Fiebre hemorrágica de Marburgo

Fiebre hemorrágica de Marburgo
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La enfermedad por virus de Marburgo (EVM), antes denominada fiebre hemorrágica de Marburgo, es una enfermedad grave, a menudo mortal, provocada por un virus de la misma familia que el causante de la fiebre hemorrágica del Ebola. ... El virus de Marburgo se transmite por contacto directo con sangre, líquidos orgánicos y tejidos de las personas infectadas.

Historia

Los virus de Marburgo y del Ebola son miembros de la familia Filoviridae (filovirus). Aunque son causadas por virus diferentes, las dos enfermedades son similares desde el punto de vista clínico. Ambas son raras, pero pueden ocasionar brotes dramáticos con elevadas tasas de letalidad. Dos grandes brotes que ocurrieron simultáneamente en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia) en 1967 llevaron a la identificación de la enfermedad por vez primera. El brote se de Uganda. Posteriormente se han notificado brotes y casos esporádicos en Angola, Kenya, la República Democrática del Congo, Sudáfrica (en una persona que había asoció a trabajos de laboratorio con monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops) importados viajado recientemente a Zimbabwe) y Uganda. En 2008 se notificaron dos casos independientes en viajeros que había visitado en Uganda una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus.

Causa

El virus de Marburgo causa en el ser humano una fiebre hemorrágica grave.A menudo mortal. El virus de Marburgo, se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos que se la trasmiten a la fruta Rousettus aegyptiacus, de la familia Pteropodidae. El virus de Marburgo se transmite de los murciélagos de la fruta a los seres humanos, y se propaga entre estos por transmisión de persona a persona.

Transmisión

Inicialmente, la infección humana por EVM se debe a la exposición prolongada a minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus La transmisión se hace sobre todo de persona a persona por contacto directo (a través de piel lesionada o de las membranas mucosas) con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales (como ropa personal y de cama) contaminados con dichos fluidos. Se han descrito casos de transmisión al personal sanitario que atiende a los pacientes EVM presunta o confirmada a través del contacto estrecho sin precauciones adecuadas de control de la infección. La transmisión por equipo de inyección contaminado o por pinchazos con agujas se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, deterioro rápido y, posiblemente, mayor tasa de letalidad. Las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto pueden desempeñar un papel importante en la transmisión del virus de Marburgo. La infectividad persiste mientras haya virus en la sangre.

Transmisión sexual

La transmisión del virus a través del semen infectado está documentada hasta 7 semanas después de la recuperación clínica. Son necesarias más investigaciones y más datos de vigilancia sobre el riesgo de transmisión sexual, y en particular sobre la prevalencia de virus viables y transmisibles en el semen a lo largo del tiempo.

Síntomas de la EVM

El periodo de incubación (intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. La enfermedad causada por el virus de Marburgo empieza bruscamente, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar. Los dolores musculares son frecuentes. Al tercer día puede aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. La diarrea puede persistir una semana. En esta fase los pacientes tienen un aspecto que se ha descrito como "de fantasmas", con hundimiento de los ojos, rostro inexpresivo y aletargamiento extremo. Tambien los pacientes presentan una erupción cutánea no pruriginosa 2 a 7 días después del inicio de los síntomas. Muchos pacientes tienen manifestaciones hemorrágicas graves a los 5 a 7 días, y los casos mortales suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo en múltiples órganos. La presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces suele acompañarse de sangrado por la nariz, encías y vagina. El sangrado espontáneo en los lugares de venopunción, para administración intravenosa de líquidos o extracción de muestras de sangre puede ser especialmente problemático. Durante la fase grave de la enfermedad los pacientes tienen fiebre elevada persistente. La afectación del sistema nervioso central puede producir confusión, irritabilidad y agresividad. Ocasionalmente se han descrito casos de orquitis (inflamación de uno o ambos testículos) en la fase tardía de la enfermedad (15 días). En los casos mortales el óbito suele producirse a los 8 a 9 días del inicio de los síntomas, generalmente precedido de grandes pérdidas de sangre y choque.

Persistencia del virus en convalecientes de EVM

Se sabe que el virus de Marburgo persiste en órganos inmunoprivilegiados, como los testículos o el ojo, en algunos casos convalecientes.

•En mujeres infectadas durante el embarazo, el virus persiste en la placenta, el líquido amniótico y el feto.

•En mujeres infectadas durante la lactancia, el virus puede persistir en la leche materna.

Diagnóstico

Desde un punto de vista clínico, puede resultar difícil distinguir la EVM de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas. Los métodos de diagnóstico detallados a continuación sirven para confirmar que los síntomas son causados por la infección del virus de Marburgo:

•Prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA).

•Pruebas de detección de antígenos.

•Prueba de seroneutralización.

•Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR).

•Microscopía electrónica.

•Aislamiento del virus mediante cultivo celular.

Las muestras de los pacientes son de muy alto riesgo; las pruebas de laboratorio en muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima biocontención. Todas las muestras biológicas para transporte nacional o internacional deben ser envasadas con el sistema de triple envase.

Tratamiento

El tratamiento de apoyo es de rehidratación con líquidos orales o intravenosos y el tratamiento de determinados síntomas para mejorar la supervivencia todavía no hay tratamientos ni vacunas específicas para la EVM. Sin embargo, se están evaluando diversas formas de hemoterapia, inmunoterapia y farmacoterapia.

Fuentes