Emboscada del abra de Mariana

Emboscada del Abra de Mariana
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Lugar donde ocurrió la emboscada (Abra de Mariana)
Fecha:16 de abril de 1958
Lugar:Mariana, San Antonio del Sur, Guantánamo
Descripción:
Los soldados de la tiranía se dispusieron a salir de Guaibano por el camino del Abra de Mariana. Los combatientes se parapetaron lo mejor posible, se atrincheraron detrás de las rocas. Al llegar los enemigos, Nené Sosa, que estaba al frente del grupo interior, rompió el fuego descargando su escopeta. Aquí se le ocasionaron varias bajas más al ejército. No obstante, la columna enemiga logró pasar el Abra de Mariana, dirigirse a San Antonio del Sur y de allí a Guantánamo.
Resultado:
Resultó muerto Constantino Lores Alba por la parte rebelde y dos muertos, uno de ellos un oficial, y cuatro heridos, en elejercito de la tiranía batistiana.
Líderes:
Celso Sevila
Ejecutores o responsables del hecho:
Grupo guerrillero de Caujerí al mando de Celso.


La emboscada del Abra de Mariana fue realizada el día 16 de abril de 1958 cerca de las 11:00 de la mañana, cuando los soldados de la tiranía iban rumbo a San Antonio del Sur, después de hacer sus fechorías en el Valle de Caujerí, además dando lugar a la muerte de Constantino Lores Alba.

Ubicación

El Abra de Mariana es un lugar de la provincia de Guantánamo, en el municipio San Antonio del Sur, y está ubicado a unos 5 Km. al norte de la cabecera municipal y a unos 10 Km al Sur del Consejo Popular de Guaibano.

Acciones previas a la emboscada

Como consecuencia de la emboscada entre el apostadero Yateritas y la vaquería de Meneses, el ejército de la tiranía emprendió la persecución contra los rebeldes, aprovechando que tenían una compañía ubicada en este lugar, cuya base de operaciones, estaba en San Antonio del Sur, desde donde planificaron marchar sobre el Valle de Caujerí.

Al tener conocimiento los oficiales rebeldes de este plan del ejército batistiano, se aprestaron a impedirlo. Con este fin, el teniente Celso Sevila, junto con un pequeño grupo de escopeteros, partió para situar una emboscada en el abra de Mariana. El primer teniente José Arnaldo Durán Bravet(Zapata), se dirigió para Jagüeyes con un pelotón; en el camino se encontró con el compañero Pablo Vera, quien le informó que los guardias habían penetrado por La Cobrera y que se encontraban en El Manguito; por tal motivo, el jefe del pelotón se desvió hacia la derecha para cerrar la entrada de La Cobrera, pensando que el ejército intentaría salir por dicho lugar. Envió a Fidel Martínez Machado con cinco hombres para reforzar a Celso Sevila, quien se encontraba emboscado en el abra de Mariana.

Entrada de la tiranía al Valle

En esos momentos, fuerzas del ejército de la tiranía entraron al Valle de Caujerí por un lugar que no era conocido por los rebeldes, aprovechando los servicios de un traidor que los condujo por lugar nombrado alto del Buey, en el camino de La Cobrera. Al acercarse, Zapata descubrió el transporte que utilizaba el enemigo: dos camiones Diamond T; el jefe rebelde trató de esconderlos en un naranjal cercano. Al darse cuenta de la situación se envió un mensaje urgente a Guaibano dirigido a Mario Ávila, Constantino Lores, Bienvenido Durán y Cardín Castro, quienes se encontraban allí como enlaces, para que inutilizaran los carros de la gente de Sevila y que el enemigo no los pudiera emplear.

Al penetrar los soldados de la tiranía en el poblado de Guaibano, sorprendieron al grupo de rebeldes que se encontraba allí y dieron muerte al combatiente Constantino Lores Alba.

Los guardias de Batista saquearon el pequeño campamento que estaba en la sede de la Comisión Ejecutiva Nacional de Cooperativas Agrícolas y Mineras (CENCAM), de Guaibano; también fueron objeto de pillaje la tienda de los Sevila, donde requisaron mercancías e incautaron los vehículos, como colofón de sus fechorías les prendieron fuego a varias casas: muchos vecinos para salvar sus vidas tuvieron que refugiarse en los montes.

Aquel día 14, el primer teniente Zapata le envió un mensaje al comandante Raúl Castro solicitando refuerzos para rechazar las incursiones del ejército. El mensajero Cardín Castro partió rápidamente, para la comandancia del frente, pero al llegar a Palenque de Yateras se encontró con Efigenio Ameijeiras, quien leyó el mensaje y se dispuso a partir rápido con su tropa para el Valle de Caujerí en unión de Fajardo, Argelio Campos, Jesús Alejandro Ramírez y Rogelio Hernández Portou.

Inicio de la emboscada

Después de estos hechos vandálicos, los soldados de la tiranía se dispusieron a salir de Guaibano por el camino del abra de Mariana. En este lugar se encontraba emboscado Celso Sevila con sus hombres, quienes ya habían sido advertidos de que el ejército se dirigía hacia allí. Celso dividió su grupo en tres: situó cinco hombres en el borde interior del abra, cuatro compañeros a la mitad del camino interior y él se emboscó con el resto del personal a la salida que da hacia San Antonio del Sur.

Los combatientes se parapetaron lo mejor posible, se atrincheraron detrás de las rocas; el jefe de la emboscada ordenó que nadie podía disparar hasta que los guardias no estuvieran en el centro del abra. Al llegar los enemigos, Nené Sosa, que estaba al frente del grupo interior, rompió el fuego descargando su escopeta; de inmediato fue secundado por el resto de los compañeros. La sorpresa fue casi completa: algunos casquitos cayeron y otros retrocedieron.

Repuestos del primer impacto, los soldados de Batista se dispusieron a combatir apoyados en la superioridad numérica y el armamento. Un sargento de la Guardia Rural conminaba a los uniformados a pelear y a avanzar hacia la salida del abra; al intentarlo, cayeron en la tercera emboscada, en la cual estaba Celso con otros tres compañeros. Aquí se le ocasionaron varias bajas más al ejército. No obstante, la columna enemiga logró pasar el abra de Mariana, dirigirse a San Antonio del Sur y de allí a Guantánamo.

Resultado de las acciones

El resultado de estas acciones fue el siguiente: la parte rebelde solo tuvo que lamentar la muerte de Constantino Lores Alba, quien fue sorprendido en el campamento de Guaibano. Al enemigo se le ocasionaron varias bajas: dos muertos, uno de ellos un oficial, y cuatro heridos.

La emboscada del abra de Mariana, llevada a cabo por un reducido grupo de combatientes armados fundamentalmente con escopetas, contra una compañía de infantería del ejército de Batista, bien armada y con los demás recursos bélicos de que disponían, puede considerarse una victoria, lo cual contribuyó a levantar el espíritu de combate de la tropa rebelde, a pesar de que el enemigo logró pasar.

En relación con estas operaciones el ejército de la dictadura emitió un extenso y amañado informe acerca de todo lo relacionado con las bajas rebeldes, en el que relata los hechos ocurridos en el apostadero de Yateritas y las acciones de la compañía que se encontraban en San Antonio del Sur.

Fuentes