Eva Jiménez

Eva Jiménez
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Eva Jiménez en la prisión de Guanabacoa en 1953
NombreEva Jiménez Ruiz
Nacimiento17 de diciembre de 1906
San Juan de los Remedios, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento1994
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónRevolucionaria cubana

Eva Jiménez Ruiz. Fue una destacada revolucionaria cubana, quien había fundado y dirigido, junto con Aida Pelayo, Carmen Castro Porta y otras luchadoras, el Frente Cívico de Mujeres Martianas (constituido el 10 de enero de 1953) y que mantuvo una limpia trayectoria de lucha antes y después del triunfo de la Revolución.

Sínteisis biográfica

Descendiente de patriotas remedianos que se destacaron durante las tres gestas libertadoras llevadas a cabo por el pueblo cubano.

Siendo apenas una adolescente se incorpora a las actividades revolucionarias y siempre manifestaba un profundo respeto y admiración por los líderes Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, a quienes convertiría en sus líderes favoritos.

En 1919, cuando apenas contaba con 13 años, organiza en el instituto de Remedios una manifestación en contra del gobierno y llevan a cabo una revuelta por las calles rompiendo muchas bombillas del alumbrado público, motivo por el cual el pueblo se quedó a oscuras. Esa misma noche se presenta en su casa el juez acompañado por miembros de la policía, solicitándole a su madre la presencia de sus dos hijas, esta le comunica que estaban durmiendo y de inmediato las manda a buscar. Eva se presenta vestida de rojo de pies a cabeza, al verla el magistrado con esa vestimenta le pregunta del porqué de ese color, a lo que le contesta con gran orgullo, “por ser comunista” . El juez quedó perplejo ante tanta entereza, no fue conducida por la alta influencia que poseía su familia.

En la década del 30 del siglo XX viviendo en La Habana, llevó a cabo sus primeras acciones contra la dictadura machadista, al manifestarse en desacuerdo ante la ola de represión y asesinatos contra jóvenes dirigentes. El 30 de septiembre de 1930 al producirse el asesinato del líder estudiantil Rafael Trejo González, participa de las protestas ante tan brutal acto. De igual forma el 20 de noviembre del año siguiente, al enterarse del asesinato del líder portuario Margarito Iglesias Owen, se lanza a las calles en protesta y acompañada de muchos jóvenes marcharon entonando la consigna “La hoz y el martillo, lo que triunfará / Viva el comunismo y la libertad” .

Por esa época entabla amistad con Antonio Guiteras y la hermana de este, Calixta, a la cual la unió una gran amistad. En una ocasión en que Guiteras se había escondido en un apartamento contiguo al de ella, al ver que comienzan a registrar el vecindario, producto de una delación, le avisa para que escape y al Guiteras saltar por una ventana sufre una fractura de una pierna, ante tal situación ayudada por Calixta lo ayudan a brincar la calle para que pasara desapercibido y se internara en el vecindario inmediato, de esta forma evita ser atrapado.

Conoce al líder Ortodoxo Eduardo Chibás en un restaurant llamado “El Patio”, ubicado en Prado y Genios. Eddy como ella lo llamaba siempre le proponía que ingresara en las filas de este partido, finalmente ingresó a la ortodoxia, aunque en esos momentos aun no le interesaba la política.

La resistencia al 10 de marzo de 1952 se consolidó entre la juventud en la colina universitaria, para esa época se reunía todas las noches con los revolucionarios y participó en el entierro simbólico que se le efectuó a la Constitución del 40.

Para lograrlo sin altercados con la policía, los manifestantes habían comunicado que el acto se efectuaría a las cinco de la tarde en el parque Martí y lo llevaron a cabo a las tres en la Fragua Martiana, adelantándose dos horas a lo planificado inicialmente para despistar a la policía.

En esa ocasión a su lado marchaba Pedro Miret Prieto, que al ver la actitud decidida de la joven exclamó “Con diez mujeres como tú, no hace falta más” . En estas manifestaciones conoció a José Antonio Echevarría, al cual catalogaba como un joven valiente y un suicida, por su temeridad probada.

De sus acciones al lado de Fidel

En el histórico año de 1952 le presentan al líder estudiantil Fidel Castro Ruz, pues participan juntos en el acto político efectuado en el barrio de Columbia. Desde estos primeros momentos valoró que este era necesariamente el hombre clave para dirigir la lucha revolucionaria. Su vivienda situada en Miramar, en la calle 42 entre 17 y 36 se convirtió en la oficina principal del dirigente revolucionario, donde concentró libros, la máquina de escribir y otros documentos de gran importancia y valor. Fidel gustaba de leerle capítulos enteros de Lenin. Fidel siempre se hacía acompañar de su hermano Raúl, quien era casi un niño y también estaba metido en los trajines de la Ortodoxia; con Raúl también intimó bastante pues le tomó un gran cariño por su responsabilidad a pesar de sus cortos años.

En cierta ocasión Fidel la invita para que lo acompañara en la misión de llegar hasta la finca “El Rocío”, lugar de recreo de Carlos Prío, necesitaba tomar fotos para un artículo suyo, sobre la presencia de fuerzas militares en aquella finca trabajando para él. En esta ocasión el líder planificó llegar al lugar a las 5 de la mañana, pero Eva con fuertes argumentos le propone un cambio en el horario o estarían expuestos a ser detectados con facilidad en ese temprano horario y le propone simular una gira campestre un poco más avanzada la mañana.

Como estrategia se dividen en dos autos. En la cuña de Tinguao iba manejando este, a su lado se encontraban Fidel y Eva, en la posición trasera estaban Silvia Alfonso y María García. Eva traía puesta una blusa de colores de modelo muy folclórico, de sus orejas pendían grandes argollas, mientras que Fidel portaba una boina e intentaba pasar como turista.

En el otro auto marca Chevrolet, el cual se encontraba en un estado bastante destartalado, propiedad de Fidel, viajaban Raúl, José Luis Tassende, Gildo Fleitas, René Rodríguez y Abel Santamaría.

Al llegar, un lugareño les salió al paso y Eva le hablo simulando ser mexicana, logrando compenetrar con el campesino, que solo la reparaba a ella de pies a cabeza, admirado por su belleza y su acento extranjero. Eva aprovecha su influencia sobre este y le pide la deje tomar varias fotos en tan pintoresco lugar, mientras esto ocurría, Fidel por su parte aprovechando la distracción toma sus fotos, hasta que llegó un Sargento que les ordena retirarse del lugar. Para la retirada Fidel le pasa lo filmado al grupo de Raúl para que la dejaran en casa de un ortodoxo que vivía a poca distancia, por si eran intersectados en el regreso. Finalmente todo acabó con tranquilidad.

Luego de varias acciones más en conjunto, Eva y Fidel por cuestiones de seguridad comienzan a actuar en grupos separados. Ella lo hace en conspiración con el grupo del MNR (Movimiento Nacional Revolucionario), encabezado por García Bárcena, un profesor universitario muy honesto y preocupado por los destinos de Cuba, que estuvo preso por su abierta oposición a Machado. Su misión en lo fundamental consistía en proporcionarle al movimiento los hombres que se necesitaban para las distintas acciones. Dentro de las personas conque interactuó para las diferentes misiones estuvieron Armando Hart, Faustino Pérez, Joe Westbrook, Frank País, Bernabé Ordaz, Sergio del Valle, entre otros.

Bárcena, también impartía clases en una escuela militar en Atarés y por aquel tiempo planeaba un asalto al cuartel de Columbia, y sería apoyado si lograba penetrar por un grupo de militares alumnos suyos denominados “Los Puros”, a los que pensaba haber captado, luego de haber estudiado sus expedientes por tener accesos a ellos. Pero un “chivatazo” puso fin a la intentona.

El centro de coordinación y enlace se encontraba en el apartamento de Eva y en él se encontraban reunidos miembros del MNR y de la FEU, quienes se aprestaban para la acción cuando fueron sorprendidos y detenidos sobre las 10 de la mañana. En el lugar ocuparon muchas banderas (27 cubanas y la de Céspedes que era la que enarbolaba el MNR), ante la interrogante sobre para que querían tantas banderas, respondieron que para participar en una fiesta patriótica, pero en vano el intento, pues en ese momento también fueron ocupadas las armas y un croquis de Columbia desplegado sobre la mesa.

Dentro de los nueves detenidos juntos a ella se encontraban Aida Pelayo, García Bárcena, Armando Comesaña, Hidalgo Peraza, Antonio Valdez Zambrana y otros cuyos nombres no me ha sido posible esclarecer.

En el sitio se presentaron junto a los policías miembros del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) y del BRAC (Buro de Represión Anticomunista), al frente de ellos se encontraban Antolín Falcón y el afamado Salas Cañizares. Eva fue trasladada para el SIM, encerrada en un calabozo, del cual la sacaron al rato y la colocaron en un salón donde se encontraban sentados varios hombres bien vestidos.

Debido a la tensión del momento, añadiéndosele más de 24 horas que llevaba en los preparativos, tiempo durante el cual no había ingerido agua ni alimento alguno, la acompañaba un fuerte dolor de cabeza. Le solicita a sus acompañantes alguna pastilla para la jaqueca y uno de ellos le entrega una. Luego de meditar un poco le asalta la sospecha de que fuera alguna droga que la hiciera hablar durante el interrogatorio que la esperaba y disimuladamente la desaparece. Poco después se entera que estos hombres eran Senadores del gobierno de Carlos Prío y les cuenta de sus sospechas y de lo hecho con la pastilla anterior y estos luego de reír un poco le entregan otra.

La única de los detenidos en su apartamento que no fue torturada fue ella, pues la salvó la influencia de su familia y que el Coronel Perdomo allí presente era conocido de su padre. La peor de las torturas que sufrió fue sentir desde su celda como sus compañeros eran sometidos a torturas despiadadas. Luego fue trasladada para la cárcel de Guanabacoa, hasta que le celebraron el juicio en el Castillo del Príncipe.

El día del juicio durante su traslado a los tribunales, se detuvieron en un hospital para recoger a Antonio Valdés Zambrana, que se encontraba en pésimas condiciones y durante el resto del trayecto viajó apoyado a ella, que llegó llena de sangre producto de los vómitos del joven.

El juicio duró 45 días, durante los cuales por orientaciones del movimiento se mantuvo negando algún tipo de conspiración, pues en ello le iba la vida del resto de sus compañeros. Todo esto ocurría ante un gran revuelo de la prensa, enfrascada en hacer público el hecho, para que no pudieran asesinar a los implicados. Al cabo de este tiempo y ante la magistral defensa de un afamado criminalista y abogado de la época de apellido Menció, el cual logró reducirle la petición de cinco años, a solo seis meses.

De su condena

Comenzó a cumplir su condena en la cárcel de Guanajay, desde su celda continúa conspirando y logra que algunos policías del presidio que estaban ajenos a toda situación política existente en el país, le vendan armas y municiones para la causa revolucionaria. Con la ayuda de su hermana Graciela las traslada desde este lugar hasta la casa de Rosita Mier, quien vivía frente a la prisión y mediante esta vía se les hacía llegar a los miembros de la resistencia.

Previendo posibles delaciones acuerdan una contraseña, consistente en apagar la luz invariablemente a una hora determinada, lo contrario sería una alerta de que habían sido descubiertos y por tanto se debían tomar medidas urgentes de evacuación con el material de guerra acumulado.

En cierta ocasión en que enmascara un mensaje para su madre entre la ropa sucia, donde le cuenta de los maltratos que sufren las reclusas por parte de la dirección del penal, este paquete es requisado y tiene que rendir cuenta ante la directora del mismo.

Estando recluida, el entonces Ministro de Gobernación Ramón Hermida, intenta ganar su confianza y la de Aida Pelayo, pero esta tentativa fue rechazada por las revolucionarias, dejándolo muy malhumorado.

Tiempo después su padre enferma de gravedad y se tramita por parte del Tribunal de Urgencia que se trasladara para su casa bajo custodia, pero Hermida se la cobra y solo autoriza que sea trasladada a la Cárcel Nacional de Remedios y que visitara a su padre por solo una hora. Durante esta corta visita el Coronel que ya le restaba poco tiempo de vida le dice:

“Muero con la tristeza de verte presa, pero orgulloso de que sigas la línea que te trazamos, este Sargentico ha pisoteado la Constitución por la que peleamos en la manigua, sigue luchando” .

Luego de este breve encuentro, es trasladada nuevamente a la cárcel de la localidad y por coincidencias del destino, desde la celda que ocupaba, situada frente al cuartel de la guardia y desde donde podía observar el inmenso cartel de su fachada: Cuartel General Fco. Carrillo.Capitanía Esc. 9 Guardia Rural. Rgto. # 3 L. Vidal. Nada menos que el nombre de su tío el Mayor General Francisco Carrillo y para mayor penalidad, coincidía con la misma celda que ocupó en el pasado su abuela la Coronela Antonia Romero y Loyola, por similar causa.

Poco después es trasladada nuevamente a Guanajay, donde un día le informan que estaban suspendidas las visitas por algo que había pasado en Oriente. Pensó en primera instancia que podría estar relacionado con Carlos Prío, pero luego supo lo de Fidel y el Moncada, de inmediato fue incomunicada y no volvió a ver la luz del sol hasta el mismo día en que acaba de cumplir su condena.

Al producirse su salida el 2 de octubre de 1953, coincide con la llegada de dos nuevas reclusas, Melba Hernández y Haydée Santamaría.

Nuevamente junto a Fidel

Posterior a su liberación es muy perseguida junto a otros revolucionarios por sus conspiraciones contra el gobierno batistiano. Un día le avisan que habían detenido a muchos jóvenes, dentro de los que estaban Faustino Pérez y Armando Hart Dávalos, de inmediato se comunica con García Bárcena, quien le aconseja que lo mejor era salir del país, pues en cualquier momento buscarían la forma de encausarla nuevamente, para sacarla de las calles, a lo que se resistió por un tiempo.

Finalmente cede ante la constante persecución y siguiendo las instrucciones de Bárcena, el 15 de octubre de 1954, se asila a través de la embajada del país Azteca. Una vez en México hace contacto con otros revolucionarios exiliados y principalmente en su etapa inicial con Aurelio Sánchez Arango, con quien tiene varios choques y luego de decirle que no era más que un Coronel de Opereta, no vuelve a contactar más con este.

Cuando los preparativos del yate Granma se encuentra con Raúl Castro, a quien le había sido aprobada la amnistía junto al resto de los asaltantes del Moncada que se encontraban encarcelados en Cuba. Este es el primero en llegar a México y hace saber que Fidel está por llegar y desea contactarla para nuevas misiones.

Fidel al llegar, va directo del aeropuerto a la casa de la revolucionaria, y esa esa misma noche le da a conocer de sus nuevos planes sobre una expedición armada a Cuba. En este encuentro Eva le da detalladas informaciones sobre sitios y hombres que pueden servirle para sus nuevos propósitos.

Por esta época entra en contacto con otro gran revolucionario quien también la visitaba, el argentino Ernesto Che Guevara, a quien catalogaba como un hombre muy medido y serio, este algunas veces hacia algunos chistes irónicos y luego se marchaba, no era dado a las tertulias y no permitía la más mínima desorganización.

Fueron tan estrechos los vínculos entre Fidel y Eva que este jocosamente la nombraba como mi escolta femenina. En esos momentos se encontraban en busca de los compañeros de lucha que aún se encontraban dispersos por la inmensa ciudad capitalina. Cuando el dirigente del 26 de Julio visita por vez primera a Estados Unidos, es acompañado por ella. Desde Washington, la envía a Cuba a entregar información y algunos mensajes a La Habana, donde se reúne al día siguiente con Celia Sánchez.

Cuando se firmó la Carta de México, muchos revolucionarios la visitaron en su propia casa y en este lugar realizaron reuniones, dentro de los que se resaltan a Joe Westbrook, José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez, José Machado, su coterráneo Juan Pedro Carbó Serviá, René Anillo, entre otros.

Estando en México en cierta ocasión en que se encontraban camino a una emisora, descubren una armería y Fidel se interesa especialmente por unos rifles con mirilla telescópica, preguntándole al encargado todos los detalles del funcionamiento de esta arma. A la semana próxima regresa nuevamente al mismo sitio y es cuando conoce al propietario del establecimiento y a quien “a mediados de 1956, mientras Fidel ojeaba un catálogo de armamento, vio la foto de una lancha P-T. Se interesó por sus características y encomendó a Antonio del Conde Pontones, el Cuate, para los revolucionarios, y a Chuchú, para que fueran a Estados Unidos a gestionar la compra de una de aquellas lanchas, con los comerciantes de material sobrante de guerra” , posteriormente se realiza la compra del yate Granma.

Tiempo después muchos de los involucrados son identificados y detenidos, a Fidel lo detienen en plena calle junto a Universo Sánchez, Cándido Gonzáles y Ciro Redondo, este último logra escapar y se refugia en casa de María Antonia González. Rafael del Pino se presenta en su casa y muy asustado le comunica de nuevas detenciones como la de Jesús Reyes, Chuchú, hombre clave, pues junto a el Cuate eran los principales suministradores de armas.

Se presenta en la Federal para indagar la situación de los detenidos y aunque no fue arrestada tuvo que aceptar ser sometida a un interrogatorio ante la presencia de nueve funcionarios, luego de ello la dejaron marchar, pero con la severa advertencia de que sería controlada desde muy cerca. Días después a través de un “chivato” del gobierno, quien por dinero, logra que visite a Fidel y durante esta breve visita recibe las instrucciones para los demás miembros del grupo. Por medio de este mismo hombre recibió algunas llamadas telefónicas y le logra pasar libros y otras pequeñas encomiendas. Por otro puñado de dinero el mismo hombre le vende la información de que estaban localizando a Raúl y a José Smith Comas.

Antes de la detención de Fidel lo había acompañado a un acto político, invitado este por la organización Tribuna de la Juventud Mexicana, era aniversario de lo del 10 de septiembre, el lugar escogido fue el busto de Martí ubicado en el bosque de Chapultepec, en ese lugar se escuchó el discurso De América soy hijo y a ella me debo, al final del acto se escucharon los himnos de ambos países y se le hizo guardia de honor al monumento martiano.

Cuando la salida del Granma, Raúl pasó por su casa para recoger a René Rodríguez, y a Mario Hidalgo, que se encontraban alojados desde días antes para evitar ser detectados por las autoridades mexicanas

Luego de tres intentos fallidos de salir para Cuba durante el año 1957, pues para entonces estaba fichada, pues el Cónsul personalmente le había denegado la visa, por consejos de Juan Nuiry quien se encontraba con ella clandestinamente en un bar nombrado El Chico, se dirige a ver a Rojas, quien era amigo de su familia y dueño de una compañía de aviación. Este luego de muchos ruegos y de poner como condición de que su nombre no aparecería en la lista de los pasajeros a bordo, regresa de forma clandestina a Cuba vía Miami.

Ya en la Habana solo logra establecer contactos con René Rodríguez, pues los del 26 estaban muy compartimentados debido a la tensa situación reinante. Por ello determina comunicarse con el Frente Cívico de Mujeres Martianas. Poco después se encuentra con Guillermo Jiménez, quien la lleva a casa de Natalia Bolívar, asignándosele la misión de alquilar una casa en el Vedado, para aislar algunos perseguidos dentro de los que figuraron Guillermo Jiménez, Mario Reguera, Carlos Figueredo, Tavo Machín, Rodríguez Loeche, etc.

En cierta ocasión en que va de visitas a casa de una compañera miembro del Frente Cívico, que se encontraba en avanzado estado de gestación y en cuyo lugar se encontraba oculto Arístides Viera, conocido por Mingolo, que llevaba ya mucho tiempo siendo perseguido tenazmente y ya sufría delirio de persecución. Al salir por 5ta avenida, se coloca una perseguidora detrás del auto en que marchaban y de inmediato Mingolo les ordena tenderse sobre el piso del auto, frenando de inmediato y ametralladora en mano hace detenerse al auto patrulla, amenazándolos que se retiraran o los acribillaría a balazos, por suerte estos se acobardan y se retiran a toda marcha del lugar.

Cuando los días finales de diciembre de 1958 tras la toma de Santa Clara, Eva participa activamente en las manifestaciones en las calles de la capital junto al Frente Cívico, hasta que se produce la huida de Batista del país.

De sus actividades tras el triunfo revolucionario

Tras la llegada a La Habana de la Caravana de la Libertad, visita a Fidel en el Hotel Habana Libre, lugar donde se hospedada, el cual le pide que le entregara el artículo “El Zarpazo” escrito por el a raíz del golpe batistiano y del que ella había sido responsable de su custodia.

Cuando el primer viaje del Comandante en Jefe a Estados Unidos, Eva por sus propios medios se dirige a New York y desde allí contacta con él, que se encontraba en Washington. De inmediato le orienta dirigirse hasta donde se encuentra y en este lugar le entrega varios documentos y le ordena regresar de inmediato a Cuba y entregárselos a Celia Sánchez. Meses después se encuentran nuevamente y Fidel le encarga conseguirle La Marcha Triunfal de Aida, pedido que también cumple y que le hace llegar mediante Conchita Fernández.

Antes del triunfo había laborado durante muchos años en el antiguo Instituto de Estabilización del Azúcar, debido a su experiencia laborar es ubicada posterior al 59 en el Instituto de Comercio Exterior y posteriormente pasa al Ministerio del Trasporte, hasta su final jubilación.

Muerte

Fallece en La Habana, el 8 de agostoen 1994 a la edad de 87 años, sus restos reposan en el Panteón de las Fuerzas Armadas del cementerio de Colón; las palabras de despedida estuvieron a cargo de Armando Hart Dávalos, quien resaltó sus méritos como luchadora revolucionaria y su gran amor por la patria.

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