artística, nos hemos dado cuenta de las tendencias a este movimiento,  por parte de nuestros mentores, estructurando el plan de estudios y  aplicando esta manera de hacer pensar al estudiante, en conceptos, en  argumentos, temas profundamente estudiados. Excusas que avalen la  decadencia o la falta de capacidad de aplicación y manejo de las  técnicas, de una persona que se está dedicando al estudio de las artes  visuales.
 +
En el peor de los casos, observo la falta de compromiso del  estudiante ante tal situación, el arte es una buena factura de trabajo,  una buena aplicación de técnica, debe de causar impacto, experiencias  estéticas, asombro ante el espectador, y de tras de ella ese concepto  que es de igual peso, por eso la idea la que orilla al artista a  realizar la obra, la reflexión o cuestionamientos que se hace el  artista, son los motores que hacen a un creador comprometido, realizar  sus trabajos de calidad y hacer de oficio un arte.
 +
Trabajar esos  conceptos y cuestionamientos que se hace el creador, en las diferentes  técnicas visuales, en busca de respuestas, físicamente planteadas en  forma de series de trabajo, ejercicios de taller, bocetos, esculturas,  etc.
 +
 +
Si tu idea la tienes bien planteada, escudriñada,  periféricamente explorada, tu imaginación se va por esos caminos de  creación que los artistas logran conectar, lo que llamamos proceso  creativo. Te abre el panorama de la diversidad de maneras de plantear  esa idea, ese concepto. Sin caer en el abismo de la pieza pobre, pero  bien sustentada. La argumentación no es el telón que debe cubrir un  trabajo dedicado de oficio, pero parece ser satisfacer las banalidades  de los monopolios del arte posmoderno y de los líderes de los monopolios  del arte, pero es en las entrañas de las academias y los talleres donde  los mentores y directivos, conscientes del fenómeno conceptualista,  deben abordarlo de manera equilibrada e inteligente para que la  formación logre el cambio buscado y no se estanque en esta idea,  tanto  por los estudiantes futuros creadores como los ideales de búsqueda de  todos los artistas ya formados, maestros y autónomos y quizás se logre  el fenómeno de ruptura y nazca una tendencia innovadora.
  
 
==Fuentes==
 
==Fuentes==

Revisión del 14:09 27 sep 2011

Conceptualismo
Información sobre la plantilla
Conceptualismo.jpg
Concepto:Sistema filosófico que defiende la realidad de las nociones universales y abstractas en tanto que son conceptos de la mente, sin concederles existencia positiva y separada fuera de ella.

Conceptualismo. Movimiento artístico surgido a finales de los años sesenta directamente derivado de los planteamientos de Marcel Duchamp, y en particular de las aplicaciones de sus "ready-mades"- cuyos adherentes rechazan el arte como artículo de lujo, permanente, portátil y vendible, proponiendo en cambio un tipo de arte en el que cuenta primordialmente la idea o el concepto que respalda sus realizaciones. Para los artistas conceptuales prima el sentido de las obras sobre su forma plástica y el pensamiento implícito en ellas sobre la experiencia sensual.

Etimología

(del latín: «Conceptus», concepto). Orientación –representada por Abelardo y Occam– de la filosofía escolástica. En la discusión en torno a los universales, los conceptualistas, como los nominalistas (Nominalismo), negaban la existencia real de lo general independientemente de las cosas singulares, pero, a diferencia de los segundos, admitían la existencia de conceptos generales en la mente anteriores a la experiencia, conceptos, que constituían una forma especial del conocimiento de la realidad. En la Época Moderna, Locke mantuvo una posición afín al conceptualismo.

Historia

Surgen dos significados, el análisis de lo entendido y catalogado con el concepto de arte y el propio concepto de arte, modelos intelectuales separados de cualquier interés por la concreción. El arte conceptual se desarrolló a finales de la década de los sesenta e inicios de los ochenta del siglo XX. Los orígenes se encuentran en la obra de Marcel Duchamp, artista francés que afirmaba que el concepto era más importante que el objeto artístico. La característica principal de esta corriente es el predominio de los elementos conceptuales sobre los puramente formales. Así pues, el arte conceptual es una forma de expresión que intenta evitar el estímulo óptico a favor de los procesos intelectuales que el público es invitado a compartir con el artista. Para ello, esta disciplina artística se fija en los ambientes cromáticos, en los luminosos, y en las variaciones sobre la naturaleza. ¿Cuál es la ideología de este tipo de arte? El arte conceptual se define claramente opuesto a la burguesía y contrario al consumo, ya que se considera que la obra no es dueña de nadie. Los artistas del arte conceptual se valen de métodos inusuales y diversos para presentar la idea de su obra.

Eligen fotografías, vídeos, documentales escritos, grabaciones, presentaciones de actos en público y muchos otros materiales efímeros que les sirven para documentar sus ideas o explicar eventos que ocurren fuera de los museos. Uno de los ejemplos tempranos del arte conceptual es “Una y tres sillas”, una creación de Joseph Kosuth, artista estadounidense que en 1965 crea una obra con una silla como protagonista central. La obra en cuestión consiste en una silla plegable de madera, una fotografía de una silla y una ampliación fotográfica de la definición de silla extraída del diccionario. Con ello este artista conceptual busca que el público conteste en cuál de los tres elementos se encuentra la identidad del objeto: ¿en la cosa misma, en la representación o en la descripción verbal? ¿Puede descubrirse la identidad de la silla en uno, en algunos, en todos, o en ninguno de ellos?

A finales de la década de 1980, el arte conceptual experimenta un fuerte resurgimiento, justo cuando la atención del mundo del arte de vanguardia se orienta hacia la obra basada en el tema y el contenido. No obstante, por su carácter efímero, el arte conceptual dejó pocas obras en los museos. Sólo quedaron las fotografías y las declaraciones impresas (libros, catálogos y folletos) sobre los proyectos. En consecuencia, la respuesta es menos precisa, pero la dirección indicada es clara, hubo un cambio de la atención desde la concreción física hacia la idea del arte. A menudo se ha supuesto que la propia concreción ya no tiene gran importancia, unas pocas declaraciones en un pedazo de papel servirán del mismo modo que una obra producida por los métodos tradicionales y en materiales tradicionalmente aceptados. Aún aquellos artistas que continúan haciendo escultura o pintura sobre tela han sido afectados por la nueva manera de pensar, ya que la obra de arte puede ser vista esencialmente como el plano de un proceso de pensamiento, una reseña visible de todos los pasos que han sido necesarios para lograr un determinado resultado final.

El arte conceptual "puro", arte sólo de declaraciones, o arte donde se pide al público que encuentre su satisfacción siguiendo al creador paso a paso en su proceso de pensamiento, sin pedir a éste que tome una forma más concreta que palabras o diagramas en papel, parece también sufrir de esta forma de impropiedad en un grado aun más fuerte. Evidentemente, la naturaleza pública de una exhibición artística muy a menudo parece inadecuada para lo que está siendo hecho por el artista conceptual. Partiendo del uso deliberado de materiales y técnicas inapropiadas, como en el caso de Dubuffet, el arte del siglo XX ha progresado hasta un deliberado desajuste con los medios de expresión y con el marco dentro del cual existe. En parte, por lo menos, esto parece una inevitable consecuencia de las transferencias de interés desde el objeto artístico hacia el artista. El artista moderno desea estacarse cada vez más como su mejor y más auténtica creación.

El ingenio que brilla en Soy un verdadero artista, por el conceptualista británico Keith Arnatt, parece ejercido a expensas de la profesión que ha elegido. Mientras propone la cuestión de una definición válida de la realidad, como se pretende que haga, propone más peligrosamente la cuestión de una válida definición del arte. Si todos los valores residen en la personalidad del artista, que logra un momento de autorreconocimiento, y entonces le está permitido hacer cualquier demanda que desee al público, entonces no podemos protegernos de la charlatanería. Éste es un temor que ha sido expresado miles de veces desde el comienzo del movimiento moderno, pero nunca ha parecido tan válido como ahora. Lo que ahora está en conflicto es la nueva visión que el artista tiene de sí mismo y la visión que el público tiene de él, y la lucha se hace más aguda por el hecho de que el arte de la extrema avant-garde, ahora se destaca por su casi total dependencia de la subvención gubernamental. Se ha escapado del mercado para lanzarse sobre la misericordia de la burocracia cultural.

El atractivo público que tiene es el atractivo de la curiosidad. Puede ser radical en política, pero es profundamente elitista en sus actitudes para con el público. Pero, aceptados estos defectos, uno debe reconocer que el artista moderno continúa explorando su propia humanidad y las posibilidades de la imaginación humana con admirable y aun heroica persistencia. Algunos artistas se inclinan a proponer un veredicto completamente negativo sobre el futuro del hombre, pero la mayoría todavía parece ver al arte como expresión de fe en lo que le pueda suceder a la humanidad. El arte actual, gracias a Marcel Duchamp, atañe principalmente a la inteligencia y a las ideas por encima de la manualidad. El debate sigue abierto y su formalización responde en gran medida, a una época y contexto particulares. Lo que conduce al corazón de esta actividad que llamamos arte es la interacción práctica, no la teoría académica.

El maestro Fernando Botero se alinea al lado de quienes atacan el arte conceptual: “El arte ha ido despojándose de expresión, de formas. De arte. Lo que ve uno es un proceso de pérdida que acaba con la pintura. Si Poussin dijo que Caravaggio vino al mundo a destrozar la pintura porque llevó a los lienzos a los campesinos de manos sucias y las vírgenes eran mujeres del pueblo, yo digo que Marcel Duchamp, cuando llevó un orinal a una exposición, hizo lo mismo. Con ese gesto inventó el ready made y la pereza en el arte. Acabó con todo” Estamos convencidos de que buena parte del arte contemporáneo es un engaño. Las obras que responden a problemáticas actuales no se van a acabar, como tampoco se van acabar la pintura y la escultura academicistas. Se trata de una discusión menor. Al arte no hay que buscarle significados, el arte es arte sin importar la etiqueta. Como es posible que no haya acuerdo sobre si el arte conceptual tiene o no la misma validez que la pintura y la escultura que todos reconocen como arte, lo que es evidente es que el divorcio entre los dos tipos de manifestaciones ha hecho, los museos y los festivales sean el espacio para las formas tradicionales, mientras que las galerías y las bienales lo son para las de vanguardia.

Las pugnas entre tradición y vanguardia son de siempre y no será esta la primera vez que se resuelva. Nosotros como estudiantes de una institución académica, cursando una carrera artística, nos hemos dado cuenta de las tendencias a este movimiento, por parte de nuestros mentores, estructurando el plan de estudios y aplicando esta manera de hacer pensar al estudiante, en conceptos, en argumentos, temas profundamente estudiados. Excusas que avalen la decadencia o la falta de capacidad de aplicación y manejo de las técnicas, de una persona que se está dedicando al estudio de las artes visuales. En el peor de los casos, observo la falta de compromiso del estudiante ante tal situación, el arte es una buena factura de trabajo, una buena aplicación de técnica, debe de causar impacto, experiencias estéticas, asombro ante el espectador, y de tras de ella ese concepto que es de igual peso, por eso la idea la que orilla al artista a realizar la obra, la reflexión o cuestionamientos que se hace el artista, son los motores que hacen a un creador comprometido, realizar sus trabajos de calidad y hacer de oficio un arte. Trabajar esos conceptos y cuestionamientos que se hace el creador, en las diferentes técnicas visuales, en busca de respuestas, físicamente planteadas en forma de series de trabajo, ejercicios de taller, bocetos, esculturas, etc.

Si tu idea la tienes bien planteada, escudriñada, periféricamente explorada, tu imaginación se va por esos caminos de creación que los artistas logran conectar, lo que llamamos proceso creativo. Te abre el panorama de la diversidad de maneras de plantear esa idea, ese concepto. Sin caer en el abismo de la pieza pobre, pero bien sustentada. La argumentación no es el telón que debe cubrir un trabajo dedicado de oficio, pero parece ser satisfacer las banalidades de los monopolios del arte posmoderno y de los líderes de los monopolios del arte, pero es en las entrañas de las academias y los talleres donde los mentores y directivos, conscientes del fenómeno conceptualista, deben abordarlo de manera equilibrada e inteligente para que la formación logre el cambio buscado y no se estanque en esta idea, tanto por los estudiantes futuros creadores como los ideales de búsqueda de todos los artistas ya formados, maestros y autónomos y quizás se logre el fenómeno de ruptura y nazca una tendencia innovadora.

Fuentes