Cosmódromo de Baikonur

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Cosmódromo de Baikonur
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Kazajistán
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Fundación:2 de junio de 1955
Tipo de unidad:Cosmódromo
Superficie del terreno:6.717 km2
Dimensiones:85 km de Norte a Sur, y 125 km de Este a Oeste
País:Kazajistán

El cosmódromo de Baikonur es la primera base espacial construida en la Tierra, con una superficie de 6.717 km2 es el cosmódromo más grande del mundo. Está ubicado en territorios de la ex Unión Soviética que hoy pertenecen a la República de Kazajistán, cercanos a una aldea llamada Tiuratam en el suroeste del país.

Es el cosmódromo principal de Rusia, y el único complejo espacial desde el cual este país realiza sus lanzamientos de naves tripuladas. En este sitio, además, están las plataformas de lanzamiento para los vectores más pesados, es decir, los Protón y Energía. Después de la disolución de la Unión Soviética, este puerto espacial terminó estando en suelo extranjero, en Kazajistán, pero gracias a un acuerdo alcanzado en el 2004 con este país, Rusia aseguró el control sobre el mismo hasta el año 2050.

Desde allí se han realizado 2500 lanzamientos de cohetes espaciales con varios equipos cósmicos pero su mayor riqueza es su historia y las personas que contribuyeron al desarrollo de la industria espacial de Rusia.

Historia e hitos de Baikonur

La historia de Baikonur se inició a mediados del siglo XX. El 2 de junio de 1955 se firmó la orden del Estado Mayor General del Ministerio de Defensa de la URSS sobre la creación del Polígono Especial número cinco para las pruebas del primer cohete intercontinental balístico R.7, conocido también como Simiorka, utilizado tanto para portar bombas de Hidrógeno como prototipos para vuelos tripulados al espacio exterior, además de poder transportar una carga termonuclear a una distancia de unos 10 000 kilómetros.

Este sistema requería de tres estaciones de radiocontrol, para triangulación, ubicadas a 150, 200 y 300 km del punto de lanzamiento.

El primer lanzamiento exitoso de un cohete se llevó a cabo en ese polígono secreto situado en medio de las estepas de Kazajistán, en agosto de 1955. El 4 de agosto de ese mismo año el polígono se convirtió en un cosmódromo: allí se realizó el lanzamiento del primer satélite artificial de la Tierra, el Spútnik. Fue un hecho sin igual que dio inicio a la era cósmica de la historia moderna. En aquel entonces, el nuevo cosmódromo recibió su nombre, que se tomó de una cercana población kazaja: Baikonur, que en el idioma kazajo significa “tierras fértiles”.

Aparte de su función como campo de pruebas, a lo largo de los años Baikonur sirvió como una base operacional de misiles, al principio para siete lanzadores de misiles (ICMB) del tipo R-16.

La creación del cosmódromo, la construcción de su amplia infraestructura y de una potente base de investigación fue uno de los más importantes pasos para el desarrollo de la ciencia y tecnología soviética.

Construcción

El recinto comenzó a construirse en total secreto y la región se denomino bajo el nombre clave Taiga. El cosmódromo se construyo rápidamente superando las severas condiciones climáticas, las fallas continuas de la maquinaria y la ausencia de experiencia para construir un cosmódromo en el mundo. Se acordó convencionalmente como fecha de inicio de sus operaciones el 2 de junio de 1955.

Elección del lugar

La elección del lugar donde se construyó se ajustó a los siguientes criterios generales: Escasa población, suelos de escaso valor agrícola, cercanía a algún tendido férreo importante y también a una provisión importante de agua.

Baikonur fue escogido entre una decena de diversas opciones, pues satisfacía esos criterios al hallarse en un desierto en Kazajistán, al este del Mar de Aral y cercano a uno de los ríos más grandes de Asia, además de estar ubicado a lo largo del trazado férreo Moscú - Tashkent (capital de Uzbekistán).

Si bien su latitud (distancia al Ecuador) no era muy baja estaba más al sur que otras locaciones rusas. La latitud es un elemento relevante porque la mayor cercanía al Ecuador favorece un menor gasto energético para enviar un cohete al espacio pues la tierra gira a una mayor velocidad en el Ecuador que en el Polo lo que permite dar un mayor impulso natural al cohete. Así, en Baikonur, y gracias a la velocidad de rotación terrestre, un cohete recibe un impulso adicional de 1.174 km/hr mientras que en el Ecuador alcanza los 1.667 km/hr

Costo

Las construcciones realizadas se hicieron a un costo enorme. Cada uno de los sitios de lanzamiento del R-7 costó unos 500 millones de rublos, al cambio de mediados de la década de 1950. Estos fondos también cubrían los gastos de construcción del radar de corto alcance y de las estaciones de radiocontrol, las cuales tenían que ser situadas en terrenos cenagosos o sobre regiones del tipo taiga, y requerían de la construcción de nuevas carreteras, líneas de energía eléctrica, etc.

Arquitectura

El centro cuenta con dos aeropuertos, 470 kilómetros de vías férreas, 1281 kilómetros de carreteras, 6610 kilómetros de líneas de telecomunicación, 360 kilómetros de oleoductos, 92 puntos de comunicación, así como con una planta de producción de oxígeno y nitrógeno, esenciales para los cohetes.

El cosmódromo de Baikonur se extiende 85 km de Norte a Sur, y 125 km de Este a Oeste. Aparte de las 15 de plataformas de lanzamiento, el Cosmódromo de Baikonur alberga a:

  • 5 centros de seguimiento-control.
  • 9 estaciones de seguimiento
  • 11 edificios de montaje de vectores
  • 1 planta productora de oxígeno y nitrógeno
  • 3 facilidades de combustible (sólo una activa hacia mediados de los 90´)
  • 1 estación de energía
  • 600 estaciones transformadoras
  • 92 sitios de comunicaciones
  • 2 aeropuertos
  • 470 km de vías férreas
  • 1 281 km de caminos
  • 6 610 km de líneas de comunicación
  • 360 km de oleoductos
  • 1 240 km de cañerías de agua
  • 430 km de conductos cloacales

Baikonur es una zona militar y por eso el acceso a su territorio está cerrado incluso para los familiares de los cosmonautas. Esta regla se observa desde que así lo determinara el ingeniero general de la cosmonáutica rusa, Serguéi Koroliov. Incluso la esposa de Gagarin supo de su vuelo como todos otros ciudadanos de la URSS: a través de un informativo radial.

Proyectos

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Desde Baikonur se han lanzado naves espaciales tripuladas de las series Vostok, Vosjod y Soyuz, complejos orbitales Salut y Mir, el sistema de múltiples usos Energía–Buran, vehículos interplanetarios y satélites. Más del 50 % de todos los lanzamientos mundiales se han realizado desde esta base espacial.

El 4 de octubre de 1957, fue lanzado el primer satélite artificial, hecho que dio inicio a la Era Espacial y también a la Carrera espacial.

El 12 de abril de 1961, a las 21:07 (hora local), despegó desde allí el cohete Vostok-1, llevando en su interior al primer cosmonauta de la historia, Yuri Gagarin.

Durante más de medio siglo de funcionamiento, la base ha colaborado en los principales logros de la exploración del espacio: desde aquí también se lanzaron el cohete Sputnik-2 (1957) y Sputnik-5 (1960) con las perritas Laika en el primero y Bielka y Strielka en el segundo.

Entre los años 1970 y 1980, Baikonur fue el principal cosmódromo de la Unión Soviética, tras la desintegración de la URSS, la base quedó situada en el territorio de Kazajistán y en condición de arrendamiento por la Federación rusa a través de un contrato que expirará en 2050.

Actualmente, más del 50% de los lanzamientos de ingenios espaciales de Rusia despegan desde Baikonur y el Cosmódromo ha sido responsable del 40% de todos los lanzamientos al espacio tanto de la Unión Soviética como de la Federación rusa.

En 2008 Rusia envió al espacio 27 aparatos alcanzando el primer lugar en el mundo tal como en 2007 siendo 19 de ellos enviados desde Baikonur y el resto desde territorio ruso.

Buran

Buran (tormenta de nieve) fue otro de los proyectos espaciales relevantes puesto a prueba en Baikonur. Fue construido en 1984 y su primer y único vuelo lo realizó el 15 de noviembre de 1988. El vuelo duro 205 minutos y permitió a este vehículo reutilizable dar 2 vueltas al globo. A su regreso se constato que la nave había sufrido severamente por la fricción generada en su regreso a Tierra y que además el costo de reparación resultaba muy elevado. A diferencia de los transbordadores espaciales norteamericanos toda la operación se realizó automáticamente, es decir, sin tripulación a bordo aunque debido a algunas fallas detectadas previamente.

En 1990 el programa fue detenido y se le puso punto final en 1993 debido a la falta de recursos que afectaba largo tiempo no solo al proyecto sino que también a todo el país.

Hitos y tradiciones

En los años de vida del cosmódromo han nacido varias tradiciones, cada una de las cuales cuenta con su historia. La más conocida es que los cosmonautas ven la película soviética Sol blanco del desierto en vísperas del vuelo. Se supone que la película, que trata sobre la valentía y la inteligencia personal que ayuda a sobrevivir en condiciones adversas, trae suerte a los cosmonautas en el espacio.

Sol blanco del desierto

La historia de esta tradición es amarga. En 1971 Alexéi Leónov, quien formaba parte de la tripulación principal de la nave Soyuz 11, sufrió un malestar y los médicos concluyeron que no podía volar. En vez de Leónov y el otro tripulante, Valeri Kubásov, tuvieron que viajar al espacio tres cosmonautas de la tripulación de reserva. Todo el vuelo salió según lo esperado pero durante el aterrizaje se produjo una fuga del aire y pérdida de presión en la cápsula de descenso. Los cosmonautas Vólkov, Dobrovolski y Patsáyev no tuvieron bastante tiempo para normalizar el sistema y fallecieron.

Esta catástrofe significó una gran falla para todo el programa cósmico de la URSS. Los vuelos estuvieron suspendidos más de dos años, mientras se investigaban las causas de la catástrofe. En este triste periodo, los cosmonautas de la tripulación principal, Leónov y Kubásov, continuaron su entrenamiento e investigaciones en Baikonur, y una vez les ofrecieron ver alguna película inspiradora.

La copia del recién aparecido filme Sol blanco del desierto estaba disponible solo en la ciudad de Almatý, la entonces capital de Kazajistán, pero la llevaron a la base para que los cosmonautas pudieran verla. El filme gustó mucho a los cosmonautas y les dio ánimos. Valeri Kubásov concluyó que la película traía suerte. Y en efecto, su siguiente vuelo transcurrió de una manera perfecta. Desde entonces los cosmonautas siempre ven Sol blanco del desierto y, efectivamente, ¡funciona!

Firmas en la pared

El propio Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio, estableció otra tradición. Gagarin pasó las últimas horas antes de su vuelo en una modesta habitación. Al salir de allí para dirigirse al espacio, dejó su firma en la puerta. Nadie sabe por qué y para qué lo hizo, pero desde entonces todos los cosmonautas dejan su firma en la pared antes del vuelo. Y si bien es cierto que la mujer de limpieza borró la firma de Gagarin, las siguientes firmas permanecen intactas como parte de la memoria del cosmódromo.

Fuente