Diagnóstico pedagógico

Diagnóstico pedagógico
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Concepto:El diagnóstico como categoría pedagógica ha sido considerado como un proceso permanente, continuo, de construcción y valoración de la práctica educativa para la sensibilización y determinación de las necesidades educativas de los escolares, que están en la base de la creación y actualización de las potencialidades de un aprendizaje desarrollador.

Diagnóstico pedagógico. Proceso con carácter instrumental, científico e integral, que permite realizar un estudio previo y sistemático, a través de la recopilación de información, del estado real y potencial del sujeto y de todos aquellos elementos que puedan influir de manera directa o indirecta en los resultados que aspiramos, teniendo una dinámica de evaluación – intervención – evaluación, para poder transformar, fortalecer, formar, desarrollar y educar desde un estado inicial hacia algo potencial, atendiendo a la diversidad y apoyándose en diversos métodos y técnicas.

Rasgos distintivos

Posee diversos contextos de aplicación de acuerdo con los objetivos que se planteen, de allí que se definan tres niveles en los que puede funcionar, a saber: institucional, grupal e individual.

En cada uno de estos contextos el diagnóstico toma estructuras diferentes a partir de los objetivos para los cuales se realiza y la utilización de las variables, dimensiones e indicadores que se determinen, según el nivel. Un aspecto importante a tener en cuenta en este sentido es que entre ellos existe una relación de interdependencia constructiva, en orden ascendente, desde los cimientos (contexto individual), transitando por la base (contexto grupal), hasta llegar a la cima (contexto institucional).

En esta dinámica, el diagnóstico que se realiza en cada nivel cobra valor en sí mismo a partir de los objetivos que este persigue y de las especificidades que tiene cada uno, por tanto los métodos y técnicas, así como los instrumentos que se aplican y la estrategia que se diseña adoptan formas diferentes según sea el caso. En el contexto institucional asume el nombre de diagnóstico pedagógico integral, toda vez que posibilita la aproximación a la realidad educativa en la escuela y en el que el punto de partida es el estado pedagógico individual de cada alumno (contexto individual), del grupo de clase (contexto grupal), de los docentes, directivos, familia y comunidad, alcanzado mediante la interpretación de los resultados obtenidos a través de un proceso investigativo sistémico intencionalmente dirigido a determinar el estado pedagógico real y potencial , para revertirlo en un mejoramiento cualitativo de la escuela y del desempeño de cada agente, en función de favorecer el máximo desarrollo de los alumnos. El hecho de que la evaluación del objeto se realice en su contexto y que en ella todos los sujetos actúen no de forma pasiva o como meros espectadores, sino que reaccionen y participen en las decisiones que se adoptan y les afectan, aseguran el carácter democrático que posee el diagnóstico pedagógico.

En el camino que se sigue para la realización del diagnóstico pedagógico se pueden distinguir varias etapas que guardan una relativa independencia entre sí, pero a su vez se subordinan unas a otras, estableciéndose entre ellas una relación de sistema.

Etapas

Caracterización

Es la etapa en la que se determina, con un enfoque psico-pedagógico, el estado pedagógico real que poseen todos los componentes del objeto caracterizado. Las conclusiones que se alcanzan en esta etapa tienen carácter sustantivo en tanto constituyen un resultado, alcanzado mediante la realización de actividades con un objetivo determinado y que en la dinámica del proceso conforman el punto de partida para la ejecución de las etapas siguientes. Esta es la razón por la cual el diagnóstico es visto no solo como proceso, sino también como resultado.

Esta posee tres momentos perfectamente distinguibles: un primer momento en el que se efectúa la caracterización en el contexto individual con el objetivo de conocer el nivel alcanzado en las esferas intelectual y cognitiva, afectiva y sociomoral, un segundo momento en el que se efectúa la caracterización en el contexto grupal, con el objetivo de lograr un mínimo de homogeneidad para que el grupo avance como tal a partir de la precisión del desnivel existente para trazar estrategias con base común mínima y poder dar atención diferenciada bajo el enfoque de diversidad y un tercer momento en el que se efectúa la caracterización en el contexto institucional, con el objetivo de hacer una generalización de la caracterización de la institución con fines de pronóstico y elaboración de estrategias de intervención.

Para su consecución es necesario llevar a cabo ordenadamente los siguientes procesos.

Proceso de planificación

Determinar las variables, dimensiones, e indicadores que serán medidos, en dependencia del contexto de que se trate. Por la importancia que tiene en el diagnóstico la recogida de información, la determinación de estos elementos es fundamental pues su adecuada precisión garantizará un análisis certero de los elementos cuantitativos y cualitativos que caracterizan el estado actual del objeto, favoreciendo así las acciones que continúan en el proceso diagnóstico. Se precisa conocer, en primer lugar, los rasgos distintivos que definen estos conceptos, y en segundo lugar, hacer una selección adecuada según el contexto de aplicación de que se trate.

En el caso del diagnóstico, partiendo de su doble carácter de proceso y resultado, y tomando como referencia los paradigmas filosóficos, sociológicos y psico-pedagógicos de la educación cubana actual, los criterios más generales de selección de las variables deben atender a:

-El principio de educación en y para la diversidad.

-La unidad existente entre la enseñanza y la educación.

-La educación se construye en tres contextos diferentes que se articulan para lograr su consecución: la escuela, la familia y la comunidad.

De manera que el valor significativo del diagnóstico se comienza a alcanzar en la determinación de variables incidentes en el proceso educativo, a saber: condiciones de vida y ambiente general del centro, dirección escolar, currículo, proceso docente-educativo, desempeño profesional del personal docente, sistema de relaciones , familia, comunidad, labor preventiva, entre otros y variables de resultado, es decir, desarrollo de la personalidad de los estudiantes a partir de la precisión de las cualidades que la caracterizan, aprendizaje escolar, desarrollo de hábitos y habilidades básicas para su desarrollo intelectual. Cualquiera de estas variables podrá tener tantas dimensiones como valores posea. Cada uno de estos valores se operacionaliza mediante los indicadores, los que se formulan como tesis que favorecen la descripción de situaciones, factores o componentes del proceso educativo en el estado ideal de funcionamiento que se desea.

Selección de métodos, técnicas e instrumentos diagnósticos para la evaluación del objeto.

Para la evaluación diagnóstica son muchos los métodos y técnicas anunciados para ser aplicados en su favor, según las variables, dimensiones e indicadores que se pretendan diagnosticar con un objetivo determinado y en un nivel dado. Sin embargo, en la práctica escolar actualmente no son tan variados, sobre todo porque la mayoría están al servicio de los mismos fines, se emplean para los mismos usos y desempeñan las mismas funciones. Esa es la razón por la cual hay tan poca diversificación en la oferta, más allá de expresiones nuevas. Examen, entrevista, encuesta, observación, corrección de pruebas, autoevaluación, informes, revisión de libretas, etc. son los más utilizados. Lo importante en todos los casos serán los usos que de ellos se hagan y, con ellos, las funciones que desempeñen.

El valor de la evaluación diagnóstica no está solo en su acertada selección según los indicadores predeterminados, sino también en el uso que de ella se haga. Su empleo debe ser guiado por el sentido formativo y este se alcanza solo si informa a los sujetos (evaluador y evaluado) sobre la calidad de la respuesta, su forma de elaboración, la explicación de los errores, el proceso de comprensión y elaboración del pensamiento. Más que el instrumento o la técnica o el método, importa el tipo de pregunta que se formula, el tipo de cualidades (mentales o prácticas) que se exige y la respuesta que se espera obtener según el contenido de que se trate o problema que se formule. El criterio que debe regir la elección de un método o una técnica para el diagnóstico está en función del tipo de información que se quiere obtener. Igualmente importa el tratamiento que se le da a esa información, la explicación de lo que formativamente vale la pena y a lo que merece dedicar atención, esfuerzo, entusiasmo e interés y de los criterios por los cuales van a ser corregidos, valorados, calificados, evaluados los trabajos y las tareas objeto de tal actividad.

Elaboración de instrumentos para el diagnóstico, según los indicadores que han sido determinados.

El éxito del proceso de planificación se actualiza en la eficiencia que se alcance en la elaboración de los instrumentos que se aplicarán con fines diagnósticos. Es aquí donde se concreta la esencia de los indicadores predeterminados de acuerdo con el nivel que se diagnostica, las variables y sus dimensiones, así como de los métodos, técnicas e instrumentos seleccionados. Por tanto habrá que atender a los principios siguientes:

Los instrumentos que se elaboren deben responder al carácter integral del diagnóstico, lo cual se explica por la necesidad de concebir el estudio del individuo en sus múltiples interconexiones, es decir en su integridad. No es posible arribar a conclusiones sobre la personalidad de un estudiante, ni puede realmente comprenderse su actuación, si analizamos elementos aislados de sus esferas de regulación: motivacional- afectiva o cognitivo-instrumental, o lo vemos sólo en su desenvolvimiento escolar sin considerar su sistema de relaciones familiares y de otros grupos sociales.

Todo instrumento que se elabore debe favorecer el conocimiento sobre el sujeto diagnosticado, la recogida de información valiosa para ambos sujetos (diagnosticador y diagnosticado) lo que posibilitará motivar y ayudar al cambio de los sujetos implicados.

El instrumento debe ser factible de realizar por los docentes y escolares, de acuerdo con sus posibilidades, disponibilidad de tiempo y preparación.

En todos los casos deben evaluarse situaciones y tareas de aprendizaje con diferentes grados de complejidad, que permitan medir el desarrollo actual y el desarrollo potencial, posibilidades y estilos de aprendizaje.

Los exámenes escritos que se diseñen deben ser objetivos, por elementos del conocimiento, que propicien evaluar el desarrollo de habilidades a través de diferentes tipos de preguntas en correspondencia con los diversos niveles de desempeño.

Proceso de exploración

Aplicación de instrumentos de medición.

Esta fase tiene un carácter eminentemente interactivo a través de las situaciones de aprendizaje.

En ella debe cristalizar el enfoque participativo, estructurando la acción alrededor del protagonismo del escolar en un proceso que ofrece caminos alternativos y promueve la actitud consciente y la responsabilidad en la toma de decisiones de acuerdo a las posibilidades y realidades de ese contexto educativo.

El proceso de aplicación de instrumentos debe organizarse de forma tal que conduzca no sólo a que emerjan necesidades en los alumnos de preparación de sus estrategias de aprendizaje, sino a lograr la reflexión hacia lo que les falta para poderlas diseñar con claridad y con la ayuda pertinente. Debe caracterizase por el diálogo desarrollador, auténtico, entre maestro-alumno alumno-alumno, maestro-alumno-grupo donde el contenido será continuamente interrogado, cuestionado. Ocupa un lugar privilegiado el grupo como espacio de génesis y transformación, de experiencia de mediación entre los escolares y el mundo, es precisamente aquí donde se satisfacen ciertas necesidades y se despliegan muchas potencialidades.

En esta fase, que constituye el momento interactivo determinante de la primera etapa del diagnóstico, se evidencia la relación expresada en objetivo-contenido-método.

Proceso de análisis de la información

Procesamiento de la información, atendiendo al sistema de indicadores determinado y en el que se conjuga la descripción, clasificación, explicación y pronóstico del objeto.

Esta fase del diagnóstico permite describir, analizar, interpretar, comprender la naturaleza del objeto y emitir un juicio de valor acerca del sujeto en la dinámica que se ha proyectado y realizado; esta perspectiva supone aperturas:

Para dar cabida en la evaluación a resultados no previstos y acontecimientos imprevisibles;

para dar cabida a la reelección de datos, tanto sobre procesos como sobre productos;

para valorar las estrategias, tanto de enseñanza como de aprendizaje y proyectar modificaciones;

para interpretar la diversidad de escolares, lo que posibilitará darle el tratamiento diferenciado necesario.

El eje central en esta fase lo constituye la comparación entre el resultado y el objetivo como expresión de la efectividad del proceso.

Elaboración del informe de caracterización.

Esta fase, esencialmente organizativa de la información cualitativa y cuantitativa, requiere de una estructura que favorezca su uso y enriquecimiento sistemáticos, de manera que el informe que se confeccione debe alejarse de todo esquematismo y modelaje preestablecidos, lo cual lejos de favorecer, dificulta el logro del objetivo para el que es confeccionado. Los datos que se incluyan deben favorecer la elaboración del pronóstico de desarrollo, así como la determinación de las estrategias de intervención. Su organización dependerá del nivel que se diagnostica, los indicadores predeterminados en correspondencia con las variables y dimensiones seleccionadas, así como de los instrumentos aplicados.

Al culminar la etapa de caracterización se ha obtenido una conclusión diagnóstica como resultado de los procesos de planificación, exploración y análisis de la información.

Determinación del pronóstico de desarrollo

El pronóstico es un componente proyectivo del sistema, es una predicción sobre lo anteriormente conocido y que se torna posibilidad real del estado de una cosa.

La realización de cualquier pronóstico deberá realizarse a partir de poseer determinados conocimientos sobre el objeto seleccionado, ya sea un proceso, el comportamiento de un sujeto, etc.

Como funciones fundamentales del pronóstico se definen la función cognoscitiva que se manifiesta en el hecho de que en toda acción de pronosticar se sintetiza el resultado del análisis de la experiencia anterior, integrada a lo que se vivencia en el presente (la información que puede brindar una conclusión diagnóstica se caracteriza por ello), todo lo cual ofrece fundamentos para proyectar el futuro, es decir, brindar nuevas alternativas cognoscitivas. La función reguladora se evidencia cuando se utiliza la conclusión diagnóstica como “instrumento de referencia” para trazar la trayectoria a seguir (por ejemplo, estrategias de intervención), y transformar las situaciones presentes. Estos recursos permiten un adecuado control y la consecuente regulación de la actividad que se realice.

La elaboración del pronóstico de desarrollo implica proyectarse hacia el futuro cumpliendo una serie de acciones que les son indispensables para su elaboración como son: previsión y precisión de los objetivos a alcanzar, determinación de las metas a alcanzar en correspondencia con el objetivo, fijación de plazos para el logro de las metas, previsión de los participantes, y previsión de las condiciones para la ejecución.

En resumen, el pronóstico de desarrollo se realiza sobre la base de la caracterización, la cual refleja el estado pedagógico real del objeto. A partir de ella se modela el estado pedagógico potencial, con una visión objetiva de lo que se puede alcanzar y en estrecha relación con el modelo de escuela al que se aspira, en un período de tiempo fijado con antelación.

El contexto en que se aplica el diagnóstico determina cuáles potencialidades deben atenderse en esta etapa, a saber: de los estudiantes para la adquisición del contenido de la enseñanza, considerando no solo la zona de desarrollo actual, sino también la de desarrollo próximo con niveles de ayuda, del claustro de profesores para el mejoramiento de la planificación, ejecución y control del proceso docente-educativo, de los directivos para perfeccionar los métodos de dirección y conducción del proceso de transformación de la escuela, del centro para mejorar el entorno, de la familia y la comunidad para favorecer el comportamiento y reconocimiento social de los alumnos.

De manera que el pronóstico de desarrollo se elabora en el plano individual y colectivo, se determina su evaluación en diferentes momentos, mediante el sistema de medición diseñado, para comparar lo que se espera y los resultados que se van alcanzando, lo que posibilitará un criterio que valida la efectividad de la estrategia de intervención formativa en cada nivel y su remodelación. Todo lo anterior explica el carácter preventivo, continuo, dinámico y procesual del diagnóstico pedagógico.

Las acciones hasta aquí desarrolladas posibilitarán un conocimiento profundo de los principales problemas del objeto, de los factores que en ellos intervienen y de las vías que se emplearán para resolverlos.

Proyección de la estrategia de intervención formativa

En esta etapa se diseña el sistema de acciones a seguir para, paulatinamente transitar del estado pedagógico actual (conclusión diagnóstica) al estado pedagógico deseado (pronóstico de desarrollo), tomando en cuenta que las acciones que se planifican difieren según el contexto de que se trate. Participan en su elaboración todos los sujetos y se toma en cuenta el criterio de todos. Debe lograrse un equilibrio adecuado entre las potencialidades atendidas en la etapa anterior y las acciones formativas que se diseñen. Su estructura responde a los siguientes elementos.


  Objetivo
    Actividad
   Forma de control
   Participantes
   Etapa de cumplimiento
  ¿Para qué?
  ¿Qué?
  ¿Cómo?
  ¿Quién?
 ¿Cuándo?


Las actividades que en ella se planifiquen atenderán a estudiantes, docentes, institución escolar, familia y comunidad y deberán influir en el cambio del alumno hacia un mejoramiento de su capacidad de aprendizaje y su personalidad, del docente hacia un perfeccionamiento de sus habilidades profesionales para la planificación, ejecución y control del proceso de enseñanza, del colectivo y la institución hacia su contribución a la formación integral de los estudiantes. Participan en su elaboración todos los sujetos y se toma en cuenta el criterio de todos. Debe lograrse un equilibrio adecuado entre las potencialidades atendidas en la etapa anterior y las acciones formativas que se diseñen.

Fuente

  • Salellas Brínguez, Madeleine. El diagnóstico pedagógico: Una herramienta de trabajo en la escuela. VI Taller nacional de Comunicación Educativa, Camagüey, 2010. CD-R Memorias del Evento