Filología

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Filología
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Concepto:Ciencia que estudia la lengua y la literatura de un pueblo a través de los textos escritos

Filología. Ciencia que se ocupa del estudio de los textos escritos, a través de los cuales intenta reconstruir, lo más fielmente posible, los textos originales con el respaldo de la cultura que en ellos subyace. El filólogo se sirve, por tanto, del estudio del lenguaje, la literatura y demás manifestaciones escritas, en cuanto constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada. Del latín philologĭa y éste del griego φιλολογία, “amor o interés por las palabras”. Alternativamente, la filología puede ser un término usado antes del siglo XX para lo que ahora se entiende como la lingüística.

Definiciones

Es el estudio científico de las manifestaciones de los pueblos, a través de la lengua y las obras literarias. La Filología es una especialización que permite conocer un idioma. Incluye esto su escritura, desarrollo, gramática, historia, variedades y peculiaridades. No es una ciencia exacta... ya que las reglas de un idioma se crean y se modifican con el paso del tiempo, lo que hoy es un texto correcto no lo habría sido hace 200 años. Es la ciencia que estudia la lengua, literatura y todos los fenómenos culturales de un pueblo o grupo de pueblos a través de los textos escritos que ha producido. Es la técnica de reconstruir, fijar o interpretar textos antiguos.

Qué estudia la filología

Filología

La filología estudia los textos escritos. A través de esos textos escritos el filólogo puede aportar luz para entender y conocer mejor una cultura. Por tanto la filología es una herramienta para historiadores, sociólogos, lingüistas.

Ejemplo. Los historiadores necesitan consultar archivos, textos antiguos. Muchos de esos textos serían incomprensibles sin la filología. Tal vez el texto está escrito en una lengua que ya no se habla, o bien una variante antigua de una lengua moderna. La filología ayuda a reconstruir el texto y a interpretarlo.

Es la persona que estudia esta ciencia y por tanto ha dedicado su tiempo y esfuerzo en especializarse en un idioma. Es alguien que debe escribir y hablar en el idioma en el que es experto mejor que la media de hablantes, ya que es su campo de estudios. Una vez que ha completado sus estudios una persona que habla y escribe a la perfección, además de poseer un bagaje cultural amplio debido a todos los libros que ha leído tiene muchas puertas abiertas. Depende de cada uno marcar la diferencia en un mundo donde demasiada gente que debería estar dedicándose a lo que de verdad le hubiera hecho feliz se mete en la universidad sin tener las ideas claras sobre los objetivos que planea conseguir... simplemente por seguir estudiando... que es lo que hay que hacer según las reglas marcadas por un entorno lleno de complejos y falsas expectativas.

Un filólogo tiene campos afines donde poder desarrollarse. De estos el más cercano es el periodismo. La redacción de artículos es algo para lo que un filólogo está más capacitado incluso que un periodista, ya que es su especialidad el escribir. La política es otro camino profesional donde saber usar las palabras adecuadas y expresar nuestras ideas se vuelve vital, si bien, la mayoría no lo percibe así y desde siempre el derecho ha sido la carrera que poseían los políticos... en un ambiente donde priman los discursos, las palabras elocuentes y la capacidad de debate, un filólogo está más en su salsa que un abogado.

El mundo empresarial en según qué campos demanda más estudios de letras que de negocios... por ejemplo en Publicidad, donde se crean los eslóganes, se desarrollan los mensajes publicitarios que llegaran al cliente, donde se trabaja con las palabras para atraer al público, para provocar reacciones favorables.

Antecedentes históricos

En la cultura griega el término filología tuvo varias acepciones, aunque fue ganando terreno aquella que concebía al filólogo como alguien consagrado a la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles, actividad ésta que comenzó siendo una afición noble cultivada con mayor o menor acierto, pero siempre de manera no profesional. Los primeros filólogos en el sentido moderno fueron los alejandrinos (siglo III a C.), discípulos de los sofistas, cuyo más sobresaliente representante es Aristófanes de Bizancio (siglo III a.C.), fundador de un método que su discípulo Aristarco de Samotracia, director de la Biblioteca de Alejandría, aplicó, más tarde, al estudio de los poemas de Homero. Estos primeros filólogos desarrollaron, en la Biblioteca de Alejandría, una importante actividad editorial, centrada en la copia de los manuscritos de los más importantes y representativos autores del pasado, cuyos textos se limpiaban de errores y se interpretaban de acuerdo con unas normas determinadas.

En manos de los alejandrinos, la filología se convirtió, así, en un conjunto de conocimientos sistemáticos y ordenados, aunque amplios y poco profundos, puesto que el filólogo debía poseer no sólo conocimientos lingüísticos y literarios, sino también históricos, geográficos, artísticos, retóricos, etc. Es por eso que se le consideraba la persona ideal tanto para explicar los textos como para reconstruirlos, modernizarlos y restaurarlos. Así, pues, la filología comienza ocupándose, por una parte, de la lectura correcta de los textos y, por otra, de la fijación, depuración y exégesis de los mismos. Las experiencias adquiridas y los materiales empleados en esta actividad se van recogiendo en léxicos, repertorios, inventarios, etc. La filología se convierte, así, en la época alejandrina, en una disciplina de carácter enciclopédico que abarca enseñanzas de gramática, retórica, historia, epigrafía, numismática, bibliografía, métrica, etc. Los filólogos así formados son, por antonomasia, hombres cultos que reúnen, aunque sea de manera superficial, los saberes de su época.

Filología en la época clásica latina

Roma asimiló los métodos de los cesarianos y continuó la labor emprendida por éstos; fue el caso de Varrón (siglo I a.C.), por ejemplo. En época imperial proliferan los que estudian, critican y comentan las obras maestras de la cultura latina, llamándose a sí mismos filólogos o gramáticos, voz que irá suplantando a la primera hasta hacerla desaparecer. En efecto, el término filología se utilizará poco en el Bajo Imperio, coincidiendo con la decadencia de los estudios de este tipo, que llegan a desaparecer casi por completo a partir de este momento y durante toda la Edad Media. A pesar de ello, aún pueden destacarse las figuras del latino Servio Macrobio (siglo IV) y, mucho más tarde, el bizantino Focio (siglo IX); también puede destacarse la edición de las Suidas (siglo X) bizantinas siguiendo métodos alejandrinos.

Filología en el Humanismo

Con la llegada del Renacimiento y, sobre todo, del Humanismo, la actividad filológica renace con nuevo vigor, espoleada, sobre todo, por la aparición de la imprenta y la edición de textos clásicos en este nuevo medio. Así, durante el siglo XV, italianos como Aldo Manuzio o Angelo Poliziano se dedican al estudio de los clásicos, cuyo estilo imitan y cuyos textos editan. En el siglo XVI puede destacarse a VICTOR como Jules César Scaliger o Henri Estienne, quienes realizan ediciones críticas de textos clásicos, señalando las distintas variantes críticas, o al holandés Erasmo de Rotterdam, entre otros.

Campos de aplicación de la filología

La filología ha tenido y tiene diversos cometidos:

  • Comparación de lenguas. Desde el siglo XIX, la filología comparada se ocupó de estudiar la relación entre distintas lenguas. De esta forma, las semejanzas entre el sánscrito y las lenguas europeas observadas por primera vez a principios del siglo XVI llevaron a especular sobre la posibilidad de la existencia de una lengua anterior común de la cual todas procedían, el protoindoeuropeo.
  • Reconstrucción de textos. La ciencia filológica también se ocupa de la reconstrucción de los textos originales de un autor, basándose en el estudio de las diferentes copias de manuscritos que se conservan. Igualmente, se ocupa de determinar la paternidad literaria de un texto, su fecha de composición, su procedencia, etc. Es el caso, por ejemplo, de la reconstrucción de las primeras versiones de los evangelios cristianos.
  • Ecdótica o edición textual, e interpretación literaria. La actividad filológica también se ha enfocado a la edición de textos de autores clásicos y modernos, acompañando éstos del correspondiente aparato crítico, el cual persigue explicar al lector el trasfondo cultural y vital que subyace tras el texto.

Relación con otras disciplinas

A lo largo de su historia, la filología se ha relacionado y confundido con otras disciplinas. En especial, debe señalarse la relación de esta disciplina con la lingüística, pero también con la historia, la historia de la literatura, la teoría literaria, la crítica literaria, etcétera. En el primer caso, tanto la filología como la lingüística se ocupan del mismo objeto de estudio: el lenguaje humano. Pero se diferencian, básicamente, en el enfoque con que abordan el estudio: mientras la primera se ocupa del lenguaje en tanto que medio para fijar los textos, la segunda centra su interés en el lenguaje en sí mismo y utiliza los textos únicamente como un medio más de conocimiento de éste. Así, mientras la filología estudia el lenguaje con el objeto de conocer a los hombres que lo hablaron y su entorno cultural, la lingüística estudia el lenguaje, hablado o escrito, en sí mismo considerado, para establecer sus reglas, las relaciones internas de sus componentes, etc.

En el segundo caso, historia y filología colaboran para la reconstrucción de los hechos históricos pero, mientras la primera se ocupa, efectivamente, de la reconstrucción de los hechos, auxiliándose, en este caso, de la filología y de otras disciplinas, la segunda trata de situar los textos concretos en una época determinada, sirviéndose, en este caso, de los conocimientos históricos. En cuanto a su relación con otras disciplinas, teoría literaria, historia de la literatura o crítica literaria, todas comparten un mismo objeto de estudio: la literatura. Pero, en este caso, mientras la primera se ocupa de delimitar el concepto de literatura o de establecer las diferencias entre géneros literarios, por ejemplo, la segunda trata de ordenar históricamente los distintos periodos artísticos, autores literarios y obras conocidas, y, finalmente, la tercera se ocupa de la interpretación y valoración de los textos literarios, la filología, frente a ellas, sigue ocupándose del estudio de los textos literarios concretos para reconstruir su trasfondo cultural, basándose en los conocimientos de estas otras disciplinas.

Filología Clásica

Clasificación

Prácticamente, podría decirse que hay tantas filologías como culturas. En lo que respecta a la tradición española pueden señalarse varias filologías, que se estudian en buena parte de las universidades españolas.

  1. Filología anglogermánica. Se ocupa del estudio de los textos en lenguas de origen germánico (principalmente, inglés y alemán).
  2. Filología árabe. Se ocupa del estudio de los textos en lengua árabe.
  3. Filología bíblica. Se ocupa del estudio de los textos bíblicos, tanto los relacionados con el Antiguo como con el Nuevo Testamento.
  4. Filología catalana. Se ocupa del estudio de los textos en lengua catalana.
  5. Filología clásica. Se ocupa del estudio de los textos clásicos griegos y latinos.
  6. Filología eslava. se ocupa del estudio de los textos escritos en idiomas eslavos (ruso, ucraniano, bielorruso, polaco, checo, eslovaco, lenguas serbias, esloveno, croata, montenegrino, búlgaro, serbio, bosnio y macedonio).
  7. Filología francesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua francesa.
  8. Filología gallega. Se ocupa del estudio de los textos en lengua gallega.
  9. Filología hispánica. Se ocupa del estudio de los textos en lengua española. Es también llamada Iberística y posee un importante derivado, la hispanoamericanística.
  10. Filología inglesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua inglesa.
  11. Filología italiana. Se ocupa del estudio de los textos en lengua italiana.
  12. Filología neotestamentaria. Se ocupa del estudio de los textos bíblicos cristianos relacionados con el Nuevo Testamento.
  13. Filología portuguesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua portuguesa.
  14. Filología románica. Se ocupa del estudio de los textos en lengua romance, esto es, derivada del latín.
  15. Filología semítica. Se ocupa del estudio de los textos en lenguas semíticas bíblicas (principalmente, hebreo y arameo).
  16. Filología vasca. Se ocupa del estudio de los textos en lengua vasca.

Diferencia entre la filología y la lingüista

La filología es un área apasionante, especialmente si se disfruta del lenguaje, de las palabras y de la literatura. En filología se ven cursos de literatura, lingüística y otros humanísticos. La filología clásica se orienta más al estudio del latín y el griego y sus literaturas. También incluye el estudio del sánscrito.
En filología española se ve más literatura contemporánea, española y latinoamericana, más lingüística y menos griego. Se ve algo parecido de latín. La diferencia de la filología y la lingüística es que la filología es una disciplina humanística que contempla el desarrollo histórico de aspectos relacionados con el lenguaje, especialmente escrito, pero que se puede abordar desde muchos aspectos, algunos de ellos subjetivos (por ejemplo, la crítica literaria). La lingüística analiza el lenguaje desde un punto de vista científico, experimental y controlado, en que no caben las subjetividades.

Fuentes