Frigáneas
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Frigáneas. Las frigáneas son insectos del orden de los Tricópteros, de la familia Hydroptilidae, Leptoceridae y Phryganidae.
Descripción
Este es un grupo de insectos parecidos a las mariposas nocturnas y muy relacionadas con los lepidópteros. La diferencia radica en que los insectos del orden Trichoptera, al cual pertenecen las frigáneas, tienen vellosidades en las alas, en lugar de escamas. Las alas de las frigáneas siempre corren paralelas al abdomen y no pueden ser levantadas verticalmente como lo hacen las mariposas; las mandíbulas están modificadas formando un tubo por el cual la frigánea succiona su alimento; las antenas son largas y delgadas, y en el caso de la familia Leptoceriade pueden llegar a medir tres veces más que el cuerpo.
Las frigáneas tienen coloraciones pardas y poco llamativas, sólo una especie es de color azul iridiscente. Por lo general todas las especies son pequeñas, sobre todo las de la familia Hydroptilidae, que además se caracterizan por ser muy ágiles en sus movimientos sobre el suelo o las piedras adyacentes a ríos o a lagos, que forman su habitad natural.
Hábitat
Las frigáneas están distribuidas en todo el mundo, se conocen más de tres mil especies agrupadas en dieciocho familias. En la gran mayoría de las especies, las larvas son acuáticas por lo que el adulto vive cerca del agua, aunque algunos pueden elevarse varios kilómetros. Casi en cualquier depósito de agua se pueden encontrar frigáneas, incluyendo estanques dentro de cavernas y pantanos, pero en donde más abundan son en los lagos tropicales.
Con la excepción de unas pocas especies terrestres, los huevecillos son depositados dentro del agua en la superficie. El estado larvario de las frigáneas se conoce mejor que el estado adulto. Las larvas presentan en el primer segmento abdominal cinco verrugas que pueden elevarse y bajarse y que segregan humedad cuando se saca del agua dicha larva.
Otras características
Después de escogido el lugar, corta partículas de madera o de las hojas que ha elegido para materiales de la construcción y las fija casi verticalmente en los lados del pedazo que escoge para cimiento, continuando de esta madera hasta que ha formado un círculo y con él el principio del capullo, que poco a poco llega a tener la longitud de la larva. Al principio se observan unos claros que se llenan y desaparecen más tarde. Sólo cuando el exterior está completamente cerrado tapiza el interior con su fino tejido sedoso. Este tejido que sirve para tapizar exterior e interiormente las paredes es segregado por las glándulas, que tienen un orificio en el labio inferior en medio de las maxilas exteriores; las fuertes maxilas córneas de la cabeza separan el material para la construcción.
Antes de transformarse en crisálida la larva fija el capullo en una piedra o en una planta acuática, cerrando después las dos extremidades con una especie de enrejado hecho con hebras de su seda, a fin de que el agua necesaria para la respiración pueda penetrar sin que ningún insecto rapaz llegue a la indefensa ninfa.
La crisálida es de color blanco amarillento, tiene una faja lateral negra en los cuatro segmentos, en el dorso las fibras estigmáticas y en la extremidad dos espigas carnosas. La cabeza es pequeña, en ella se nota principalmente los ojos grandes y negros; en la parte anterior se ve una especie de pico y sobre éste un moñito de pelos. Mudan varias veces de piel durante el desarrollo.
Poco después de despertar, en la primavera, las larvas son adultas, y se fijan entonces en una planta acuática, cerrando las dos aberturas del capullo. A las pocas semanas nace el insecto alado. Las hembras fecundadas ponen los huevos en forma de aglomeraciones gelatinosas, en las plantas acuáticas y otros objetos que se hallen a poca distancia del agua.
Fuente
- Enciclopedia “El mundo animal” t.6, Madrid. 1992
