Faro de Punta Teno
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Faro de punta teno. Llegar a Punta Teno, es relativamente fácil, pero el camino nos dejará algún que otro sudor en el cuerpo, por esa carretera estrecha que se debe adaptar a la morfología del terreno y con unas curvas y subidas y bajadas que en sí son una aventura. Pero al llegar una inesperada recompensa. Un paisaje agreste, roca volcánica, unos impresionantes precipicios que ya presentíamos en el carretera y una cala con unos varaderos harán una delicia nuestro destino al poder pasear por los alrededores de este idílico lugar que pertenece al municipio de Buenavista del Norte.
Historia
La Punta de Teno es popular entre los tinerifeños ya que se habla de un cambio de mares en dicha punta que separa el Norte del Oeste de esta preciosa isla atlántica. Y efectivamente así es. Mientras en un lado predomina la calma, en el otro lado las olas siguen rompiendo en la costa provocando un curioso contraste. Actualmente el antiguo faro ha sido entregado al ayuntamiento de la localidad para hacer una escuela taller. No olvidar al ir a este lugar de disfrutar de las salvajes vistas de los precipicios de los gigantes que se ven desde este lugar.
Descripción
Es uno de los siete faros que balizan las costas de la Isla de Tenerife. Está construido sobre los acantilados de la punta que lleva su nombre, en el Parque rural de Teno, en un paraje de gran belleza, agreste y de muy difícil acceso que Se trata de una torre cilíndrica que seguía la tipología normalizada que imperaba en el diseño de los faros de la década de los 70 del siglo XX, construida en hormigón armado y pintada a franjas blancas y rojas, situado junto al antiguo faro. La construcción del primitivo faro de Punta de Teno, proyectado por José Sanz Soler, se aprobó en 1889 pero no darían comienzo hasta el 15 de abril de 1891, extendiéndose las obras hasta el 15 de marzo de 1893. Hubo que esperar cuatro años más para su entrada en funcionamiento, que no tuvo lugar hasta el 7 de octubre de 1897. Como los faros de la época, constaba de un edificio de una planta en piedra de cantería labrada, con las viviendas de pequeñas dimensiones pero suficientes para alojar a dos torreros con sus respetivas familias, que disponían de comedor, dormitorio, cocina y baño, todo ello organizada alrededor de un patio, además de la oficina, habitaciones para el personal de inspección, almacén y cuarto de acumuladores. La torre, toda ella construida con piedra extraída de una cantera en la cercana isla de La Gomera, al igual que la del resto de la edificación, tenía una altura de 7,62 metros.