Ernesto Baeza Michelsen

Plantilla:Personaje histórico

Ernesto Baeza Michelsen. Fue destinado en 1943, al Regimiento Artillería Nº 1 Tacna de Santiago, y ascendido a capitán, estuvo relacionado con la operación Cóndor.

Nacimiento y Familia

Nació en 1916. Era casado y tenía 4 hijos. Una de sus hijas estuvo casada con el brigadier del Ejército y ex subdirector de la Escuela de Comandos de Peldehue y jefe exterior de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), Eduardo Raúl Iturriaga Neumann, imputado en el proceso por el asesinato del general Carlos Prats y su esposa que se sigue en Argentina.

Vida militar

Era Alférez de Artillería y fue destinado en 1939 al Regimiento de Artillería 2 de La Serena. En 1940 fue ascendido a subteniente y en 1942 a teniente. En 1943, fue destinado al Grupo de Artillería a Caballo 2 Maturana en Santiago. El mismo año, al Regimiento Artillería Nº 1 Tacna de Santiago, y ascendido a capitán. En 1945, fue instructor de la Escuela Militar en Santiago. En 1946, fue destinado al Destacamento Andino Nº 4 La Concepción de Lautaro. En 1950, al Grupo Artillería a Caballo Nº 2 Maturana de Santiago; en 1952, fue designado subdirector de Deportes del Estado. Fue ascendido a mayor en 1954. En 1956, fue nombrado segundo comandante del Regimiento Maturana en Santiago. Desde 1958 a 1963, se desempeñó en el Departamento de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, siendo ascendido a teniente coronel en 1959. En 1964 fue destinado a Fort Gulick, zona del Canal de Panamá, al Curso de Comando y de Estado Mayor, graduándose como Oficial de Estado Mayor del Ejército norteamericano. Regresó a Chile y fue nombrado comandante del Regimiento Artillería Nº 2 de La Serena. En 1966, fue ascendido a coronel. De 1967 a 1969, actuó en el Departamento IV de Servicios Especiales, de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército. En ese período, viaja a Estados Unidos a realizar cursos de Altos Estudios en el Colegio Interamericano de Defensa. En 1970, fue ascendido a general de Brigada y nombrado agregado militar en Washington, jefe de la Misión Militar, y delegado del Ejército ante la Junta Interamericana de Defensa. Fue uno de los generales chilenos más cercanos al Departamento de Estado norteamericano.

Regreso a Chile

En 1971, regresó a Chile y fue nombrado comandante en jefe de la I División del Ejército, con sede en Antofagasta. En 1972, designado comandante en jefe de Comando de Infraestructura del Ejército en Santiago y, ese mismo año, ascendido a general de División. En septiembre de 1973, era general de División y jefe del Comando de Infraestructura del Ejército. Cuando Pinochet, en su libro se refiere al Jefe de Operaciones, como uno de los oficiales que desempeñarían un rol fundamental en la dirección del golpe de Estado, se pudo haber referido al general Ernesto Baeza. El 28 de diciembre de 1973 en una entrevista de prensa, Baeza relató esa mañana del golpe: "Yo estaba en el Ministerio de Defensa. Los edecanes decidieron servir de enlace con las Fuerzas Armadas. Allende quería que los comandantes en jefe concurrieran a La Moneda para presentarles la renuncia a ellos. Allende quiso hablar conmigo. Le comuniqué la opinión de Pinochet, pero se negó terminantemente a salir de La Moneda.

Cuando faltaban quince minutos para la hora señalada para el bombardeo, Allende volvió a comunicarse conmigo. Pidió diez minutos para que salieran las mujeres. Ningún hombre va a salir, dijo. Baeza continúa: Efectuado el ataque, se produjeron incendios. Le sugerí a los comandantes Brady y Arellano, que se emplearan masivamente gases lacrimógenos, misión que cumplió Carabineros. El mismo día del golpe de Estado, el Ejército intervino Investigaciones, nombrando al general Baeza como director de la Policía de Investigaciones. Ocupó ese puesto hasta 1981, manteniendo además su cargo en el Ejército. En su calidad de Director General de Investigaciones, se le responsabiliza por torturas y muertes de personas ligadas al gobierno de la Unidad Popular, especialmente de los detenidos en La Moneda y sus alrededores. Además, según antecedentes de organismos de Derechos Humanos, habría ordenado torturar al Prefecto de Investigaciones, Juan Bustos Marchant, y después de escuchar las denuncias que éste le formulara personalmente, ordenó su asesinato en el cuartel de Investigaciones de Valparaíso.

La versión oficial que se dio fue muerte por suicidio. Participó en los interrogatorios con pentotal de Samuel Riquelme, subdirector de Investigaciones del gobierno del presidente Allende. Se le involucra en el denominado Caso Covema (Comando Vengador de Mártires) en el que funcionarios de Investigaciones secuestraron y mataron mediante torturas al estudiante José Eduardo Jara y secuestraron a otras once personas. Por este motivo, Baeza debió renunciar a su cargo de director de la Policía de Investigaciones. En su reemplazo asume el general Humberto Cordón, leal a Augusto Pinochet y con buenas relaciones con Manuel Contreras, director de la DINA.

Operación Cóndor

Hoy su nombre aparece en la lista de personas pedidas en extradición por el juez Baltasar Garzón por sus relaciones en la Operación Cóndor, la campaña continental anticomunista. En octubre de 2000, el abogado español, Joan Garcés, pidió el procesamiento del ex director de la Policía de Investigaciones, Ernesto Baeza, del ex director de la DINA, Manuel Contreras y del general Sergio Arellano Stark, por el asesinato de dos ciudadanos españoles en Chile, el diplomático Carmelo Soria y el sacerdote Antonio Llidó.

En una entrevista a la revista colombiana Semana del 3 de noviembre de 2000, Baeza declaraba: Iturriaga fue mi yerno. El era un muy buen oficial y si cometió delito fue por acatar las órdenes. Yo nunca comenté nada de esto con él. SEMANA: ¿Quién debe haber dado las órdenes de atentar contra el general Prats? E.B.M.: Su superior, Pinochet. El era el superior de todos en el Ejército y en un ejército nadie se manda solo. SEMANA: Si Pinochet resulta ser culpable del atentado contra el general Prats y su esposa ¿debería ir a la justicia? E.B.M.: Por supuesto. Todos los culpables de crímenes deben ser juzgados. Pero tienen que probarlo.

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