El Silmarillion

El Silmarillion
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Título originalThe Silmarillion
Autor(a)(es)(as)J. R. R. Tolkien
Editorial:En inglés George Allen & Unwin
En español Ediciones Minotauro
GéneroRelato
EdiciónChristopher Tolkien
Primera ediciónEn inglés 1977
En español 1984
PaísBandera del Reino Unido Reino Unido

El Silmarillion es un conjunto de cinco novelas en una sola, que narran distintas etapas de la Tierra Media, aunque no necesariamente de forma secuencial y fluida, ni con el mismo estilo. Representa la columna vertebral sobre la que se engarza todo el universo creado por el escritor sudafricano J. R. R. Tolkien (1892-1973). Conforma una recolección de los mitos ocurridos en la formación del mundo y en las primeras edades de lo que más tarde se llamaría la Tierra Media.

Sinopsis

Este libro es el cuerpo central de los textos narrativos de J. R. R. Tolkien, una obra que no pudo publicar en vida porque creció junto a él. Tolkien comenzó a escribirlo mucho antes que El hobbit (1937), obra concebida como historia independiente, pero que fue parte de lo que él llamaba un "tema que acopia y se ramifica", y del que emergió El señor de los anillos.

El silmarillion cuenta la historia de la Primera Edad, el antiguo drama del que hablan los personajes de El señor de los anillos, y en cuyos acontecimientos algunos de ellos tomaron parte, como Elrond y Galadriel. Los tres Silmarils eran gemas creadas por Féanor, el más dotado de los Elfos, y contenían la Luz de los Dos Árboles de Valinor antes que los Árboles mismos fueran destruidos por Morgoth, el primer Señor Oscuro. Desde entonces la inmaculada Luz de Valinor vivió sólo en los Silmarils, pero Morgoth se apoderó de ellos, y los engarzó en su corona, guardada en la fortaleza impenetrable de Angband en el norte de la Tierra Media.

Compendio de El silmarillion

Se divide en cinco partes:

  • Ainulindalë (La música de los ainur en quenya). Que trata sobre la creación de Eä y, dentro de ella, la creación de Arda. Es una bella historia de la creación del mundo y del origen de varias cosas como la música y el mal.
  • Valaquenta. Habla de los 'forjadores de Arda', que respondiendo al deseo de su creador y a sus propios sueños deshacer un lugar para que habiten en él los hijos de Ilúvatar, se separan de el para forjar, cada uno con sus propias habilidades, lo que los elfos llaman Arda. Igualmente habla de los enemigos, aquellos de su misma estirpe que se desviaron del camino, y de su líder Melkor.
  • Quenta silmarillion. Trata de la primera edad del mundo, de la llegada de los elfos y los hombres y de la aparición de los enanos, y en el se narran también las angustias de los noldor, elfos muy hábiles en forjar metales y hacer cosas a mano, en contra del peor de sus enemigos: Melkor, al cual ellos llaman Morgoth Bauglir y al que al final ni ellos ni los hombres logran vencer por sí solos.
  • Akallabêth. (La sepultada» en adûnaico). Historia de la caída de Númenor, que tiene lugar en la Segunda Edad del Sol.
  • De los Anillos de Poder y la Tercera Edad. Un resumen que narra cómo es la Tierra Media y de los acontecimientos que llevan a la historia de El Señor de los Anillos.

Dentro de las cinco partes algunos de los capítulos más notables del libro son:

  • La música de los ainur.
  • De Beren y Lúthien.
  • Túrin Turambar (asociado con la Narn i Chîn Húrin: la historia de los hijos de Húrin en los Cuentos inconclusos y como libro separado, Los hijos de Húrin).
  • De Tuor y la caída de Gondolin.
  • Del viaje de Eärendil y la Guerra de la Cólera.

Además, el libro incluye un largo apéndice en la que se puede encontrar quién es cada personaje, lugares, razas... También hay apéndices con explicaciones sobre pronunciación y etimología de las principales lenguas que aparecen en el contexto de la Tierra Media, árboles genealógicos.

La creación del libro

Los primeros bosquejos de las historias de El silmarillion se remontan a 1925, cuando Tolkien escribió un esbozo de su mitología. Sin embargo, los conceptos de los personajes, los temas principales y las historias concretas se venían desarrollando desde 1917 cuando Tolkien ―por entonces un oficial británico― volvió de Francia tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y se encontraba convaleciente en un hospital militar primero, y en su domicilio después, con la llamada “fiebre de las trincheras”. Por ese tiempo, él nombró a su colección de pequeñas historias El libro de los cuentos perdidos (que después sería usado como nombre de los dos primeros volúmenes de La historia de la Tierra Media). Estos cuentos iban a incluir una mitología inglesa, pretendiendo explicar los orígenes de la historia y cultura de Inglaterra.

Muchos años después de la guerra, alentado por el éxito de El hobbit, Tolkien le presentó a su editor, George Allen and Unwin una versión incompleta aunque muy desarrollada de El silmarillion, pero se la rechazaron porque era oscura y “demasiado céltica”. El editor, por el contrario, le pidió a Tolkien una continuación de El hobbit, la que finalmente se convertiría en su novela más significativa, El señor de los anillos.

De todos modos, Tolkien nunca abandonó estos trabajos. De hecho, los consideraba su obra más importante (de acuerdo con el prólogo del libro), pudiéndose ver en sus historias el origen de la Tierra Media y sucesos posteriores contados en El hobbit y El señor de los anillos. Reanudó su trabajo en El silmarillion al completar la citada obra, y su deseo era que ambas se publicaran juntas. Pero cuando vio que sería un imposible concentró su atención en preparar la publicación de El señor de los anillos.

A finales de los años 1950 comenzó de nuevo a trabajar en El silmarillion, pero muchos de sus escritos de esta época estaban más relacionados con el aspecto teológico y filosófico de la obra antes que en la narración misma. Durante este tiempo escribió largo y tendido sobre ciertos temas como la naturaleza del mal en Arda, el origen de los Orcos, las costumbres de los Elfos, la significación de la muerte élfica; y la planitud de Arda y el cuento del Sol y la Luna. Por este tiempo, le entraron serias dudas sobre los aspectos fundamentales de la obra que volvían a las primeras versiones de las historias, y parecía que Tolkien necesitaba solucionar esos problemas antes de poder producir la versión final de El silmarillion. En todo caso, salvo contadas excepciones no trabajó en la narración en los restantes años de vida.

Síntesis

Todo tiene un principio y la Tierra Media, o mejor dicho Ëa: “El Mundo Que Es”, también lo posee. Lo que después nos llega como un mundo con una historia de miles de años tiene uno de los comienzos más espectaculares que pudieran haber salido de la mente de un creador. Al principio Eru-Ilúvatar les dio el poder de la creación a sus mandatarios mayores, conocidos como los Aratar, y estos comenzaron a tejer una melodía de creación que dio lugar a algo paradisíaco…pero como siempre hubo alguien que llevó la contraria y lo hizo fracasar. Luego hubo un segundo… y un tercer intento… y fue cuando Ilúvatar, cansado de tanta discordancia, decidió mostrarles lo que habían realizado en conjunto, aún ese díscolo poder perturbador… y lo que vieron no alcanzaban las palabras para describirlo.

Así, los Valar, Maiar y poderes menores bajaron a Arda y se materializaron y comenzaron a jugar el eterno juego de la creación. Pero el espíritu discordante de Melkor seguía queriendo ser más poderoso que su creador, y de esta forma cada acción de los Valar era mancillada de una forma u otra por el travieso poder que descubrió cuanto más profunda podía ser la maldad… algo que le gustó. Además algunos de los valar se habían atrevido a crear por su cuenta. Aulë había fabricado a los siete padres de los Naugrim… ¿cómo él se iba a quedar detrás…? Así se retiró a las profundidades del mundo y comenzó su captación de poder y fuerzas para sus maquinaciones… pero esto no era lo que deseaban los demás así que, en un primer enfrentamiento, se le acosó, encadenó y desterró por varias eras.

Acallada la nota discordante, Valar y Maiar se concentraron en dotar al mundo de todo lo mejor que pudieran crear para la llegada de los Primeros Nacidos. Así llegó el Despertar de los Elfos bajo las estrellas de Varda a orillas del lago Cuiviénen y su posterior llegada a Tol Eressëa. Allí, los que no temieron a la travesía y cruzaron el mar, se convirtieron en grandes maestros de las artes y el conocimiento, y aprendieron a canalizar la magia y de los dones que les habían sido otorgados; y el más grande entre ellos fue el orgulloso Fëanor, creador de los Silmarilli. Pero el tiempo de silencio de Melkor tocaba a su fin y en el momento de más Beatitud, trajo la mayor de las Tristezas y huyó después de la muerte de Los Dos Árboles hacia lugares profundos de la Tierra donde reinar al continente aún bajo las Sombras. Los Valar lograron, sin embargo, contrarrestar las tinieblas en un último esfuerzo para darle luz a los Hijos de Iluvatar, pero no antes de que Fëanor invocara una maldición sobre las joyas robadas por Melkor que trajo la condena a sus descendientes y todo aquel que las deseara.

De esta forma se provocó el primer gran hecho de sangre y la migración hacia las tierras mortales aún carente de luz y llenas de peligros creados por Morgoth. Mas, después de muchos avatares y tres guerras casi sucesivas, el poder del Vala Oscuro parecía haber sido dominado, y a la luz del Sol, la Luna y las Estrellas, los Primeros Nacidos se asentaron en hermosos parajes, realizaron obras de una alta belleza y llenaron con su magia cada terreno que pisaban. Así surgieron maravillosas ciudades como Menegroth “Las Mil Cavernas” en el Reino protegido de Doriath, Nargothrond “La Gran Fortaleza Subterránea” a orillas del Río Narog, y Gondolin “La Piedra que Canta” oculta en medio de las montañas. También los antiguos hijos de Aulë, fueron despertados de su sueño pétreo y comenzaron a utilizar el don principal de su creador: la habilidad en la forja y la artesanía en todas sus formas. Así los llamados enanos se convirtieron en artífices de joyas y armas de singulares belleza y poder, y crearon en las Ered Luin —Las Montañas Azules— frontera natural de Ossiriand el “País de los Siete Ríos”, sus dos principales ciudades: Nogrod y Belegost.

Y llegó el momento de que los Segundos Hijos de Ilúvatar llegaran a la tierra. Los Hombres despertaron por primera vez con un destino completamente distinto de aquél de los Eldar. Y comenzaron a forjarse las alianzas; unas buenas… otras no tanto, y la historia comenzó a ganar matices cada vez más complejos. Los hombres fueron pasto enseguida de las sombras de Morgoth y muchos de ellos se dejaron intimidar, y sus frágiles voluntades comenzaron a envidiar la inmortalidad de los Elfos, así como entre los Primeros Nacidos comenzó la desazón por el destino aún no revelado de los Hombres al morir. Pero existieron ramas de los hombres que desde el primer momento se aliaron a las fuerzas del bien. Y de esta forma se sucedieron amores y hechos históricos de una importancia vital… y también tragedias. Así surgió el amor entre linajes como el de Beren y Lúthien, que ni siquiera la muerte pudo destrozar, y el de Idril y Tuor, único hombre que pudo ver a un Valar en Beleriand y pudo ingresar en Aman. Y la trágica historia de los Hijos de Húrin.

Y entonces fue que, después de 450 años, Melkor resurgió con todo su poder alimentado por la ira de la pérdida de uno de los Silmarilli cortado de su corona por el heroico Beren, para arruinar los reinos de Hombres, Elfos y Enanos. Y surgió de las entrañas de Angband, La Cárcel de Hierro con nuevas criaturas surgidas de su negra magia, siendo los dragones las más temibles. Y así Glaurung, el Gran Gusano, asoló regiones enteras hasta aposentarse en Nargothrond, donde años después fue muerto por Túrin Turambar, y por medio de traiciones y engaños cayó Gondolin, y por causa de la avaricia se perdió Menegroth, y Elfos y Hombres y en buena medida Enanos se vieron al borde del desastre…pero la esperanza estaba sembrada en el vientre de Idril. Y de ella nació Eärendil, el marinero, quien portando en su frente el Silmaril arrancado por los abuelos de su esposa, se dirigió hacia Valinor e intercedió ante el propio Manwë por el destino de Arda.

Y tuvo lugar la terrible y última batalla de la Primera Edad, donde todos lucharon como uno sólo contra el poder del primer y único Señor Oscuro y sus creaciones (Sauron fue siempre no más que un simple y orgulloso segundón); y se enfrentaron Ancalagon el Negro y Eärendil a bordo de Thorondor, y la muerte del gigantesco dragón trajo la ruina a Thangorodrim, y gracias al poder de los Valar el Enemigo fue desterrado hacia el Vacío Intemporal y ahí esperará hasta que la Segunda Música de los Ainur sea compuesta y el mundo vuelva a ser el que fue. Y Arda cambió… y sus tierras occidentales fueron tragadas por Belegaer, el Mar Divisorio, y así se perdieron las bellas ciudades de los Enanos quienes emigraron hacia las Hithaeglir, Las Montañas Nubladas para forjar Khâzad-dûm, y se construyeron los Puertos Grises y a los hombres fieles se les dio la oportunidad de vivir en armonía en Oesternessë y a partir de ese momento se les conoció como dúnedain.

Y comenzó la Segunda Edad del Sol, y con ella la verdadera primavera de los hombres, y pasaron más de mil años sin que la molesta sombra del mal persiguiera a los descendientes de Elros-Tar Minyatur, hasta que Sauron volvió a sus andadas en el Este y sedujo a Celembrimor para que forjara los anillos de poder, y aprendió de él el arte de la forja y en 1600 forjó el Anillo Único para 93 años más tarde declarar la guerra en la Tierra Media y devastar una amplia zona. Pero los númenóreanos ya estaban explorando y fundando nuevos feudos en las tierras del Este, y el poder de estos hombres longevos era temido por el Maia, y no les declaró guerra abierta sino que se concentró en construirse su propio baluarte. Así cuando la Segunda Edad ya entraba en su tercer milenio y el otoño de los dúnedain se vislumbraba, se dejó atrapar y mediante palabras venenosas glorificó el culto a sus doctrinas y derrumbó las leyes de los Altos Poderes… excepto en las mentes de los fieles.

Y es así como en el año 3319 de la Segunda Edad los hombres, seducidos por las promesas de una vida eterna parten con cantos de guerra hacia las Tierras Imperecederas, mientras los fieles toman rumbo hacia el este, temerosos del castigo de los Valar. Y ay!… cuánta razón tenían. Los Poderes una vez más invocaron a su máxima autoridad y barrieron con la Tierra de la Estrella, hundiéndola en lo profundo del mar con todos sus pecados, dejando sólo un insignificante punto de tierra donde antes hubo toda una civilización; y curvaron el mundo, y sacaron de sus fronteras a la Tierra Bendecida dejando sólo abierto el Camino Recto a los pocos Eldar que decidieron permanecer en la Tierra Media y, muy de vez en cuando a algún otro bendecido de otra raza. Y el pretendiente a Señor Oscuro ya no pudo volver a tomar forma otra que no fuera la de su espíritu corrupto, y en venganza entabló una encarnizada lucha contra los Fieles y sus aposentos, y así se forjó La Última Alianza que marchó sobre Mordor en una guerra de una década que terminó con la muerte de Gil-Galad, el Alto Rey de los Elfos, la de Elendil Aldarion, el más fiel entre los fieles y la destrucción, si no por siempre, al menos momentánea, del nuevo señor de las tinieblas.

Carácter de la obra

En sí misma, la obra tiene el carácter de una enciclopedia, cuya información puede enloquecer de fanatismo a los adeptos a este mundillo maravilloso; de lo cual se deduce que es un texto necesariamente prohibitivo para aquellos que no están familiarizados con los personajes y las costumbres de la cosmogonía de Tolkien.

Tras la creación de la tierra de Beleriand por parte de los dioses; los elfos nacen y se extienden por este nuevo mundo. Los elfos son una raza de gente hermosa, inmune a las enfermedades y a la vejez; que, en agradecimiento, regalan a los dioses tres joyas que propagan una luz bellísima e imperecedera, los Silmarils. Estas piedras maravillosas se transformarán en las protagonistas del libro, ya que despiertan la codicia de muchos; entre ellos de Morgoth, el más poderoso de los dioses, quien por ello se ha vuelto perverso y ha jurado destruir a Beleriand y a todas las razas que lo pueblan. El silmarillion no es un típico relato épico envuelto en las historias de un manojo de personajes, sino que es una narración que atraviesa varias guerras durante muchas generaciones de distintas razas, con infinidad de héroes y de hechos románticos. De entre todos los relatos destaca la historia de Beren y Lúthien, el amor entre un hombre, un simple mortal, y una princesa elfa, destinada como el resto de su pueblo a no morir nunca; pero que lo arriesga todo por seguir el amor de su amado, ya que, en caso de desposarse con él, perderá su inmortalidad.

Publicación

Este libro fue publicado varios años después de la muerte de su autor (en 1973), pero en realidad las historias que narran son más antiguas que las de los primeros libros que el publicó. Cuando era joven, J.R.R. Tolkien comenzó a crear en su mente y a plasmar en papel fragmentos de pequeños cuentos que hablaban de historias que se desarrollaban en un tiempo muy lejano, por personajes fantásticos y algunos terribles, ese fue el comienzo de la Tierra Media. En un principio se llamó El libro de los cuentos perdidos (que posteriormente también se publicó como los primeros dos tomos de Las historias de la Tierra Media) pero fue algo tan complejo que ni su autor lo terminó todo en realidad. Su hijo Christopher, respondiendo al deseo de su padre de publicar la obra, tomó la labor de editor de sus notas y de ellas salió por fin El silmarillion.

Fuentes