Familia Bachiller (Rama cubana)
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Familia Bachiller. Los de apellido Bachiller son originarios de la Villa-Corte de Madrid, España, desde donde se trasladaron a principio del siglo XIX a La Habana para convertirse en una familia de la clase aristocrática cubana durante el periodo conocido como Capitanía General de Cuba. El fundador de esta familia fue Diego Rodríguez Bachiller.
Su escudo representativo tiene la siguiente forma: en campo de plata, un águila negra con corona, pico y garras de oro, con perfiles negros. Orla roja, con ocho castillos de oro[1].
Familia Bachiller en Cuba
El primer integrante de esta familia establecido en Cuba fue Gabriel Bachiller y Mena, Teniente Coronel del Regimiento de Infantería de Puebla, Agregado al Estado Mayor de la plaza militar de La Habana y condecorado con la Cruz de San Hermenegildo.
Otros miembros honorables de esta familia en tierras cubanos fueron:
- Licenciado Antonio Bachiller y Morales, Abogado, Catedrático de la Universidad de La Habana, Síndico y Regidor del Ayuntamiento de La Habana, Presidente de la Sección de Historia, Ciencias y Bellas Artes, Director de la Cátedra de Economía Política de la Real Sociedad Patriótica, Miembro corresponsal de la Sociedad Arqueológica Matritense, Miembro de Mérito de la Real Academia de Anticuarios del Norte de Europa y de la Sociedad Histórica de Nueva York, Director de la Sección Literaria del Liceo Artístico, Vocal de la Junta da Fomento de Agricultura y Comercio de la Isla de Cuba, Inspector de la Escuela de Maquinarias, Socio de Mérito de la Histórica de Pennsylvania y de Honor de la Económica de Amigos del País, y Comendador de la Orden de Carlos III.
- Carlota Bachiller y Govín, esposa de Sebastián Morales y Sotolongo, III Marqués de la Real Campiña.
- Antonio Bachiller y Govín, murió en la Guerra de los Diez Años con el grado de Capitán.
- Alfredo Bachiller y Govín, Catedrático de Literatura en la Universidad de La Habana.
Referencias
- ↑ Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallen (1943). Historia de Familias Cubana. Tomo Tercero, La Habana: Editorial Hercules, pp. 34-35.
