Fernando González Ochoa

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Fernando González
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Escritor, filósofo, diplomático y abogado colombiano
NombreFernando González Ochoa
Nacimiento24 de abril de 1895
Envigado, Bandera de Colombia Colombia.
Fallecimiento16 de febrero de 1964.
Envigado, Bandera de Colombia Colombia.
NacionalidadColombiana
CiudadaníaColombiana
EducaciónLicenciado en Derecho
Alma materUniversidad de Antioquia
OcupaciónEscritor, filósofo, diplomático y abogado
Conocido porEl Brujo de Otraparte

Fernando González Ochoa. Licenciado en Derecho por la Universidad de Antioquia, fue magistrado del Tribunal Superior de Manizales y juez deMedellín. Más tarde marchó a Italia como Cónsul de Colombia con sede en Génova. De vuelta a Colombia, tras su paso por Francia, publicó la revista Antioquia, continuando con su labor literaria. Posteriormente fue Cónsul Honorario de Colombia en Europa, pasando la mayor parte de este tiempo en Bilbao. A su regreso permaneció en su finca Atraparte hasta su muerte.

Síntesis biográfica

Nació en Envigado, una ciudad localizada al suroriental del Valle de Aburrá. Era el segundo de los siete hijos de Daniel González y Pastora Ochoa. Su padre era un profesor de escuela, el cual sería retratado por su hijo en la obra El Maestro de Escuela. La madre era en cambio ama de casa.

Estudios

En su niñez fue enviado a estudiar en el colegio de las Hermanas de la Presentación de donde fue expulsado cuando le dirigió una mala palabra a las hermanas por un castigo que el niño consideraba injusto. Serían los primeros pasos del desarrollo de un pensamiento crítico dentro del contexto social latinoamericano.

Desarrollo intelectual

Fue educado por padres jesuitas, quienes infundieron en él la importancia de lo espiritual en el ser. Por ejemplo, en Pensamientos de un viejo, entendía lo bello como el impulso hacia el bien, donde "nada es tan bello como Dios". Fernando creía que la vida es el camino hacia la intimidad, es la

" disolución del alma en la idea de Dios o juicio supremo de la identidad". "No podemos vivir en lo abstracto. Por eso vino Jesucristo, en formas tan bellas, para que pudiéramos adorar a Dios. Vino para hacerse ejemplar, camino, para que viéramos, para que oyéramos y tocáramos la verdad"

Con respecto a la vida terrenal, Fernando González afirmaba:

«El hombre no es obra definitiva; para mí tengo que es un espíritu que transita en la carne. Esto me contenta y me hace agradable la vida: pensar que no somos el cuerpo ni las pasiones, sino transeúntes que pasamos por una experiencia terrestre. En todo caso, cuando raramente encontramos un ser humano sensible a la belleza y al bien, nos consolamos, nos sentimos contentos de ser hombres».

Con respecto a su filosofía, los autores dicen que Fernando González era y es "tan paradójico y contradictorio como la vida misma", que enseñaba con sus obras cómo revelarse de una manera adecuada y cómo vivir verdaderamente. No se podía enmarcar en una corriente filosófica determinada. Se acercó al existencialismo, pues siempre buscó la importancia de la energía vital.

Para él, conocerse es impresionarse, a la vez que le veía el sentido a la vida en la rebeldía y la oposición. Afirmaba que todo, incluso Dios, constituye una sola cosa. Buscaba siempre la individualidad; veía en los latinoamericanos la raza universal, que no debía imitar a los extranjeros, sino ser autónoma; no debía avergonzarse sino enorgullecerse y creerse capaz.

Desde su temprana adolescencia, "se detenía en cualquier esquina, observaba y reflexionaba acerca de los rutinarios hechos domésticos, apoyado, no sólo, en la lectura de las obras de los más importantes poetas y filósofos griegos y latinos, en la visión escéptica de Federico Nietzsche y Arturo Schopenhauer, y en rudimentos de la crítica de la razón práctica de Immanuel Kant, sino en sus propias intuiciones dignas de un inconforme suramericano que anhelaba construir su propia cosmovisión. Es decir, ese muchacho menudo, de mirada penetrante, ya poseía un incipiente arsenal de conceptos que empezaban a fraguar su particular crítica al hombre suramericano." En lo personal, era un hombre solo, sabio, silencioso, que tenía siempre la respuesta adecuada, ya fuera para satisfacer o para dejar más duda aún.

Amó a su pueblo, queriendo también que este fuera mejor. Manejó un gran estilo y aún sigue siendo una lección para todos. Para él, la vida era el presente, lo cotidiano. Permaneció joven de espíritu, incluso al morir.

Muerte

Muere el 16 de febrero de 1964 en Envigado, Antioquia, en una casa que llamo "Otraparte", hoy convertida en museo en su honor.

Obras

  • Tragicomedia del padre Elías y Martina la Velera
  • Libro de los Viajes o de las Presencias
  • Estatuto de valorización
  • El maestro de escuela
  • Santander
  • Los negroides
  • Cartas a Estanislao
  • El remordimiento
  • Mi compadre
  • El hermafrodita dormido
  • Don Mirócletes
  • Mi Simón Bolivar
  • Viaje a pie
  • Una tesis- El derecho a no obedecer
  • Pensamientos de un viejo

Pensamiento y perspectivas sobre su obra

«No aspiremos a ser otros; seamos lo que somos, enérgicamente. Somos tan importantes como cualquiera en la armonía del universo. Todos los seres pueden ser igualmente hermosos».

Una mente precoz, inquieta y andariega con afán observador y explorador; así se puede definir a un hombre sencillo, quien "disfrutaba de los oficios simples: echar azadón, deshierbar las matas, podar los frutales y hacer los menesteres en el establo. Para él en realidad no había oficio bajo o indigno. El bajo e indigno era el hombre. Decía:

«cuando el hombre es honrado embellece todo lo que hace y en este nivel todos los hombres somos iguales.»

En tiempos donde la iglesia católica y la religiosidad tenían un vínculo bien estrecho con la política y la moral, aparece este personaje, controvertido y creador de polémica. Un místico, "pese a que con frecuencia suelta palabras duras, frases violentas, pero lo hace no con el ánimo de herir o hacer daño sino porque también hacen parte del mismo Dios." Fernando González fue un escritor sincero, que en sus obras plasmó la realidad en que vivió, criticando lo que para él era malo y exaltando lo bueno según su juicio, según su moral.

"Francamente, para nada lo tuvieron en cuenta ni gobiernos ni prensa de su patria. Más bien daban la sensación de aborrecerlo e ingrata les era su presencia. Parece que tal inquina tenía sus raíces en que Fernando les hacía sombra. Estoy seguro de que si él hubiera acomodado su ingenio a cortejarlos y adularlos, y plegándose a tanta bajeza, revestida de oropel moderno, lo habrían llevado en hombros."

" Los libros de Fernando González merecen ser estudiados por la juventud indo americana. En ellos aprenderán los jóvenes lo que es la verdadera historia, lo que significa rebeldía, audacia. Y en ellos se estimularán a pensar y a tener sed de justicia."

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" Era un escritor para el futuro. Pocas personas de su época lograron comprenderlo. Incluso el mismo escribió: "Esta obra esta dedicada al tiempo y a los lectores lejanos. Toda obra debe dedicarse al tiempo. Vosotros, amigos míos, al leer este amargo libro, no pensareis en él sino en Fernando. Mi sombra os oculta mis pensamientos."
(Pensamientos de un viejo)

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Fue también un hombre que amó a su pueblo y nunca estuvo de acuerdo con su falta de originalidad y autenticidad. "Fundó una escuelita rural para enseñarnos a vivir, a ser lo que somos con orgullo, sin complejos europeos, sin alma ajena, sin mistificaciones. Era una escuelita de auto expresión latinoamericana.

" La esencia de su escuelita fue: el que no está consigo mismo, no está conmigo. Usó el método de enseñar caminando, mostrando el camino. Era un maestro bondadoso y terrible. Después de Jesucristo no he conocido otro mejor."

Entre sus obras más destacadas, se encuentran: Viaje a pie 1929, "una excursión del espíritu idealista, enamorado de la libertad a través de Colombia, donde la naturaleza posee tantos tesoros y donde la raza parece soportar el sello de un misticismo extraño...", cuya lectura se condenó como pecado; Mi Simón Bolívar 1930, en el que habla del libertador, a quien admiraba profundamente y catalogaba como uno de los pocos suramericanos no vanidosos; El Hermafrodita Dormido 1933, escrito durante su consulado en Italia, en plena dictadura fascista de Musolini; y El Remordimiento1935, que "es el dolor de los instintos vencidos", según su propio autor. Caballeros andantes, señores de ley y justicia; enemigos de la mentira y la vanidad. Hace 400 años nació don Quijote; hace 110 años, don Fernando.

Fuentes