Faraon Atem

Faraón Atem
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Personaje de Ficción
Faraón atem.jpg
NombreFaraón Atem
Obra a la que pertenece Yu-Gi-Oh!
NacionalidadJaponés
OcupaciónDuelista

Faraon Atem es un antiguo faraón egipcio que selló su alma dentro de El Rompecabezas del Milenio. Su alma tomó la identidad de Yami Yugi, que reside en el cuerpo de Yugi Muto, después de que Yugi resolviera el Rompecabezas Milenario.

Historia

3.000 años antes del episodio piloto Como hijo del rey Aknamkanon, Atem heredó el trono y El Rompecabezas del Milenio. Durante su niñez fue amigo de Mana y fue protegido por Mahad. Atem derrotó a Zorc Necrophades usando un hechizo que incluía su nombre. Después, selló a Zorc en El Rompecabezas del Milenio junto con él mismo, dispersando sus recuerdos para proteger el hechizo y evitar que Zorc fuera resucitado de nuevo. El Rompecabezas del Milenio se hizo añicos y fue enterrado dentro de la tumba del faraón. Este es un personaje que tiene muchas dudas de su pasado e intenta encontrarlas para conocer su destino. Después de que Yami Yugi cumpliera todos sus objetivos, presentó las Cartas de los Dioses egipcios ante una tabla milenaria que se encontraba en el museo de la Ciudad Dominó. Después de hacerlo, Yami Yugi fue enviado al Mundo de las Memorias, donde reviviría los eventos de su vida pasada; aunque Yami Bakura tomaría ventaja del fragmento de su propia alma que había sellado dentro de El Rompecabezas del Milenio, para modificar este evento y transformarlo en el Juego de las Sombras "definitivo" donde desafiaría a Yami Yugi, el RPG Sombrío. El Faraón Atem fue uno de los personajes de los que disponía Yami Yugi en este juego y tenía todas las memorias de Yami Yugi. Al comienzo, Atem despierta en un balcón del palacio, donde Shimon Muran le dijo que la gente estaba lista para conocer a su nuevo faraón. Aunque todavía seguía despojado de sus recuerdos debido al sello que hizo en El Rompecabezas del Milenio. Atem saluda a sus súbditos. Shimon lleva a Atem hacia el cuarto del trono, y lo invita a que se siente en su trono, mencionando "la gran silla de oro justo en enfrente de él". Atem se sienta y alcanza a ver la cara de Shimon, cuyo rostro estaba tapado por un velo. Accidentalmente le llama "abuelo" debido al gran parecido que tiene con el abuelo de Yugi. Atem aprende que hay seis sacerdotes en esta época, quienes protegen los Artículos Milenarios. Atem es rápido en aprender el estilo de lucha del Antiguo Egipto. Es testigo de cómo los sacerdotes le extraen el Ka a un criminal y lo sellan en una tabla. Bakura, el Rey de los Ladrones aparece más tarde, después de profanar la tumba del padre de Atem, el Faraón Aknamkanon, y tomar los tesoros y el cuerpo de éste tan lejos como es posible del palacio. El Sacerdote Seto y Bakura invocan a sus monstruos Ka, quienes batallan entre si. El Diamante Kernel de Bakura derrota al dragón de Seto. Bakura se burla de Atem por haber pisoteado el cadáver de su padre. Mientras que los sacerdotes invocan más monstruos para combatir a "Diamante", Atem se aproxima caminando y le arrebata el cadáver de su padre a Bakura. Los sacerdotes usan desesperadamente sus monstruos para proteger al faraón mientras hace éso. Atem pasa a vengar a su padre e invoca a "Obelisco el Atormentador". Obelisco batalla contra "Diamante Kernel". Bakura se da cuenta que no puede ganar en ese momento, por lo que él y "Diamante" escapan.

Apariciones no canónicas

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Atem como "Yu Gi Oh" en el final del videojuego Yu-Gi-Oh! Forbidden Memories. En el videojuego Yu-Gi-Oh! Forbidden Memories, el jugador maneja a Atem cuando aún era un príncipe. Atem gustaba de tener duelos con los aldeanos, así como con Jono y Teana, encarnaciones de Joey Wheeler y Téa Gardner, respectivamente. Debido al ataque de Heishin al palacio en el que vive, Shimon Muran no tiene otra alternativa que sellar su alma y la del príncipe en El Rompecabezas del Milenio. Durante el Campeonato de Kaiba, consigue contactar con Yugi Muto, quien avanza en el Torneo, consiguiendo los diferentes Artículos Milenarios, guardándolos en cartas especiales. Tras el campeonato, consigue volver a su época, descubriendo que Heishin y los Altos Magos habían tomado el control. Usando los mapas encontrados en el palacio, consigue llegar al Valle de los Reyes, escoltado por Sadin, contraparte de Shadi. Sadin le aconseja conseguir cada Objeto Milenario, ahora custodiado por cada Alto Mago, pero actuando con cautela, debido a las maquinaciones secretas del Sacerdote Seto. Tras obtenerlos, aún ha de enfrentarse a Heishin y sus secuaces, descubriendo que Teana ha sido secuestrada. Tras proceder a ello, descubre con horror que Seto había planeado todo para no tener que conseguir él los Objetos. Tras un Duelo con él, Heishin, quien parecía haber sido derrotado, amenaza con matar a Seto si Atem no le da los Objetos. Tras hacerlo, Heishin los utiliza para invocar a DarkNite, a quien pretende mandar, pero DarkNite le transforma en una carta al no mostrar ningún símbolo que pueda hacer ver dicho poder. Cuando estaba a punto de hacer lo mismo con Atem y Seto, Atem le muestra las cartas que Yugi había utilizado para guardar los Artículos Milenarios durante el torneo. DarkNite ofrece tener un Duelo con Atem, quien demanda que DarkNite desaparezca si él gana. Pese a que esto ocurre, DarkNite no cumple su parte del trato y se transforma en Nitemare. Tras otro Duelo con él, Nitemare es por fin derrotado. Al contrario de lo que ocurre en la historia oficial, Seto desaparece y Atem es por fin coronado como faraón.

Mirando hacia.jpg

Curiosidades

  • Aunque no es algo 100% seguro, es posible que el nombre de "Atem" provenga de la mitología egipcia, más específicamente del dios "Aten" (o Atón), la encarnación de los rayos del Sol. También es probable que esté tomado del nombre "Atum" (o Amón), una deidad creadora, una de las manera en la que los egipcios llamaban al dios Ra. Así se le ocurrió su nombre, cambiando la "u" por una "e".
  • También, en el capítulo donde se logran ver unas escenas de Atem en su niñez, la voz de doblaje es la misma que la de Yugi Muto.
  • Cuando subió al trono como faraón, él tenía 17 años. Puede ser una referencia a cómo en el Antiguo Egipto muchos príncipes egipcios subían al trono en la pubertad.


Fuente