Estatuilla de los amantes de Ain Sakhri (Escultura de piedra)

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Estatuilla de los amantes de Ain Sakhri
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Escultura de piedra, encontrada en UadiJareitun, Judea, cerca de Belén, 9000 a. C

Estatuilla de los amantes de Ain Sakhri. Escultura de piedra, encontrada en UadiJareitun, Judea, cerca de Belén, 9000 a. C. Se trata de una pareja, sentada, con los brazos y las piernas rodeándose mutuamente en el más estrecho de los abrazos.

Descripción

Cuando la última era glacial tocó a su fin, alguien cogió un guijarro de un riachuelo no lejos de Belén. Era un guijarro que debió de haber sido arrastrado río abajo, en su camino habría sido golpeado y alisado al contacto con otras piedras, en un proceso que los geólogos describen poéticamente como «traqueteo». Pero, hace aproximadamente 11 000 años, una mano humana modeló y talló este canto rodado, ya maravillosamente traqueteado por la naturaleza, convirtiéndolo en uno de los objetos más conmovedores que hoy alberga el Museo Británico.

Estatuilla de los amantes de Ain Sakhri

En la Sala de Manuscritos del Museo Británico, la mayoría de la gente pasa directamente de largo ante la caja que contiene la escultura de los amantes. Quizá sea porque, desde cierta distancia, no parece gran cosa es una piedra pequeña, discreta y grisácea del tamaño de un puño cerrado. Pero cuando uno se acerca más a ella, puede ver que se trata de una pareja, sentada, con los brazos y las piernas rodeándose mutuamente en el más estrecho de los abrazos. No hay rasgos faciales claros, pero puede afirmarse que esas dos personas se están mirando a los ojos.

Se trata de una de las expresiones más tiernas de amor que conozco, comparable a las grandes parejas besándose de Brancusi y Rodin. En la época en que este guijarro fue modelado por la mano del hombre, la sociedad humana estaba cambiando. A medida que el clima se volvía más cálido en todo mundo y la gente iba pasando gradualmente de dedicarse a la caza y la recolección a una forma de vida más sedentaria basada en la agricultura, nuestra relación con el mundo natural se transformaba.

Aquellos primeros agricultores fueron creando poco a poco dos de los grandes cultivos básicos del mundo, el trigo y la cebada. Con su nueva vida, más estable, nuestros antepasados tenían tiempo para reflexionar y para crear. Así, elaboraron imágenes que representan y celebran elementos clave en su cambiante universo: alimento y poder, sexo y amor. El creador de la Escultura de los amantes era una de esas personas.

¿Qué se conoce de las personas reflejadas en el abrazo de estos amantes?

El artífice o escultor de los amantes pertenecía a un pueblo que hoy denominamos natufiense, que vivía en una región situada a caballo entre lo que hoy es Israel, los Territorios Palestinos, el Líbano y Siria.

La escultura procedía del sudeste de Jerusalén. En 1933, un gran arqueólogo, el abate Henri Breuil, y un diplomático francés, René Neuville, visitaron un pequeño museo en Belén. Neuville escribió:

Hacia el final de nuestra visita me mostraron una arqueta de madera que contenía varios objetos de las zonas circundantes, de los que ninguno, aparte de esta estatuilla, tenía valor alguno. Comprendí de inmediato la especial importancia de su diseño, y pregunté por la procedencia de aquellos objetos. Me dijeron que los había traído un beduino que regresaba de Belén al mar Muerto.

Cautivado por la figura, Neuville quiso saber más sobre su descubrimiento y buscó al beduino del que le habían hablado. Finalmente logró encontrar al hombre responsable del hallazgo, que le llevó a la misma cueva en el desierto de Judea, no lejos de Belén donde había descubierto la escultura. Se llamaba Ain Sakhri, de ahí que esas figuras esculpidas que tanto cautivaron a Neuville se conozcan todavía hoy como los Amantes de Ain Sakhri.

Crucialmente, la escultura había sido encontrada junto con otros objetos que evidenciaban que la cueva había sido una vivienda en lugar de una tumba en consecuencia, nuestra escultura debió de desempeñar algún papel en la vida doméstica diaria.

No se sabe exactamente cuál pudo haber sido dicho papel, pero sí que esa vivienda perteneció a las gentes que vivieron en los albores de la agricultura. Su nueva forma de vida implicaba la recolección y almacenamiento de alimento. El resultado fue una transformación de los seres humanos tan profunda como cualquier revolución de la historia.

Puede que la pequeña escultura de los amantes entrelazados encarne una respuesta clave a esta nueva forma de vida: un modo distinto de pensar sobre nosotros mismos.

Cuando uno coge el guijarro de Ain Sakhri y le da la vuelta, sorprende no sólo que haya claramente dos figuras humanas en lugar de una sola, sino también el hecho de que resulte imposible, debido al modo en que la piedra ha sido tallada, decir cuál de ellas es la figura masculina y cuál la femenina. Algunos estudiosos creen que podría haberse elaborado para un ritual de fertilidad, la ternura de las figuras que se abrazan seguramente sugiere no vigor reproductivo, sino amor. La gente empezaba a asentarse y a formar familias más estables, a disponer de más alimento por lo tanto, a tener más hijos y quizá este fue el primer momento de la historia humana en el que un macho o una hembra pudieron convertirse en un esposo o una esposa.

La figura nos habla de una forma absolutamente directa, no como un documento de una sociedad cambiante, sino como una elocuente obra de arte. Entre los amantes de Ain Sakhri y la escultura El beso de Rodin hay 11.000 años de historia humana.

Véase También

Fuente

  • La Historia del mundo en 100 Objetos [1]. Consultado 06/09/2020.