Drogadicción

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Drogadicción
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Concepto:Fármaco o medicamento es cualquier sustancia con capacidad de alterar un proceso biológico o químico en un organismo vivo con un propósito no nutricional.

Drogadicción. Es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte.

Tipos de drogas

La existencia de diferentes tipos de Drogas y la variabilidad en sus efectos, el daño integral siempre es el mismo. Existen drogas usadas con fines médicos y otras que su abuso en su consumo, provocan adicciones o dependencia tanto física como psicológica.

Hay diferentes tipos de drogas y aunque sus efectos pueden variar, el daño integral siempre es el mismo.

Existen varios tipos de drogas y es necesario destacar entre ellas el uso de sustancias químicas con fines médicos y el abuso en su consumo, con fines adictivos. Hay drogas legales y socialmente admitidas y promovidas y otras ilegales. Entre las legales están el Tabaco, el Café, las bebidas Alcohólicas, los Solventes industriales y los Fármacos. Entre las ilegales están la Marihuana, la Cocaína, la Heroína, las Anfetaminas, etc.

Según los efectos en el organismo, las sustancias adictivas pueden ser estimulantes, depresivas, narcóticas o alucinógenas.

  • Entre las principales drogas estimulantes están la: Cocaína, las Anfetaminas, las Methilfenidas, la Fenometrazina y otras que, ya sean inhaladas, fumadas o inyectadas, producen incremento en la alerta, excitación, euforia, aumento del pulso cardíaco y la presión sanguínea, insomnio e inapetencia.
  • Los narcóticos son utilizados en la medicina, entre ellos están el Opio, la Morfina, la Codeína, la Heroína, la Metadona y otros más y entre sus efectos, están la euforia, el mareo, la disminución del ritmo respiratorio y las náuseas.
  • Los alucinógenos son sustancias que producen espejismos, alucinaciones, percepciones alteradas del cuerpo y de la realidad y mucha excitación emocional. Entre los más utilizados están el LSD, los Hongos, la Mezcalina, el Peyote y otros más. Otro tipo de sustancias adictivas son los cannabinoides, como la Marihuana o el Hashis, que ocasionan euforia, desinhibición, incremento del apetito, deterioro de la memoria y de la atención.

Tipos de dependencia a las drogas

La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:

  • Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como Síndrome de abstinencia.
  • Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.

Efectos de las drogas

Algunas drogas producen tolerancia, que lleva al drogadicto a consumir mayor cantidad de droga cada vez, puesto que el organismo se adapta al consumo y necesita una mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto. La dependencia psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte.

La persona pierde todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.

Drogas legales e ilegales

Consiste en la clasificación de las sustancias en función de las restricciones legales establecidas en cada estado particular respecto al consumo, producción y venta de las diferentes sustancias. Así, en la mayor parte de los países occidentales las drogas se clasifican según la normativa legal, del siguiente modo:

  • Drogas ilegales: Son todas las que no forman parte del apartado anterior y a las que se accede a través del mercado negro (se incluiría aquí, por ejemplo, la Metadona obtenida subrepticiamente aunque inicialmente haya sido dispensada a partir de vías legales): Derivados del Cannabis, Heroína, Cocaína, etc.

Factores que favorecen el consumo de drogas

Existen muchas causas y muchos factores. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el fenómeno de la drogadicción no es exclusivo de un grupo o estrato social, económico o cultural determinado. El consumo de drogas afecta a toda la sociedad en su conjunto. En general, el uso de drogas corresponde a un afán de huir de la realidad. Las drogas proporcionan una vía de escape, un alivio temporal a los problemas personales, familiares o sociales. También son una puerta de salida frente al vacío existencial presente en el interior de la persona, el cual la lleva a volcarse en búsqueda de salidas ilusorias que llenen dicho vacío. Estos factores se clasifican:

  • Factores de tipo social: En la actualidad, existe una amplia disponibilidad de drogas, legales e ilegales, lo que hace mucho más fácil el acceso y el consumo de las mismas. Tranquilizantes, somníferos, hipnóticos, etc., se pueden conseguir en las farmacias sin receta médica. Asimismo el amplio tráfico y distribución de drogas ilegales hace que sea fácil obtenerlas. Algunas drogas, como el Éxtasis, están "de moda", y prácticamente se puede obtener en cualquier discoteca. Niños y jóvenes que viven en las calles pueden obtener pegamentos, tales como el Terokal, para inhalar. También existe mucha desinformación en el tema de las drogas. Algunos sectores proponen la despenalización e incluso la legalización del uso de drogas tales como la Marihuana y la Cocaína, argumentando que no son peligrosas, al menos no más que el Tabaco o el Alcohol, que son legales; o que al legalizar la droga el tráfico ilícito y las mafias cesarán de existir. Los medios de comunicación y sistemas educativos favorecen también el consumo de drogas al promover valores distorsionados (el placer y la satisfacción como meta última de la vida, el consumismo, el sentirse bien a cualquier precio, el vivir el momento, etc.) El ansia del joven de pertenecer a un grupo, de sentirse parte de un círculo social determinado, y las presiones por parte de los "amigos", pueden hacer también que el joven se vea iniciado en el consumo de drogas. El consumo puede ser el requisito para la pertenencia a dicho grupo, y una vez dentro se facilita la adquisición y el consumo de sustancias tóxicas.
  • Factores de tipo familiar: Los hijos de padres fumadores, bebedores o toxicodependientes son más proclives a tomar drogas que los hijos de padres que no lo son. Un ambiente familiar demasiado permisivo, donde no exista disciplina o control sobre los hijos; o demasiado rígido, donde los hijos se encuentren sometidos a un régimen demasiado autoritario o se encuentren sobreprotegidos, puede también fomentar el consumo de drogas. La desatención de los hijos por parte de los padres, las familias divididas o destruidas, las continuas peleas de los cónyuges frente a los hijos, la falta de Comunicación entre hijos y padres, todos éstos son factores que contribuyen a crear un clima de riesgo, donde la droga puede convertirse fácilmente en una válvula de escape. Se ha comprobado que el uso de drogas por parte de los jóvenes es menos frecuente cuando las relaciones familiares son satisfactorias.
  • Factores de tipo individual: Muchos factores personales pueden influir en la decisión de consumir drogas. Éstas pueden ser vistas como una vía de escape a los problemas cotidianos; algunas personas las usan como medio para compensar Frustración, soledad, baja autoestima o Problemas afectivos. En efecto, bajo el efecto de las drogas la persona experimenta un estado de euforia que le hace olvidar los problemas o las limitaciones que tenga. Lo malo es que es una ilusión, y luego de ese estado de euforia viene una frustración incluso mayor que la inicial, lo que lleva a la persona a recurrir nuevamente a la droga. Otros se inician en la droga por curiosidad, o para experimentar sensaciones nuevas ante una cierta apatía, hastío, aburrimiento o incluso sin sentido de la vida. Ante el vacío que experimentan, la droga se presenta como una posibilidad, aparentemente atractiva, de llenar ese vacío.

Adolescentes vulnerables

Cada individuo posee rasgos, cualidades, particularidades, características propias que los hacen vulnerables ante determinadas situaciones de la vida y pueden constituir en algún momento factores de riesgo que favorecen el consumo de droga.

  • Las personas tímidas: Con más dificultades para el contacto social, pueden recurrir al alcohol o a otras drogas para lograr disminuir o romper la sensación de bloqueo intelectual y afectivo, que a menudo experimentan en sus relaciones con los demás, especialmente cuando se trata de amplias reuniones sociales.
  • Las personas muy influenciables: Tienen también mayor riesgo de establecer una dependencia, en razón del tipo de personas con las que tratan y a las que admiran, caso de que éstos abusen del alcohol y las drogas, por un efecto de imitación y participación. Esto es particularmente frecuente durante la adolescencia y la primera juventud, ya que la personalidad aún no se ha configurado, siendo más sensible a este tipo de influencia.
  • Los apáticos: Aquellos que no parecen mostrar interés por casi nada, cansados y desmotivados, pueden encontrar en el consumo de drogas un aliciente que lo saque de su apatía, ya que las nuevas sensaciones y vivencias que a éstos le pueden proporcionar hacen que, en un principio, se sientan mejor, entran fácilmente en un círculo vicioso propio de la dependencia de drogas.
  • Los que tienen un gran interés por tener continuamente sensaciones nuevas e intensas: Pueden caer también en la drogadicción. Esta actitud, típica del adolescente que quiere descubrir rápidamente la vida y conocerse a si mismo en el sentido de saber cómo es capaz de reaccionar y hasta dónde es capaz de llegar puede llevarle al abuso de drogas, especialmente si se añade la curiosidad y un cierto afán por el riesgo o por experimentar vivencias peligrosas.
  • Una dificultad superior a la normal para soportar el sufrimiento y las frustraciones: Facilitan el abuso del alcohol o de otras drogas, ya que se puede recurrir a éstas para aliviar estas vivencias, o para intentar olvidarlas o transformarlas. Si además se trata de personas abúlicas, con poca fuerza de voluntad, va a ser más difícil que logren controlar el consumo, y caen con gran facilidad en la dependencia.
  • Los solitarios: tienen también un alto riesgo de caer en el alcoholismo o en las toxicomanías. La soledad y la incomunicación pueden facilitar el camino a la toxicomanía, al igual que las actitudes antisociales.
  • Las personas antisociales o con escaso sentido de la integración social: Corren mayor riesgo de convertirse en drogadictos, debido a la falta de interés y el respeto por las normas sociales elementales y a su actitud egocéntrica, que les hace volcarse completamente sobre sí mismos. Generalmente tienen también una actitud hedonista de mera búsqueda del propio placer, y terminan en el abuso de este tipo de sustancia.

De igual manera existen rasgos de la personalidad que favorecen la toxicomanía y desarrollen con más facilidad que otras una dependencia respecto de las drogas o el alcohol. A continuación se relacionan los mismos:

  1. Fácilmente influenciables por los demás.
  2. Timidez o dificultades en el contacto social.
  3. Falta de seguridad en uno mismo.
  4. Tendencia a la apatía.
  5. Abulia o falta de fuerza de voluntad.
  6. Tendencia a la soledad o al aislamiento.
  7. Dificultades de integración social y rasgos antisociales.
  8. Rechazo de todo sufrimiento, frustración.
  9. Curiosidad excesiva.
  10. Alto interés por experimentar sensaciones nuevas e intensas.
  11. Alto afán por el riesgo y las conductas arriesgadas o peligrosas.

Trastornos mentales y de personalidad que pueden favorecer la drogadicción.

  • Depresión: Es uno de los trastornos psicopatológicos que más pueden facilitar que una persona se convierta en un drogadicto.

De hecho, en un primer momento, los síntomas depresivos se suelen aliviar con el consumo de algunas drogas como la Heroína, Cocaína o la Anfetaminas; también con el Alcohol. Estas sustancias actúan y causan unos efectos euforizantes capaces de enmarcar la depresión, ya que atenúan los síntomas depresivos. Sin embargo, a medio plazo, acentúan estas manifestaciones, con lo cual incitan a mantener un consumo habitual de drogas, y se llega a la dependencia.

  • Las fases maníacas de las depresiones bipolares o maniacodepresivas: Es muy frecuente que tienda a abusar del alcohol o de las drogas con el fin de potenciar los síntomas eufóricos con que se manifiesta la enfermedad. En estos casos se recurren a estas sustancias, especialmente al alcohol, para incrementar esta alegría enfermiza, algo parecido a la costumbre social de celebrar con alcohol un éxito o un acontecimiento agradable.
  • Esquizofrenia: Es un trastorno mental grave, es frecuente que se recurra al abuso del alcohol o de otras drogas, como consecuencia directa de la propia enfermedad.
  • Ansiedad: A veces los trastornos, por ansiedad también favorecen el consumo de drogas, ya que en un principio, muchas de éstas, al igual que el alcohol, tienden a tranquilizar, si bien suelen producir un efecto rebote, que hace que una vez pasado los efectos de las drogas consumida, los síntomas ansiosos retornen con fuerza, e inducen a estas personas a consumir nueva dosis, y así sucesivamente hasta cerrar un importante circulo vicioso que termina en la dependencia.
  • El insomnio: Especialmente si se debe a ciertos trastornos psicopatológicos como depresión, psicosis o trastornos por ansiedad, puede inducir al abuso del alcohol o de otras drogas, ya que algunas de estas pueden producir somnolencia y, por tanto, mejorar la dificultad para conciliar el sueño aunque trae como resultado dependencia.
  • Las personalidades psicopáticas y neuróticas: también tienen un mayor riesgo de crear dependencia de ciertas drogas. Destaca especialmente, por su frecuencia, el trastorno antisocial de la personalidad, el cual se caracteriza por todo tipo de conducta antisocial, especialmente por una marcada tendencia a la delincuencia, la agresividad, la vagancia, el rechazo de las normas y convenciones sociales y, precisamente, el abuso del alcohol y de otras drogas.

La adolescencia y la primera juventud son las épocas de la vida en que mayor influjo tienen los amigos sobre la persona. Este período también coincide con la iniciación en el consumo del alcohol o de otras drogas.

En muchos casos el consumo se inicia en grupos, a partir de algún miembro que propone la idea de los demás. El consumo puede ser habitual, frecuentemente dentro de una escala en la que se prueban drogas más fuertes, a la vez que se establece una cierta dependencia, hasta que en algunos o en todos los miembros del grupo aparece definitivamente la drogadicción.

Es importante evitar que los jóvenes se integren dentro de estos grupos, a veces marginados en los que el consumo de drogas está aceptado.

Tanto más, si tenemos en cuenta que dentro de los mismos, al joven le resulta difícil rechazar la oferta de drogarse junto con los demás, ya que esto suele implicar la no - aceptación de las costumbres de ese grupo y, por tanto, su exclusión más o menos definitiva.

Dada la particular costumbre de consumir estas drogas un grupo y de excluir a las personas que no participan plenamente de estas experiencias, muchos jóvenes se van a ver inducidos al consumo de drogas por diversos motivos:

Algunos, los más inseguros, por evitar salir de la línea que sigue el grupo donde se desarrollan sus actividades. Otros, los más aislados, por no perder el único grupo de jóvenes con el que ha contactado.

De igual manera, en el medio familiar también se puede dar circunstancias y ciertos factores que favorezcan el acceso a las drogas. La existencia de padres o hermanos mayores que abusan del alcohol u otras drogas favorece que los adolescentes emitan este comportamiento.

Los padres suelen ser tomados como modelo de identidad preferente a la hora de configurar la propia personalidad, incluso en los aspectos que no parecen negativos.

Los resultados, sin embargo, son bien conocidos. Por un lado, los hijos se sienten menos queridos y menos integrados en el núcleo familiar; la educación de unos valores éticos o morales adecuados se descuida por falta de tiempo, se delega su formación en terceras personas menos interesadas o preparadas. Si la comunicación es escasa, resulta difícil para los padres saber, en realidad, lo que hace y piensa su hijo.

A la vez hay padres demasiados pendientes de sus hijos, que intentan que decidan siempre en función de ellos, mientras les prohíben cualquier actividad que implique el menor riesgo.

De este modo, los padres dificultan que sus hijos:

  1. Aprendan a tomar decisiones por sí mismos.
  2. Establezcan sus propios criterios.
  3. Ejerzan su responsabilidad personal.

En estos casos, la llegada de la adolescencia puede ser un momento de especial peligro, ya que es una época en la que con facilidad se deja de idealizar a los padres, se desechan sus planteamientos; y quedan los hijos desprotegidos, inseguros, sin criterio propio y a la merced de cualquier tipo de influencia externa, entre los que se incluye la inducción al consumo de drogas.

Por otro lado, existen otros factores que pueden contribuir al consumo de drogas tales como:

  • El influjo del ambiente social y cultural:

Los adolescentes tienen grandes tendencias a ser influenciados por el ambiente social y cultural donde desarrollan sus actividades diarias, lo que facilita inmiscuirse demasiado en prácticas negativas como por ejemplo el consumo de droga.

Determinados mensajes y ambientes sociales pueden inducir o facilitar la drogadicción. Los adolescentes se identifican con grupos sociales, a menudo con representantes de subculturas, en las que el consumo de drogas es una de sus características.

Los medios de comunicación social difunden el estilo de vida es estos grupos juveniles, que han tenido bastante importancia en la difusión internacional del consumo de drogas, sobre todo, a partir del movimiento hippie que puso de moda entre los jóvenes de todo el mundo el consumo de marihuana.

Por un proceso de imitación, se adaptan algunas de sus características externas como el estilo de vestir, de hablar, de pelado, etc., a la vez que ciertas preferencias en estilo de música y de forma de vida en el que las drogas juegan un papel importante. Es por ello que se debe tener cuidado con las actividades que ocupan el tiempo libre.

Se debe señalar que la posición social es, en la actualidad, uno de los factores que más influyen en la iniciación en el consumo de drogas.

  • Factores éticos y espirituales:

Existen innumerables factores éticos y espirituales en el medio donde actuamos que permiten y estimulan el consumo de drogas especialmente en los adolescentes.

  1. Cambios sociales producidos, desde el punto de vista ético y espiritual, también favorecen la extensión del consumo de las drogas.
  2. En toda la continua búsqueda del placer.
  3. El hedonismo.
  4. La intolerancia.
  5. Dolor y la frustración.
  6. La elevada competitividad.
  7. El vacío de valores.
  8. El materialismo consumista.
  9. La cada vez, más frecuente inmadurez a edades avanzadas.
  10. La desintegración del núcleo familiar.

Consecuencias de las Drogas.

Las consecuencias de la droga, su afección cerebral, vascular y todo lo relacionado a los efectos que provoca en el organismo. Descubre que la Droga mata. Todas las consecuencias de la Drogadicción. El consumo de drogas, legales e ilegales, constituye un problema de salud pública muy importante. Los riesgos y daños asociados al consumo varían para cada sustancia. Además, es necesario tener en cuenta las variables personales como el grado de conocimiento o experiencia del usuario, su motivación, etc. y las propiedades específicas de cada droga así como la influencia de los elementos adulterantes. Lo que hace que una adicción sea una adicción nociva es que se vuelve en contra de uno mismo y de los demás. Al principio se obtiene cierta gratificación aparente, igual que con un hábito. Pero más temprano que tarde su conducta empieza a tener consecuencias negativas en su vida. Las conductas adictivas producen placer, alivio y otras compensaciones a corto plazo, pero provocan dolor, desastre, desolación y multitud de problemas a medio plazo. Las consecuencias negativas asociadas a las adicciones afectan a muchos aspectos diferentes de la vida de una persona. Estas consecuencias son muy diversas y pueden agruparse en dos grandes grupos:

Según El Tipo

Salud: el consumo de drogas origina o interviene en la aparición de diversas enfermedades, daños, perjuicios y problemas orgánicos y psicológicos. Por ejemplo: Hepatitis, Cirrosis, Trastornos cardiovasculares, Depresión, Psicosis, Paranoia, etc.

Salud psíquica: Los adictos suelen padecer una amplia gama de trastornos psicológicos, como estados de ánimo negativo e Irritabilidad, actitudes defensivas, pérdida de Autoestima e intensos Sentimientos de culpa.

Salud Física: La adicción suele conllevar la aparición de multitud de Síntomas físicos incluyendo trastornos del apetito, úlcera, insomnio, fatiga, más los trastornos físicos y Enfermedades provocadas por cada sustancia en particular.

Social: Los adictos a drogas, con frecuencia se ven envueltos en agresiones, desorden público, Conflictos raciales, marginación, etc. Cuando se comienza a necesitar más a las drogas que a las otras personas pueden arruinarse o destruirse las relaciones íntimas y perderse las amistades. Se puede dejar de participar en el mundo, abandonar metas y planes, dejar de crecer como persona, no intentar resolver constructivamente los problemas y recurrir a más drogas como "solución". El abuso de las drogas puede también perjudicar a otros, por ejemplo: el dinero con que son pagadas las drogas puede privar a la Familia de satisfacciones vitales como comida o ropa. El discutir los problemas y situaciones de la Adicción puede generar conflictos familiares. Las reacciones violentas a las drogas pueden llevar al usuario a cometer asaltos e incluso asesinatos. Si una Mujer embarazada toma drogas sin control médico puede ocasionar Malformaciones genéticas en el nuevo ser que está en gestión.

Legal: Abusar de las drogas es contra la ley. Los ofensores (tanto los que experimentan como los que se dedican al consumo de drogas) corren el riesgo de tener que pagar multas y/o ser encarcelados. Un arresto puede significar vergüenza, interrupción de los planes de vida, antecedentes penales. Ciertas drogas pueden desencadenar una violencia incontrolable y conducir al usuario a crímenes que son severamente punibles por la ley.

Economía: dado el ingente volumen de dinero que mueve el mercado de las drogas y el Narcotráfico, tanto los consumidores como los países contraen importantes deudas; se crean bandas organizadas; se produce desestabilización económica nacional, etc. El uso continuo de drogas puede ser muy caro, ya que sus costos se elevan a cientos y, en ocasiones, a miles de dólares por año. Para sostener su hábito muchos usuarios recurren al crimen. Al destinar la mayor parte del dinero a comprar las drogas, apenas queda dinero para otras cosas. Los ahorros se agotan y suele aparecer el endeudamiento. A veces para poder sufragar los gastos de la adicción se ve obligado a recurrir a Actividades ilegales.

Relaciones: La relación con la familia, amigos o pareja se altera, aparecen discusiones frecuentes, desinterés sexual, la Comunicación se interrumpe, hay pérdida de confianza, alejamiento, etc.

Trabajo: Cuando una persona tiene una adicción suele restarle tiempo a su Trabajo para buscar la droga o recuperarse de su uso, suele llegar tarde, hay menor productividad, deterioro de la calidad del trabajo o pérdida del propio trabajo.

Conducta: Como conseguir y usar la droga se ha vuelto casi más importante que ninguna otra cosa, los adictos se vuelven egoístas y egocéntricos: no les importa nadie más que ellos mismos.

Según El Nivel

Individual: son los daños experimentados por el propio consumidor de drogas.

Comunidad: el consumo de drogas genera multitud de consecuencias negativas para la familia del drogodependiente, sobre los amigos, los vecinos, etc.

Sociedad: en la Sociedad produce efectos sobre la estructura y organización de la misma (aumento de las demandas en los servicios de salud, incremento de la inseguridad ciudadana por delitos contra la propiedad, presencia del crimen organizado a través de las redes de narcotraficantes.

Tipos de Consumo de Drogas

Cada sustancia produce en el organismo diversos efectos, pero éstos pueden variar según su administración. Hay que considerar que el uso de cualquier sustancia supone necesariamente la aparición de problemas para el consumidor. Este uso puede ser meramente circunstancial, con un objetivo experimental o en un momento determinado de la Historia del Individuo, y no acarrear modificaciones en su personalidad, en el funcionamiento de su sistema nervioso o en su estilo de vida. La repetición de estos usos experimentales o circunstanciales lo que pueden conducir a una dependencia. Por regla general, el uso y abuso de drogas puede generar dependencia debido al fenómeno de la Neuroadaptación. Este consiste en un cambio permanente (pero reversible) de la estructura y funcionamiento de las neuronas sobre las cuales se localiza el/los efecto/s de la/s droga/s. En niveles más complejos, hay otros mecanismos de adaptación: emocional, conductual, cognitivo, relacional, etc.

Los cambios que se producen en una persona por el uso de drogas no se limitan a la mera acción de la Sustancia sobre la Célula nerviosa, sino que supone una transformación que se define en el marco de la relación entre el individuo, la sustancia y el contexto. Los patrones de consumo son un conjunto de variables que definen la relación entre los individuos y la sustancia que se autoadministran. Así, se puede considerar: o Qué sustancia es la droga principal o Qué otras drogas se presentan asociadas o Cuáles son las vías por la que se administran (oral, fumada, inhalada, inyectada y otras). o Qué cantidades se suele consumir o En qué estado físico se produce el consumo o Si la administración se produce en forma individual o en el marco grupal o En qué período temporal se produce el consumo o Qué pautas de comportamiento van asociadas o Qué normas y valores ejercen de soporte cultural al consumo

Consumo experimental

Corresponde a las situaciones de contacto inicial con una o varias sustancias, de las cuales puede pasarse a un abandono de las mismas o a la continuidad en el consumo. La Adolescencia es la etapa en que con mayor frecuencia surge este tipo de consumo, si bien un alto porcentaje no reincide en el mismo. Las motivaciones pueden ser varias: curiosidad, presión del grupo, atracción de lo prohibido y del riesgo, búsqueda del Placer y de lo desconocido, y aumento de la oferta, entre otras. Como indicadores de evaluación para definir este tipo de consumo se considera que el individuo desconoce los efectos de la sustancia y que su consumo se realiza, generalmente, en el marco de un grupo que le invita a probarla.

Consumo ocasional

Es el uso intermitente de la/s sustancia/s, sin ninguna periodicidad fija y con largos intervalos de abstinencia. Entre las motivaciones principales está facilitar la comunicación, la búsqueda de placer, Relajación, y transgredir las normas, entre otras. Algunas características generales que definen este tipo de consumo son: el individuo continúa utilizando la sustancia en grupo, aunque es capaz de realizar las mismas actividades sin necesidad de drogas; ya conoce la acción de la misma en su organismo y por este motivo la consume.

Consumo habitual

Supone una utilización frecuente de la droga. Esta práctica puede conducir a las otras formas de consumo, dependiendo de la sustancia, la frecuencia con que se emplee, las características de la persona, el entorno que le rodea, etc.

Entre las motivaciones expresadas para mantener el uso de las drogas están: intensificar las sensaciones de placer; vivencia de pertenencia al grupo y necesidad de reconocimiento dentro de éste; mitigar la soledad, el aburrimiento, la Ansiedad; reafirmar independencia o aversión hacia la sociedad, y reducir el hambre, el frío, la debilidad o el cansancio. Algunos indicadores que definen esta forma de consumo son: el sujeto amplía las situaciones en las que recurre a las drogas; éstas se usan tanto individualmente como en grupo; sus efectos son perfectamente conocidos y buscados por el usuario. Puesto que no ha perdido el control sobre su conducta, manifiesta poder abandonar el hábito en caso de proponérselo.

Consumo abusivo

El individuo necesita la sustancia y toda su vida gira en torno a ésta a pesar de las complicaciones que le pueda ocasionar. Consumo recurrente de drogas, que acarrea el incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa (ausencias repetidas o bajo rendimiento; suspensiones o expulsiones de la escuela; descuido de los niños o de las obligaciones de la casa). Consumo recurrente de drogas en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso (conduciendo un Automóvil o accionando una máquina). Problemas legales reiterados con la sustancia (arrestos por comportamiento escandaloso). Consumo continuado de la sustancia, pese a tener problemas sociales recurrentes o líos interpersonales causados o exacerbados por los efectos de las drogas (discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la Intoxicación, Violencia física, etc.).

Etapas de las Adicciones

las principales y fundamentales etapas de las adicciones, la etapa de enamoramiento, luna de miel, traición, en la ruina, y apasionados. Como identificar las etapas y toda la información para saber las Etapas de las Adicciones. Las drogas, todas las drogas, presentan una doble cara. Primero aparecen con la imagen positiva, favorable y que tanto atrae a jóvenes y mayores. Posteriormente, esa cara desaparece. Rápidamente las drogas empiezan a mostrarse tal como son: Dolor, problemas, infelicidad y múltiples trastornos. En esta dualidad que las drogas presentan reside parte de la potencial dificultad para evitar que nuevas personas las consuman y abusen de ellas. Si desde el principio, la cara imperante fuera la negativa, el atractivo y mística que rodea el mundo de las drogas desaparecería. En muchos sentidos el proceso de adicción ha sido comparado con el de entablar una relación; pero en este caso se trataría de una relación desdichada. A medida que atravesamos las sucesivas etapas, el compromiso se intensifica y el influjo que ejerce sobre el adicto se vuelve más fuerte. En función de esta analogía se establecen cinco etapas en el proceso de adicción.

Enamoramiento

Las primeras experiencias con las drogas suelen dejar una marca grabada. Si este primer contacto ha sido agradable, se produce un enamoramiento o atracción apasionada por volver a tomar la sustancia o realizar la actividad. Esta percepción distorsionada de la realidad, sin embargo, emociona, produce Euforia o tranquiliza lo que hace aumentar la probabilidad de que haya una nueva toma u ocasión para consumir. Se produce un cambio de estado de Ánimo que, en muchos casos, se experimenta a nivel visceral (todo ello causado por la lógica alteración de la química cerebral) y que genera ese encandilamiento al igual que uno se enamora de una chica/o. En el juego, una fuerte ganancia inicial incrementa las probabilidades de adquirir adicción al juego.

Luna de miel

Una vez que el individuo ha aprendido a través de su familia, de la sociedad o por experiencia propia que ciertas actividades o el consumo de ciertas sustancias pueden transportarlo como por arte de magia lejos de cualquier sentimiento o estado de ánimo negativo, el paso a la adicción es muy sencillo. Al haber 'aprendido' en la etapa 1 que es posible obtener cierto alivio (refuerzo negativo) o placer (refuerzo positivo) a través de la sustancia o actividad adictiva, la persona puede sentirse impulsado a borrar los malos sentimientos o dolorosos con algo positivo. La baja tolerancia a la Frustración o la incapacidad para hacer frente a esas adversidades lleva a la búsqueda de 'soluciones mágicas'; entonces se busca el recurso químico que facilite el cambio. Durante la fase de luna de miel, el futuro adicto experimenta todas las gratificaciones sin ninguna de las consecuencias negativas: siente que ejerce control, que la actividad es inofensiva y que él la merece. Puede sentirse mejor instantáneamente y disfrutar la sensación de olvidarse de todo. Pero de lo que no se da cuenta es de que ninguna relación basada en el engaño y la Fantasía puede funcionar bien a largo plazo.

Traición

Sin embargo, lo que uno vislumbra durante la luna de miel no es lo que en realidad obtiene. Con el paso del tiempo, es traicionado. Así, además del deterioro sufrido en las principales esferas de su vida, es muy probable que el adicto esté haciendo cosas que normalmente no haría, para matener su adicción (robar, participar en otras actividades ilícitas). Los paraísos artificiales que se le prometían en la fase anterior se tornan en oscuros callejones repletos de trampas. La Traición es real y el declive comienza.

En la ruina

Ahora el adicto debe consumir cada vez más para evitar que los crecientes sentimientos y estados de ánimo negativos profundicen en su Conciencia y para tratar de mantener los efectos positivos que cada vez son menores. Está desarrollando tolerancia y tiene que consumir no para obtener placer o alivio sino para evitar el malestar asociado al síndrome de abstinencia. La dependencia física creada químicamente por la acción de la sustancia sobre el Sistema nervioso tiene apresado al individuo. Psicológicamente, la estrategia de afrontamiento desarrollada hasta ahora sigue manteniéndose con lo cual, los problemas lejos de resolverse se acrecientan aún más.

Aprisionados

Con el tiempo, el adicto llega a un estado de Desesperación en su relación con la sustancia o actividad adictiva, dejando de lado todo lo demás. Se comporta de manera cada vez más impulsiva e incontrolada, preso de su adicción. Esta etapa de la relación adictiva es un descenso a la desesperación y la destrucción personal. El servilismo ante las drogas no permite tregua y esta espiral tiende a autoperpetuarse, a menos que suceda algo que la detenga. El retorno, no obstante existe, aunque sea un proceso también duro y difícil.

Daños que causan en los adolescentes

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Cambios en la conducta y actitudes. El consumo de drogas suele traer consigo todo un abanico de cambios, tanto en la personalidad como en las actitudes y conducta del adolescente y puede también manifestarse en el aspecto físico.

En cualquier caso, será el conjunto de todas estas cuestiones y no cada una por separado lo que nos permita sacar conclusiones.

En general, los adolescentes que se inician en el consumo de drogas desarrollan una Personalidad introvertida, cerrada e incluso violenta, que solo se ve alterada por el efecto de las pastillas.

El adolescente, si ni era así antes, rebaja drásticamente el nivel de comunicación en casa. Si se trataba de un joven alegre o chistoso dejara de serlo (en casa). Mostrará además Apatía y desinterés por las cuestiones familiares.

Es frecuente que el mal humor se convierta en tónica dominante.

El insomnio

La mayoría de las drogas provocan Insomnio. El adolescente que la consume tiene problemas para conciliar el sueño, lo cual se puede traducir en dos situaciones: los continuos viajes a lo largos de la noche (al baño, a la cocina, la sala…), y una actividad anormal hasta muy tarde. Le cuesta mucho conciliar el sueño, pero finalmente cae rendido.

La depresión y la ansiedad

Las drogas terminan desencadenando fuertes depresiones en sus adictos. En la actitud del adolescente comienza a predominar el negativismo, una visión pesimista de su vida cotidiana y especialmente de su futuro. El nivel de autoestima desciende preocupantemente.

Con frecuencia la Depresión y la Ansiedad se alternan en estos adolescentes, provocando continuos cambios en su estado de ánimo y haciéndoles pasar de la apatía a la hiperactividad.

La ansiedad convierte al adolescente en irritable. Se vuelve impaciente, tiene prisa, y a veces para romper su angustia tiende a romper con las cosas que le rodean: la pareja, los estudios, la familia.

Además de la falta de concentración, pierde capacidad para memorizar y precisión en los trabajos manuales.

Pérdida de la autodisciplina

El consumo de drogas suele traer consigo una perdida de la autodisciplina. El menor comienza a dejar de lado las normas y costumbres que ya había hecho propias y tenía prácticamente interiorizadas. Esto puede correr paralelo a un descuido de la propia imagen y de la Higiene, pero no es la tónica dominante.

Desconfianza

Es frecuente que el joven comience a desarrollar una actitud de desconfianza al entorno familiar. Responde a preguntas normales como si de un interrogatorio se tratase, con rechazo.

Del mismo modo se va mostrando muy celoso de su vida más personal, rechazando el dar cualquier tipo de explicaciones y dejando de comentar cuestiones que antes comentaba. Se muestra muy reacio a que se abran sus gavetas o escaparates para guardarle la ropa. Todo esto puede estar motivado fundamentalmente por el Miedo a que se descubran sus “nuevas costumbres”.

Sobre-preocupación por el dinero

Un adolescente que comienza a consumir drogas necesita más dinero que lo usual. En unos meses la cantidad de dinero necesaria se habrá triplicado. Conseguir Dinero se convierte entonces en la cuestión prioritaria para el adolescente. Comenzará a vender sus juegos, ropas y pertenencias personales.

La noche

Cuando se comienza a consumir drogas intenta pasar fuera toda la noche si se es posible, o incluso llegar a la mañana siguiente.

Comienzan a inventarse pretextos para pernotar fuera de casa. Consiguen el permiso de sus padres y regresan a su casa agotados y se van a la cama sin comer.

Las calificaciones

Los jóvenes estudiantes que se inician en estas prácticas ven drásticamente reducida su capacidad tanto para memorizar como para concentrarse.

Las notas descienden considerablemente y de forma generalizada y en un corto espacio de tiempo, de una evaluación a otra.

Cambios fisiológicos

La adicción a las drogas, puede traer consigo determinados cambios fisiológicos. El más común es la Pérdida de peso debido al agotamiento, el insomnio y la falta de apetito. Este agotamiento y la perdida de peso se pueden apreciar en el rostro, y las ojeras.

Enfoques y modelos para la prevención de la drogadicción

Entre las herramientas básicas del trabajo preventivo se pueden destacar los enfoques y modelos, los que en su evolución han caracterizado la prevención de la drogadicción.

Cada uno de los modelos tradicionales de interpretación e intervención ante la problemática de las drogas (ético-jurídico, biologicista o médico-psiquiátrico, clínico psicológico, médico-psicosocial, psicologista, psicosocial, sociologista o socio- cultural, terapéutico, abstinencia, geopolítico-estructural e integrador (bio-psico-social)) ponen su atención prioritaria en un aspecto específico del problema lo que a su vez marca la orientación de la intervención a realizar, ya sea basado en métodos tradicionales de orientación informativa, psicosocial o de desarrollo de habilidades.

Modelo ético-jurídico se sustenta en la consideración de que el abuso de sustancias ilegales es en sí misma una conducta delictiva causante de las drogodependencias ante la que se deben adoptar medidas, generalmente de carácter punitivas.

Hay que señalar que la parcialidad de este modelo puede tener -y tiene-consecuencias negativas para el pleno desarrollo de la persona, al considerar como respuesta básica el castigo o el simple tratamiento conductual.

En la práctica este modelo responde a su enfoque ético-jurídico; que se ha concretado, desde el punto de vista pedagógico, en charlas a los colegios por parte de agentes del orden público, como resultado, no ha sido muy difícil observar que la información, por sí sola, no es suficiente.

Modelo Biologicista o médico-psiquiátrico

Hasta la actualidad, se han puesto en marcha un número de programas que trabajan en la línea del modelo médico. Estas investigaciones van desde el modelo médico que enfatiza la importancia de la información (Blane, 1976), a un modelo pedagógico o de educación afectiva (Swisher,1979) que trabaja a partir de los grupos de discusión; o programas educativos-formativos (Escámez, 1990) que básicamente utilizan estrategias de información y persuasión.

Este modelo biologicista o médico-psiquiátrico se sustenta en que las drogodependencias son concebidas como si de una enfermedad o epidemia se tratara. Se destacan las drogas como agente agresor, no ya corruptor, de la salud pública sin importar el estatus legal de la misma. En otras palabras, la atención se centra en las características y efectos farmacológicos de las sustancias. Se enfoca la prevención en curar como si de cualquier otra enfermedad infecciosa se tratara.

De este modo el drogodependiente se nos presenta como un sujeto pasivo y aislado del contexto sociocultural en que vive, para evitar contagios y preservar así la salud pública.

Es preciso considerar que en el consumo de drogas están implicados tres vértices de un mismo triángulo: la sustancia, el individuo y el entorno (Gib, 1995), por tanto carece de valor considerar a la sustancia como la causante de la adicción, en la que la persona es un ser pasivo sin responsabilidad en el consumo de la misma.

Este modelo responde al enfoque médico- sanitario o psiquiátrico, su papel pedagógico consiste en informar a los adolescentes sobre los riesgos que conlleva el consumo de drogas para el organismo.

En esta línea se sitúan la mayoría de las estrategias preventivas realizadas hasta el momento en las instituciones educativas. En ellas se ofrecen a los adolescentes charlas, folletos divulgativos repletos de advertencias y recomendaciones, mensajes televisados, entre otros.

Es importante informales a los adolescentes sobre los riesgos que conlleva el consumo de drogas para el organismo; pero la mera información no evita que el adolescente consuma drogas, ya que no provoca el necesario cambio de actitudes y valores que persigue la prevención. Esto implica que no se cumpla con la misión educativa a la que se aspira en los momentos actuales, no es posible abstraerse de la estructura socioeconómica dentro de la que crecen los consumidores de drogas, ni el aspecto cultural del uso de ciertas sustancias. El entorno cultural determina, los tipos de drogas y las formas de consumo

Modelo sociologista o socio-cultural en el las drogodependencias son producto de un sistema social que empuja a sus miembros a desarrollar conductas adictivas con respecto a diferentes sustancias.

Este modelo supone un gran avance teórico, saca a la luz cuestiones tales como las influencias de los patrones culturales, las desigualdades, la falta de oportunidades para grandes sectores de la población, la marginación, el desempleo, la ideología dominante, la falta de valores sociales y los cambios familiares.

Estos se conciben como factores causantes de la aparición masiva de las toxicomanías, con lo que se destaca la complejidad y la variabilidad del contexto más allá de los efectos de la droga y del propio individuo.

Muestra al drogodependiente como víctima de la organización social, elude cualquier responsabilidad o participación del sujeto en el mismo.Le atribuye una excesiva responsabilidad a la sociedad en su conjunto como causante de los problemas de drogas, en detrimento de la responsabilidad individual.

Bajo este enfoque el problema no será solucionado mientras no se modifique enteramente la estructura social, lo cual es muy complejo y difícil.

Modelo psicologista, que se sustenta en el reconocimiento de la complejidad de cada individuo y del peso que tienen los factores psicológicos y ambientales sobre sus decisiones. Este modelo destaca al ser humano con sus necesidades psicológicas y sociales, relegando a un segundo plano la sustancia que, por sí sola, no justificaría la génesis del problema.

Según la concepción del modelo psicologista, el sujeto no es la víctima, sino el responsable de su situación y los esfuerzos preventivos y rehabilitadores se dirigirán a ayudar a los individuos a modificar sus conductas, y se adoptan de recursos psicológicos necesarios para ello.

Este modelo tiene un enfoque conductista, pues su misión va a modificar la conducta resultante como respuesta al estímulo provocado por las drogas, o sea, los drogodependientes pierden su dimensión social para explicar su conducta adictiva desde determinadas formas de vida y comportamiento de los sujetos. Aunque desde este modelo se tiene en cuenta la interacción de factores (droga, individuo, entorno), desde el punto de vista psicológico la atención se centra en el individuo; a la vez que presta poca atención a las condiciones macroeconómicas o políticas de la sociedad en la que ese individuo está inmerso.

Modelo Geo-Político-Estructural (CONACUID,1985), este modelo se sustenta en la conceptualización del consumo de drogas y el narcotráfico como un fenómeno global consubstancial a las circunstancias que crean y mantienen el subdesarrollo y propician la dependencia de los países latinoamericanos. Considera al entorno como factor social que puede incidir en el consumo de drogas. Sin embargo, considera al individuo como víctima de su propio accionar.

Modelo integrador (bio-psico-social)surge desde la perspectiva globalizadora, ha sido capaz de explicar la génesis y desarrollo de las drogodependencias, a partir de los tres elementos (sustancia-individuo y medio social), se unen para formar un conjunto en constante interacción, dirigido desde el individuo.

Dicho de forma genérica, la salud individual no es algo que ha de imponerse de manera autoritaria, sino que ha de ser asumida por cada uno de los adolescentes como un deber individual.

El adolescente debe ser visto como ente social, protagonista y producto de las múltiples interacciones sociales en que se ve involucrado a lo largo de su vida escolar y extraescolar. Para ello, las instituciones sociales como la escuela deben trabajar en la promoción de la salud y en la prevención de las drogodependencias, y tener siempre presente el diagnóstico integral del adolescente.

Otros Modelos

Más tarde surgieron modelos en los que se les daba especial importancia al aprendizaje de habilidades sociales (Goldstein, 1989; Macía, Olivares y Menéndez,1993).Por otro lado, Botvin y Botvin(1994) proponen un enfoque donde se trabaje la influencia social (entrenamiento de habilidades de resistencia.

La principal diferencia entre los modelos y enfoques es el grado de relevancia que otorgan a cada uno de los elementos que interactúan; droga, sujeto, contexto, se desprenden por tanto, medidas sociales, preventivas, legislativas, de muy diversas índoles en función del enfoque que se asuma en cada modelo.

En definitiva, los diferentes autores proponen formas de actuación que si bien se diferencian en la forma, en la metodología y el enfoque, presentan coincidencia en sus objetivos; y han ayudado a promover la necesidad de potenciar la prevención contra el consumo de drogas.

Consejos a los padres

Los drogadictos se convierten para sus padres en antihijos. Nadie quisiera tener un ser así en su familia.

Son personas que por lo general roban, golpean, maltratan, agreden a los demás y mantienen a sus familias en una zozobra continua.

Resulta fundamental el establecer previamente una verdadera relación de Confianza y comunicación con el menor para poder detectar los posibles problemas y evitar que los Hijos adopten estas conductas.

Enlaces externos

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Véase también

Drogas

Drogas_legales

Fuentes

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