El Frente Femenino del Movimiento 26 de Julio en Nuevitas

El Frente Femenino del Movimiento 26 de Julio en Nuevitas
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Entierro de Angel Gutierrez.jpg
Siglas o Acrónimo:M-26-7 (Nuevitas)
Fundación:1957
Ideología política:Martiana
País:Bandera de Cuba Cuba

El Frente Femenino del Movimiento 26 de Julio en Nuevitas. Frente creado para darle oportunidad a las mujeres nueviteras de incorporarse a las acciones revolucionarias en el territorio, dado a que estas siempre se caracterizaron por su afán de justicia social.

Antecedentes

En Nuevitas se fundó en el mes de diciembre de 1955 la primera célula del Movimiento 26 de Julio (Nuevitas), en la casa de Carlos Daniel Nápoles, quién salió electo como coordinador y a partir de ese instante se crearon las condiciones mínimas para el enfrentamiento a la tiranía batistiana en la región. El movimiento se iría fortaleciendo a través de la propia lucha, con nuevas incorporaciones. Las primeras actividades realizadas fueron de propaganda y recaudación de fondos, lo que constituyó un arma poderosa para desenmascarar al tirano y a aquellos que, desde supuestas actitudes opositoras, no hacían más que colaborar con el régimen.

En febrero de 1957, por orientación de Frank País, se comienza una reestructuración nacional del Movimiento 26 de Julio, para recuperar el prestigio de la organización y así alcanzar un mayor grado de cohesión y capacidad combativa. En esta etapa hay un recrudecimiento de las actividades de sabotaje y los grupos comenzaron a organizarse con una estructura militar. Ya en el mes de abril, quedó estructurado el ejecutivo del movimiento en la provincia de Camagüey y en esta ocasión, además de las responsabilidades que se mantenían desde su creación como son: coordinador, acción y sabotaje, sección obrera y estudiantil, finanzas, propaganda y la resistencia Cívica, por último, se crea un Frente Femenino, que tenía como objetivo incrementar y encauzar el trabajo de las compañeras en la clandestinidad.

Creación

Desde los primeros momentos de la creación del movimiento revolucionario 26 de Julio en Nuevitas, en diciembre de 1955, la mujer estuvo vinculada a las acciones que realizaban los hombres dentro de las células revolucionarias. Algunas mujeres se relacionaban con las células a través de familiares o amistades que estaban comprometidas con el movimiento y así cumplían misiones encomendadas para apoyar las actividades, puesto que por su sexo eran menos sospechosas y podían pasar inadvertidas ante la tiranía.

Para idear como constituir el Frente femenino en el municipio se desarrolla una reunión en la casa de Adela Lauret Gispert, situada en la calle Prensa, hoy Ángel Gutiérrez Núñez, número 69 entre Céspedes y Joaquín de Agüero, en la que participa Raúl Santana Aznarez, Coordinador del Movimiento 26 de Julio en el territorio y su hermana Gladys Santana Aznarez, la que venía desempeñando un papel protagónico dentro del movimiento y era la encargada de aglutinar algunas mujeres de confianza para formar el grupo. En el mes de septiembre, Gladys Santana se traslada hacia Camagüey junto a su hermano Raúl, para evitar ser detenidos por la guardia del cuartel municipal, pues estaban fichados como revolucionarios. Por estas razones se decide realizar una reunión para que quedara estructurado el Frente Femenino a partir de ese momento.

En la misma participaron, además de Adela Lauret Gispert, otras mujeres que estaban dispuestas a ayudar a los hombres del Movimiento 26 de Julio. Algunas de ellas ya venían participando en otras células como: Rosario Domínguez García(Charito), que mantenía una estrecha relación con Ángel Gutiérrez Núñez; Adela Lauret Gispert, suegra de Manuel Villadóniga Martínez (Pequeño); Enedina Silva Pelegrino, esposa de Eugenio Infante Corrales; Juana Sifonte Guerrero, Georgina Brito y Amanda Agramonte. En esta reunión fue seleccionada como Jefa del Frente femenino de Nuevitas, la compañera Adela Lauret Gispert, quien comienza a cumplir órdenes directas de Manuel Montenegro, Coordinador municipal del Movimiento 26 de Julio.

Desde ese momento la casa de Adela Lauret se convierte en cuartel de la lucha clandestina, pues en ella se realizaban reuniones y contactos entre los revolucionarios. En este lugar, además, se guardaban los bonos del M – 26-7, que serían posteriormente repartidos entre las mujeres, para que los vendieran y así recaudar dinero para costear las necesidades de la lucha clandestina primero y guerrillera después. Estos bonos se escondían en el fondo de una lata de gas, envueltos en un nylon, para evitar su deterioro, luego se le colocaba encima otra lata más pequeña con tierra donde estaba plantado un rosal, para evitar sospechas.

También en la nevera se escondía una cadena, que era utilizada sistemáticamente, para tirar en los tendidos eléctricos y provocar el apagón en la ciudad, lo que permitía: colocar banderas del 26 de julio, escribir letreros en las paredes y realizar el traslado de los combatientes, que cumplían acciones de sabotajes. Del mismo modo en la vivienda se acopiaban armas, medicamentos, ropas, zapatos y víveres que eran guardados en una vitrina con llave, para después ser enviados a la lucha guerrillera. Toda esa mercancía era recogida por las mujeres, mediante su trabajo clandestino y la colaboración de algunas entidades del pueblo, como era la Clínica de Martínez Caballero, la tienda “La casa Grande”, la farmacia “El Águila”.

Otras de las actividades desarrolladas por las mujeres nueviteras, era la de realizar rifas de algún efecto eléctrico (ejemplo: un televisor), el cual no existía realmente, sólo se hacía referencia al mismo para evitar sospechas, pues el objetivo era recaudar dinero y no la venta en si. Esto se hacía con personas de confianza y que apoyaban la causa revolucionaria, de esa forma se lograba incrementar los fondos para apoyar a los guerrilleros.

La propaganda en el Frente Femenino era responsabilidad de Juanita Sifonte, quien como parte de sus actividades se compraba telas rojas y negras con las cuales se confeccionaban banderas y brazaletes del 26 de julio.

A finales del año 1957, en Nuevitas, se intensificaron las acciones contra los esbirros de la tiranía y otros elementos que servían de sostén al régimen reaccionario, donde además de los hombres, se destacaron las mujeres, desempeñando un papel activo en la lucha revolucionaria clandestina.

Hechos significativos

En febrero de 1958, los esbirros de la tiranía atropellaron cruelmente al líder campesino Francisco Peña Peña, conocido como Panchito, el cual residía en la zona de Camalote “El Mije”, en Santa Lucía. El combatiente fue atendido en el hospital de Nuevitas, donde su gravedad era tal, que falleció el día 26 de ese mes, dejándose entrever por médicos manipulados por la tiranía, que su muerte había sido ocasionada por la caída y las patadas del caballo que utilizaba para labrar la tierra. Cuando los revolucionarios nueviteros se enteraron, se les ordenó a las mujeres del Frente femenino, que fueran al hospital para aclarar la verdad de los hechos.

Para esta misión fueron asignadas las compañeras Adela Lauret, Juanita Sifonte y Georgina Brito, quienes exigieron que en el acta de defunción se expusiera la verdadera causa de la muerte: el maltrato recibido por parte de la guardia rural de la zona. Finalmente apareció un médico honesto, que emitió un resumen correcto de las causas del fallecimiento y posteriormente, el cadáver fue trasladado para la casa de la hermana de Panchito, que vivía en Nuevitas, en la calle Ramón Ramírez, entre Joaquín de Agüero y Maceo, para ser velado allí.

Mientras esto ocurría, en la casa de Adela se acuartelaron un grupo de revolucionarios y junto a algunas mujeres, comenzaron a idear la forma para que el crimen cometido por la tiranía no quedara impune. Se acordó entonces, buscar un mimeógrafo para imprimir proclamas, que denunciaran la salvaje actuación de la guardia rural en Santa Lucía.

El compañero Nicolás Castro buscó un aparato en su domicilio y lo trasladó para la vivienda de Adela en el carro del compañero Élcido Fernández (Cartucho). Luego, tomando algunas medidas de seguridad, imprimieron las proclamas y las repartieron entre los que estaban en el velorio y otras fueron distribuidas en el pueblo. También se acordó que las féminas asistieran al sepelio vestidas de negro y con flores en las manos, y que además, trataran de sumar otras mujeres para que hubiera una mayor representatividad. Ellas debían encabezar el entierro desafiando a los soldados diseminados en todo el cementerio. Sin embargo, al llegar allí la policía las sacó rápidamente, para evitar que se produjera cualquier incidente.

Otro hecho significativo lo constituyó la organización de la Huelga del 9 de abril, las mujeres acordaron reunirse en la vivienda de Georgina Brito donde se distribuyeron las tareas, tenían como misión fundamental, contribuir a que se cerraran los establecimientos del pueblo, esencialmente los comercios, para lograr el paro de la ciudad. En esa ocasión, el hermano de Adela Agüero cerró su tienda para participar en el paro, pero al enterarse los guardias quisieron obligarlo a abrir la misma. Entonces Adela se enfrentó a los soldados, quitándole un fusil a uno de ellos en forma descompuesta y explosiva, esta acción los dejó asombrados, pues nunca imaginaron la respuesta de la mujer que estaba frente a ellos.

Otra acción importante ocurrió al celebrarse las elecciones parciales en 1958 cuando Rosario Domínguez (Charito), Adela Lauret y Juanita Sifonte colocaron un cóctel molotov al borde de un vehículo destinado a trasladar personas durante las elecciones, aunque este no explotó, sí logró amedrentar a los tiranos. Además, Adela Lauret y Juanita Sifonte, como muestra de su inconformidad con las elecciones, recogieron sus carnet de identificación, para no votar en esos comicios.

Desde mayo de 1958, el grupo guerrillero del Ejército Rebelde, dirigido por el Capitán José Botello Ávila, venía operando en Santa Lucía, al cual se le incorporaban, continuamente, miembros del Movimiento 26 de Julio de la ciudad que ya estaban fichados por la tiranía. En diciembre se decide trasladar a un grupo de compañeros hacia la zona, para pasar de la clandestinidad a la lucha directa. El domicilio de la compañera Adela Lauret, fue nuevamente escenario de todos los preparativos para el alzamiento de esos compañeros, se confeccionaron mochilas, uniformes verde olivo y brazaletes del 26 de julio, se fabricaron hamacas y se consiguieron botas de campaña.

Otras mujeres, que no pertenecían directamente al Frente Femenino, pero sí se sumaron activamente a la lucha clandestina, junto a sus esposos y familiares en otras células del Movimiento 26 de Julio, fueron: Enedina Silva Pelegrino, Trinidad Lamot Roble, Manuela Vázquez, Marcela Larraque, Ana Rodríguez y Adela Agüero. Mientras que las hermanas Isabel y Marina Gómez Oña se destacaron como enlace, entre el Ejército Rebelde en Santa Lucía y el Movimiento 26 de Julio en la ciudad de Nuevitas, ellas llevaban los mensajes directamente al campamento donde se encontraban los rebeldes, manteniendo una comunicación permanente.

Primeros años de la Revolución

Cuando se produce el triunfo de la Revolución, las mujeres del Frente Femenino salieron a las calles vestidas de milicianas, con el brazalete del Movimiento 26 de Julio, unidas al pueblo nuevitero celebrando la victoria, a la vez que divulgaban la noticia a todos los vecinos. Se dirigieron, entonces, al cuartel esperando las nuevas misiones en función de reconstruir una nueva ciudad. Mientras tanto, Adela Lauret y Juanita Sifonte, se reunieron en la Marina de Guerra para recibir las orientaciones y ayudar en la recogida de las armas.

La labor de estas mujeres fue ardua y titánica en los inicios del proceso revolucionario, su participación fue decisiva durante la intervención de las propiedades y las pequeñas producciones privadas, que pasarían luego a ser controladas por el estado revolucionario, además tuvieron una incorporación activa a las Milicias Nacionales Revolucionarias, deseosas de cumplir su deber con la defensa de la patria. Estas mismas mujeres fueron quienes después protagonizaron la fundación en Nuevitas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Fuentes

  • La Participación De La Mujer en el Movimiento 26 – 7. El Frente Femenino en Nuevitas.
  • Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (Nuevitas)