Dietrich Fischer-Dieskau

Dietrich Fischer-Dieskau
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Datos generales
Nombre real:Dietrich Fischer-Dieskau
Fecha de nacimiento:28 de mayo de 1925
Berlín, Bandera de Alemania Alemania
Fecha de fallecimiento:18 de mayo de 2012
Berg, Bandera de Alemania Alemania
Ocupación:Músico
Información artística
Tipo de voz:barítono
Género(s):ópera
Instrumento(s):Voz

Dietrich Fischer-Dieskau. Barítono alemán. Su perfecto dominio de una amplia gama de géneros musicales asombrosamente variada (que comprende desde la ópera culta hasta la canción popular, pasando por la música sacra y la canción de concierto) le convirtió en uno de los divos operísticos más relevantes del siglo XX. Su aportación personal más significativa puede cifrarse en su profundo entendimiento y su singular ejecución del Lied (canción de concierto alemana); pero, en general, interpretó con delicada maestría cualquier tipo de pieza vocal, a lo largo de una dilatada trayectoria profesional caracterizada por la exquisita musicalidad de su voz, la variedad de estilos y registros, y su gran facilidad para la expresión interpretativa.

Síntesis biográfica

Nace en Berlín el 28 de mayo de 1925.

Fue el menor de los tres hijos del matrimonio formado por Albert Fischer y Dora Dieskau, ambos profesores de enseñanza secundaria en un instituto de Berlín. Su progenitor, un cultivado humanista que procedía de una familia de amplia tradición universitaria (en la que había doctores, profesores, arquitectos, etc.), era el director de dicho centro de estudios. Por su parte, su madre contaba entre sus antepasados al prestigioso vocalista Kammerherr von Dieskau, para quien Johann Sebastian Bach (1685-1750) compuso, en 1742, su célebre Cantata campesina (BWV 212).

Trayectoria profesional

Alentado por su madre, que le dio sus primeras lecciones de piano cuando aún era un niño de corta edad, se interesó precozmente por la música y el canto, aunque jamás dio muestras de ser un niño prodigio. Durante su formación primaria y secundaria, el futuro barítono continuó tomando clases de piano, si bien comenzó a decantarse claramente por la explotación de las magníficas cualidades que atesoraba su voz; y así, al cumplir los dieciséis años de edad empezó a recibir lecciones de modulación y canto impartidas por Georg A. Walter.

En 1943, recién concluidos sus estudios de bachillerato, el joven Dietrich hubo de incorporarse forzosamente al Wehrmacht (el ejército alemán), lo que le obligó a interrumpir sus clases en el Conservatorio de Berlín, en el que se había matriculado seis meses antes de su llamamiento a filas. A sus dieciocho años, se vio inmerso en los rigores de la II Guerra Mundial (1939-1945), y tomó parte activa en numerosas acciones armadas, hasta que, en 1945, fue capturado en Italia por las tropas aliadas.

En calidad de cautivo de guerra del ejército estadounidense, pasó dos años recluido en un campo de prisioneros, donde aprovechó la menor ocasión para seguir ejercitando sus facultades para el canto. Finalmente, en 1947 fue puesto en libertad y regresó a Berlín, en donde se reincorporó de inmediato al conservatorio. Allí, bajo la tutela de un nuevo maestro de canto, el profesor Hermann Weissenborn, Dietrich Fischer-Dieskau concluyó brillantemente sus estudios musicales.

Su carrera profesional había dado comienzo en el curso de aquel mismo año de 1947, cuando fue contratado para cantar el Réquiem de Brahms (1833-1897) en Badenweiler. El joven Dietrich, llamado de urgencia para substituir al cantante anunciado en el programa, no tuvo tiempo de ensayar la pieza; sin embargo, causó una magnífica impresión por la calidad de su voz, lo que propició su contratación en Leipzig, a finales de dicho año, para que ofreciera su primer recital de lieder. Poco después cosechó un clamoroso triunfo en un concierto celebrado en el Titania-Palast de Berlín, actuación que supuso el lanzamiento definitivo de su carrera.

Su primer contrato operístico le llegó en 1948, cuando fue seleccionado para interpretar el papel de Posa en un montaje de Don Carlo, de Verdi (1813-1901), ofrecido en el Teatro Municipal de la Ópera de Berlín. Celebrado, a partir de entonces, como uno de los barítonos más prometedores de la época, fue llamado por algunos de los teatros operísticos más célebres de Europa, como el Viena y el de Munich, donde se consagró definitivamente como la gran voz de tesitura media de la ópera contemporánea.

Lanzado, pues, al estrellato, a partir de 1949 recorrió toda Europa (Reino Unido, Holanda, Suiza, Francia, Italia, etc.) ofreciendo una exitosa gira de conciertos; y en 1951 volvió a cautivar al público y a la crítica especializada con su interpretación de las Canciones de un Viajero, de Gustav Mahler (1860-1911), presentada en el Festival de Salzburgo (donde habría de volver a cosechar éxitos clamorosos en otras muchas ocasiones, como en 1956 o en 1970).

A mediados de los cincuenta también triunfó en la Ópera de Beirut, donde ofreció regularmente sus conciertos entre 1954 y 1961. Además de los ya mencionados foros operísticos de Múnich, Viena y Berlín, Dietrich Fischer-Dieskau triunfó en otros muchos escenarios tan célebres como el Covent Garden de Londres, la Ópera de Hamburgo y el Teatro del Rey de Edimburgo. También fueron muy aplaudidas sus actuaciones en Japón, donde alcanzó un gran reconocimiento, así como en los Estados Unidos de América, país en el que actuó por vez primera en 1955. Casi diez años después (1964), ofreció un memorable recital de lieder en el célebre Carnegie Hall de Nueva York.

Su fama como barítono corría pareja a la notoriedad que había alcanzado como intérprete de la canción romántica alemana (lieder), género en el que pronto fue reconocido como el mejor especialista mundial. Interpretó a la perfección algunas de las piezas de este género compuestas por Schubert (1797-1828); y, lejos de conformarse con el mero cumplimiento de los cánones establecidos, fijó, basándose en su experiencia y en su dominio de la técnica, nuevas normas que, a partir de entonces, se consideran de obligado cumplimiento en la ejecución del lieder.

Dentro de esta doble faceta de admirador de la tradición y, simultáneamente, defensor de la búsqueda incansable de innovaciones, Dietrich Fischer-Dieskau se convirtió, con su voz de barítono, en uno de los grandes impulsores de nuevos compositores de ópera, como Benjamin Britten (1913-1976), Samuel Barber (1910-1981), Hans Werner Henze (1926- ), Ernst Krenek (1900-1991), Witold Lutoslawski (1913-1994), Siegfried Matthus, Winfried Zillig, Gottfried von Einem o Aribert Reimann.

Entre los papeles dramáticos que interpretó con mayor brillantez, cabe mencionar el de Wotan, de El Oro del Rin, y el de Hans Sachs, de Los Maestros Cantores de Nuremberg, amabas de Wagner (1813-1883); el del Doctor Fausto, de Busoni (1866-1924); y el de Mathis der Maler, de Hindemith (1895-1963).

En la etapa postrera de su trayectoria profesional, Dietrich Fischer-Dieskau se dedicó fundamentalmente a ofrecer recitales y realizar numerosas grabaciones cuya distribución amplió su fama internacional. Se retiró por sorpresa a los sesenta y siete años de edad, tras haber tomado parte en un concierto de gala en la Ópera de Múnich, celebrado el 31 de diciembre de 1992. A partir de entonces, continuó ligado al mundo de la música como profesor, compositor y organizador de recitales.

Muerte

Fallece el 18 de mayo de 2012.

Fuente