Frente Cívico de Mujeres Martianas

Frente Cívico de Mujeres Martianas
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Organización cubana surgida a raíz del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952.
Fecha:3 de julio de 1918
Lugar:Patio de los Laureles de la Universidad de La Habana, Escuela de Física, y Salón de los Mártires.
Descripción:
Grupo de mujeres que se organizó para constituir un frente de lucha ante la asonada golpista que llevó al poder a Fulgencio Batista.
Resultado:
Sus figuras más destacadas mantuvieron como parlamento político el ideario martiano, y se hicieron presentes en gran parte de las acciones revolucionarias contra la dictadura batistiana
País(es) involucrado(s)
Cuba
Líderes:
Carmen Castro, Olga Román, Pastorita Núñez, Marta Freyde, María Catalina Cortina, Rosa Roque, Alicia de Armas, Eva Jiménez, Mercedes Rodríguez, María Teresa León, María Iglesias, Rosa Mier, Naty Revuelta y Aida Pelayo.


Frente Cívico de Mujeres Martianas. (1952-1959). Organización cubana surgida a raíz del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Se distinguió por su activa participación en la lucha del pueblo contra el régimen de Fulgencio Batista Zaldívar.

A partir de una idea de Dora del Carmen Castro Porta (Neneína) y con el estímulo de Pedro González, luchador en la Guerra Civil Española, un grupo de mujeres se organizó para constituir un frente de lucha ante la asonada golpista que llevó al poder a Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. La iniciativa de Carmen Castro fue desarrollada por Olga Román, Pastorita Núñez, Marta Freyde, María Catalina Cortina, Rosa Roque, Alicia de Armas, Eva Jiménez, Mercedes Rodríguez, María Teresa León, María Iglesias, Rosa Mier, Naty Revuelta y Aida Pelayo.

Creación de la organización Frente Cívico de Mujeres del Centenario Martiano

En homenaje a José Martí Pérez, en vísperas de la conmemoración del centenario de su natalicio, se acordó dar el nombre de Frente Cívico de Mujeres del Centenario Martiano (FCMCM) a la nueva organización, que tenía el fin de unir a todas las mujeres, sin que importara su pensamiento político, fuera ortodoxo, auténtico, demócrata, liberal o socialista; además de las sin partidos: amas de casas, trabajadoras y estudiantes. Entre las religiosas que lo integraron había católicas, protestantes y de las llamadas santeras.

Lugar donde formaron sus primeros pronunciamientos

Las integrantes del grupo escogieron el Patio de los Laureles de la Universidad de La Habana, en recordación de las grandes luchas que lo habían tenido por escenario, para hacer sus primeros pronunciamientos. Después se encontraron en la Escuela de Física, y terminaron en el Salón de los Mártires de ese centro docente. Allí efectuaron la asamblea fundacional, en noviembre de 1952, y el 10 de enero de 1953, al cumplirse veinticuatro años del asesinato de Julio Antonio Mella en México, dieron a conocer su constitución.

Aida Pelayo dijo en la apertura de la asamblea:

“Nos reunimos aquí para dejar constancia de nuestra decisión conjunta de luchar por el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista y contribuir con nuestra ayuda y esfuerzo a instalar en el poder al pueblo con un gobierno de acuerdo a sus aspiraciones y voluntad soberana”

Estructura

El Frente se estructuró en comisiones de trabajo: Coordinadora General, Propaganda y Organización, Finanzas, Acción, Ayuda y Solidaridad, Relaciones Exteriores y Juventud. Los principios que lo rigieron fueron la dirección colectiva, la eliminación del individualismo y la preeminencia de la masa, la exaltación del nombre de la organización y el de la mujer martiana, la exclusión del personalismo, el desarrollo de la autoiniciativa, el concepto de la disciplina y la responsabilidad; así como la función unificadora, la recaudación de fondos económicos por medio de cuotas individuales de miembros y simpatizantes -por conceptos de bonos-, y la aceptación por parte de las integrantes de la línea revolucionaria que trazaría la organización.

Primeros acuerdos

El desarrollo y crecimiento de las Mujeres Martianas se alcanzaría a través de la acción revolucionaria, excluida toda tendencia burocrática y teorizante. Los primeros acuerdos se tomaron en asambleas realizadas desde inicios del año 1952 y en 1953 en salas de la Universidad de La Habana. Después, las reuniones se llevaron a cabo en el domicilio de Nieves López, en la calle San Lázaro No. 411, y en la vivienda marcada con el número 260 de la calle Industria, donde residía Aida Pelayo. Cada afiliada expresaba sus criterios y propuestas antes de que se decidieran los acuerdos, por unanimidad o por mayoría. En las asambleas intervenía el más alto número de mujeres que pudieran ser convocadas en un momento dado, que alcanzó la cifra de sesenta.

El frente estuvo organizado en varias regiones del país, principalmente en Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Camagüey, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín. Recibían correspondencia de otros lugares -incluidos centrales azucareros-, en solicitud de orientaciones para crear filiales. Las «martianas», como se les conoció, extendieron su labor por toda la Isla; siendo partidarias de la lucha armada, se vincularon estrechamente al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, al Directorio Revolucionario y a la Federación Estudiantil Universitaria.

Actividades fundamentales del FCMCM

La estrategia global que acordó el FCMCM para su desarrollo y táctica fue dual, legal evolutiva y clandestina revolucionaria; dirigida en ambas formas a un mismo fin: el derrocamiento de la dictadura por la insurrección armada y la instauración del poder del pueblo a través de un gobierno popular revolucionario. Dadas sus prioridades, su programa no hizo ninguna reclamación específica para la mujer. Entre las actividades fundamentales del FCMCM se destacaron la propaganda orientada a despertar la conciencia del pueblo, el amor patrio y el accionar ante el golpe de estado, y utilizó para sus fines la prensa radial y escrita, manifiestos, volantes, actos públicos, folletos y otros medios, así como el enfrentamiento a toda posición inoperante y entreguista de las corrientes conciliatorias de la oposición política; asistencia legal, moral y material a los presos políticos; servicio social a familiares de los combatientes; recursos legales; denuncias económicas, políticas y contra todo tipo de violación de los derechos humanos, y apoyo a otros sectores en lucha.

Cooperó en toda clase de acciones violentas: sabotajes, traslado de armas, actos en lugares públicos, atentados a esbirros, fuga de presos, refugio para perseguidos, asistencia médica para heridos en acciones combativas, identificación de combatientes asesinados, servicios funerales gratuitos para luchadores caídos cuyos familiares carecieran de ingresos económicos suficientes, y otras actividades.

El FCMCM tuvo sólidas relaciones con los dirigentes intermedios y la masa militante de las organizaciones del movimiento clandestino en las ciudades. El 28 de enero de 1953 se produjo la primera detención de las integrantes del Frente Cívico de Mujeres Martianas; en condición de abogado, las defendió Fidel Castro Ruz.

Frente Cívico de Mujeres Martianas

Una vez terminado el año del centenario del natalicio de José Martí, el frente cambió su nombre por el de Frente_Cívico_de_Mujeres_Martianas, manteniendo vigentes sus principios y razón de ser. Sus figuras más prominentes mantuvieron como parlamento político el ideario martiano, y se hicieron presentes en gran parte de las acciones revolucionarias contra la Dictadura batistiana. Por ello Fidel Castro, en misiva de septiembre de 1955, les propuso convertir la organización en rama femenina del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.

En la huelga de presos políticos llevada a cabo el 16 de julio de 1957 en el Castillo del Príncipe, el Frente Cívico de Mujeres Martianas mantuvo, desde los primeros momentos, preocupación y atención constantes a los reclusos. También organizaron una manifestación en la populosa calle Galiano, de la capital, en apoyo a quienes protestaban por el régimen de terror implantado en el presidio de Isla de Pinos.

Detención de las integrantes de la organización

No pocas de las «martianas» fueron detenidas y conocieron la vida en los presidios, por sus acciones de denuncia pública a la dictadura, su participación en las manifestaciones estudiantiles que reprimía salvajemente la policía batistiana, la protección de combatientes clandestinos, el trasiego de armas y otras acciones.

Disolución

El 28 de enero de 1959, todas las entidades cívicas de Santiago de Cuba, las escuelas y las organizaciones revolucionarias celebraron un desfile hasta el cementerio Santa Ifigenia. Allí, ante la tumba de José Martí, Aida Pelayo dijo las últimas palabras del Frente Cívico de Mujeres Martianas.

Desde entonces, sus integrantes se dedicaron por entero a trabajar dentro de las organizaciones de masas creadas por la Revolución Cubana, para contribuir a consolidarlas.

Véase también

Fuentes

  • http://www.encaribe.org/
  • RODRIGUEZ OLMO, JOSEFINA, (FIFI). Salvar los principios. –En Tribuna de La Habana. –La Habana, 25 MAR. 2012.