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La presencia de la torre en uno de sus extremos bien puede ser el resultado de la adaptación del modelo de fachada flanqueada por dos torres de los palacios aragoneses de gran empaque -como el de los Comendadores del conjunto del castillo de [[Alcañiz]] o el de la Audiencia de [[Zaragoza]]- a un edificio esquinero, de ahí que sólo tenga una sola torre. Además, en este caso, el emplazamiento de ésta pudo coincidir con el de un antiguo torreón de muralla.
 
La presencia de la torre en uno de sus extremos bien puede ser el resultado de la adaptación del modelo de fachada flanqueada por dos torres de los palacios aragoneses de gran empaque -como el de los Comendadores del conjunto del castillo de [[Alcañiz]] o el de la Audiencia de [[Zaragoza]]- a un edificio esquinero, de ahí que sólo tenga una sola torre. Además, en este caso, el emplazamiento de ésta pudo coincidir con el de un antiguo torreón de muralla.
 
Se construyó como una residencia privada de dimensiones palaciegas en el denominado “siglo de oro” de [[Alcañiz]] ([[siglo XVI]]): época caracterizada por una economía pujante, y un claro aumento del comercio y del poder civil.
 
Se construyó como una residencia privada de dimensiones palaciegas en el denominado “siglo de oro” de [[Alcañiz]] ([[siglo XVI]]): época caracterizada por una economía pujante, y un claro aumento del comercio y del poder civil.
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==Primera reforma==
 
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Revisión del 15:03 23 may 2018

El Palacio Ardid en Alcañiz
Información sobre la plantilla
Ardid-exterior2.jpg
Información geográfica
PaísEspañaBandera de España
Información general
ConstrucciónSiglo XVI
Información visitantes
DirecciónConfluencia entre la calle Mayor y la calle Santa Pau Alcañiz (Bajo Aragón)

El Palacio Ardid es un edificio construido como residencia palaciega privada, revitalizado recientemente como centro cultural público, que se presenta ante nuestros ojos como nexo entre la ciudad histórica y la actual, testigo del pasado y protagonista del presente.

Descripción

Este edificio palaciego está situado en la confluencia de la calle Mayor y la calle Santa Pau -antigua calle de los Clérigos-, en un punto relativamente próximo a la Iglesia de Santa María la Mayor (Alcañiz) y al hermoso conjunto integrado por la lonja y la casa consistorial. Se edificó, por tanto, en el centro neurálgico de Alcañiz, posiblemente a principios del siglo XVI, por lo que presenta las características propias de los palacios renacentistas aragoneses y la pervivencia de elementos de tradición gótica. La presencia de la torre en uno de sus extremos bien puede ser el resultado de la adaptación del modelo de fachada flanqueada por dos torres de los palacios aragoneses de gran empaque -como el de los Comendadores del conjunto del castillo de Alcañiz o el de la Audiencia de Zaragoza- a un edificio esquinero, de ahí que sólo tenga una sola torre. Además, en este caso, el emplazamiento de ésta pudo coincidir con el de un antiguo torreón de muralla. Se construyó como una residencia privada de dimensiones palaciegas en el denominado “siglo de oro” de Alcañiz (siglo XVI): época caracterizada por una economía pujante, y un claro aumento del comercio y del poder civil.

Taquilla
20170112-cines-palacio-ardid-alcaniz.jpg

Primera reforma

Las intervenciones en este edificio debieron limitarse a trabajos básicos de conservación hasta que a mediados del siglo XX fue objeto de una gran transformación para adaptarlo y acondicionarlo como oficina de una entidad bancaria. En esa intervención, el interior sufrió una modificación total y el exterior una alteración sustancial: se eliminó la característica galería superior aragonesa -en este caso construida en ladrillo- definida por dobles arcos de medio punto y en la zona del torreón se añadió un remate almenado. La fachada lateral -que como en la casa consistorial alcañizana estaba construida básicamente en ladrillo- fue también reformada: se amplió la piedra sillar a toda su superficie, con el deseo de ennoblecerla. Los sencillos vanos adintelados de esta fachada fueron sustituidos por otros de carácter 'goticista’, es decir, con traza que recordase o evocase al estilo gótico. A esta misma idea y a esta misma intervención corresponde la ventana de la planta baja del torreón y la modificación del vano situado en la planta superior del mismo. Por tanto, los únicos vanos originales que conserva este edificio son el propio acceso en amplio arco de medio punto, el gran ventanal sobre él (al que se le añadieron las columnas o parteluces que había perdido) y la ventana que a la misma altura se abre en la zona del torreón. A partir de esta reforma -que pretendió dotar al edificio de un aspecto de mayor 'antigüedad' y 'nobleza’-, su fachada principal perdió prácticamente la imagen característica de los palacios renacentistas aragoneses que tuvo en origen: distribución tripartita, arquería superior y alero volado de ladrillo. El aspecto medieval quedó reforzado con la superposición de elementos como las ventanas 'goticistas’ y el remate almenado. Además, la eliminación de la galería superior de arquillos proporcionó un gran protagonismo a los vanos originales con tracería gótica, en especial, al gran ventanal sobre la puerta de acceso. El mencionado proyecto de reforma de este edificio para acondicionarlo como entidad bancaria fue realizado por los arquitectos Teodoro Ríos Balaguer y Teodoro Ríos Usón en 1955. Entre la documentación gráfica -fechada en 1945- que incluye este documento técnico conservado en el Archivo Municipal de Alcañiz, se encuentran los dos alzados de sus fachadas antes de la intervención mencionada. Gracias a ellos y a las fotografías conservadas anteriores a la reforma, podemos saber perfectamente el aspecto original de este edificio e identificar los elementos añadidos y las alteraciones llevadas a cabo en él. Entre las fotografías anteriores a esta intervención se encuentran las del Archivo Mas que se adjuntan y la que Juan Cabré incluyó en su Catálogo artístico-monumental de la provincia de Teruel (1909-1910), acompañada del texto en el que se describe el aspecto de este edificio a principios del siglo XX: "en su parte inferior se abre un gran arco de anchas dovelas sobre el que descansa un precioso calado ajimez ojival del que falta la columnata. Corona esta fachada una serie de arcos de ladrillo de estilo aragonés con alero del mismo ladrillo". A esta primera intervención hay que sumar la llevada a cabo a principios del siglo XXI, para acondicionarlo como centro cultural: Biblioteca Pública, Archivo Municipal, y sede del Instituto de Estudios Humanísticos y de la Fundación Quílez Llisterri.

Segunda reforma

Esta segunda gran reforma -que sin duda contribuyó a la revitalización del centro histórico- supuso la total transformación de su espacio interior para adaptarlo a su nuevo uso. Las fachadas conservaron el aspecto que habían adquirido a mediados del siglo XX.

Acontecimientos históricos

En cuanto al pasado de esta construcción palaciega y su relación con acontecimientos históricos, el de mayor relieve es el que lo asocia con los aposentos en los que pudo pernoctar Carlos V en Alcañiz el 26 de mayo de 1528, cuando se dirigía desde Valencia a las Cortes de Monzón y se detuvo en la ciudad para presidir los funerales del gran humanista alcañizano Juan Sobrarias. Varias fuentes que mencionan esta estancia real en Alcañiz precisan que el monarca se alojó en la casa de Juan Vespín, pero hasta el momento actual, ningún documento permite identificarla con este palacio, por lo que hoy sólo puede plantearse como una hipótesis pendiente de confirmar. Dando un gran salto en el tiempo y en este caso, con toda seguridad, este edificio fue usado como cuartel de la Columna Macià-Companys durante la última guerra civil, en concreto desde septiembre de 1936 hasta agosto de 1937. Este antiguo palacio acogió a los mandos de la citada columna. Además este antiguo palacio ha estado unido durante centurias a la familia Ardid, aunque el escudo que reiteradamente aparece esculpido en su fachada no coincide con el de esta familia. A falta de confirmación documental y como hipótesis de trabajo, se puede apuntar su relación con la familia Castillo o Castellón. Varios indicios parecen indicar que pudieron ser los primeros residentes y encargantes de este palacio: en el Armorial de Aragón (1536) se incluye un escudo similar al de este edificio asociado a "los del Castillo" -torre o castillo en el centro flanqueado por leones rampantes-, asimismo en la visita de Carlos V a Alcañiz (1528) se menciona entre los "ilustres" alcañizanos que lo recibieron a Ramón de Castellón, y varias fuentes (Vidiella, Buñuel...) apuntan a que entre los primeros pobladores de Alcañiz se encontraba un Castellón o Castillón.


Fuente