Flor Loynaz

Flor Loynaz
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NombreFlor Loynaz y Muñoz
Nacimiento11 de octubre de 1908
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento22 de junio de 1985 (76 años)
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
ResidenciaLa Habana
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
PadresEnrique Loynaz y del Castillo, General del Ejército Libertador, y María de las Mercedes Muñoz Sañudo
FamiliaresHermanos Loynaz: Dulce María, Enrique y Carlos Manuel

Flor Loynaz y Muñoz (La Habana, 11 de octubre de 1908 - La Habana, 22 de junio de 1985) fue una poetisa cubana, una de los cuatro Hermanos Loynaz. Hija del general del Eército Libertador Enrique Loynaz y del Castillo y hermana de la escritora Dulce María Loynaz.

Síntesis biográfica

Su padre le puso el nombre en memoria de un ilustre amigo: el mayor general Flor Crombet.

Familia

Las hermanas Dulce María y Flor Loynaz.

Hija de Enrique Loynaz y del Castillo, General del Ejército Libertador, y María de las Mercedes Muñoz Sañudo.

Era la menor de los cuatro hermanos Loynaz y Muñoz: Dulce María, Enrique y Carlos Manuel. Todos fueron poetas, pero salvo poemas aislados de Enrique, publicados en la prensa y recogidos en antologías, los otros permanecieron voluntariamente inéditos.

Estos jóvenes no asistieron a colegio alguno, su formación corrió a cargo de preceptores en su propio hogar, con un sentido muy amplio y libre de su formación intelectual. Su niñez se desenvolvió en un ambiente artístico familiar, especialmente inclinado a la música, el dibujo y la literatura. Dulce María y Enrique se graduarían como abogados en la Universidad de La Habana. Carlos Manuel tendría una muy fuerte afición por la música y Flor sería la más rebelde y liberal de toda la familia.

Sobre las fuentes de que se nutrió durante la adolescencia esta familia de poetas, expresó Dulce María:

Fueron los poetas franceses los primeros en deslumbrarnos. Rimbaud, Verlaine, Baudelaire, se convirtieron pronto en nuestros maestros amadísimos (...) Nuestra hermana [Flor] podía recitar de memoria el Cyrano completo. Luego, los clásicos españoles y los poetas orientales. Más tarde aparecieron Juan Ramón Jiménez y García Lorca.

Pese a su fuerte carácter y su razonar cartesiano, Flor tenía un espíritu delicado. Bella y atractiva, creyó anticipadamente en los derechos de la mujer y concibió una manera singular de ponerlos a prueba. Le gustaba romper con los moldes establecidos para su sexo: fue una de las primeras conductoras de autos en Cuba, fumaba grandes puros en público, entraba a bares privativos para los hombres, estableció una vida alejada de todo roce con «el gran mundo», disolvió con rapidez su único matrimonio pero se quedó viviendo en una gran casa bastante aislada del fragor citadino.

Viajó por Europa, los Estados Unidos y el Oriente Medio.

Constituyó la más cercana amiga en Cuba de Federico García Lorca, de quien fue asidua acompañante durante la estancia del poeta en La Habana en 1930. A ella le confió Lorca el manuscrito de su obra teatral Yerma.

En 1936 contrajo matrimonio con el ingeniero Felipe Cárdenas, de quien se divorció años después.

Su poesía

En 1919, a los once años, escribió su primer poema; el último, pocos días antes de su fallecimiento.

Gran parte de su obra se halla extraviada y dispersa, cuando no perdida. Rehuyó siempre la publicación de sus poemas, no frecuentó la escritura, ni dejó organizado, que se conozca, ningún libro. Al contrario de sus hermanos, ella se expresaba con mayor desenfado sobre asuntos cotidianos, pero siempre con originalidad y personalidad propias.

Cuando Juan Ramón Jiménez publicó La poesía cubana en 1936, hizo constar su incorformidad por la exclusión voluntaria de la poetisa, algunos de cuyos poemas conocía y valoraba altamente. Max Henríquez Ureña no quiso dejar de mencionarla en su Panorama de la literatura cubana, aunque aclara que "sólo por excepción" pudo conocer alguna muestra de su poesía.

Con "Trenino", singular y antológico poema, Flor ofrece un aporte singular a la poesía cubana, porque el texto rebasa el elogio al animal doméstico amado, va más allá de lo que dice acerca de él, y deja resonancias en la lectura. Está dedicado, con una profunda ternura, a un perro largo, tan largo que a Flor le pareció una suerte de tren y de ahí el nombre. Escrito en años de convulsiones sociales en Cuba, de pugnas que derivarán en guerra civil en España y luego advendría la Segunda Guerra Mundial, deja de ser un sencillo poema íntimo, de bella aspiración terciaria, para convertirse asimismo en un documento social, de fuerte mirada angustiada al mundo en torno, donde existe la palabra, la voz humana, pero también incomunicación.

Dulce María, al valorar la poesía de Flor expresó:

"Yo pienso que ella ocuparía con justicia uno de los primeros lugares en la poesía cubana y más allá, no únicamente contemporánea, podíamos remontarnos más lejos; pero la opinión mía no la tendría en cuenta nadie, no sólo porque soy su hermana, y porque estoy muy unida a ella por lazos de sangre, sino además por lazos espirituales profundos que suelen valer más que los primeros."

En su época

En los primeros años de la década de los treinta tuvo una activa participación en las luchas políticas contra Gerardo Machado e incluso perteneció al Directorio Estudiantil.

Le animaba un elevado concepto de justicia y no vaciló en unirse a un pequeño comando armado con su automóvil, «un Fiat del último modelo», que fue impactado varias veces por la policía y se encuentra expuesto actualmente en el Museo del Automóvil en la Habana Vieja.

Muerte

Vivió completamente sola en su Quinta Santa Bárbara, actual sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Solo cuando la fragilidad de su salud no le permitió más permanecer allí fue que decidió vivir con su hermana en la casa donde ambas pasaron sus últimos días.

En la madrugada del 22 de junio de 1985 se despidió en La Habana de cuanto la ataba a la vida llevando en su apretado puño el eslabón de una cadena rota que su hermana Dulce pusiera como culto póstumo a sus deseos.

Fuentes

  • Loynaz, Flor. [Poesías] ; [Selección y nota Pedro Simón]. La Habana : Dirección de Información : Ministerio de Cultura, 1989.
  • El favor del destino. Disponible en:Opus Habana.
  • Flor Loynaz: "una dama o una sombra, ¡sabe Dios!". Por Reinaldo Cedeño Pineda. Disponible en:Mujeres.
  • «Trenino» de Flor Loynaz. Por Virgilio López Lemus. Disponible en:Cuba Literaria.
  • Cien poetas. Flor Loynaz (1908-1985). Disponible en:Cuba Literaria.
  • Flor Loynaz, sombra de una voz. Por Yailén Campaña Cisneros. Disponible en:Casa de Iberoamérica.