Construcción

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Construcción. Es el proceso de armar cualquier cosa, como casas, rascacielos, puentes, presas, caminos e incluso barcos.

Uso del término

El uso más habitual del término construcción se refiere al arte o técnica de fabricar edificios e infraestructuras. En un sentido más amplio se denomina construcción a todo aquello que exige, antes de hacerse, tener o disponer de un proyecto o plan predeterminado, o que se hace uniendo diversos componentes según un orden determinado. Como ejemplos tenemos: las construcciones sintácticas o gramaticales, las construcciones musicales, las construcciones mentales, etc. Consecuentemente, la palabra construcción se usa en diversas disciplinas, tanto científicas, técnicas o aplicadas como en las humanidades: la gramática, la pedagogía, la psiquiatría, la teoría del arte, etc.

Técnicas tradicionales

En el pasado, cada familia construía su casa, corrales para el ganado y diques para regar cultivos. Los materiales eran naturales, los que se encontraban en la zona, como madera, barro, piedra, hueso, paja o pieles de animales, y el trabajo se hacia a mano.

El diagnóstico en las construcciones

Diagnóstico en las construcciones: análisis exhaustivo del proceso patológico con el objeto de alcanzar las condiciones que nos permitan proceder a la reparación consiguiente este análisis tiene que seguir, la línea inversa al proceso, yendo del efecto a la causa, pasando por los tres estadios, de síntoma o efecto, evolución y origen o causa. Dicho análisis debe ser metódico y exhaustivo, pues de él depende el éxito de la empresa; por ello es preciso:

  • Adoptar un método sistemático de observación y toma de datos.
  • Limitar las posibles ideas preconcebidas, es decir, contener la intuición profesional, tan común y útil en nuestro oficio, pero tan peligrosa en algunas ocasiones.

Etapas para realizar el diagnóstico.

Observación. De la lesión, o lesiones, que se manifiestan como síntoma de un proceso patológico y a partir de las cuales podemos conocerlo. Se trata de:

  • Detectar la lesión. En la mayoría de los casos se suele iniciar el estudio porque se ha detectado alguna lesión.
  • Identificar la lesión de que se trate, para poder dar los pasos adecuados, de entre el gran número de tipos posibles, de los cuales se han mencionado anteriormente, los más importantes.
  • Independizar lesiones y procesos patológicos distintos, con el objetivo de seguirlos adecuadamente, sobre todo teniendo en cuenta su posible imbricación.

Para esta primera fase del estudio puede resultar útil disponer de algún tipo de guía o planilla, por lo menos, una clasificación, aunque sea primaria, de las posibles lesiones y materiales afectados.

Toma de datos. Una vez identificada e independizada la lesión, se inicia la toma de datos, en la que debe aplicarse el máximo de método posible. Ello implicará, en ocasiones, un mínimo repetido de visitas, en otros casos la aplicación y seguimiento de una serie de instrumentos de análisis y evolución de la lesión, algunas veces, el uso de aparatos diversos de medida, y siempre, la utilización de fotografías que nos permitan plasmar gráficamente la lesión (el síntoma) en un momento determinado, tanto para poder seguir su evolución, como para poder continuar el análisis en el gabinete. De este modo, se pueden obtener una serie de datos físicos, incluso muestras de materiales, que serán elementales para el análisis posterior. Pero esto no es suficiente, y siempre que sea posible, se debe tratar de conseguir todo tipo de documentación gráfica o escrita de la unidad constructiva en cuestión, que facilite la comprensión del proceso.

En esta fase será necesario obtener los siguientes tipos de datos:

1. De identificación de la lesión Como continuación de la fase de observación, incluyendo, por lo menos:

  • Tipo de lesión.
  • Fecha de aparición y periodicidad.
  • Tipo (uso) del edificio y fecha de construcción.

2. Constructivos. Relativos al material o elemento afectados por la lesión, indicando la existencia de documentos gráficos o escritos fiables sobre la construcción dañada. Deben contener:

  • Material o materiales afectados.
  • Elemento constructivo dañado.
  • Sistema y detalles constructivos, si cabe.
  • Toma de muestras para ensayo, si es posible.

3. Ambientales. Según la situación del edificio y la localización de la lesión se debe saber:

  • Localización de la lesión en el edificio, con indicación del sistema constructivo afectado.
  • Orientación de la fachada o de la unidad constructiva donde se detecte la lesión.
  • Nivel de exposición del punto de aparición del síntoma con respecto al nivel de calle y a la proximidad de otros edificios.
  • Nivel de contaminación del entorno del edificio, en función de las medidas que se pueden tomar en la localidad, o, en el último extremo, en función de una apreciación personal comparativa.

Todo lo anterior puede estar recogido en la ficha de toma de datos, que cada profesional debe crear a su conveniencia, siendo lo más importante la toma de datos, y que éstos sean suficientes. La propuesta incluye la toma de fotografías o datos gráficos, que en general, completan la información, y ayudan a su estudio y posible revisión posterior. Las fotografías serán, en ocasiones, simples testimonios gráficos, o de identificación, sin necesidad de una técnica especial en su toma, pero otras veces constituirán verdaderas herramientas de trabajo, por lo que debe tomarse un cuidado especial en su obtención.

Análisis del proceso. Diagnóstico. Una vez terminada la toma de datos directa, y estando en posesión de los resultados de posibles ensayos de laboratorio, se puede iniciar la "reconstrucción de los hechos", es decir, tratar de conocer cómo se ha desarrollado el proceso patológico, cuál ha sido su origen y sus causas, cuál su evolución y cuál su estado actual. En definitiva, se debe iniciar lo que podemos llamar el análisis del proceso patológico con el objeto de alcanzar un diagnóstico definitivo y, por tanto, unas conclusiones para la posterior actuación profesional que implique la reparación de la, o las, unidades afectadas. Este análisis debe contemplar los siguientes aspectos del diagnóstico:

1. Causas. Que han originado el proceso, distinguiendo entre las directas y las indirectas, con una descripción precisa de cada una de ellas y especificación de su confluencia, tanto de varias causas directas, como de las posibles indirectas que hayan actuado conjuntamente. Para ello se puede seguir la clasificación que aparece en el Cuadro general de lesiones, con el esquema del Análisis del proceso patológico

2. Evolución. Del proceso patológico, indicando, sobre todo, sus tiempos, su posible periodicidad, la transformación o ramificación en nuevos procesos patológicos, etc. También puede ayudar a plasmar el proceso un sencillo cuadro.

3. Estado actual. Que debe recoger la situación del proceso, su posible vigencia o su desaparición y, sobre todo, la o las lesiones a que ha dado lugar y que constituyen los síntomas perceptibles del proceso. Para ello, utilizaremos la clasificación tipológica de las lesiones, así como las casillas correspondientes para determinar la urgencia del proceso.

Como objetivo final, el diagnóstico del punto anterior nos permite llegar a propuestas de actuación que, como queda mencionado, tendrá como misión devolver a la unidad su función constructiva.

Construcción modular

Muchas de las grandes partes de un edificio moderno se pueden construir lejos de su emplazamiento final. Los módulos se ensamblan de forma planificada. La construcción modular reduce los costes y el tiempo empleado en el lugar de la construcción.

Materiales de construcción

Casi todas las grandes estructuras se fabrican con acero y hormigón. Grandes cantidades de hormigón forman sólidos cimientos. Los muros, columnas y arcos de hormigón se refuerzan con acero. La madera se usa en construcciones pequeñas, sobre todo en la construcción modular, que es fuerte y ligera.
La construcción de edificios u obras públicas comprende el conjunto de técnicas, materiales, procesos, artes y oficios aplicados necesarios para llevar a cabo estas obras, para lo cual se tienen en cuenta las propiedades del terreno y de los materiales de construcción, los condicionantes de los diferentes procesos o técnicas aplicadas a cada parte de la obra, así como las acciones a que está sometido el edificio a lo largo de su vida útil como son: el peso de los materiales, el peso derivado del uso del edificio o sobrecarga, las acciones del viento o de los terremotos, la contaminación atmosférica, el riesgo de incendio, y otros.
El proceso de la construcción se realiza en diversas fases que engloban múltiples oficios, que son dirigidos por la dirección de obra. En este proceso participan tanto recursos materiales como humanos. La empresa que lleva a cabo una construcción de obra se denomina constructora y por lo general es contratada por una empresa promotora que encarga o promueve la construcción de edificios u otras infraestructuras. Por lo general, las constructoras que realizan obras públicas deben ser certificadas por la administración pública u ofrecer garantías para poder contratar con ella, mientras que estos requisitos no son necesarios cuando la promoción corre a cargo de una empresa privada o de un particular.

La construcción es una de las principales Industrias, tanto por su peso económico como por su incidencia en el medio ambiente.

La construcción naval o la construcción aeronáutica, etc., son conceptos equivalentes a la construcción arquitectónica, referidos a las técnicas propias de la ingeniería especializada en los barcos, los aviones, etc.

El sector de la construcción es uno de los de mayor siniestralidad laboral en Europa. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el trabajo (EU-OSHA) es un organismo supranacional encargado de velar por la seguridad de los trabajadores en la Unión Europea y dispone de cuantiosa información para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la construcción.

El mantenimiento y reparación en las construcciones

1. Propuesta de reparación. Debe referirse tanto a la causa como al efecto, recordando la preferencia de aquélla sobre éste, ya que, de lo contrario, puede llegar a ser peor el remedio que la enfermedad (contemplamos continuamente grietas en paredes que se intentan "tapar" con pinturas o morteros superficiales y que vuelven a parecer periódicamente, con más expresividad, sí cabe, o manchas de humedad que se cubren con sucesivas capas de pintura que se desprenden periódicamente por no haber eliminado primero la causa).

De las causas. Sobre las causas indirectas se podrá actuar en ocasiones en general, por lo que conviene analizar los distintos tipos.

  • Si se trata de material defectuoso, bien por error en su selección, bien por defecto de fabricación, debemos analizar si es posible su sustitución o por el contrario, resulta más adecuado su tratamiento químico o físico para darle las propiedades que requiere.

Será, pues, un problema constructivo, por un lado, y económico, por otro, cuyos condicionantes habrá que sopesar. No es lo mismo cambiar un material de acabado (una pintura o un alicatado) por insuficiente resistencia a la intemperie, por ejemplo, que cambiar un ladrillo visto, constitutivo de una fachada, por excesivo contenido de sales eflorescibles, o unos pilares de hormigón armado, por baja resistencia a compresión.

En el primer caso, resulta relativamente sencilla la sustitución, mientras que en los otros desaparece más razonable la aplicación de productos protectores de la humedad, en el ladrillo, o de refuerzos metálicos superficiales, en el hormigón.

  • Si se trata de un problema de disposición constructiva, bien por defecto de diseño de detalle, bien por error en la ejecución, podremos estudiar la posibilidad de un cambio de dicha disposición o, por el contrario, la adición de nuevos elementos constructivos que corrijan el defecto.

2. Propuesta de Mantenimiento. Si se trata, por último, de problemas de mantenimiento, será cuestión de estudiar las correcciones oportunas, aplicando las protecciones más adecuadas. En el caso claro de muchas corrosiones de elementos metálicos pos falta de protección anticorrosiva periódica, sobre todo en zonas de humedad relativa elevada.

  • Las causas indirectas son, casi siempre, susceptibles de corrección, bien por sustitución, bien por nueva disposición, bien por aplicación de nuevos materiales o nuevos elementos constructivos.
  • Las causas directas, sin embargo, suelen ser más difíciles de eliminar o actuar sobre ellas, sobre todo cuando se trata de agentes atmosféricos o contaminantes, por lo que su corrección se complica algo.
  • Si hablamos de causas mecánicas, podremos actuar en los esfuerzos o cargas que sean previsibles, tratando de eliminarlos o, por lo menos, limitarlos. Se pueden hacer desaparecer, por ejemplo, cargas permanentes innecesarias, como pavimentos muy pesados o mobiliario excesivo, y se pueden limitar sobrecargas, en ciertos almacenes, a base de carteles anunciadores o limitando la altura de las estanterías, con la inevitable incertidumbre de su cumplimiento.

Por el contrario, el caso de fricciones y rozamientos en pavimentos y zócalos es prácticamente imposible de evitar, a no ser que se modifique el uso de los locales. Las causas físicas son prácticamente imposibles de anular (lluvia, viento, temperaturas, etc.) y debemos recurrir a la protección física o química de los elementos, lo que implica, en realidad, una actuación sobre la causa indirecta (tipo de material) que se mencionó anteriormente.

  • Las causas químicas, por último, son también poco susceptibles de actuación directa, sobre todo cuando se trata de agentes contaminantes de la atmósfera. También en estos casos habrá que recurrir a la protección del material y elemento como actuación sobre causa indirecta.

Si el problema es de interacciones entre materiales, podremos resolverlo con la interposición de barreras entre ellos, pero se tratará, por lo general, de actuaciones indirectas. El mismo ocurrirá cuando el origen del producto químico sean los animales o las plantas. Entonces, además, la actuación deberá recaer sobre el mantenimiento.

En general, la mayoría de las causas directas sólo se podrán resolver, bien a base de protecciones que eviten que los agentes directos (físicos, mecánicos o químicos) alcancen al material o elemento susceptible de ser lesionado, bien mediante productos y aditivos aplicados al mismo material, bien a base de cambios de uso que puedan alejar o disminuir la acción de dichos agentes.

Finalmente, si la causa es una lesión previa, la reparación se dirigirá claramente a anularla, siguiendo todo el proceso que estamos analizando.

De los efectos. Una vez corregida o anulada la causa, y sólo después de ello, se deberá proceder a la reparación del efecto, lo que tendrá por objeto devolver al elemento o unidad constructivos su aspecto y su funcionalidad originales. Las posibilidades de actuación son, lógicamente, muy variadas, como lo son los tipos de materiales y elementos que pueden verse afectados, y los tipos de lesiones que les pueden afectar.

Posibles reparaciones según los tipos de lesiones descritos. Las humedades, una vez secas, suelen dejar mancha o aureola, que bastará con eliminar por simple limpieza o tapar con capa de pintura, según los casos

La erosión física (atmosférica) tendrá tratamiento diferente según lo avanzada que se encuentre y, por tanto, el nivel de erosión que haya sufrido el material. En función de ello, se puede proceder a:

  • Sustitución del elemento por otro (ladrillos nuevos, por ejemplo).
  • Saneado y endurecedor.
  • Tapado y protección con nuevos acabados.

La suciedad se reparará, normalmente, con una simple limpieza; natural, química o mecánica. Las deformaciones, suelen ser las más complicadas de reparación y por lo general, una vez anulada la causa, se dejan con el defecto permanente. Sólo en casos extraordinarios se puede proceder a corregirlas mediante esfuerzos mecánicos contrarios a los que las han originado, con el consiguiente peligro de nuevas lesiones, por lo que estos procedimientos suelen necesitar del complemento de nuevos elementos de refuerzo.

En los casos en que su eliminación sea imprescindible, se puede optar también por la demolición y sustitución del elemento.

Las grietas es uno de los casos en los que la corrección de la lesión sólo es posible mediante le demolición y reposición del elemento. En efecto, un elemento agrietado se ha convertido en dos elementos que, de algún modo, actúan independientemente ante nuevas acciones físicas o mecánicas, por lo que su unión hasta conseguir que vuelvan a ser un solo elemento es prácticamente imposible o muy difícil. En cualquier caso lo que nunca podría suponer una unión definitiva sería el atado parcial de las dos mitades mediante "grapas" o la unión superficial mediante "vendas". El resultado negativo de estos intentos lo sufrimos continuamente.

En el caso de la obras de fábrica (sobre todo, ladrillos) se puede pensar en una sustitución de los elementos rotos por otros nuevos y en un rejuntado profundo de todos los elementos afectados por la grieta. Naturalmente, una vez estabilizada la deformación de origen.

Las fisuras presentan diversas variantes que exigen un estudio antes de la reparación. Así, las de acabados por elementos obligan a la demolición y sustitución de todos los afectados. Sin embargo, las de los acabados continuos, en algunos casos, pueden "taparse" mediante nuevos acabados superficiales, aunque lo más corriente (y seguro) es también su demolición y refacción.

Los desprendimientos obligan siempre a la demolición y recolocación de las unidades afectadas o a la demolición total y sustitución por un acabado diferente, en función de la intensidad y extensión de la lesión.

La erosión mecánica seguirá el mismo proceso de reparación indicado para la física. Las eflorescencias son, quizás, las de reparación más simple de su efecto y pasan por una limpieza similar a la indicada para las suciedades (natural o física, mecánica o química). La oxidación es de reparación también sencilla, que consistirá en cepillado y nueva protección Lo mismo ocurrirá con la corrosión, siempre que su efecto sea escaso y no afecte a la integridad de la pieza. En caso contrario, habrá que sustituirla.

Los organismos pasan siempre por su eliminación y aplicación de productos "repelentes". En el caso de los xilófagos, una vez eliminados, habrá que considerar la integridad del elemento y, por tanto, su sustitución.

La erosión química, por último, seguirá los pasos de sus homónimas. Toda propuesta de reparación de un proceso patológico, al igual que todo proyecto de obra nueva, pero más en este caso, debe ser acompañada por una propuesta de mantenimiento de la unidad reparada, que estará en función del diagnóstico alcanzado, es decir, de sus causas, de su evolución y de la propuesta de reparación de causa y efecto.

Los aspectos más importantes de toda propuesta de mantenimiento, debe contemplar:

  • Revisiones visuales periódicas de los elementos lesionados y reparados, con objeto de comprobar su estado organoléptico, comprobando la posible aparición de nuevas lesiones (fisuras, deformaciones, organismos, suciedad, etc.) y, en general, su integridad.
  • Reposición periódica del material de acabado, que estará en función de su tipo y de su nivel de exposición, además de la clase de ambiente en el que esté situado (contaminación, humedad, orientación, etc.). Hay que partir de la base de que los materiales de acabado tienen una determinada vida útil.
  • Limpieza periódica de superficies No hay duda de que muchos procesos patológicos tienen su origen en la acumulación de partículas de suciedad (suciedades, organismos, erosiones químicas).

Asimismo, muchas humedades de filtración se originan como consecuencia de obstrucciones en canalones y bajantes.

La propuesta de mantenimiento deberá comprender todas aquellas acciones destinadas a mantener la integridad de la unidad reparada, así como de los materiales y elementos que hayamos aportado para su reparación.

Demolición

La demolición es la acción constructiva de emergencia a ejecutar en elementos, partes extensas o toda la edificación con defectos o dañadas. Le anteceden acciones constructivas de emergencia de evacuación y apuntalamiento que puede incrementarse como requerimiento o consecuencia de la demolición.

Posteriormente a su ejecución deben ser continuadas por las acciones constructivas de conservación o rehabilitación, las que por su parte pueden demandar de la ejecución de demoliciones.

Están muy asociadas a otras acciones e incluso no constructivas de preservación como el desmontaje de elementos de valor cultural o histórico, o una simple protección a cualquier elemento o parte de la edificación antes de la demolición, en su transcurso o inmediatamente después para luego aplicar otras acciones constructivas en el mismo.

Existen tres tipos de demoliciones; elementos componentes (tipo C), parcial (tipo B), y total (tipo A), que se diferencia por el volumen de edificación que abarcan, lo que da idea de la complejidad de las obras y alteraciones inducidas respecto a la propia edificación, pero no válida como magnitud respecto a otras. Por ejemplo, la demolición de una columna del cupulino del Capitolio, sería más cara y significativa que la de una vivienda.

Demolición de Elementos Componentes.

Es la demolición de elementos componentes lesionados o dañados en la edificación en pilares y tabiques aislados, tramos de muros y vigas así como de forjados y placas, balcones y aleros pequeños; cornisas, ménsulas, revestimientos de muros así como de techos y pisos, falsos techos, marcos, hojas de puertas y ventanas, barandas, rejas; marquesinas, buhardillas, pequeños lucernarios, estructuras ligeras adicionales, chimeneas, tanques de agua, conductos expuestos y aparatos eléctricos e hidrosanitarios así como de otros servicios.

Ya tomada la decisión de demoler el elemento durante la inspección técnica, se debe volver a reconocer precisando formas y dimensiones, ubicación; estructuración y materiales componentes, uso actual así como los anteriores y el originalmente proyectado, defectos y daños que presenta.

Se requiere observación razonada, perspicaz y suspicaz, analítica y sintetizadora; solicitando y razonando todos los criterios y observaciones que puedan aportar (aún en forma socialmente inadecuada) los usuarios, vecinos, ejecutores y personas vinculadas eventualmente al lugar o a la tarea; relacionando todo al propósito y variantes de su realización que desde un principio se vayan bosquejando; cuestionando y reiterando las observaciones, indagaciones, razonamientos y planes mientras se realizan, y también después de tomar una determinación de las acciones a ejecutar.

Aunque la demolición como obra de emergencia, o sea de accidente (y no emergente, traducible como que brota) puede ser impostergable, lo usual es que la antecedan otras medidas u obras de emergencia como la evacuación o la de apuntalamiento de las edificaciones dañadas incluyendo colindantes y vías o áreas próximas con peligro. Se implican entidades que atienden el tránsito, las redes técnicas, las funciones de las edificaciones o áreas incluyendo sus valores culturales; lo que compromete a más personas, recursos y tiempo con la orden de demolición segregada del técnico emisor.

Para lograr su cometido la orden de demolición "informa" la generalidad de datos del promovente y del emisor de la orden, dirección de la edificación y daños del elemento, complementándose con el dictamen técnico en algunos casos; "precisa" la ubicación, composición, materiales, dimensiones constituyentes del elemento; "describe" la ejecución de las obras de demolición detallando las herramientas y equipos que intervienen así como su forma de uso y las medidas de protección para los operarios, la edificación y colindantes; "pronostica" el volumen de escombros que acarreará la demolición, "recomienda" las medidas complementarias para proteger a la edificación de las alteraciones motivadas por la demolición y "orienta" la intervención de otras entidades o acciones necesarias.

En la "confección" de la orden de demolición se reitera finalmente todo el proceso de observación, indagación, razonamiento y planificación de la misma, cuestionando cada detalle.

La orden de demolición debe consignar la fecha, la entidad y localidad emisora, los datos de referencia al registro del dictamen técnico que la orden complementa, nombres y apellidos con firmas; así como el cargo de su autor, tipo de demolición, nombres y apellidos del solicitante o interesado, características del mismo como propietario; arrendatario o usufructuario, datos de la documentación que lo acredita en caso de las viviendas y en caso de entidades el cargo que en ella ocupa, así como el nombre y la localidad de la misma con su dirección postal y números telefónicos. En las viviendas la dirección postal incluye calle y número, así como piso y apartamento; además de las entrecalles de la edificación, poner siempre el motivo que origina la orden.

Para precisar la "ubicación" del elemento en la edificación tanto en altura por el número de plantas, como por su posición en la misma, estimada o medida a puntos de referencia inequívocos y de simple evidencia como las vías, las fachadas, el patio, la caja de escalera, el orden numérico directo a otra referencia de las crujías y elementos construidos; la orientación estimada considerando la posición solar y hora de estimación. Luego se precisa la "composición" del elemento aduciendo a su forma para confirmar su ubicación y al dividirlo en partes y esta en sus componentes, se facilitará la descripción de los materiales constituyentes. Las "dimensiones" generalmente son estimadas con el propósito de calcular el acarreo de escombros, obras auxiliares como el apuntalamiento y andamiaje, mano de obra, así como el tiempo y costos de ejecución.

La descripción de la ejecución de las obras a ejecutar, menciona las obras auxiliares de apuntalamiento o andamiaje e incluso de protección a edificaciones y áreas colindantes, como apuntalamientos, plataformas, entibaciones, mantas protectoras, corte de suministros de redes técnicas, evacuación de los inmuebles y funciones; cierre de vía y áreas. De ser preciso, las define u orienta que se hagan bajo la asistencia técnica de arquitectos o ingenieros. Orienta además medidas de protección que tomarán los operarios, como el uso de casco y arnés con cuerda de seguridad, así como el corte de instalaciones hidrosanitarias, eléctricas y de gas. Define las herramientas y equipos con el modo de empleo, como por ejemplo: demoler a golpe de brazo con maceta, derribar con la maza, palanquear con la barreta, picar con hachuela, ejecutar desde caseta sostenida por grúa, ejecutar desde andamio colgante, etc.

Pronostica un estimado de escombros considerando un incremento del 50% sobre el volumen inicial (puede estimarse como el área por 1m de alto en cada planta de edificaciones coloniales) orientando su eliminación y terminación adecuada de terminaciones de muros colindantes incluyendo construir contrafuertes.

Orienta que se solicite reinspección al concluir la demolición para definir la posibilidad de su ampliación; o que se inspeccionen los colindantes precisando sus afectaciones con testimonio de fotos, representación en planos y colocación de testigos que permitan dilucidar cualquier nuevo daño de los precedentes que además serán así conocidos por los usuarios evitando reclamaciones improcedentes.

También puede orientar la tramitación con otras entidades que debieron participar, incluso desde la decisión inicial de la acción de demoler durante la inspección técnica o en la determinación de la demolición aprobando y condicionando la misma; para que aprueben su ejecución o la supervisen, como el caso de la Comisión de Monumentos; cuando se ordena demoler elementos en edificación de valor cultural o histórico hayan sido o no declaradas patrimonio. Otro caso es el de Relaciones Exteriores; que asume en forma exclusiva todo lo concerniente a embajadas. Hay entidades cuyas edificaciones próximas a la acción demoledora, que aún sin riesgo ante las mismas resultan dañadas en su actividad por el polvo y el ruido. Los cortes en las vías y afectaciones de redes técnicas se concertan con las entidades correspondientes a través de las Comisiones de Redes Técnicas de los consejos de la Administración Municipal.

Durante la ejecución de las acciones constructivas propiamente de la demolición, el ejecutor usualmente garantiza la asistencia de otro técnico, arquitecto o ingeniero pudiendo concertarse criterios entre él y el emisor de la orden que puede sufrir modificaciones sustanciales. Aún sin concertarse, el emisor de la orden debe reinspeccionar la demolición durante su ejecución y al concluirse consignándola oficialmente en un dictamen técnico y consignándola finalmente que la acción constructiva fue concluida y el peligro eliminado, indicando otras acciones a otras entidades constructoras o no, implícita en la rehabilitación total de la edificación, como son las reconstrucciones de lo demolido que puede incluir la reparación o restauración del resto y en su defecto la preservación, consolidación o remodelación de una zona afectada.

Demolición parcial

Es la demolición que se realiza a partes con daño o defectos irreparables en la edificación, como escaleras, balconaje y pasillos de circulación; aleros extensos, grandes lucernarios, cupulinos, caseta de escalera en azotea, locales completos y a cualquiera de sus cerramentos o entrepisos, plantas completas y partes extensas que pueden abarcar todos sus niveles.

Al igual que para la demolición de elemento componente, la decisión de demoler parcialmente la edificación se toma durante la inspección técnica. De la misma forma se vuelve a reconocer la parte a demoler e incluso toda la edificación y sus alrededores, determinando las acciones a ejecutar y confeccionando la orden de demolición con las mismas indicaciones dadas en la de elemento componente.

Pueden incluirse a la entidad demoledora esta acción contra obras ilegales no convalidadas, tanto particulares como estatales, las que habiendo sido notificadas, multadas y requeridas con obligación de demoler lo construido; no se demuelen por el infractor y son tramitadas por la Comisión de obras ilegales del Consejo de la Administración Municipal que sufraga los gastos cobrándoselos oficialmente al infractor que puede resultar embargado de declararse insolvente.

Demolición Total

Es la demolición que se realiza totalmente a edificaciones con daño o defecto irreparable; ateniéndose a los mismos preceptos dados para las demoliciones de elemento componente y parcial.

Posterior a la demolición de edificaciones con paredes medianeras o contiguas a otras, el cambio de carga en el terreno lo deforma, incrementándose los ya originados esfuerzos imprevistos en muros y columnas por la contraposición descompensada al desaparecer el efecto constrictor de la edificación demolida. Los esfuerzos resultantes suelen ser inadmisibles a los materiales de muro y columnas ya dañados originando su fallo, usualmente exteriorizado como acuesto de muros de cierre (cubanismo por cerramiento) o de carga, sean medianeros o contiguos; pandeo y rotura de muros de cierre por empuje normal de los muros de carga en la misma edificación; asentamiento de muro y rotura por asentamiento del terreno en medianería, desplazamiento de las impostas en arcadas con el consiguiente agrietamiento y deformación de los arcos. Estos fallos originan crecientes deformaciones y roturas de los demás elementos estructurales o de cierre en todos los niveles de la edificación.

La solución idónea a esta reiterada situación, sería construir una obra nueva emplazada en el terreno a medida que se demuele o inmediatamente después. En muchos casos se han construido contrafuertes. Lo usual actualmente es dejar tramos de muros sin demoler que trabajen como contrafuertes, los cuales requieren ser consolidados y revestidos conjuntamente a los paramentos, muros y estructura de las edificaciones antes colindantes en los laterales y fondos, al realizar por el propio demoledor o por instancia designada al efecto.

Fuente

  • Artículo Construcción. Disponible en "www. urbipedia.org. Consultado 10 de octubre del 2011.
  • Arnaiz Ramos, María. Muros y revestimientos. Patología, principales deterioros. Técnicas de intervención. Camagüey. 2010
  • Cañizares Echevarría, Ana. Conservación de Edificaciones. Trabajo de Diploma. ISPETP; 2002.
  • Curso de Patología. Conservación y Restauración de edificios. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Segunda Edición. 1993. 4 T
  • Enciclopedia autodidacta interactiva OCEANO. MM Océano Grupo Editorial, S.A. Barcelona (España). 2000. T 1. 288 p