Francisco Salvá y Campillo

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Francisco Salvá y Campillo
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Fotografía de Francisco Salvá y Campillo
Fecha de nacimiento12 de julio de 1751
Lugar de nacimientoBarcelona, Bandera de España
Fecha de fallecimiento1898
Lugar de fallecimientoBarcelona, Bandera de España
ResidenciaEspaña
NacionalidadBandera de España Española
CampoMedicina y Física
InstitucionesAcademia de Ciencias y Artes de Barcelona
Alma máterUniversidad de Huesca(1771) , Universidad de Toulouse
Conocido porconstruir un telégrafo eléctrico en 1804 y participar en el despegue de globos aerostáticos, los primeros en Barcelona.

Francisco Salvá y Campillo Médico, físico e ingeniero español. Realizó estudios sobre la electricidad aplicada a la telegrafía y construyó un Telégrafo Eléctrico que permitía la transmisión de mensajes a larga distancia a través de un total de 35 cables. Representante en España de la renovación científica impulsada por la Ilustración, se destacó por sus acciones en favor de la inoculación y contribuyó a la difusión de la vacuna Jenner contra la viruela.

Síntesis biográfica

Científico español, nacido en Barcelona en 1751, y fallecido en la misma ciudad en 1828 . Era hijo de Jerónimo Salvá Pontich, médico del Hospital de la Santa Cruz(Barcelona), y recibió su formación primaria y secundaria, desde 1757 a 1766, en el Colegio Episcopal de dicha ciudad. Estudió a continuación tres años de medicina en la Universidad de Valencia , y después se presentó a las pruebas de grado en la de Huesca , donde obtuvo en 1771 el título de bachiller en medicina.

Consiguió luego el de doctor en la Universidad de Toulouse y lo revalidó también en Huesca. De regreso en Barcelona, perfeccionó su preparación clínica trabajando junto a su padre en el Hospital de la Santa Cruz y se convirtió muy pronto en uno de los médicos más prestigiosos de la ciudad. En 1773 ingresó en la Real Academia Médico-Práctica y en 1786, en la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes, instituciones que sirvieron de marco a su actividad científica a lo largo de medio siglo.

En la medicina

En cuanto a la medicina, cabe presentarlo como defensor de la inoculación y la vacunación contra la viruela. Le dedicó varios trabajos, entre los que destaca una memoria que premió en 1790 la Societé Royale de Médecine de París, y que su autor publicó ocho años después, en las Memorias de la Real Academia barcelonesa, con el título de Sobre las utilidades y daños de los purgantes y la ventilación de las viruelas.

Tras el descubrimiento de la vacunación antivariólica por Edward Jenner, figuró entre los primeros médicos españoles que aceptaron el nuevo procedimiento. Contribuyó decisivamente a su difusión en Cataluña y fue también uno de los corresponsales que en torno al tema tuvo Ignacio María Ruiz de Luzuriaga, al que remitió "pus vacuno". Por el contrario, mantuvo una actitud escéptica frente al preparado antifebril de José Masdevall, que había conseguido gran celebridad al ser aplicado en diferentes epidemias. El volumen en el que analizó sus ventajas y limitaciones (1790) figura entre sus mejores trabajos médicos publicados durante los años finales de siglo. Junto a él sobresalen una memoria sobre el escorbuto y la fiebre tifoidea (1794), que redactó con motivo de uno de los concursos convocados por la Société Royale de Médecine, y un estudio acerca de las epidemias que había observado en el departamento de mujeres del Real Hospicio de Barcelona (1798).

A partir de 1765, la Academia Médico-Práctica había solicitado en varias ocasiones la creación en Barcelona de una cátedra de clínica. Gracias a la gestión de Salvá, se consiguió, por fin, en 1797, la fundación de un Real Estudio de Medicina Práctica bajo la dirección de la Academia. Fueron nombrados catedráticos el propio Salvá y Vicente Mitjavila, y el primero se encargó de pronunciar la lección inaugural en 1801. Su obra médica madura la recogió fundamentalmente en los volúmenes que consagró a exponer su labor en dicho Real Estudio (1802-1818).

En la Física

Más que como médico, es famoso como físico.En la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona desempeñó el cargo de revisor de la "dirección" de electricidad, entre 1786 y 1803, y de director entre 1804 y 1824.Leyó, en esta institución, diversas memorias sobre electricidad, entre las que destacan las dedicadas a exponer sus investigaciones sobre la telegrafía eléctrica. La primera memoria sobre este tema, titulada Sobre la electricidad aplicada a la telegrafía, es de 1795. En ella propuso, al parecer de manera independiente a otros autores, la utilización de las descargas de una botella de Leiden y un esquema de varios conductores. Describió además sus experiencias con un pequeño telégrafo que había construido, compuesto de diecisiete pares de hilo de alambre recubiertos de papel común. A cada uno de los pares de alambre le correspondía una letra del alfabeto. Comentó también la posibilidad de transmitir las señales por el mar, revistiendo los cables para impermeabilizarlos o bien empleando el agua como conductor.

En una memoria posterior, leída en 1800, se ocupó de cuestiones relativas al galvanismo, describiendo las experiencias de Luigi Galvani, así como las ideas de este autor acerca de la electricidad animal; en esta memoria, expuso su desacuerdo tanto con Galvani, como con la interpretación del galvanismo dada por Alessandro Volta, acogiéndose a la teoría defendida por Alexander von Humboldt de la existencia de un fluido galvánico distinto del eléctrico. En una adición a esta memoria, leída el mismo año, desarrolló la aplicación del galvanismo a la telegrafía, a partir de los experimentos que había realizado sobre el particular. La propuesta de Salvá se basaba en usar las contracciones de los músculos de las ranas como señales.

Al tener conocimiento de la invención de la pila eléctrica por Volta, estudió la utilización de ésta como generador de energía eléctrica para la transmisión de señales, y dio a conocer sus ideas sobre el particular, en la misma Academia de Ciencias y Artes, en 1804. En esta ocasión rehuyó discutir acerca de la naturaleza del galvanismo,

"como para mi intento nada sirve saber la causa de las sacudidas que da dicha columna [la pila de Volta]..."

Como indicador del telégrafo, Salvá sugirió usar, además de las contracciones de los músculos de la rana , el desprendimiento de hidrógeno en el electrodo negativo de la pila:

"Esta diversidad de señales [de los electrodos] nos ahorraría la mitad de los conductores en el telégrafo galvánico"

Debe destacarse que Salvá y Campillo fue el primer científico que planteó la aplicación de la pila de Volta a la telegrafía.

Otras invenciones

Además de estos trabajos relacionados con la electricidad y sus aplicaciones a la telegrafía, Salvá realizó otras invenciones, como una agramadora diseñada en colaboración con su amigo Francisco Sanponts y Roca y un "barco-pez" para la navegación submarina, que no pasó de una sugestiva idea, aunque al parecer realizó algunos experimentos para hacer respirable el aire en el interior, sin dar con la solución. Se interesó también por la aerostática( participando en el despegue de globos aerostáticos, los primeros en Barcelona 1784) y la meteorología, ámbitos en los que realizó observaciones sistemáticas durante cuarenta años e impulsó la construcción de instrumentos adecuados (barómetro e higrómetro). Esta curiosidad en ámbitos tan diversos hace considerarle, en el campo científico, el ilustrado por excelencia de Cataluña. Este espíritu al parecer le acompañaba siempre: hizo la donación de su propia biblioteca a las academias y hasta cedió su corazón, una vez muerto, para clases de medicina.

Fuente