Diferencia entre revisiones de «Egoísmo infantil»

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Manifestación conductual del niño que impide su cooperación con otros niños o personas tanto en el juego como en el resto de las actividades. El niño, como parte integrante de la sociedad, debe aprender a adoptar formas de conducta que estén de acuerdo con las [[Normas sociales|normas sociales]]. Estas normas o reglas las aprende mediante la educación que recibe de los adultos, y cuya finalidad es crear toda una serie de cualidades que le permitan vivir dentro del gran colectivo que es nuestra sociedad. Una de las cuestiones en la cual se hace más énfasis es en el desarrollo de la conducta cooperadora del niño dentro del [[Colectivo|colectivo]].  
 
Manifestación conductual del niño que impide su cooperación con otros niños o personas tanto en el juego como en el resto de las actividades. El niño, como parte integrante de la sociedad, debe aprender a adoptar formas de conducta que estén de acuerdo con las [[Normas sociales|normas sociales]]. Estas normas o reglas las aprende mediante la educación que recibe de los adultos, y cuya finalidad es crear toda una serie de cualidades que le permitan vivir dentro del gran colectivo que es nuestra sociedad. Una de las cuestiones en la cual se hace más énfasis es en el desarrollo de la conducta cooperadora del niño dentro del [[Colectivo|colectivo]].  

Revisión del 12:24 11 dic 2010

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Documentación de plantilla


 Egoísmo infantil.

Manifestación conductual del niño que impide su cooperación con otros niños o personas tanto en el juego como en el resto de las actividades. El niño, como parte integrante de la sociedad, debe aprender a adoptar formas de conducta que estén de acuerdo con las normas sociales. Estas normas o reglas las aprende mediante la educación que recibe de los adultos, y cuya finalidad es crear toda una serie de cualidades que le permitan vivir dentro del gran colectivo que es nuestra sociedad. Una de las cuestiones en la cual se hace más énfasis es en el desarrollo de la conducta cooperadora del niño dentro del colectivo.


¿Cómo se comporta con los demás?

¿Tiene siempre una conducta cooperadora con otros niños? Sabemos que no es así; que el niño, inclusive, tiene una etapa de su vida en la que adquiere la fama de egoísta, y en esta etapa, en ocasiones es agresivo, dominante, quiere que todo se haga a su gusto y no reconoce razón alguna del porqué no ha de ser así; es un inconforme.
No ve la razón por la cual se le pide que deje de jugar con aquello que estaba disfrutando tanto, para dárselo a otros niños.
Los adultos nos preocupamos por esta forma de actuar y creemos que el niño es un individualista y que sólo se preocupa por sus intereses.
Esta cualidad, el egoísmo, si se descuida tiene como resultado esas conductas que señalamos anteriormente.

El Colectivo

La vida en colectivo ofrece una excelente oportunidad para que el niño aprenda a ser cooperativo, ya que el pequeño, al contacto con otros niños, comparte sus juguetes, espera su turno, acepta las reglas del juego, además de participar con alegría en el mismo.
Es más difícil superar el egoísmo en los niños que viven solos entre adultos, donde todo es para ellos y no aprenden a compartir. Los adultos desempeñamos un papel muy importante en los hechos o situaciones donde se manifiestan estas conductas. Según sea la forma en que actuemos, lograremos mejores o peores resultados.


¿A qué se debe el egoísmo?

• El niño puede aprender esta conducta por imitación, los adultos no nos percatamos de que a veces la facilitamos, ya que en ocasiones queremos que nuestros hijos sean los primeros en todo, desde el juego de pelota hasta el destacado de la escuela, y lo impulsamos a pasar delante de los otros; o que posean todas las cosas para sí, sin tener en cuenta a los demás. Esto puede deberse a la conducta sobreprotectora y al favoritismo de los adultos hacia los pequeños.
• El egoísmo es una etapa transitoria dentro de las edades del segundo año de vida hasta los tres años. Para el niño de estas edades es sumamente difícil entender que todas las cosas no son suyas, y que no sólo él es el importante. El niño desea retener un juguete y no compartirlo con otros. Esto no lo hace porque quiera perjudicar, sino que él, aunque sabe la existencia de los demás, no los considera, porque se siente el centro de todas las cosas e interpreta todas ellas como suyas.


En el círculo infantil

En las instituciones docentes es muy valioso que las educadoras conozcan esto, ya que los juguetes son pertenencia de todos y cuando los niños tienen las edades antes señaladas, tienden a pelearse y a discutir frecuentemente cuando uno tiene un juguete y otro no, y, aunque es una conducta normal, necesita ser atendida desde las primeras manifestaciones. Por lo común, hasta que no se alcanza la edad de tres ó cuatro años, no es apto un niño para mantener contactos positivos con más de un compañero a la vez, y es por eso que se necesita la atención de los adultos ante este hecho en las edades menores.


¿Qué hacer con el egoísmo?

1. Los adultos no deben tratar de borrar esta actitud en el niño de una forma rápida y enérgica, ni antes de tiempo, ya que él, por sí solo, necesita razonar esta conducta. Si lo forzamos, podemos lograr el efecto contrario, ya que el niño al tratar de esconder su egoísmo se manifiesta con una conducta no real, pudiendo ser después, peor.
2. Una actitud cariñosa y firme, no dominante ni blanda, permite una mejor superación del egoísmo. El niño que s siente seguro y querido tiende a poder superarlo más rápidamente. 3. Que en ocasiones tenga que dar un juguete a otro niño, aunque llore, es bueno; así va aprendiendo que a veces, tiene que ceder. Dígale con buenas maneras, pero con firmeza: "No, ahora le toca a otro niño, después te tocará a ti de nuevo."
4. Nunca diga delante de él que es egoísta; esto tiende a reafirmar su egoísmo.
5. En los círculos infantiles, la educadora debe tener cuidado de que todos los niños utilicen los juguetes; y tener en cuenta actividades en las que participen en una tarea común, así, conducir a unos a lavar los juguetes; a otros, a secarlos; y a otros, a guardarlos.
O bien, si están pintando, tratar de que todos compartan los mismos pomos de pintura. Puede, además, organizar juegos de roles en los cuales estos niños desempeñen papeles que impliquen el desarrollo de cualidades positivas que contrarresten el egoísmo.
6. En el período de adaptación del niño a la institución, no debe obligársele a que comparta si no lo desea, ya que no tiene aún amiguitos y está sufriendo la separación de sus padres. Es posible que al ofrecérsela un juguete, éste le brinde seguridad. Debe explicarse a los demás que hay que ayudar al niño nuevo y que por eso se le deja tener el juguete.
7. Además nada le ayuda más al niño que los elogios y alabanzas, más se gana con el elogio que con la crítica. Por ejemplo, si se da el caso de que hay un solo caballito, varios niños quieren montarlo, cada vez que uno se baje del caballito para que monte otro, la educadora puede decir: "¡Qué bueno es este niño!, se baja del caballito para que otro niñito pueda montar también.."
8. Cuidar que los modelos de comportamiento que el niño imite sean positivos. El niño hace lo que ve hacer a los adultos y a otros niños. En el círculo infantil hace lo que ve hacer a la educadora, y lo que ve hacer a otro compañerito de juego. Por eso, hay que procurar que las relaciones sean las más positivas y cooperadoras entre todo el personal del círculo infantil.


Para saber algo más.

No se debe olvidar la necesaria relación con los padres del niño, ya que por una parte, muchos de los problemas son consecuencia de los malos métodos aplicados en el hogar; y por la ora, es indispensable la colaboración y coincidencia de criterios del hogar para obtener resultados buenos y estables.
Esperamos que estas orientaciones que ofrecemos a los padres y las educadoras, constituyan una guía para el desarrollo de un trabajo cooperativo, además figuren como medios para lograr el propósito fundamental de la educación en los niños en aras de que crezcan sanos y felices.


Fuentes

BERNAL DEL RIESGO, ALFONSO: Errores de la crianza de los niños. Cuadernos populares. Instituto del Libro, La Habana, 1970
Dpto. de Investigaciones psicológicas y pedagógicas: Artículos varios en revistas Simientes, Instituto de la Infancia, La Habana, 1975-1976.
GARCÍA INGLADA, SELMA: "Cómo tratar a cada niño dentro de su colectivo", en revista Simientes, no. 5, Ciudad de La Habana, 1978.