Felipe Velazco
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Felipe Velazco Pardo. Joven revolucionario, natural de la provincia Matanzas, que luchó por la soberanía de Cuba.
Síntesis biográfica
Nació en la calle 24 de febrero, de la ciudad de Matanzas, el 11 de marzo de 1908. Pocos años después de su nacimiento, su familia se trasladó a La Habana, y no había transcurrido mucho tiempo, cuando quedó huérfano, junto a 3 hermanos más pequeños. Ante aquella situación fueron llevados para ingresar en un orfanato, lugar del cual luego Felipe salió gracias a la ayuda de un pariente cercano.
Ante aquella separación de sus otros tres hermanos, Felipe no se sintió tranquilo; entonces comenzó a trabajar cuando solo tenía 10 años. Su comportamiento y deseo de mejorar, hizo que muy pronto fuera ascendido a cajero, en la imprenta de Don Julián Martín, ubicada en la calle Águila No. 99, entre las calles Neptuno y San Miguel. Cuando los ingresos lo permitieron, sacó a los hermanos del orfelinato, y los llevó consigo.
Felipe, con espíritu selecto y deseoso de superación intelectual, no solo trabajaba durante el día; sino que de noche estudiaba en un centro nocturno, en dónde culminó su primera enseñanza. Aficionado a los problemas relacionados con el comercio, ingresó a un curso por correspondencia de contabilidad, ingresando más tarde en la escuela nocturna del Centro de Dependientes. En ese centro de enseñanza, obtuvo los conocimientos necesarios; que le permitieron desde septiembre de 1929 hasta 1933, hacer realidad su aspiración de cursar estudios en la Escuela de Comercio de La Habana. Desde el primer momento, los que tuvieron la dicha de ser sus compañeros de aula empezaron a sentir afecto hacia él, debido a sus cualidades de compañerismo, justicia, madurez, carácter comprensivo y enérgico.
Trayectoria revolucionaria
Después de los sucesos de protestas estudiantiles ocurridas el 30 de septiembre de 1930, surgió en la Escuela de Comercio, un movimiento estudiantil de rebeldía. En aquel momento, Felipe fue uno de los primeros en responder a la clarinada, y en despertar en los demás alumnos, el ánimo revolucionario para particpar en la huelga, contra los atropellos y desmanes que se cometían por la tiranía en Cuba.
Más de un año duró la lucha; la incomprensión de algunos y la indiferencia de otros obligó al Directorio Estudiantil Universitario, a utilizar medios persuasivos inicialmente, y luego procedimientos de fuerza.
Fue necesario provocar una alteración del orden dentro de la escuela, que obligara entonces a las autoridades, a reconocer que los estudiantes de comercio no querían clases en sus aulas, entretanto los demás centros docentes estaban cerrados. Uno de los encargados de organizar el acto fue Felipe. En aquella época era peligroso, intervenir en actos que agitaran la conciencia pública, sin embargo el objetivo se logró; la escuela fue clausurada y los miembros del Directorio, cumplida su misión con los estudiantes, se incorporaron a las luchas para derrocar el régimen. Essos jóvenes comenzaron a ingresar entonces, en las organizaciones revolucionarias de aquella época, tales como: Hermandad de los Jóvenes Cubanos, ABC y otras.
Felipe, hombre de acción y de valor probado, ingresó a las filas del ABC, destacándose muy pronto por sus condiciones para la lucha secreta. También dirigió y tomó parte activa en la evasión del Castillo del Príncipe, junto a otro miembro del Directorio, Raúl Cabrera Ortega. Luego de un período de encarcelamiento, fue puesto en libertad. Entonces, su campo de acción no podía ser en La Habana, debido a que los esbirros lo vigilaban y se trasladó a Artemisa (municipio). Allí, junto con a su amigo Eduardo Montalvo, comenzó a organizar la lucha secreta contra la dictadura de Gerardo Machado. Más tarde fue perseguido y apresado; y durante un mes conoció las penalidades del encierro y las torturas.
Muerte
Murió el 24 de mayo de 1933, cuando le fue asignado la tarea de provocar el estallido del puente de Artemisa. En la oscuridad de la noche, y acompañado de Montalvo, burló la vigilancia del ejército, y debajo del puente se aprestó a colocar la bomba; pero el destino cruel se interpuso en su camino.
Al colocar la máquina destructora entre uno de los travesaños del puente, levantó la mano derecha y estalló el petardo, arrancando de raíz la cabeza de Montalvo, y el brazo derecho de Felipe. Al llegar los soldados al sitio, hayaron a Felipe con una pistola humeante en la mano izquierda y su cabeza destrozada por un balazo.
Véase también
Fuentes
- Asociación de alumnos de la Escuela de Comercio de La Habana, en homenaje al 50 aniversario de la muerte de Felipe Velazco.
