Cráter de Chicxulub

Cráter de Chicxulub
Información sobre la plantilla
Cráter de Chicxulub.jpg
Es un Cráter de impacto provocado por un meteorito de 50.000 toneladas que se estima que cayó a una velocidad de 15 kilómetros por segundo.
Ubicación19° 18' S, 127° 46' E. Se encuentra en el extremo sur de la región de Yucatán en México 180 km de diámetro, caido hace 65 millones de años cerca del poblado de Chicxulub, en la península de Yucatán, en México.
Fecha de descubrimientoEn la década de 1970.
Clasificación espeleológicaCráter

Cráter de Chicxulub. Es un cráter de impacto ubicado en los 19° 18' S, y 127° 46' E, cerca del poblado de Chicxulub, en la península de Yucatán, en México. Tiene un diámetro de 180 km; fue descubierto en la década de 1970 por Antonio Camargo y Glen Penfield, geofísicos que trabajaban para la empresa paraestatal de Petróleos Mexicanos en busca de yacimientos de petrolíferos. Es el tercero de su tipo más grande de la Tierra.

Historia

El cráter se encuentra ubicado en los 19° 18' S, y 127° 46' E, cerca del poblado de Chicxulub en la península de Yucatán, en México. Tiene un diámetro de 180 y una profundidad aproximada de 900 metros, es el tercer cráter de impacto más grande de la Tierra. Los primeros indicios de este cráter según las investigaciones se remontan a la decada de 1960 según Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Autónoma de México (UNAM), él cual plantea que tras explorar el subsuelo en el Golfo de México, se detectaron ciertas anomalías gravitacionales en la capa carbonatada de la península de Yucatán. A diferencia de las estructuras geológicas comunes, que presentan formas irregulares, las imágenes mostraban una forma circular y un patrón concéntrico. A pesar de su gran tamaño no fue descubierto hasta 1970, durante una prospección de Petróleo realizada por los geofísicos Antonio Camargo y Glen Penfield.

Penfield examinó la información recabada en el norte de Yucatán, encontró un arco subterráneo de extraordinaria simetría en un anillo de 70 kilómetros de diámetros; el geofísico obtuvo un mapa de las características gravitatorias de la península que había sido realizado en la década de 1960. Aunque los mapas habían sido vistos por el contratista Robert Baltosser que también había hecho algunas conjeturas sobre el origen de estas anomalías, la política de información de Pemex impidió la diseminación de estos datos.

Penfield encontró otro arco, aunque este se encontraba sobre la península de Yucatán y su punto culminante apuntaba hacia el norte. Al realizar la Comparación de los dos mapas encontró que los dos arcos (el del mapa de los años sesenta y el que él había descubierto) conformaban un círculo de 180 kilómetros de diámetro, con su centro muy cerca del pueblo de Chicxulub. El geofísico staba casi seguro de que este extraño rasgo geofísico de la península yucateca había sido provocado por un sólo cataclismo ocurrido en algún momento de la historia geológica del planeta Tierra, y que data del Cretácico tardío, hace aproximadamente 65 millones de años, el tamaño del meteorito se estima que era de unos 10 km de diámetro, por lo que al impactar creó el cráter de 180 km de diámetro, liberando un estimado de 4.3×10²³ joules de energía que equivale a unos 191,793 gigatones de TNT (Dinamita) al momento del impacto.[1]

El impacto provocó un gigantesco tsunami en todas direcciones, que golpeó la isla de Cuba fuertemente. La emisión de polvo y partículas, causó cambios ambientales quedando, la superficie terrestre, totalmente cubierta por una nube de polvo. Esta secuencia coincide con la teoría postulada por el físico estadounidense Luis Walter Álvarez y su hijo Walter Álvarez, geólogo, sobre la extinción de los dinosaurios, la cual plantean que pudo haber sido causado por el impacto de un meteorito de tales dimensiones. Esta teoría es aceptada ampliamente por la comunidad científica.

La principal evidencia es una delgada y dispersa capa de iridio en este límite geológico alrededor del mundo. El iridio es un metal raro en la Tierra, pero abundante en los meteoritos. Se piensa que este impacto es parcial o completamente responsable de la extinción de especies entre los períodos Cretácico y Terciario.

El cráter ha sido objeto de estudios geoquímicos, análisis de núcleos, microscopía electrónica y estratigrafía, entre otros, que han dado pauta a poderosas hipótesis, entre ellas que el proyectil debió tener un tamaño de alrededor de 10 km de diámetro y perforó la capa terrestre de la península a velocidades de 10km por segundo. Tuvo que haber sido una colisión de alta velocidad, porque solo así se explicarían los restos de materiales con evidencia de derretimiento como consecuencia de las altas temperaturas y presiones del impacto.

Caracteríticas

El cráter está muy bien preservado, su complejidad reside en no tener la forma de un tazón, sino una distinta que podría describir como una serie de anillos concéntricos, el símil perfecto sería imaginarlo como cuando se lanza una piedra en el agua y se forman anillos y una protuberancia central, que en geofísica se le llama elevación estructural central.

Se encuentra cubierto por 2 a 3 mil metros de sedimentos, esto sin duda ha colaborado en su preservación, pese a encontrarse bajo agua, esto ha sido confirmado mediante mediciones de gravimetría realizadas por el buque oceanográfico Maurice Ewing[2]

Tras analizar la constitución del cráter, se sabe que tiene cuatro capas que muestran la sucesión de eventos ocurridos: la capa inferior previa a la colisión contiene microfósiles propios del Cretácico; luego le sigue la capa del material eyectado en el choque; encima de ella, la capa formada por los restos de la “Bola de Fuego” y, finalmente, el sedimento posterior a la catástrofe.

Los fósiles de la primera y última capas son diferentes, lo que evidencia un cambio en las especies. Por otro lado, entre la capa de la Bola de fuego y la correspondiente al período Cenozoico, hay un espacio carente de todo resto fósil a lo que se le conoce como “capa de océanos vacíos”, señal del lapso que tardó la vida marina y los ecosistemas en recuperarse[3]

Animación que muestra el impacto y la formación del cráter de Chicxulub.

Referencias

Fuente