Esteban Ventura Novo

Esteban Ventura Novo
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Militar cubano al servicio de Fulgencio Batista
Nacimiento26 de diciembre de 1913
Artemisa, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento21 de mayo de 2001
Miami, Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Causa de la muerteParo cardiaco
Conocido porEl Sicario de Traje Blanco

Esteban Ventura Novo Rivero. Miembro de la policía de la dictadura de Fulgencio Batista, jefe de la quinta y novena estación de la policía en La Habana.

Organizó y dirigió las más grandes matanzas de jóvenes revolucionarios en la capital cubana, conocido como el sicario del traje blanco. Escapó junto a Batista el 1 de enero de 1959 hacia República Dominicana, luego se trasladó a los Estados Unidos.

Sus orígenes

Nació el 26 de diciembre de 1913 en Artemisa, en una localidad llamada Pijirigua. Pasó su infancia y adolescencia entre el batey y los cañaverales del entonces central Andorra hoy Abraham Lincoln, en cual trabajó algunos años.

Su ingreso al ejército

Ingresó en el Ejército como soldado de artillería el 1 de diciembre de 1933. Fue ubicado en la Fortaleza de La Cabaña, se realistó en 1935 y 1939. Carecía de buena puntería en sucesivas pruebas de tiro recibió bajas calificaciones. Solo en 1940 alcanzó la categoría de tirador distinguido.

Entre 1940 y 1941 fue llevado varias veces a cortes sumarias por diversas indisciplinas. Tal vez por ellas se trasladó a la Guardia Rural en 1943. Le asignaron como soldado al cuartel de Artemisa. Con la llegada al poder de los auténticos 1944 -1952, nuevas posibilidades se le abrieron al joven Esteban. En Diciembre de 1947 ingresó en la Policía Nacional como vigilante en la Segunda Estación de la capital.

Estuvo vinculado con algunos personeros auténticos, sobre todo durante el Gobierno de Carlos Prío. En menos de dos años ascendió de simple vigilante a segundo teniente. Le enviaron al Buró de Investigaciones; luego lo seleccionaron para un curso de Policía Científica sobre la técnica investigativa

Fue Jefe de grupo de Robo y del Juego en el Buró de investiaciones, confrontó algunas dificultades y lo trasladaron a la sección radiomotorizada. Allí estaba cuando Batista perpetró el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952.
Residencia de Esteban ventura Novo

Al servicio de Batista

Ventura se pasó inmediatamente de bando; pronto demostró su gran fidelidad al nuevo amo, descubriendo conspiraciones contra el régimen y expropiando alijos de armas de sus antiguos correligionarios.

Como todo traidor, nunca se sintió seguro y apeló al crimen para ascender en la jerarquía:

  • Primer teniente en 1955 - 1956.
  • Capitán y jefe de estación en 1957.
  • Comandante e inspector jefe de distrito en 1958.
  • Teniente coronel en grado transitorio.

Dirigió sus instintos de fiera contra los jóvenes de cualquier nivel académico, clase social, fe o ideología. Todos eran culpables: por ser simplemente patriotas.

Hizo de la Quinta Estación, ubicada entonces en la capitalina calle Belascoaín, el peor antro de torturadores y asesinos natos de la capital, después convirtió también en un cuartel de fechorías a la Novena estación, en Calle C y Zapata en El Vedado. Decenas de vidas fueron tronchadas, algunas sin que aún se sepa el destino de sus restos, y otras centenares quedaron mutiladas o con huellas imborrables de su saña.

Rara vez manchó su ropa ni sus manos con la sangre de los detenidos. Él observaba trabajar a sus hordas, en las que tenía verdaderos especialistas en la golpiza, en sacar uñas y otros horrendos métodos. A lo sumo, intervenía para tratar de ablandar psicológicamente al torturado o inducirlo a la traición.

Organizó y dirigió las más grandes matanzas de jóvenes que recuerda la historia de la capital cubana, siempre protegido desde su carro. Nunca fue a detener personalmente a un revolucionario. Enviaba un ejército de matones delante.

  • Fructuoso Rodríguez Asesinado
    Sábado 20 de abril de 1957. Unos minutos antes de las 6 p.m. El capitán Esteban Ventura ordena abrir a culatazos el apartamento 201 del edificio Humboldt 7. Cuatro estudiantes universitarios que allí se refugian, tratan de huir. En el piso de abajo, Juan Pedro Carbó Serviá es interceptado y literalmente masacrado. A Joe Westbrook Rosales lo sacan de un apartamento vecino y lo acribillan en pleno pasillo. Ambos cadáveres son arrastrados por las escaleras. Fructuoso Rodríguez, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, y José Machado se lanzan a la planta baja. Fructuoso queda inconsciente; Machadito está con los tobillos fracturados. Ventura Rivero, eufórico, victorioso, ordena rematarlos en el piso.

La fuga

Ventura escapó de la justicia. A las ocho de la mañana primero de enero de 1959, llegó con Batista al aeropuerto de Santo Domingo, República Dominicana.

El mejor refugio

El sicario del traje blanco fue a parar a Estados Unidos. El periodista miamense Ángel Alberto Lubeta lo decribe así: Abusador ciento por ciento. Bolitero en Miami. Recibió bofetadas en todas las esquinas. Incluso en las más concurridas. En 1966 lo detuvieron por juego ilícito; ese mismo año, en el diario El Tiempo, de Nueva York, comenzó a publicar sus memorias bajo el título Verdades que nunca se han dicho. Editadas en forma de libro, un tal Medardo Rodríguez de Nueva Jersey, las distribuía a mediados de los 60 al precio de tres dólares, según me dijera años después el colega Mario Kuchilán.

La extradición del monstruo fue constantemente negada por las distintas administraciones norteamericanas, a pesar de las pruebas y testimonios de sus numerosos crímenes presentados por las autoridades cubanas. Al igual que los nazis reclamados por causas pendientes en Europa, encontró en Estados Unidos. el mejor de los refugios. Paradójicamente, creó en ese país una firma privada de seguridad, dedicada a emplear para la protección de los hombres de negocios las técnicas aplicadas contra los revolucionarios en Cuba.

Su muerte

La carrera del sicario del traje blanco concluyó con un paro cardíaco el 21 de mayo de 2001, de acuerdo con una tendenciosa nota, llena de inexactitudes históricas, aparecida en El Nuevo Herald.

Fuente

  • Revista Bohemia 26 de noviembre de 2004, en el artículo Esteban Ventura Novo El sicario del traje blanco.