Eduardo Sotolongo

Eduardo Sotolongo Dubrocá
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Eduardo Sotolongo Dubrocá. Laboró en la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas como fotógrafo al servicio de la Sanidad Vegetal cubana. Su trabajo didáctico fue vital para divulgar entre los agricultores las plagas y enfermedades que aparecían en los campos del país.

Eduardo Sotolongo Dubrocá y el arte de la fotografía al servicio de la Sanidad Vegetal en Cuba

Introducción

La antigua Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas EEA, actual Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt” Inifat, tuvo el privilegio de contar con trabajadores destacados como Eduardo Sotolongo Dubrocá, el cual laboró durante cuarenta y cinco anos en la EEA.

Su legado como fotógrafo, fue decisivo para el auge de la agricultura en el país. Artísticamente utilizó una técnica de finales del siglo XIX y principios del XX, hoy en desuso, que es la fotografía en soporte de vidrio, a la que imprimió un sello particular.

Eduardo Sotolongo Dubrocá

Ingresó en la EEA el 19 de junio de 1909, se convirtió en el primer fotógrafo oficial de la Estación. Los trabajos de fotografía en la Estación Central Agronómica (1904/1909) los realizó C.F. Pooter a partir de 1906, quien se desempeñaba como primer ayudante en el Departamento de Botánica. Sotolongo tenía entonces cuarenta y un años de edad y veinte de experiencia profesional como fotógrafo en La Habana. Se reconocía como natural de Jovellanos, Matanzas, y nacido en 1868. Hijo de Gregorio y Manuela, según consta en su expediente laboral residió en Jesús del Monte 163 (altos), posteriormente en San Francisco 55 (altos)y finalmente en Meireles 9, Calabazar, donde vivió hasta su muerte.

En 1909 el cargo de fotógrafo de la EEA estaba subordinado a la dirección con un salario de 1200 pesos anuales. En el mismo año se reorganizaron los empleos y el presupuesto, y queda anexo al Departamento de Vulgarización Agrícola (hoy sería como uno de Divulgación). En años sucesivos los empleos y el presupuesto se reajustaron según la situación económica del país. En 1931 llegó a percibir un salario anual de 691 pesos. Según el testimonio de los que lo conocieron, era una persona afable, dispuesta a servir en lo que se necesitara. A la vez exigía respeto hacia su persona y su profesión.

Fue un hombre que vio quebrantarse su salud poco a poco durante su vida laboral en la Estación. Presentó y solicitó 56 certificados médicos y licencias retribuidas que siempre le fueron concebidas por la estima y prestigio de que gozaba, tanto en la EEA como en la Secretaría de Agricultura Comercio y Trabajo. En noviembre de 1934 presentó su primera solicitud de jubilación; en 1939 una segunda que solo se hizo efectiva en diciembre de 1954 a los ochenta y seis años de edad, veinte años después de haberla pedido por primera vez. Adquirió una bóveda a su nombre en 1944 en el Cementerio de Colón (calle C e/ 12 y 14, Vedado), y allí reposan sus restos desde el 6 de junio de 1957 en que falleció víctima de un infarto cardíaco.

Labor realizada en la rama agrícola

Su trabajo vinculado a la rama agrícola durante cuarenta y cinco años fue tan grande, como importante y diversa la colección que legó. Del trabajo interno que como fotógrafo desarrolló Sotolongo para los distintos departamentos, quedan los diversos legajos y expedientes del Archivo del INIFAT donde se rendía cuenta mensualmente del trabajo realizado y entregado a las distintas áreas y una interesante y variada colección de fotografías en soporte de vidrio o negativo en vidrio, como también se le conoce.

Como fotógrafo participó en el apoyo al resto de los departamentos en la Exposición Nacional de Agricultura, arte y labores de la Mujer el 23 de noviembre de 1910. Por orden de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, en agosto de 1913 viajó por todo el país para fotografiar centrales azucareros y hacer un libro con datos técnicos y estadísticos que destacaran el progreso que había alcanzado en Cuba la industria azucarera. Este trabajo lo realizó con el ingeniero Ramón Jiménez Alfonso, jefe de la Región Occidental de Montes y Minas. De esta colección de centrales azucareros se tienen en el archivo del INIFAT 180 en soporte de vidrio. También entregó fotografías del cultivo del tabaco, trabajo solicitado por el inspector general de Agricultura.

Por la misma secretaría fue designado en agosto de 1916 para viajar a las antiguas provincias de Camagüey y Oriente y tomar datos estadísticos y gráficos relacionados con el estado de la cría de caballar. También trabajó en el municipio de Artemisa en 1915 y 1919; en la Quinta de los Molinos, en La Habana, en 1916 y 1918 fotografiando sementales equinos; en el municipio de Bahía Honda el 31 de julio de 1917. Con el entonces ayudante patólogo S. C. Bruner tomó fotos sobre enfermedades de los cítricos. El 30 de mayo de 1917 el director J.T. Crawley emitió una carta de felicitación por su trabajo.

En 1918 tomó fotografías en el municipio de San Antonio de los Baños con el doctor Alejandro E. Barthe sobre la instalación de maquinarias y de cultivos en la finca El Palmar, de la compañía Cubana Agrícola Industrial y también en el de Bacuranao a cultivos de higuereta. Fotografió además cultivos en los municipios habaneros de Ceiba del Agua, Wajay y Caimito.

Participó en una comisión a Sagua la Grande con la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo el 23 de mayo de 1919 para fotografiar la Estación Zootecnia y algunas crías de sementales de esa secretaría en aquella zona.

En julio de 1920 prestó servicios en la Sección de Veterinaria y Zootecnia en La Habana y simultaneó esta actividad con su trabajo en la EEA. En 1921 trabajó en el central Soledad, en Cienfuegos, y en 1929 colaboró con la revista agrícola El Campo, de La Habana. Participó en los trabajos para realizar las memorias presidencial y de la estación en 1930. En 1931 la Comisión Nacional de Propaganda y Defensa del Tabaco Habanero le encargó fotografías de campos de tabaco atacados de mosaico y el secretario de la Alianza Tabacalera José Rivero Muñiz también buscó su aporte para ilustrar el libro El Tabaco y su historia. Colaboró en 1932 con la revista de Agricultura y Zootecnia, que solicitó fotos de distintas áreas internas de la EEA. En 1933 colaboró con la revista Bohemia, e ilustró un Tratado de geografía militar de Cuba, esto último a solicitud de L. Hernández Sabio, comandante del Estado Mayor de la Sección de Ingeniería.

Para ilustrar la revista La Chacra en 1937, la casa Editora Atlántida de Argentina gestionó fotos del movimiento agrícola cubano y de la EEA. En 1938 Sotolongo acompaña al ingeniero Rodolfo Arango, jefe del Servicio de Publicidad y Divulgación para realizar un estudio sobre la explotación del henequén en Cuba y las posibilidades de extender su cultivo para lo que se trasladó a centros henequeneros de Mariel, Matanzas y Cárdenas, y a otras zonas cuyas tierras sirvieran para extender ese cultivo.

En mayo de 1939 se le comisionó para obtener fotografías de la piña en diversos aspectos, solicitadas por la Unión Panamericana, Washington DC para ilustrar un extenso trabajo en preparación sobre el cultivo y producción de la piña en los países donde se cosechaba esta fruta. En 1945 tomó fotografías de varias escuelas, entre ellas la Escuela Normal Rural José Martí, en general Peraza La Habana, donde los niños trabajaban en el huerto escolar, de noviembre de 1946 a febrero de 1947 participó con el departamento de Fitopatología y Entomología y el doctor S.C. Brunner en la investigación sobre el valor relativo del caldo bordelés y dithane (D-14) para combatir el tizón tardío de la papa.

Publicaciones. Vinculación con la sanidad vegetal cubana

Sotolongo envió a la sección de sanidad vegetal sus trabajos fotográficos sobre parásitos enemigos naturales de la mosca prieta en el insectario de la EEA y para el Anuario de este departamento en 1930. En los fondos del Archivo del INIFAT las fotografías en soporte de vidrio vinculadas a la sanidad vegetal ascienden aproximadamente a mil, y muestran insectos, hongos, plagas de diversos tipos, así como el modo de combatirlas.

En el Archivo Institucional del INIFAT se conservan aproximadamente un total de 6330 fotografías en soporte de vidrio, que como ya se ha dicho, es una técnica utilizada a finales del siglo XIX y principios del XX, con emulsión de colodión y el soporte de cristal.

Eduardo Sotolongo Dubrocá, legó a las generaciones que le sucedieron un caudal de imágenes históricas y científicas que formarán parte de la memoria viva del desarrollo agrícola de Cuba.


Fuente.

Pérez Moreno, Olga. Eduardo Sotolongo Dubrocá y el arte de la fotografía al servicio de la sanidad vegetal. En: Fitosanidad Vol. 11 No. 1, 2007