Francisco Estrada Estrada

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Francisco Estrada Estrada
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Gral Fco Estrada.jpg
General de División del Ejército Libertador
NombreFrancisco Estrada Estrada
Nacimiento21 de enero de 1848
Bayamo
Fallecimiento13 de noviembre de 1928
Manzanillo

Francisco Estrada Estrada. Reseña biográfica sobre el General de División del Ejército Libertador.

Arte Operativo

Francisco Estrada, como la inmensa mayoría de los jefes y combatientes del Ejército Libertador, careció de escuela o experiencia bélica previa antes de su incorporación a filas en octubre de 1868. Fueron las propias acciones combativas y la necesidad de preservarse, luchar y obtener la victoria, quienes determinaron su forma de quehacer en la manigua cubana.

Al estudiar su vida, observamos una gran influencia sobre su pensamiento táctico de los primeros años de la guerra grande, cuando bajo las ordenes de 2 veteranos con preparación militar, como fueron los dominicanos Luis Marcano y Modesto Díaz, tuvo, en su carácter de soldado y clase, y posteriormente de oficial jefe de pequeñas unidades, que actuar en condiciones desventajosas que lo obligaron a acudir a los métodos irregulares de combate contra fuerzas mucho mas poderosas y fogueadas. Las amargas realidades del enfrentamiento a la creciente de Valmaseda en 1870 - 71, y la posterior dispersión de fuerzas en las jurisdicciones de Bayamo y Manzanillo en 1873, lo convirtieron en experimentado guerrillero y jefe, capaz de utilizar de forma muy eficaz los métodos de acoso, hostigamiento y desgaste del enemigo con mínimas perdidas de fuerzas propias.

La descripción de su forma de actuar al frente de la Brigada Occidental de Holguín, la Brigada Tunera y la División Volante, todas durante la guerra de 1895, y su intenso quehacer en muy duras condiciones al frente de la digna Banda de la Independencia después de la Protesta de Baraguá, así lo atestiguan.

La Brigada de Las Tunas, después de participar en la toma de Guáimaro, desarrolló sus acciones en los territorios de Puerto Padre, Chaparra, Las Parras, Buenaventura y Velazco, mediante acciones de emboscadas y ataques sorpresivos a convoyes y columnas españolas; al igual actuó la División Volante, que con apenas 30 bajas en mas de 20 acciones entre Baire y Palma Soriano, ocasionó, según partes españoles, 98 muertos y centenares de heridos a las tropas de Escario en 1898.

Organización Civil

El Ejército Libertador estableció desde la guerra de los diez años un tipo de organización civil que garantizaba los aseguramientos de diverso tipo, y constituían base importante en su retaguardia, guarecidas debidamente aprovechando las características del teatro de operaciones, estas estructuras constituían Las Prefecturas Mambisas.

Sin embargo, el desarrollo exitoso de las acciones en la contienda de 1895 agregó un nuevo elemento organizativo como lo fue la ocupación de villas, poblados y ciudades, en los cuales se hacia imperativo organizar un sistema de autoridad y control constituido con carácter de gobierno provisional. Los jefes mambises, en su mayoría, fueron cuidadosos en hacer cumplir esta medida, aunque en ocasiones, por inexperiencia o negligencia, esto no se realizaba adecuadamente, provocando conflictos con la población, divergencias entre los mandos militares y civiles, y violaciones sobre el derecho de las personas.

Francisco Estrada, aunque no tenía preparación académica y cultural suficiente, llevado por sus principios éticos y su elevado concepto de la disciplina, fue siempre cuidadoso de estos importantes aspectos.

Al frente de la Brigada Occidental de Holguín ocupo varias poblaciones de esta zona, y en sus comunicaciones puede constatarse esta cualidad.

El 10 de mayo de 1898, al ocupar el poblado de San Andrés, envía su comunicación No. 134 al Comandante de Armas designado para esa plaza. En otra ocasión, ante las quejas de familias en poblados ocupados, a las cuales se les negaba la alimentación, requirió firmemente a los alcaldes de Velazco y Calderón, en comunicaciones respectivas fechadas el 27 de mayo. Similar actitud asume al conocer actos impropios de oficiales y soldados que toman o arrebatan medios de ciudadanos para su propio uso.

Inclusive, cuando conocía de hechos de este tipo cometidos por personal no directamente subordinados, los ponía en conocimiento de sus jefes para exigir responsabilidades, como fue el caso referido en su comunicación No. 166 del 28 de Mayo, dirigida al Mayor General José M. Capote, donde le informa haber conocido varios desmanes cometidos por el Teniente Tablada contra varios ciudadanos y le solicita al jefe que "se sirva disponer lo que crea necesario para evitar que este oficial siga cometiendo desmanes que nos desprestigian". Su preocupación por la salud de las tropas, y su respeto por las disposiciones de los especialistas de la Sanidad Militar mambisa, fueron también muestras de su integralidad, siendo muestra de ello las medidas que ordena, al conocer de indisciplinas e incumplimientos de algunos jefes con relación a medidas sanitarias dictadas.

Cuidado y atención a las tropas

El estado político moral y las necesidades materiales mínimas de las tropas era una constante preocupación de los jefes del Ejército Libertador. Sobre el primero, el trabajo por la preservación de la moral combativa y la disciplina, evitando la penetración de las ideas diversionistas relativas a la autonomía, anexión u otra formas ajenas a la absoluta independencia, preservando la integridad del ejemplo y prestigio ante la población y respetando la integridad física de los enemigos heridos, eran imprescindibles pautas de conducta.

La cobertura de las necesidades materiales, en todas las contiendas, se tornaba una tarea más difícil. Tómese en cuenta que la represión española hacia muy difícil el acceso del apoyo de la población urbana, y la población rural, salvo los hacendados, mayoritariamente antindependentistas, vivía en condiciones de miseria. El aporte de las expediciones que lograban llegar a la isla, y la iniciativa, creatividad y dedicación de los encargados de la Logística en Prefecturas y campamentos, eran prácticamente el único aseguramiento seguro de las tropas. Esta situación afectaba en ocasiones la capacidad combativa, y era, por tanto, de constante preocupación de los jefes.

En ambas vertientes, Francisco Estrada, cuya formación política era autodidacta, y que a lo largo de las guerras había afrontado durísimas condiciones de carencias en las guerrillas de la Sierra Maestra, La Banda Independiente y otros episodios, fue extremadamente exigente y cuidadoso en estos aspectos.

En abril de 1898 conoció la orden dada al Tte. Coronel Luis Masferrer de realizar reclutamientos para un nuevo regimiento, con hombres del campo sin experiencia combativa, y algunos con limitaciones físicas. Unido a ello se le ordenaba a Estrada la entrega de elementos logísticos para estos hombres. Aunque cumplió disciplinadamente la orden, manifestó enérgicamente su inconformidad ante los superiores:

Al General José M. Capote

[...] el reclutamiento que realiza el Tte. Coronel Masferrer desorganiza completamente el territorio bajo mi mando. Dígame UD. que hago. Tómese en cuenta que esta reclutación deja abandonadas en el campo a muchas familias, sin albergue ni apoyo, y expuestas a morir de hambre [...] Varios jefes de predios se han dirigido al Tte. Coronel González, del Batallón Ocujal, diciéndoles que los están obligando a abandonar las siembras.

Esto lo manifestó en su comunicación No. 162, en tanto, en la comunicación No 167, hacía saber al mismo jefe:

El estado de las fuerzas es pésimo con respecto a higiene, según parte que me da el Dr. Troncoso, hoy ha medicinado a 30 individuos, que sufren principalmente por lo rudo de la campaña en las sierras y por la falta de alimentos, pues estos se reducen solamente a carnes, de las que se carece casi en absoluto sin tener nada de viandas.

Otra de las circunstancias que concurren al mal estado de las tropas es el hallarse en su mayoría sin zapatos y operando en terrenos escabrosos. Le agradecería en nombre de valientes y sufridos soldados, se dignara facilitarme un poco de hilaza, cáñamo o hilo de cualquier clase que sirviera para la construcción de calzado. El poco que había lo tomó el referido Masferrer sin nuestra autorización [...] De seguir estos reclutamientos desordenados, me veré en el sensible caso de no ocuparme para nada de la organización de las fuerzas, toda vez que órdenes de tal naturaleza hacen inútiles todo tipo de sacrificio que pueda hacerse. Guerra del 1895

General Fco. Estrada

Francisco Estrada y Bartolomé Maso

El Comandante Modesto Tirado fue un patriota puertorriqueño que combatió a las órdenes del Mayor General José Maceo en la guerra del 95, siendo Ayudante personal del mismo y excepcional testigo de su muerte en Loma del Gato. Al terminar esta contienda se establece en Manzanillo y organiza junto a Masó la Asociación de Veteranos, participando junto a este en la frustrada campaña por la presidencia de la República. Fue también Modesto Tirado, amigo íntimo del General Estrada.

Por orden del General Masó, dirigió la siguiente comunicación a Estrada:

Manzanillo, Abril 20 de 1902.

General Francisco Estrada

Curao

Mi querido General y amigo:

Tengo sumo gusto en participarle que el General Masó lo ha designado a UD. para que vaya al frente de la Comisión que ha de saludar en su nombre al Presidente electo, Sr. Estrada Palma. La Comisión se compondrá de 5 o 6 personas y se dirigirá a Bayamo por tierra o por Cauto el día 24 del corriente. Póngase pues en camino aunque este viaje le robe alguna parte del tiempo que tanto necesita. Nadie tiene más derecho a ostentar sus estrellas ante el Presidente de la República, que el que supo ganarlas desde soldado.

Le quiere, su amigo y antiguo compañero

M.A. Tirado.

Bartolome maso marquez.jpg

El gesto de confianza del Mayor General Masó no era inesperado. Conoció a Estrada desde la gesta del 68, apreciando de forma temprana su espíritu de intransigencia con respecto a la lucha por la total independencia. Lo apoyó durante la continuidad de la lucha por la Banda de Independientes después de Baraguá y en su alzamiento en la llamada Guerra Chiquita. Durante los años de tregua, después del regreso de Masó de la expatriación impuesta por las autoridades españolas, estas relaciones se profundizaron, conspiraron e intercambiaron criterios, participaron en todos los intentos de reavivar las llamas de la lucha, y desde los meses finales de 1894 trabajaron juntos, afanosamente, en los preparativos de la Guerra Necesaria de José Martí, hasta fundirse en un abrazo, armas en manos, el 3 de Marzo de 1895 en Sabana la Larga.

Al finalizar la guerra Masó ocupaba la presidencia de la República en Armas, cargo en el cual cesa el 9 de Noviembre de 1898, no sin antes haber escrito al Presidente Mc. Kinley el 1 de septiembre: "[...] nuestros propósitos no han sido nunca entregar a Cuba a una agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa, sino obtener la independencia total para Cuba". Se inicia, oficialmente, el dominio yanqui sobre la isla.

El Gobernador general, Leonardo Wood, comienza a materializar la política de neocolonización, y después de lograr la aprobación de la Enmienda Platt se dispone a organizar la elección e instalación del primer gobierno cubano. No son ajenos a los gobernantes interventores los deseos de la mayoría de os cubanos, entre ellos un numerosos grupo de destacados patriotas del Ejército Libertador, de lograr una república realmente independiente, libre de todo tipo de tutela y subordinación.

Wood comienza a maniobrar para lograr un gobierno conservador que accediera a las numerosas solicitudes que hacia EE.UU. En carta al Secretario de Estado le comunicaba el temor de los conservadores cubanos por la retirada de las tropas yanquis, por lo cual el le pedía que no se retirasen hasta que se efectuaran las elecciones, garantizando con su presencia el triunfo conservador. De esta forma, con el apoyo de algunas figuras destacadas de nuestras luchas, quedo conformada la candidatura de Don Tomas Estrada Palma, honesto patriota cubano del 68, al cual, su prolongada estancia en tierras norteamericanas posteriormente, transformaron en ferviente admirador de su modo de vida, y partidario de mantener una elevada influencia de este país en los destinos de Cuba.

A pesar de ello, una fuerte tendencia se opone a estos planes y evoca la figura de Bartolomé Masó como candidato a la presidencia. El veterano manzanillero acepta, y lanza un histórico manifiesto el 31 de octubre del 1901 en el cual fustiga la intervención norteamericana, la Enmienda Platt y la gestión de gobierno de Wood. Este pensamiento es coherente con sus anteriores manifestaciones, cuando en Marzo de 1898 había escrito al patriota puertorriqueño Ramón E. Betances: "Creo próximo el día de la intervención norteamericana, aunque a la verdad no me parecen tan claros los propósitos de los yanquis; siempre los he creído gente que no trabaja en balde". Los campos quedan perfectamente delimitados y el naciente imperio no puede ser indiferente al reto.

El historiador Martínez Ortíz hizo la siguiente apreciación de la posición de Wood: "[…] no miraba muy bien la candidatura de Masó, aunque juraba ser imparcial [...] no veía con buenos ojos la posibilidad de ser electo un candidato pregonado por los suyos como un campeón contra la Enmienda Platt..."

Junto a Masó se alinearon el Partido Nacional y el Partido Democrático, con figuras de la talla de Juan Gualberto Gómez y casi todos los oponentes al plattismo. El General de División Francisco Estrada, en Manzanillo, se une con fervor a los partidarios de Masó. Cercanas tiene aun sus percepciones de la humillación sufrida a las puertas de Santiago en Julio de 1898 y profunda es ya su convicción sobre los propósitos yanquis hacia la isla.

En oposición es lanzada la candidatura de Estrada Palma, y de forma temprana comienzan las maniobras para garantizar su éxito. Se nombra una Comisión electoral parcializada, que, aunque fuertemente cuestionada, se mantiene en su composición por decisión de Wood, se amenaza con despidos a los funcionarios y trabajadores públicos, se apoya con cuantiosos recursos la candidatura de Estrada Palma, y se cometen otros fraudes y desmanes para garantizarla. Bartolomé Masó renuncia a sus propósitos. Ha comenzado la larga historia de la politiquería y el manenguismo en Cuba.

Francisco Estrada también había conocido a Tomás Estrada Palma durante la guerra del 68, y sobre El conservaba el criterio del honesto patriota que al ser apresado en las Arenas de Tunas por las tropas españolas, no negó ante los tribunales su condición de Presidente de la República en Armas.

El propio Estrada Palma, días después de su regreso a la isla, le escribió desde Bayamo una breve nota al dorso de un abanico (penca) que decía:

Al querido compañero de la Guerra de los diez años, al amigo General Francisco Estrada, en prueba de estimación y de cariño

T. Estrada Palma

Bayamo, 26 de Abril de 1902.

Pero, para Francisco Estrada, primaban los principios por encima de la amistad. Una vez retirada la candidatura de Bartolomé Masó, se negó inclusive a ejercer el voto.

Libre pensador y antimperialista

El 12 de junio de 1928, a las 2 de la mañana, ante el Dr. Ladislao Martínez Reyes, Notario publico, colegiado y con residencia en Manzanillo, comparecía el ciudadano Francisco_Estrada_Estrada para prestar testamento.

El testamento, registrado con el número 227, señala en su artículo PRIMERO: "Declaro que mi nombre es Francisco Estrada Estrada, que soy natural de Bayamo, provincia de Oriente, donde nací en la calle antiguamente llamada Caridad, hoy Estrada Palma, en veinte y uno de Enero de 1848; que soy hijo de Dolores Estrada; que fui bautizado en la Parroquia de San Juan Bautista en Bayamo; que soy Libre pensador; [...]"

Efectivamente Estrada fue de esta forma de pensar desde su propia juventud, una vez incorporado al Ejército Libertador, y a pesar de su insuficiente instrucción, captó los rasgos fundamentales de la sociedad en que se desarrollaba, y se rebeló contra todas las manifestaciones de opresión, y contra aquellos que la sostenían. Rechazaba la explotación esclava del trabajo, y las diferencias sociales existentes en la sociedad antes y después de la independencia, manifestándose estos elementos inclusive en su apoyo en plena República a las reivindicaciones que dieron lugar al alzamiento de Quintín Banderas, y de los llamados Independientes del Color.

Fue, desde muy temprano, enemigo de la jerarquía eclesiástica, a la que con mucha razón asociaba con los peores intereses de la dominación española, dada la toma de posición francamente antindependentista de la Iglesia Católica. Esto lo llevó inclusive a profesar el ateismo como filosofía de su vida. Contaban sus hijos que jamás le escucharon decir ni el tradicional "Si Dios quiere", al cual sustituía por la expresión "Salvo Contingencias".

Fue decididamente opuesto a las pretensiones yanquis de neocolonizar la Isla, haciendo plena manifestación de ello desde el mismo momento que sufrió la vejación a las puertas de Santiago de Cuba en julio de 1898, hasta su manifiesta oposición a las posiciones entreguistas de Tomás Estrada Palma y la perpetuación plattista del injerencismo yanqui.

Esta posición la manifestó siempre a sus más allegados. Un ejemplo de ello lo fue el Tte. Coronel del EL Enrique Molina Enríquez, joven patriota puertorriqueño que se incorporó a nuestras luchas por la independencia, recogiendo el legado de sus padres, participantes en Borinquen en el alzamiento conocido como Grito de Lares. Molina arribo a costas cubanas el 28 de octubre de 1896 junto a otros 37 patriotas por "Las Caletas", cerca de Maisí, combate durante varios meses en las tropas del Mayor General José Maceo, obteniendo ascensos por su combatividad. Después de la muerte de Maceo, pasa a prestar servicios con el Jefe del Departamento, Mayor General Calixto García, hasta que en Enero de 1897 es enviado a las órdenes de Francisco Estrada, quien, desde su cargo de Jefe de la Brigada de Las Tunas, lo nombra su jefe de despacho. Participa en numerosos combates, destacándose en el de Sabana de Becerra, donde rescata el cuerpo herido de su jefe, y al frente de las tropas concluye la exitosa acción.

Cuando Estrada es designado Jefe de la Brigada Occidental de Holguín, Molina marcha a su lado como Jefe de Estado Mayor y se mantiene a su lado hasta Julio del 1898. Concluida la contienda, Molina convive con el General Estrada en Manzanillo durante varios meses, comparten criterios y consolidan una relación de padre a hijo. Sus ideas son las mismas.

Evidentemente, Molina, muy cercano en el combate y en la vida, reconoce la forma de pensar y actuar de este con relación a la intervención yanqui en Cuba, y a su vez da muestras de su pensamiento y posición con relación a Puerto Rico.

Sin embargo, a nuestro modo de ver, la mas definida muestra del pensamiento político de Francisco Estrada, es la actitud asumida por la casi totalidad de sus hijos, de diferentes uniones conyugales, con relación a las luchas sociales en la República surgida a partir de 1902, lastrada como sabemos por el injerencismo y la corrupción. Actitud en la que, evidentemente, esta la influencia del padre patriota.

En la década de los años treinta, militan en las filas de las organizaciones comunistas Dolores Estrada Medel; Hermenegildo, Rosa y Pedro Estrada Montero; Ulises, Víctor, Dulce Maria y Mercedes Estrada Oro. El resto, aunque no militantes, también integrados al pensamiento social mas avanzado de la época.

Precisamente en las tierras donde el General había asentado su hacienda, Cabezadas de Curao, en el Central Azucarero Mabay, bajo las orientaciones del Partido Comunista, Dolores, Ulises, Víctor, Dulce María y Mercedes, dada su militancia, preparación política e instrucción se convierten en dirigentes del famoso movimiento que dio lugar al surgimiento del Primer Soviet de obreros y campesinos en Cuba, el Soviet de Mabay de 1934.

República, familia y muerte

Al establecerse la República, en 1902, Estrada pasa a ocupar el cargo de Administrador de la Aduana de Manzanillo, en el cual permanece hasta 1906. Durante este ultimo año da su apoyo al movimiento encabezado por los liberales contra la reelección de Don Tomas Estrada Palma, sumándose al movimiento de generales y veteranos encabezado por Masó, que desde Manzanillo abogaba por una solución adecuada al conflicto planteado aunque sin estar incorporado a ningún partido político (República y Dependencia, Julio Le Riverand ). Al mismo tiempo, desde 1900 ha adquirido en propiedad una finca de 11,7 caballerías en tierras cercanas al Central Mabay, termino municipal de Bayamo, la cual llama "Cabezadas de Curao", dedicada fundamentalmente al cultivo de caña y la cría de ganado vacuno. En ella laboran sus hijos mayores y establece en sus primeros años una carpintería rústica.

En 1913 es elegido Presidente del Centro de Veteranos de Manzanillo, alternando su presencia entre esta ciudad y "Curao", manteniendo una viva participación en la vida social del territorio, donde sus criterios son altamente valorados por las autoridades y población, dada la influencia que aún ejercen los numerosos antiguos combatientes de las guerras de independencia, que Estrada preside.

Participa en numerosas actividades de carácter oficial, relacionadas con las fechas patrióticas más significativas, gozando de elevado reconocimiento y respeto, pero negado a participar en la política oficial, dada su conocida posición, antinorteamericana y polémica, con relación a la situación del país. Mantuvo relaciones personales y comunicación con numerosas personalidades patrióticas, como Juan Gualberto Gómez, a quien recibió en su casa de Manzanillo, y que fuera inclusive padrino de su hija Zoila Estrada Oro. Con este intercambiaba criterios sobre la situación política del país.

Fue padre de 24 hijos, concebidos en 4 uniones conyugales, a todos los cuales dió su calor, apoyo y educación, logrando, después de terminadas las contiendas bélicas, unirlos alrededor de su persona y sembrar en ellos un profundo amor fraternal sin distinción de origen materno. En Manzanillo y Curao desarrollaron vidas afines y cercanas, incluso en la misma casa varios de ellos.

De los primeros, Juan Estrada Montero y Francisco de Paula Estrada Montero, formaron filas en el Ejército Libertador en la contienda de 1895, alcanzando los primeros grados de oficial.

Su estricta disciplina y recia personalidad fueron proyectadas en la educación de sus hijos y familiares allegados, que durante los años de seudorepública fueron consecuentes con la educación y ejemplo recibidos.

En 1913, fue elegido Presidente de la República el Mayor General Mario García Menocal Deop, quien había sido un destacado combatiente en la guerra de 1895. Francisco Estrada sirvió a sus órdenes cuando Menocal ocupó el cargo de Jefe de EM del Departamento Oriental, a las órdenes del Mayor General Calixto García de 1896 hasta finales de 1897. A su toma de posesión invitó a los más destacados próceres sobrevivientes de la guerra, entre ellos, al general Francisco Estrada.

El 20 de mayo de 1927 se conmemora en el país el 25 aniversario de la proclamación de la República. El presidente Machado reúne en las actividades centrales a los generales sobrevivientes de las guerras de independencia. En la foto que quedó para la posteridad, podíase ver, en la segunda fila, de pie, segundo de izquierda a derecha, el General de División Francisco Estrada.

Desde los primeros días del mes de noviembre de 1928, la prensa y autoridades comenzaron a reflejar preocupación por la salud del General Francisco Estrada, quien desde semanas anteriores presentaba frecuentes cuadros de disnea y trastornos de carácter cardiovascular. Diarios de la época recogen manifestaciones de la Asociación Nacional de Veteranos, en la boca de su Presidente, Mayor General Pedro Betancourt, quien el 12 de ese mes se entrevista con el Presidente de la República para imponerlo del hecho. Como ya hemos planteado, Estrada, previsoramente, desde el mes de junio, había testado sobre sus propiedades y manifestados sus deseos de última voluntad.

A pesar de los esfuerzos de la ciencia de época, el 13 de noviembre, en horas de la tarde, fallecía Francisco_Estrada_Estrada.

"Murió «Pancho» Estrada", titulaba el Diario de la Marina.

"Ha perdido la patria a otro de sus dignos servidores", recogía el santiaguero Diario de Cuba en titular de ocho columnas.

Las noticias desde Manzanillo, recogían el dolor de la población, que, declaraba en duelo la ciudad. Se cerraron las puertas de los comercios y espectáculos para acompañar hasta su última morada el cadáver del patriota. La crónica de la prensa planteaba que "murió conservando todo su prestigio e integridad. Desde la muerte de Masó no se recordaba un sepelio similar". Formaciones militares, compañías de exploradores, bandas, autoridades y pueblo en general dieron el último adiós a Don Pancho” en su querido Manzanillo.

Fuentes

  • Enciclopedia Manzanillo 2007
  • Investigación del Joven Club de Computación Manzanillo 3


Véase también