Flebitis en perros

Flebitis en perros
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Flebitis en perros se caracteriza por una condición conocida como tromboflebitis superficial, la que se refiere a una inflamación de las venas superficiales (o de las venas cerca de la superficie del cuerpo). La flebitis es generalmente debida a una infección o una trombosis - la formación de un coágulo (o trombo) en el interior de un vaso sanguíneo, que a su vez obstruye el flujo de sangre en el cuerpo.

La tromboflebitis venosa superficial es la forma más común de esta enfermedad, y generalmente se localiza en un área.

Por el contrario, la tromboflebitis de tejido profundo se asocia con signos clínicos de sepsia, en la que una infección bacteriana se produce debido a la presencia de organismos patógenos y sus toxinas en la sangre o los tejidos. Este tipo de tromboflebitis también está asociada con el tromboembolismo de tejido profundo, en el que un coágulo o trombo formado en una parte del cuerpo se desprende y se desplaza a otro de los vasos sanguíneos, lo que provoca un bloqueo.

La flebitis puede afectar a perros y gatos.

Síntomas

El síntoma principal de la flebitis es una inflamación localizada, que se caracteriza por calor, hinchazón, dolor, vasos endurecidos, o un enrojecimiento de la piel conocido como eritema. Si al menos dos de los signos antes mencionados están presentes, pueden ser tomados en cuenta como un signo de inflamación local. Supuración o fiebre, también pueden estar presentes, ambas asociadas con la respuesta del organismo a infecciones.

Causas

No hay una edad específica raza, o sexo conocidos por ser más susceptibles al desarrollo de flebitis. Sin embargo, los perros muy jóvenes o de edad avanzada pueden estar en mayor riesgo debido simplemente a un sistema inmunológico menos desarrollado o de mal funcionamiento.

Otras características que se consideran factores de riesgo para el desarrollo de la flebitis incluyen obesidad, falta de movilidad, mala calidad de las venas, enfermedades crónicas del corazón o los riñones, embarazo y/o un trastorno de inmunodeficiencia en los que el sistema inmune del perro no funciona correctamente.

La principal causa de la flebitis es por el uso de catéteres vía intravenosa (IV). La mala calidad o el poco cuidado del catéter pueden conducir a la colonización bacteriana de un catéter, que puede infectar al perro. Los catéteres se usan a menudo durante la cirugía, o en situaciones de emergencia para el tratamiento de víctimas de trauma.

Diagnóstico

Una serie de procedimientos de diagnóstico son necesarios para diagnosticar adecuadamente la flebitis. La prueba de Doppler es un medio barato para examinar el flujo sanguíneo en las venas del animal, y puede revelar las irregularidades en la circulación sanguínea y el bloqueo. Los cultivos de sangre pueden indicar también los signos asociados con la inflamación sistemática. Otras técnicas de diagnóstico pueden incluir imágenes de rayos X y análisis de orina.

Tratamiento

Si se sospecha de una infección, el tratamiento con antibióticos es el tratamiento más probable. El antibiótico específico recetado a su perro dependerá de la ubicación de la infección, así como de los contaminantes sospechosos detrás de la infección (si no hay un cultivo disponible en el momento). Medicamentos adicionales pueden ayudar a hacer que su perro esté más cómodo, aliviando los síntomas relacionados.

Vida y Gestión

Después del tratamiento inicial, la terapia con antibióticos debe ser ajustada en base a los exámenes de cultivo de seguimiento. Ciertas venas, conocidas como venas flebóticas, no deben usarse para terapia intravenosa o extracción de sangre hasta que su perro se haya recuperado completamente. Con un tratamiento antibiótico apropiado, los casos más graves aún pueden tardar hasta tres semanas en resolverse.

Prevención

Debido a que la principal causa de la flebitis son los catéteres de mala calidad o los cuidados incorrectos del catéter, estos son el principal objetivo cuando se piensa acerca de la prevención. Cualquier sitio del catéter IV debe ser limpiado regularmente con antimicrobianos y tratados con una pomada antimicrobiana, con el fin de evitar la infección bacteriana que pueda conducir a la flebitis. Se deben utilizar apósitos estériles, y los catéteres se deben cambiar dentro de 24 horas, especialmente si se los coloca en una situación de emergencia. Los catéteres más largos pueden reducir la incidencia de flebitis.

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