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El '''criticismo''' (del [[idioma griego|griego]] κρινω, ''kríno'', "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina [[epistemología|epistemológica]] desarrollada por el [[filósofo]] [[Immanuel Kant]], que pretende establecer los límites del [[conocimiento]] cierto a través de una investigación [[sistema|sistemática]] de las [[condición de posibilidad|condiciones de posibilidad]] del pensamiento. Sostiene la superioridad          de la investigación del conocer sobre la investigación del ser. Esta corriente          está convencida de que es posible el conocimiento para el hombre, acepta          que puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos que dan          certeza, pero que hace indispensable justificar racionalmente la forma          como llegamos al conocimiento: es decir, cómo llegamos al conocimiento          y en qué forma se nos da la realidad.
 
El '''criticismo''' (del [[idioma griego|griego]] κρινω, ''kríno'', "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina [[epistemología|epistemológica]] desarrollada por el [[filósofo]] [[Immanuel Kant]], que pretende establecer los límites del [[conocimiento]] cierto a través de una investigación [[sistema|sistemática]] de las [[condición de posibilidad|condiciones de posibilidad]] del pensamiento. Sostiene la superioridad          de la investigación del conocer sobre la investigación del ser. Esta corriente          está convencida de que es posible el conocimiento para el hombre, acepta          que puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos que dan          certeza, pero que hace indispensable justificar racionalmente la forma          como llegamos al conocimiento: es decir, cómo llegamos al conocimiento          y en qué forma se nos da la realidad.
  

Revisión del 20:45 2 dic 2015

El criticismo (del griego κρινω, kríno, "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina epistemológica desarrollada por el filósofo Immanuel Kant, que pretende establecer los límites del conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento. Sostiene la superioridad de la investigación del conocer sobre la investigación del ser. Esta corriente está convencida de que es posible el conocimiento para el hombre, acepta que puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos que dan certeza, pero que hace indispensable justificar racionalmente la forma como llegamos al conocimiento: es decir, cómo llegamos al conocimiento y en qué forma se nos da la realidad.

El criticismo kantiano

Ha sido concretamente la Edad Antigua la que ha permitido presentar pequeños brotes de criticismo, y dentro de esta época sobresale Platón (siglo V antes de Cristo) quien distingue varios grados que conducen al conocimiento. El criticismo comienza con una doble crítica al racionalismo y al empirismo, pues se considera que estos dos planteamientos han tenido en cuenta sólo un punto de vista de la realidad por lo que no han tomado en cuenta el papel activo que deben desarrollar las personas en el acto de conocer.

Kant desarrolló la filosofía crítica[1] en respuesta a los cuestionamientos que la lectura del filósofo empirista David Hume le había provocado; previamente, en la que los historiadores de la filosofía llaman su etapa precrítica, Kant había enseñado la doctrina racionalista de Christian Wolff, un seguidor de Leibniz.

Criticismo influenciable

El problema que había que resolver era la necesidad de conciliar la evidencia de la existencia de leyes universales —expresadas, por ejemplo, en los principios de la matemática, que no parecen ser el resultado de una inducción contingente; es difícil sostener que existe algún caso en que el resultado de una operación como 5 + 7 no vaya a ser 12— con la doctrina de que todo el conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos — que, por su propia naturaleza, no pueden conocer principios generales, sino sólo hechos y objetos individuales.

Juicios cuánticos y sintéticos

La formulación kantiana de este problema se corresponde con su distinción entre las afirmaciones o juicios analíticos —esto es, aquellos cuyo predicado está implícita o explícitamente contenido en el sujeto, como las tautologías del tipo "lo blanco es blanco", o las afirmaciones, como "todos los carnívoros son animales", en que la definición del sujeto ya presupone lo predicado; "carnívoro" es "animal que come carne"— y los sintéticos —aquellos en que se afirma algo no previamente contenido en la noción del sujeto, como "este papel es blanco" o "este animal está enfermo".

Los juicios analíticos pueden hacerse de manera universal, e independientemente de la experiencia; son, por lo tanto, a priori, pero no constituyen un aumento del conocimiento. Los juicios sintéticos aumentan el conocimiento, pero dependen de la experiencia de un hecho particular; parecen ser, por lo tanto, a posteriori, algo inadmisible, en la opinión de Kant, para la ciencia, que debe producir afirmaciones no contingentes. Kant define el problema de la ciencia como la fundamentación de los juicios sintéticos a priori, es decir, afirmaciones de validez universal que puedan realizarse independientemente de la enumeración de los hechos constatados.

Formas a priori

La solución kantiana afirma que, si bien nada hay en la inteligencia que no tenga origen en la experiencia de los sentidos, no todo el contenido del conocimiento se deriva de lo percibido sensorialmente. Lo conocido es el resultado de la aplicación de las facultades del intelecto al objeto del conocimiento; esto es, las características de aquello que se conoce provienen en parte del objeto conocido, pero también se derivan en parte de la estructura de la inteligencia que conoce, una doctrina conocida como idealismo subjetivo. Las propiedades del intelecto que permiten conocer son las que Kant llama formas a priori de la inteligencia; divididas en tres niveles (formas de la percepción, del entendimiento y de la razón), incluyen nociones como las de espacio y tiempo, que no se extraen de la experiencia sino que constituyen su condición de posibilidad. El hecho de que sea imposible pensar un objeto sin colocarlo en el espacio no indica nada acerca de la naturaleza de los objetos, sino de la mente que los piensa.

Obras de Kant

Kant desarrolla la doctrina de la crítica en tres partes; la primera, la investigación de las formas a priori de la facultad intelectiva, corresponde a la Crítica de la Razón Pura (1781). Ésta se continúa con la investigación de los principios a priori de la moral en la Crítica de la Razón Práctica (1788), y el análisis de la interconexión entre el ámbito determinista de la naturaleza y el ámbito espontáneo de la causalidad espiritual en la Crítica del Juicio (1790).

Otros criticismos

Otros autores de posibilidad y funcionamiento tanto de la actividad económica real —fundada en el fetichismo de la mercancía— como de la teoría económica clásica de Adam Smith y David Ricardo. El mismo sentido tiene la designación de teoría crítica de la sociedad utilizado por los autores de la Escuela de Fráncfort.


Notas y referencias

Fuentes