Cuevas de Bellamar

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Cuevas de Bellamar
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Cuevas de Bellamar
UbicaciónMatanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fecha de descubrimiento1861
Clasificación espeleológicaCueva

Cuevas de Bellamar. Son un conjunto de cavernas de mas de 23 kilómetros de galerias situadas en la provincia Matanzas, Cuba. Por la belleza de sus galería y cavernas, los importantes hallazgos paleontológicos, además de una amplia gama de procesos cristalinos fueron declaradas Monumento Nacional.

Origen

Las galerías y pasadizos de las Cuevas de Bellamar se calcula que comenzaron a formarse hace unos 300 mil años. Según los estudiosos, la planicie en la cual están las cuevas se encontraba originalmente bajo el mar, formando parte de la bahía de Matanzas. A lo largo de la llamada Falla de Bellamar el agua subterránea, en combinación con el dióxido de carbón, fue disolviendo la roca calcárea y de esta forma fue creando cámaras subterráneas en el subsuelo; bajo el fondo marino.

Mientras permanecieron bajo el nivel del mar, estas cavernas estuvieron llenas de agua. Los movimientos tectónicos hicieron que la zona se elevara, hasta llegar a formar las terrazas marinas que se notan en la ciudad de Matanzas y sus alrededores.

Con el decursar del tiempo estas cavernas se fueron secando; desaguándose incluso algunas cavidades que están a gran profundidad bajo el nivel del mar y comenzaron a tener lugar filtraciones entre las rocas, sobre el techo de las cuevas, de agua con carbonato de cal disuelto que fueron dejando residuos al gotear y, de ese modo formar las estalactitas desde el techo y las estalagmitas en el suelo.

Descubrimiento

Las Cuevas de Bellamar fueron descubiertas por casualidad en febrero de 1861 cuando un esclavo perdió su barreta abriendo un hueco en el suelo, tratando de remover una roca de cal. El esclavo y el mayoral imaginaron que la tierra se había tragado la barreta.

Cuevas de Bellamar

Don Manuel Santos Parga, dueño de la finca, pidió explicaciones y al no recibir respuestas se dirigió al lugar de los hechos, ordenó que se cavara allí; y apenas se había abierto un espacio de poco más de una vara, salió por el agujero practicado una gran corriente de aire repugnante de olor; caliente y como humoso; entonces quedó así al descubierto la entrada de la cueva.

El señor Parga, que era entendido en cosas de minas y cuevas, se dio cuenta de lo que el descubrimiento significaba y comenzó a preparar la cueva para que los visitantes pudieran disfrutarla. Sacaron muchas piedras; hicieron escaleras de mampostería que aun están en uso; instalaron pasamanos; y tan pronto fue una realidad, instaló luz eléctrica. Él o uno de los guías bajo su empleo llevaban a los turistas por los pasadizos de la cueva mientras explicaban lo que estaban viendo. Dos años después del acontecimiento, el matancero José V. Betancourt, narró lo sucedido.

Llamadas originalmente las Cuevas de Parga en homenaje a su descubridor, el punto cambió su nombre por el de Las Cuevas de Bellamar, en plural, (aunque los especialistas indican que se trata de una sola cueva con varios salones) debido a su cercanía con la playa homónima en el oeste matancero.

En los dos primeros años más de dos mil personas la visitaron. En aquellos tiempos fue un éxito rotundo, tanto turístico como científico.

Características

Formaciones

Estalactitas

Las estalactitas son cilíndricas, y según aumenta su tamaño se hacen cónicas mientras que las estalagmitas son cónicas o aplanadas, como derretidas. Ambas crecen hasta unirse y formar columnas.

En algunos casos varias estalactitas relativamente cercas se van uniendo, dando lugar a las formaciones llamadas matos. Otras corren próximas a la pared formando cascadas. En las Cuevas de Bellamar se ven todas estas formaciones.

Muy interesante en las Cuevas de Bellamar son sus formaciones cristalinas de aspecto transparente y brilloso las cuales no se originan de la misma manera que otras estructuras nombradas. Tienen su origen en geodas llenas de agua. Y más interesante resulta que en ciertas cavidades de las cuevas las formaciones sedimentarias son cubiertas por una capa cristalina, indicando que después de haberse secado, estas cámaras volvieron a inundarse totalmente, o al menos parcialmente.

Galería y salones

Acceso a las cuevas

En el salón principal se encuentra la formación rocosa conocida como Manto de Colón. Esta es la más grande y antigua que se presenta en forma de cascada y tiene una altura de 12 metros.

Dividida en cuatro sectores, sus galerías y salones están tapizados de estalactitas, estalagmitas y helictitas, estas últimas de caprichosas formas horizontales.

Diseñado por la naturaleza y bautizado por el hombre, se hallan el túnel del amor, la capilla de los 12 apóstoles, la Garganta del Diablo, el Paso de la Lluvia, el Salón de las Nieves y los templos a San Pedro y Gótico.

Estas cuevas presentan una belleza poco común en el mundo de las cavernas porque muchas de las formaciones son resplandecientes debido a la capa cristalina que las cubre.

A las Cuevas de Bellamar se entra es por la cavidad llamada Salón Gótico, una cámara de forma cuadricular que mide unos 80 metros de largo por unos 25 metros de ancho.

En el salón Gótico, se le ha dado nombre a algunas de las formaciones; entre otras se encuentra El Huerto de las Zanahorias, La Capilla de los Doce Apóstoles, Doña Mamerta y el famoso Manto de Colón. Pero las Cuevas de Bellamar no son sólo este salón, la cavidad se extiende hacia el este y el oeste logrando una longitud que sobrepasa los tres kilómetros de largo; y se sabe que es mucho más grande, con cámaras aun totalmente inundadas.

Otras de las cavidades son la Galería de los Dos Lagos, el Salón de las Esponjas, la Galería de los Enanos y la Galería de los Megalocnus al este del Salón Gótico. En la otra dirección se encuentran el pasadizo de Hatuey, Salón de las Damas, Lago de las Dalias y el Baño de la Americana. Sobre esta última existe la leyenda de que una veraneante estadounidense, muchos años atrás, se perdió en ese sitio, cuando decidió refrescar su cuerpo en las cristalinas y frías aguas.

Según los científicos es una sola cueva con varios salones, pero la costumbre la trata en plural. El aire allí es respirable, al menos donde se le permitía llegar al visitante. La temperatura es relativamente estable todo el año, manteniéndose a 26ºC.

Para los conocedores de la Espeleología, las Cuevas de Bellamar son consideradas además como un laboratorio potencial para el estudio de la cristalografía subterránea, particularmente las derivadas del carbonato de calcio, por encontrarse en sus galerías una amplia representación de formas cristalinas de singular belleza.

La antigüedad de sus galerías y niveles permitió que sirvieran de refugio a la fauna cuaternaria de la región, hecho confirmado por el hallazgo en las excavaciones de restos de animales prehistóricos, además de ubicarse en el área la mayor cavidad de origen freático de Cuba.

Nuevos descubrimientos

De relevante interés científico valoran aquí los nuevos hallazgos en un segmento del Sistema Cavernario Bellamar, distinguido Monumento Nacional.

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En la centenaria cueva un grupo de espeleólogos descubrieron una estrecha cavidad que los condujo a otra prolongación subterránea de unos nueve kilómetros de longitud. Para sorpresa de todos, encontraron allí galerías de incomparable belleza.

Se trata de formaciones cilíndricas pendientes de estalactitas, y suspendidas en el aire, en cuyos extremos cuelgan un conglomerado de cristales macizos de calcita.Por su dimensión y rareza los especialistas consideran el descubrimiento como joya exclusiva, incomparable con ningún otro hallazgo de su tipo. Son formaciones indescriptibles, por cuanto en ningún otro lugar del planeta se conoce semejante cristalería de carbonato de calcio.

En exploraciones continuadas por el grupo espeleológico Félix Rodríguez de la Fuente, aparecieron otros descubrimientos paleontológicos de significativo interés científico, como restos de vertebrados terrestres y aves cuya antigüedad la estiman en millones años.

Entidades especializadas contabilizan a lo largo y ancho de la isla más de 10 mil cuevas, muchas de ellas con unos 25 millones de años de evolución, pero hasta nuestros días las Cuevas de Bellamar sigue siendo la reina, el centro turístico más antiguo de Cuba, Monumento Nacional, preferida de todos los que la visitan.

Fuentes