Cotorra cabecinegra
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La Cotorra cabecinegra o cotorra nanday es una psitácida sudamericana de pequeño tamaño. Los adultos miden entre 30-37 cm y alcanzan un peso de hasta 140 gm. El plumaje es de color verde. La cabeza y el pico son negras, de ahí su nombre común. La parte superior del pecho y algunas plumas de sus alas son azules. Las plumas que cubren las patas son rojas. Tienen un anillo gris alrededor del ojo de color marrón oscuro. No existen diferencias de aspecto entre ambos sexos. Los juveniles tiene menos plumas azuladas, la cola más corta y las patas oscuras.
Sumario
Identificación
La cotorra cabecinegra se diferencia fácilmente de otras especies de cotorras introducidas por poseer la cabeza de color negro y las plumas que cubren las tibias de color rojo (aunque pueden no ser visibles cuando el ave está posada).
Otras especies de cotorras introducidas en nuestro país se diferencian por tener la cabeza azul (A. acuticaudata) o de color rojo (por ejemplo, A. mitrata o A. erythrogenys) o por tener el pecho de color gris (Myiopsitta monachus). Existen otras especies de la misma familia que también poseen la cabeza negra, pero se diferencian o por tener un tamaño menor y diferentes colores en el pecho (cotorritas como Bolborhynchus aymara o Pyrrhura spp.) o por tener un mayor tamaño y una cola corta (amazonas como Pionites melanocephala, Pionus chalcopterus o Pionopsitta spp.
Biología
La especie frecuenta sabanas arboladas y palmerales abiertos. Es posible encontrarlo también en la proximidad de campos, donde en ocasiones se alimenta, causando daños en cosechas de girasol y maíz. Normalmente forma pequeños bandos de hasta unas pocas decenas de ejemplares, aunque en ocasiones pueden observarse bandos de varios centenares.
Nidifica en huecos de troncos de árboles y palmeras, ocasionalmente en postes de madera. Ha sido documentado un nido con 4 huevos, mientras que en cautividad la puesta es de tres a seis huevos.
Se alimenta de semillas, pequeñas nueces, frutos y probablemente brotes e insectos, que come tanto en árboles y arbustos como en el suelo. También desciende al suelo para beber.
Distribución
La especie se distribuye por un área que comprende el SO de Brasil (Mato Grosso), SE de Bolivia, Paraguay y N de Argentina (Formosa, Chaco, Santa Fe) [1]. Introducido en diversos puntos de Norteamérica y en Asia.
Protección
Protegida por la convención CITES,(especies que pueden llegar a estar amenazadas por un comercio sin control). La especie parece actualmente común en partes de su área de distribución, habiéndose en ocasiones beneficiado de la expansión de áreas de cultivo [1]. Sin embargo la especie ha sido objeto de unos elevados niveles de comercio, lo que supone una seria amenaza para su conservación [3].
Situación
La especie no se encuentra establecida en España, pero se han observado pequeños núcleos reproductores en diferentes puntos del país, tanto en la península como en las islas Canarias. Por el momento no existen datos que hagan pensar en una reproducción regular de dichos núcleos.
La introducción de la especie se debe al escape o liberación de ejemplares mantenidos en cautividad. De esta forma, es posible que la población cautiva pueda seguir originando nuevos núcleos de población en cualquier punto de la geografía nacional.
En la actualidad no se conoce ninguna población estable de la especie. Así, los ejemplares de los diversos núcleos existentes no deben sobrepasar unas pocas decenas de individuos en todo el territorio [4,5]. Sin embargo, no se descarta que en un futuro próximo la especie pueda pasar a reproducirse regularmente y aumente significativamente sus efectivos, tal como ha sucedido en otros países.
Daños sobre el medio natural
No se han descrito daños sobre el medio natural. Su posible impacto se hallará limitado debido a sus reducidos efectivos y su presencia próxima a medios urbanos o semiurbanos.
Daños sobre el medio humano
En España no se han descrito daños sobre la agricultura. Sin embargo, en su área de origen la especie causa daños en diversos cultivos, como campos de girasol y de maiz. Por todo ello debe tratarse como una especie con potencial impacto sobre la agricultura.
Medidas de control
Debe considerarse que cualquier medida de control sobre esta especie podrá resultar ineficaz si no se acaba antes con el continuo aporte de individuos provenientes de cautividad. Así, la existencia de una numerosa población cautiva y la importación de nuevos ejemplares podrán originar repetidamente nuevos núcleos en libertad.
Ante todo respetad la Fauna, una foto no vale la pena si la hemos conseguido siendo partícipes de la desaparición de una especie, bien definitivamente por pérdida de sucesivas generaciones, bien del lugar donde las vimos porque se marchen a otros lugares. Ellos están en su casa, no los molestes, por favor ¡¡¡
