Diferencia entre revisiones de «Dióxido de Cloro (CDS)»

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• Wang y colaboradores (2005) estudiarán las condiciones de persistencia del SARS-CoV-2 en diferentes ambientes y su completa desactivación por efecto de oxidantes como ClO2.<br>
 
• Wang y colaboradores (2005) estudiarán las condiciones de persistencia del SARS-CoV-2 en diferentes ambientes y su completa desactivación por efecto de oxidantes como ClO2.<br>
 
   
 
   

última versión al 09:20 28 ene 2021

CDS
Información sobre la plantilla
CDS11.jpg
Información general

Dióxido de Cloro (CDS): Solución acuosa concentrada de 0,3% (3000ppm) del gas de dióxido de cloro, sin contenido de clorito sódico (NaClO2) en la solución y tiene un pH neutro.

Introducción

Antecedentes

La reciente pandemia del Covid-19 conmocionó al mundo y se ha cobrado miles de vidas, y como una de las consecuencias igualmente complicadas, la economía mundial se vio comprometida. Sin duda, este es un problema que requiere una solución urgente y el compromiso de todos, especialmente del personal de salud para la búsqueda de su pronta solución.
Con el objetivo de identificar una solución para este problema y además basándose en las evidencias científicas ya publicadas y experiencias clínicas de utilización del dióxido de cloro (ClO2) por Médicos e Investigadores, hicimos un asesoramiento de las principales informaciones para apoyar nuestra propuesta de uso de la solución de dióxido de cloro (CDS), siguiendo el protocolo estandarizado por Andreas Ludwig Kalcker como uma alternativa segura y eficaz para combatir la infección por SARS-COV2. De enero a julio de 2020 se llevó a cabo una encuesta de revisión sobre el uso de dióxido de cloro en la literatura internacional indexada y como ejemplo, si analizamos solamente la página web PubMed (National Library of Medicine 2020), observamos que sólo utilizando el descriptor "dióxido de cloro", tenemos disponible un total de 1.372 documentos que datan desde 1933 hasta la fecha de investigación, 2020,
Otra fuente importante fue la base de datos PubChem, en la cual es posible también identificar informaciones bioquímicas y toxicológicas, entre otras y las patentes registradas (que también se pueden encontrar en Google Patents), entre las que destacan las siguientes:
1) La patente sobre la desinfección de bolsas de sangre (Kross & Scheer, 1991)
2) La patente sobre el VIH (Kuhne 1993)
3) La patente para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis múltiple (McGrath MS 2011)
4) La patente de Taiko Pharmaceutical (2008) para el coronavirus humano
5) La patente sobre um método y composición “for treating cancerous tumors” para tratar tumores cancerígenos (Alliger 2018)
6) La patente de composición farmacéutica para el tratamiento de la inflamación interna. (Kalcker LA, 2017)
7) La patente sobre la composición farmacéutica para el tratamiento de la intoxicación aguda (Kalcker LA, 2017)
8) La patente de un compuesto farmacéutico para el tratamiento de enfermedades infecciosas (Kalcker LA, 2017)
9) La patente sobre el uso de CDS para coronavírus tipo 2 (Kalcker LA, 2020 – aun pendiente de publicación: /11136-CH_Antrag_auf_Patenterteilung.pdf)

Un breve resumen sobre el dióxido de cloro (CDS)

La fórmula química del dióxido de cloro es ClO2 y según registro en Chemical Abstracts Services (CAS) from Chemical American Society su número CAS es 10049-04-4. En esta fórmula, está claro que hay un átomo de cloro (Cl) y dos átomos de oxígeno (O2) en una molécula de dióxido de cloro. Estos 3 átomos se mantienen unidos por electrones para formar la molécula de ClO2. Es posible utilizarlo como gas saturado en agua destilada y, por lo tanto, puede beberse o aplicarse directamente a la piel y mucosas, con las diluciones adecuadas. Andreas Ludwig Kalcker, Biofísico e Investigador, estandarizó una saturación del gas en agua destilada llamada solución de dióxido de cloro o CDS (por su sigla en Inglés, CDS: chlorine dioxide solution) (National Library of Medicine 2020).

El ClO2 es uno de los biocidas más eficaces contra los patógenos, como las bacterias, los hongos, los virus, las biopelículas (biofilm) y otras especies de microorganismos que pueden causar enfermedades. Actúa interrumpiendo la síntesis de las proteínas de la pared celular del patógeno. Al tratarse de un oxidante selectivo, su modo de acción es muy similar a la fagocitosis, en la que se utiliza un proceso de oxidación suave para eliminar todo tipo de patógenos (Noszticzius et al 2013, Lenntech 2020). Vale decir que el ClO2, generado por el clorito de sodio (NaClO2), es aprobado por la Agencia de Protección Ambiental en los Estados Unidos (EPA 2002) y por la Organización Mundial de la Salud para la utilización en agua apta para el consumo humano, ya que no deja residuos tóxicos (EPA 2000, OMS 2002).
Muchos siguen confundiendo el ClO2 con el hipoclorito de sodio (NaClO - Lejía) y este último com el clorito de sódio (NaClO2), además de otros compuestos químicos, lo que provoca frecuentes comentarios inapropiados tanto en los medios de comunicación como entre los profesionales por falta de conocimientos de química elemental. El NaClO (lejía), por ejemplo es un potente agente corrosivo y el peligro debido a la exposición crónica y masiva del NaClO es bien conocido. Se cree que los síntomas de asma desarrollados por los profesionales que trabajan en contacto con esa sustancia pueden deberse a la exposición continua a la lejía y otros irritantes.

En este contexto, nos sorprende que las menciones de que órganos oficiales como los Ministerios de la Salud, la OPS/OMS y las Agencias reguladoras y/o las entidades sanitarias no recomienden el uso de ClO2 y todas, en lugar de recomendar, llaman la atención acerca de la toxicidad y el peligro de este, pero, en sus discursos, no indican claramente de qué forma y por cual vía de administración el ClO2 es realmente tóxico. Sin embargo, todo nos lleva a entender que se refieren a la forma pura y concentrada de este gas y no a la fórmula estandarizada por Kalcker: la solución acuosa de dióxido de cloro (CDS), a 3.000 ppm.
El descubrimiento de la molécula ClO2 en 1814, se atribuye al científico Sir Humphrey Davy. El ClO2 es diferente del elemento cloro (Cl), tanto en su estructura química y molecular, como por su comportamiento. El ClO2, como ya ha sido reportado ampliamente, puede tener efectos tóxicos si no se observan los cuidados necesarios para sus diversos usos y se respetan las recomendaciones adecuadas para el consumo humano. Es más que conocido que el gas ClO2 es tóxico para los seres humanos si se inhala puro y/o ingiere en cantidades superiores a las recomendadas (Lenntech 2020, IFA 2020).
Cuando se aplica en las concentraciones apropiadas, el ClO2 no forma ningún producto halogenado y sus subproductos ClO2 residuales están normalmente dentro de los límites recomendados por la EPA (2000, 2004) y OMS (2000, 2002). A diferencia del gas de cloro, no se hidroliza fácilmente, permaneciendo en el agua en forma de gas disuelto. También en contraste con el cloro, el ClO2 permanece en forma molecular en los rangos de ph que se encuentran habitualmente en las aguas naturales (EPA 2000, OMS 2002). La OMS y la EPA incluyen el ClO2 en el Grupo D (sustancias no clasificables en términos de carcinogénesis humana) (IARC 2001, EPA 2009). De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos 2004, la FDA recomienda que el uso de ClO2 sea permitido como aditivo permitido en los alimentos y como agente antimicrobiano (desinfectante).

En contacto con las grasas, el hidróxido de sodio (NaOH) degrada los ácidos grasos en glicerol y jabones (sales de ácidos grasos), lo que reduce la tensión superficial de la interfase grasa-solución restante. El NaClO es responsable de la disolución del tejido orgánico. Así, se observa que la principal toxicidad de las sustancias generadas a partir de las reacciones químicas del hipoclorito de sodio es la aparición de un radical NAOH Hidróxilo, en las diversas reacciones con las secreciones y la estructura química de los tejidos humanos (Daniel et al 1990, Racioppi et al 1994; Estrela et al 2002, Medina-Ramon et al 2005, Fukuzaki 2006, Mohammadi 2008, Peck B et al 2011).
Mediante las pruebas de las publicaciones científicas disponibles que demuestran la eficacia del ClO2 para eliminar diferentes patógenos (Kullai-Kály et al 2020), incluido el SARS-CoV (Tablas 1, 2, 3 y 4; Patente Taiko Pharmaceutical 2008), así como el trabajo que confirma la seguridad del uso del dióxido de cloro para la potabilización del agua y, más recientemente, el trabajo mencionado de la AEMEMI, evaluamos positivamente y con gran potencial biocida el uso de la solución acuosa de ClO2 (CDS) para combatir los coronavirus (AEMEMI 2020, EPA 2000, OMS 2005, OMS 2002).
De esta forma, para contribuir a aclarar los conceptos, invitamos a todos los organismos oficiales a que conozcan los trabajos de Andreas Kalcker con la solución acuosa que contiene dióxido de cloro gaseoso (CDS). Ciertamente, después de tener este conocimiento, creemos que definitivamente, estos Organismos, que aprecian la salud, comprenderán naturalmente el potencial de esta solución para uso humano y a partir de entonces, podrán revisar sus documentos que pueden estar en desacuerdo con la realidad científica publicada y las experiencias médicas actuales y tal vez puedan ofrecer esta información de manera más clara y asertiva en sus artículos publicados en los sitios web oficiales o incluso en sus documentos.

Puntos Claves para reflexión

Ante el grave escenario al que se expone todo el mundo con la pandemia de coronavirus, nos dirigimos a las autoridades e instituciones responsables de la salud humana que dirigen las principales instituciones para hacerles las siguientes preguntas:
• ¿Cuál puede ser el objetivo/impacto de revelar un documento con información que puede ser mal interpretada?
• ¿Hay un propósito de ocultar y/o traducir el conocimiento científico de manera que cause dudas o daño a la salud de miles de personas, e impedirles que se beneficien de algo que realmente puede salvar vidas?
• ¿Cuál es el propósito para no usar las llamadas opciones "no convencionales", pero potencialmente prometedoras y con evidencia clínica probada por los médicos que están en la primera línea de combate con COVID-19?

¿Qué es la solución de Dióxido de Cloro (CDS)?

Hace más de 13 años, Andreas Ludwig Kalcker inició investigaciones científicas para estudiar la aplicabilidad del ClO2 y sus diluciones, para que pueda ser utilizado de forma segura para el consumo humano. Sobre estos estudios, ha desarrollado 4 patentes, de las cuales 3 están publicadas y una está pendiente de aprobación. Estos estudios se basan en los niveles de toxicidad seguros establecidos por la base de datos de toxicología alemana Gestis (IFA 2020), y tienen en cuenta otros estudios de referencia ya desarrollados, por ejemplo, por la OMS (2000, 2005) y de la EPA (2000). Estos estudios confirman la no toxicidad de este gas en solución acuosa para el consumo humano y establecen, por ejemplo, que la dosis segura es de 0,3 mg/L para ser utilizada para la potabilidad del agua. Los estudios de Kalcker y las experiências clínicas de Médicos, recomiendan utilizar 10 mL de esta solución concentrada, diluida en 1000 mL de água como uno de los protocolos para combatir el SARS-COV 2. En esta recomendación específica, se permite al final, el consumo de 30 mg/día, dividida en 10 dosis de 100mL, que es segura y no es tóxica basado en referencias científicas reconocidas (Lubbers & Bianchine 1984; Ma et al 2017).

La controversia innecesaria y sus consecuencias

Contextualizando el origen de la equivocada controversia que ha surgido sobre el tema del "dióxido de cloro", es importante aclarar:
Históricamente, un producto llamado "solución mineral milagrosa" (MMS) ha sido objeto de mucha controversia en los medios de comunicación de todo el mundo porque se vende como "medicina".
A menudo vemos noticias en Internet que confunden la "solución mineral milagrosa" (MMS = acido citrico + clorito de sodio + agua) con la "solución de dióxido de cloro" (CDS = ácido clorhídrico + clorito de sodio + agua) y esta última con hipoclorito de sodio.
Son muy preocupantes dar fé de las consecuencias y el impacto de estos fallos en la traducción de los conocimientos científicos en un momento de emergencia de salud pública mundial, cuando la vida de muchas personas está en peligro.
Por lo anterior, es urgente que todas las instituciones están alerta a través de la calificación previa de la información que se publica para que no haya fallas en la traducción del conocimiento científico, generando así espacio para dudas y malas interpretaciones a través de los medios de comunicación, con serias consecuencias e influyendo negativamente en la toma de decisiones de los gestores.
Si usáramos hipoclorito de sodio (NaClO) con ácido clorhídrico en el agua, la solución contendría Cl2 + NaCl + H2O. El Cl2 es un gas tóxico que reacciona con sustancias orgánicas, principalmente en medios acuosos donde puede formar ácidos tóxicos. Aunque tengamos claras las diferencias bioquímicas muy bien establecidas, muchos siguen confundiendo algunas sustancias químicas con el ClO2.

Efectividad, seguridad y toxicidad del Dióxido de Cloro

Acción frente a virus

La mayoría de los virus se comportan de manera similar porque, una vez que infectan la célula, el ácido nucleico del virus se hace cargo de la síntesis de las proteínas de la célula. Ciertos segmentos del ácido nucleico del virus son responsables de la replicación del material genético de la cápside, una estructura cuya función es proteger el genoma viral durante su transferencia de una célula a otra y ayudar en su transferencia entre las células huéspedes. Cuando el ClO2 se encuentra con una célula infectada, se produce un proceso de desnaturalización muy similar a la fagocitosis porque es un oxidante selectivo (Noszticzius et al 2013).

Estudios pre-clínicos

Los estudios pre-clínicos que exploran la toxicidad del ClO2 no suelen encontrar efectos adversos cuando los animales se exponen a diferentes concentraciones de este biocida. Vamos aquí referenciar algunos de los más importantes. Ogata (2007) expuso 15 ratas a 0,03 ppm de ClO2 gaseoso durante 21 días. Fridliand & Kagan (1971) informó de que las ratas que consumieron por vía oral 10 ppm de solución de ClO2 durante 6 meses no tuvieron efectos adversos para la salud. Cuando se aumentó la exposición a 100 ppm, la única diferencia entre el grupo de tratamiento y el grupo de control fue un aumento de peso más lento en el grupo de tratamiento. En un esfuerzo por simular el estilo de vida humano convencional, Akamatsu et al (2012) expusieron a las ratas al gas de dióxido de cloro en una concentración de 0,05 - 0,1 ppm, las 24 horas del día y los 7 días de la semana durante un período de 6 meses. Concluyeron que para las ratas la exposición de todo el cuerpo al dióxido de cloro gaseoso de hasta 0,1 ppm durante un período de 6 meses no es tóxica. Dosis mayores de solución de ClO2 (por ejemplo, 50-1000 ppm) pueden producir cambios hematológicos en los animales, incluyendo la disminución del recuento de glóbulos rojos, metahemoglobinemia y anemia hemolítica. También se observaron niveles reducidos de tiroxina sérica en monos expuestos a 100 ppm en el agua potable y en crías de rata expuestas a concentraciones de hasta 100 ppm a través del gavage o indirectamente a través del agua potable de sus presas (US Department of health and human service, 2004).

Estudios clínicos

Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), la toxicidad a corto plazo del ClO2 fue evaluada en estudios realizados en seres humanos por Lubbers et al (1981, 1982, 1984a y Lubbers & Bianchine 1984c). En el primer estudio (Lubbers et al 1981, publicado también como Lubbers y otros 1982), un grupo de 10 hombres adultos sanos bebió 1.000 mL (divididos en dos porciones de 500 mL, separadas por 4 horas) de una solución de 0 ó 24 mg/L de dióxido de cloro (0,34 mg/kg, suponiendo un peso corporal de referencia de 70 kg). En el segundo estudio (Lubbers et al 1984a), grupos de 10 hombres adultos recibieron 500 mL de agua destilada que contenía 0 ó 5 mg/L de ClO2 (0,04 mg /kg día suponiendo un peso corporal de referencia de 70 kg) durante 12 semanas.
En ningún estudio se encontraron cambios fisiológicamente pertinentes en la salud general (observaciones y examen físico), los signos vitales (presión arterial, frecuencia del pulso, frecuencia respiratoria y temperatura corporal), los parámetros químicos clínicos del suero (incluidos los niveles de glucosa, nitrógeno ureico y fósforo), la fosfatasa alcalina y la aspartato y la alanina aminotransferasa), la triyodotironina sérica (T3) y la tiroxina (T4), ni los parámetros hematológicos (EPA, 2004).
La supervivencia no disminuyó significativamente en los grupos de ratas expuestas al clorito (como el clorito de sodio) en el agua potable durante dos años a concentraciones que dieron lugar a dosis estimadas de clorito de hasta 81 mg/kg/día. En otro estudio, Kurokawa y otros (1986) observaron que la supervivencia no se veía afectada negativamente en ratas que recibían clorito de sodio en el agua potable en concentraciones que daban lugar a dosis estimadas de clorito de hasta 32,1 mg/kg/día en los machos y 40,9 mg/kg/día en las hembras”. La exposición de las ratas al clorito de sodio durante un período de hasta 85 semanas a concentraciones que dan lugar a dosis estimadas de clorito de hasta 90 mg/kg/día no ha afectado a la supervivencia (Kurokawa et al. 1986).

En su documento oficial titulado "Manual de bioseguridad en el laboratorio" (página 93), la OMS (2005) habla sobre el ClO2: El dióxido de cloro (ClO2) es un poderoso germicida, desinfectante y oxidante de acción rápida que suele tener actividad en concentraciones inferiores a las necesarias en el caso del cloro blanqueador. La forma gaseosa es inestable y se descompone en gas cloro (Cl2) y gas oxígeno (O2), produciendo calor. Sin embargo, el ClO2 es soluble en agua y estable en solución acuosa. Se puede obtener de dos maneras:
1) Por generación in situ, mezclando dos componentes diferentes, el ácido clorhídrico (HCl) y el clorito de sodio (NaClO2).
2) Ordenando la forma estabilizada, que se activa en el laboratorio cuando es necesario. El ClO2 es el más selectivo de los biocidas oxidantes. El ozono y el cloro son mucho más reactivos que el ClO2 y son consumidos por la mayoría de los compuestos orgánicos.

Por el contrario, el ClO2 sólo reacciona con compuestos de azufre reducidos, aminas secundarias y terciarias y otros compuestos orgánicos muy reducidos y reactivos. Por lo tanto, con el ClO2 se puede obtener un residuo más estable en dosis mucho más bajas que cuando se utiliza cloro u ozono. Si se genera correctamente, el ClO2, debido a su selectividad, puede ser utilizado más eficazmente que el ozono o el cloro en casos de mayor carga de materia orgánica”. Sobre la base de la Estrategia de la OMS sobre la medicina tradicional 2014-2023 (OMS 2013), que reconoce las prácticas relacionadas con la medicina tradicional, complementaria e integradora o "no convencional" como una parte importante de los servicios de salud, a fin de integrarlas continuamente con los diversos países miembros signatarios de esta iniciativa, ponemos aquí el potencial de la solución acuosa de ClO2 (Kalcker 2017) como potente biocida y, por lo tanto, como una alternativa complementar segura para combatir el SARS-CoV2. El ClO2 puede combatir los virus mediante el proceso de oxidación selectiva a través de la desnaturalización de las proteínas de la cápside y la posterior oxidación del material genético del virus, dejándolo inactivo. Como no hay una posible adaptación del virus al proceso de oxidación, es imposible que desarrolle resistencia al ClO2, se convierte en un tratamiento prometedor para cualquier cepa de virus.

Hay pruebas científicas de que el ClO2 es efectiva contra el coronavirus del SARS-CoV-2 y otros:
• Wang y colaboradores (2005) estudiarán las condiciones de persistencia del SARS-CoV-2 en diferentes ambientes y su completa desactivación por efecto de oxidantes como ClO2.

• El Departamento de Microbiología y Medicina de la Universidad de Nueva Inglaterra investigó la desactivación de los rotavirus humanos y de los simios (SA-11) por el ClO2. Los experimentos se llevaron a cabo a 4°C en un tampón estándar de fosfato-carbonato. Ambos virus se desactivaron rápidamente en sólo 20 segundos en condiciones alcalinas, con concentraciones de ClO2 que oscilaban entre 0,05 y 0,2 mg/L (Chen & Vaughn 1990).

• La Universidad Japonesa de Tottori evaluó la actividad antiviral del ClO2 en solución acuosa y del hipoclorito de sodio contra el virus de la gripe humana, el sarampión, el virus de la distemperosis canina, el herpesvirus humano, el adenovirus humano, el adenovirus canino, el calicivirus felino y el parvovirus canino.
• El ClO2 en concentraciones que van de 1 a 100 ppm produjo una poderosa actividad antiviral, inactivando > o = 99,9% de los virus en sólo 15 segundos de tratamiento. La actividad antiviral del ClO2 era aproximadamente 10 veces mayor que la del NaClO (Sanekata et al 2010).
• La Universidad Italiana de Parma ha realizado estudios sobre la desactivación de virus resistentes a los agentes oxidantes, como el virus Coxsackie, el virus de la hepatitis A (VHA) y el calicivirus felino: los datos obtenidos de los estudios muestran lo siguiente: Para la completa inactivación del VHA y el calicivirus Felino, se requieren concentraciones > o = 0.6 mg / L. Pruebas similares para Coxsackie B5 dieron los mismos resultados. Sin embargo, para el calicivirus felino y el VHA, en bajas concentraciones de desinfectante, toma aproximadamente 20 minutos obtener una reducción del 99,99% de la carga viral (Zoni et al 2007).
• El Instituto de Salud Pública y Medicina Ambiental en Tainjin, China, realizó un estudio para dilucidar los mecanismos de desactivación del virus de la hepatitis A (VHA) mediante el uso de ClO2, observando la destrucción completa de la antigenicidad después de 10 minutos de exposición con 7,5 mg de ClO2 por litro (Li et al 2004).
• El Departamento de Biología de la Universidad Estatal de Nuevo México (EE.UU.) realizó un estudio sobre la desactivación de poliovirus con ClO2 y yodo. Concluyó que el ClO2 desactivaba el poliovirus reaccionando con el ARN viral y afectando la capacidad del genoma viral para actuar como modelo de síntesis de ARN (Alvarez ME & O'Brien RT 1982).
• Taiko Pharmaceutical Co., Ltd., Seikacho, Kyoto, Japón demuestra en este estudio que el gas ClO2 en concentraciones extremadamente bajas, sin ningún efecto dañino para la salud humana, produce un fuerte efecto desactivador en las bacterias y los virus, reduciendo significativamente la cantidad de microbios viables en el aire en el centro quirúrgico de un hospital (Taiko Pharmaceutical 2016).

Toxicidad

La toxicidad LD50 (índice de toxicidad aguda) establecida por la base de datos de toxicología alemana GESTIS para el ClO2 es de 292 mg por kilogramo durante 14 días, cuando el equivalente en un adulto de 50 kg sería de 15.000 mg durante 14 días (IFA 2020). De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU., el ClO2 actúa rápidamente cuando entra en el cuerpo humano. El ClO2 se transforma rápidamente en iones de cloruro, que a su vez se descomponen en iones de cloruro. El cuerpo utiliza estos iones para muchos propósitos normales. Estos iones de cloruro salen del cuerpo en horas o días, principalmente a través de la orina (EPA 1999).
Ma et al (2017) evaluaron la eficacia y la seguridad de una solución acuosa de ClO2 que contenía 2.000 ppm. La actividad antimicrobiana fue del 98,2% en concentraciones de entre 5 y 20 ppm para las bacterias fúngicas y los virus H1N1. En una prueba de toxicidad por inhalación, 20 ppm de ClO2 durante 24h no mostró ninguna mortalidad o anomalía en los síntomas clínicos y/o en el funcionamiento de los pulmones y otros órganos. Una concentración de CLO2 de hasta 40 ppm en el agua potable no mostró ninguna toxicidad oral subcrónica. Taylor y Pfohl, 1985; Toth y otros, 1990), Orme y otros, 1985; Taylor y Pfohl, 1985; Mobley y otros, 1990) estudiaron la toxicidad del dióxido de cloro, en varios órganos del cuerpo, en diferentes etapas de desarrollo de los especímenes animales estudiados, y comunicaron un Nivel de Efectos Adversos Observados Mínimos (LOAEL) para estos efectos de 14 mg kg-1 día-1 de dióxido de cloro.

En el primer estudio (Lubbers et al 1981; publicado también como Lubbers et al 1982), un grupo de 10 hombres adultos sanos bebió 1.000 mL (divididos en dos porciones de 500 mL, separadas por 4 horas) de una solución de ClO2 0 o 24 mg/L (0,34 mg/kg, suponiendo un peso corporal de referencia de 70 kg). En el segundo estudio (Lubbers et al 1984a), grupos de 10 hombres adultos recibieron 500 mL de agua destilada que contenía 0 o 5 mg/kg-día de ClO2 (0,04 mg/kg-día suponiendo un peso corporal de referencia de 70 kg) durante 12 semanas. En ningún estudio se encontraron cambios fisiológicamente pertinentes en la salud general (observaciones y examen físico), los signos vitales (presión arterial, frecuencia del pulso, frecuencia respiratoria y temperatura corporal), los parámetros químicos clínicos del suero (incluidos los niveles de glucosa, nitrógeno ureico y fósforo), la fosfatasa alcalina y la aspartato y la alanina aminotransferasa), la triyodotironina sérica (T3) y la tiroxina (T4), ni los parámetros hematológicos (EPA 2000).
Mientras que Orme, y otros (1985) identificaron un Nivel de Efectos Adversos No Observados (NOAEL) de 3 mg kg-1 día-1. La experiencia clínica de los médicos de América Latina, durante los últimos seis meses, sugiere que la ingestión de 30 mg día-1 de dióxido de cloro disuelto en un litro de agua y bebido durante diez eventos a lo largo del día como un tratamiento exitoso para COVID-19, que está 6 veces por debajo de la dosis considerada como NOAEL. Por lo tanto, la revisión de la literatura confirma que el uso de dióxido de cloro ingerido a una dosis de 0,50 mg kg-1 día-1 no representa un riesgo de toxicidad para la salud humana por ingestión y sí representa un tratamiento muy plausible para COVID-19.

Fuentes

AEMEMI - Asociacíon Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa.Dióxido de cloro, una terapia efectiva para el tratamiento del SARS-COV2 (COVID-19). Mayo, 2020 Associación Médica Mundial.Declaración de Helsinki. 64ª Asamblea General, 2013
• Kalcker AL & Valladares H.Chlorine Dioxide for Coronavirus: a revolutionary, simple and effective approach. DOI: 10.13140/RG.2.2.23856.71680 License CC BY-NC-SA 4.0 Project: Toxicity study of chlorine dioxide in solution (CDS) ingested orally. Disponível em: http://mkilani.com/files/chlorine-dioxide-for-coronavirus-1.pdf. Accedido en: 27.05.2020.
• Kalcker AL.Pharmaceutical composition for treating acute intoxication. 2018a ISBN: 9789088791567, nº: WO2018185348A1. Disponible en: https://patents.google.com/patent/WO2018185348A1/en?inventor=kalcker&oq=kalcker. Accedido en 20.05.2020.
• Kalcker AL.Pharmaceutical composition for treating infectious diseases. 2018b ISBN: 9789088791567, nº: WO2018185346A1. Disponible en: https://patents.google.com/patent/WO2018185346A1/en?inventor=kalcker&oq=kalcker. Accedido en 20.05.2020.
• Kalcker AL.Pharmaceutical composition for treating internal inflamations. 2018c ISBN: 9789088791567, nº: WO2018185347A1. Disponible en: https://www.solumium.com/solumium/?lang=enhttps://patents.google.com/patent/WO2018185347A1/en?inventor=kalcker&oq=kalcker. Accedido en 20.05.2020.
• Kalcker AL.Report of Series of experiments: applications of Chlorine Dioxide as an Active Pharmaceutical Ingredient. Personal documents, 2018.
• Kalcker AL.Resultados de los ensayos con CDS.Disponible en: //lbry.tv/@Kalcker:7/100-Covid-19-Recuperados-Con-Cds--Aememi-1:1"https://lbry.tv/@Kalcker:7/100-Covid-19-Recuperados-Con-Cds--Aememi-1:1. Accedido en: 27.05.2020.
• Kalcker LA, 2017.Patente sobre Composición farmacéutica para tratamiento de intoxicación aguda. ISBN: 9789088791567, nº: WO2018185348A1. Disponible en: https://patents.google.com/patent/WO2018185348A1/en?inventor=kalcker&oq=kalcker. Accedido en 20.05.2020.
• Kalcker LA, 2017.Patente sobre una Composición farmacéutica para tratamiento de dolencias infecciosas. ISBN: 9789088791567, nº: WO2018185346A1. Disponible en: https://patents.google.com/patent/WO2018185346A1/en?inventor=kalcker&oq=kalcker. Accedido en 20.05.2020.

Enlaces externos

https://andreaskalcker.com/coronavirus/introducci%C3%B3n.html