Gladiador

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Concepto:Luchador que batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma

Gladiador. Eran habitualmente esclavos, prisioneros de guerra o bien condenados por algún delito grave. Practicando la lucha se les daba la oportunidad de conseguir su libertad, la fama y, en muchos casos, una considerable posición económica. Tampoco faltaron personas que ingresaron en los Ludi (escuelas de entrenamiento y formación de gladiadores) con el único afán de divertirse y conseguir fama. Dentro de las leyes romanas había una que castigaba al reo a la condena llamada Ad gladium, es decir a luchar a muerte con la espada en la arena del circo. Todos los gladiadores eran entrenados en los Ludi, cuyos propietarios eran los Lanistae.

Historia

Todo comenzó en el siglo VII antes de Cristo, en los neblinosos inicios del Estado romano. Roma estaba bajo el dominio de los etruscos, un poderoso pueblo originario de la región que hoy se conoce como Toscana. Se cree que ellos fueron los primeros en organizar combates entre gladiadores. La evidencia proviene de pinturas halladas en Etruria, una región a pocos kilómetros al norte de Roma. Estas pinturas ilustraban espectáculos sangrientos, así que algunos sugieren que se trataban de ritos funerarios etruscos, adoptados posteriormente por los romanos. En el año 509 a. C., los romanos se liberaron del dominio etrusco y formaron su propia República. Pronto emprendieron la conquista de los territorios vecinos. En las guerras que libraron contra los samnitas y los griegos del sur de Italia, los romanos entraron en contacto con estilos de combate distintos. Las Guerras Samnitas marcaron los combates entre gladiadores, pues fue en Samnia donde surgieron. Incluso el historiador Livio menciona un hecho que tuvo lugar en el 308 a. C., en una batalla entre romanos y samnitas. Dice que tras ésta, a algunos de los soldados capturados se les obligó a combatir entre sí. Los romanos siempre prestos a adaptar las técnicas y costumbres extranjeras, adoptaron la práctica de hacer combatir a los prisioneros durante la celebración de un funeral. A estos actos los llamaban munera. La palabra "munus", cuyo plural es munera, significa deber u obligación. Dado que los primeros combates entre gladiadores estaban asociados con ritos funerarios, muchos creen que se realizaban como una ofrenda al difunto.

Conforme se hacían con el control de la península italiana, los soldados romanos incorporaron las armas y las tácticas de sus rivales para ponerlas en práctica en la munera. Se originaron así un gran número de estilos de combate, cada uno de ellos con sus armas e indumentarias particulares. El tracio con su espada curvada; el samnita armado de un enorme escudo y yelmo con visera; y el murmillo, cuyo yelmo se distinguía por tener una cresta en forma de pescado. El termino gladiador se deriva de la palabra "gladius", nombre de una espada corta utilizada por los romanos. Esta espada, usada para apuñalar más que para cortar, era el arma empleada por las legiones romanas. Al comienzo eran los ejércitos romanos en sus campamentos en las fronteras los que obligaban a los prisioneros a luchar en la munera. Estos combates servían para reforzar los valores tradicionales romanos de "victoria a toda costa" y "muerte antes que deshonor", rendirse era algo intolerable y para los romanos el prisionero que se hacía gladiador era objeto de escarnio. La munera llegaría finalmente a Roma pero por una razón muy distinta. Las familias nobles deseaban impresionar a los votantes organizando espectáculos llenos de pompa y derroche. En el año 264 a. C., se realizaron los primeros torneos de gladiadores en Roma como parte de los funerales en honor de Junius Brutus Pera, descendiente de uno de los fundadores de la República romana. En lugar de las acostumbradas carreras de cuadrigas o la cacería de bestias salvajes, se organizó una lucha entre tres parejas de gladiadores en el mercado de ganado de la ciudad. El espectáculo fue muy modesto y probablemente se organizó para averiguar si existía un "mercado" para este tipo de eventos. Fue esta la primera vez que los ciudadanos romanos vieron correr la sangre de los gladiadores; su sed de sangre duraría más de 700 años.

Origen

El Origen de los Gladiadores se remonta al siglo VI antes de nuestra era cuando los milicianos etruscos (oriundos de la zona norte de la actual Italia) luchaban entre sí para honrar a los difuntos de las clases influyentes de la sociedad. El término gladiador viene del latín gladius (espada), de ahí gladiator o portador de la espada. Con la llegada de las primeras repúblicas romanas, los gladiadores ya sólo eran hombres libres que luchaban a sueldo o esclavos y ladrones, que estaban obligados a luchar. En Hispania también se realizaban este tipo de ritos hacia el 206 a.C con un Cornelius Scipion (Africanus), gladiador que obtuvo una gran popularidad al enfrentarse con otros soldados. Con el tiempo, Roma decidió que tal ritual tradicional de origen etrúsco debía incluirse en la vida social del pueblo, convirtiéndose en un espectáculo admirado por todo el mundo. Tenía lugar en los juegos públicos (Muneras) y comenzaron a organizarse como herramienta política propagandística. El cargo político que los organizaba llegaba incluso a la ruina y todo ello para conseguir fama y prestigio entre los romanos, incluso se lanzaba a los espectadores comida, como pan, durante los espectáculos, para con ello poder ser elegido en los comicios próximos.

Los gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, ya que se alimentaban básicamente de cebada y otras legumbres. De esta forma conseguían engordar y tener una gran masa muscular, escudo natural que les protegía contra heridas profundas producidas durante los combates. Solían tener numerosas fracturas y heridas en los combates pero según los restos óseos que se han estudiado, presentaban buenas recuperaciones, ya que al conseguirse mucho dinero con su comercio, los mejores médicos les trataban sus lesiones. También recibían masajes y baños, como parte de su cuidado. Al principio un grupo reducido de hombres de la milicia etrusca servían para honrar a un difunto de clase influyente de la sociedad (generales, ediles, magistrados, cargo público importante, etc). Luchaban entre ellos y sobrevivía el más fuerte, por entonces hacia el 530 a.C era una tradición honorífica solo reservado para ceremonias fúnebres. Con el paso de los tiempos y con la llegada de las primeras repúblicas de Roma, hacia el 246 a.C ya se celebraban combates entre varios gladiadores y en este caso la tradición seguía vigente ante los ritos fúnebres de Juno Bruto. Por entonces o eran hombres libres que luchaban a sueldo o eran esclavos o ladrones los que debían participar.

En Hispania se realizaban este tipo de ritos hacia el 206 a.C con un protagonista muy importante “Cornelius Scipion -Africanus-“ que honraba así la memoria de su padre y su tío ya difunto, y así en el transcurso de la historia los empuñados o gladiadores empezaron a levantar popularidad al enfrentarse con otros soldados. Con el tiempo, Roma decidió que tal evento o ritual tradicional de origen etrúsco debía seguir siendo algo importante en la vida social de su pueblo y que mejor que convertir en dicha tradición en un espectáculo admirado por todo el mundo y por el paso del tiempo. Al principio eran soldados y con el pasar de las épocas eran substituidos por esclavos y posteriormente por soldados sin fortuna. Prisioneros de guerra, condenados a muerte o condenados por graves delitos se sumaron al elenco. La creación de anfiteatros logró mejorar el escenario. Cada vez los espectadores querían más y como más importantes fueran los gladiadores mejor. En principio fueron espectáculos gratuitos y los que pagaban por tener gloriosos días de luchas de gladiadores, como los magistrados o los senadores, pagaban mucho para conseguir ver a los mejores del Imperio.

Primeros torneos

Los primeros torneos de gladiadores en el año 264 a. C., tuvieron lugar en una época en la que la joven República enfrentaba su mayor desafío militar: las Guerras Púnicas. Estos conflictos entre Roma y Cartago, su rival del norte de África, se extendieron durante más de un siglo; y durante uno de ellos tuvo lugar la invasión de Italia por parte de Aníbal y sus elefantes. A causa de las derrotas de las legiones en las fronteras, los líderes romanos intentaban levantar la moral de sus ciudadanos organizando torneos de gladiadores cada vez más frecuentes y espectaculares. Pero estos espectáculos también servían como vehículo de propaganda para el expansionista Estado romano. Usaban prisioneros de guerra para demostrarles a los habitantes lo que sucedía en los territorios fuera de la frontera. La única forma de saber cómo era un bárbaro germano era verlo luchar contra otro prisionero en Roma. Con el objetivo de suplir la creciente demanda de gladiadores aptos para el combate en la ciudad, se crearon escuelas de gladiadores en las afueras de Roma. Estas escuelas eran mitad prisión y mitad centro de entrenamiento.

Cada gladiador se entrenaba de acuerdo al tipo de arma que usaba. Los entrenadores, llamados lanistas, adquirían su material en los mercados de esclavos o en las cortes criminales. A estos esclavos se los sometía a un riguroso, constante y brutal entrenamiento físico en el arte de matar. Pero igual de importante era la preparación mental. Se mentalizaban para combatir de una forma determinada y obedecer el código de ética de un gladiador, según el cual se debía luchar con dignidad y, de ser necesario, aceptar la muerte con dignidad. Como muestra de sumisión a su nuevo amo, el gladiador rendía un juramento: el Sacramentum Gladiatorium, en él, el combatiente juraba soportar el ser quemado, encadenado, golpeado o atravesado por una espada. Pero estar en una escuela de gladiadores no implicaba necesariamente una sentencia de muerte. Al entrenarlos, el Estado romano les ofrecía una posibilidad: los romanos pensaban que podían mentalizar a la escoria de la sociedad para que creyera que podía luchar por su redención social, y así formar parte, a medias, de la sociedad y obtener finalmente la libertad. Sin embargo, uno de esos gladiadores eligió otro rumbo para obtener la libertad y se convirtió en una de las mayores amenazas internas en la historia de Roma. Año 73 a. C., un esclavo griego de la provincia romana de Tracia fue llevado a la escuela de gladiadores de Capua, su nombre era... Espartaco. Pese a ser un esclavo, éste se mostraba rebelde y reacio a cualquier intento por disciplinarlo.

Espartaco y setenta de sus compañeros decidieron fugarse de la escuela de Capua y se refugiaron en los alrededores del monte Vesubio. Pronto se unieron a ellos otros esclavos prófugos y descontentos, y, de súbito, Espartaco se encontró al frente de un vasto ejército rebelde. Al principio, el Senado romano no le dio importancia a la rebelión y calificó a Espartaco de simple bandolero. Pero cuando infligió sendas derrotas a los dos ejércitos enviados para capturarlo, el Senado entró en pánico. Mientras, Espartaco y su ejército de esclavos se habrían paso hacia el norte rumbo a la frontera con Galia. Su plan era atravesar los Alpes y llegar a un territorio no gobernado por los romanos, para después, quizá, dispersar a su ejército. Sin embargo, sus seguidores le hicieron cambiar de plan, tal vez motivados por la venganza o la codicia. Su deseo era atacar y saquear la rica campiña italiana, por lo que retornaron de los Alpes. Esta sería una desafortunada decisión. El Senado eligió para enfrentar a Espartaco a Marco Licinio Craso, un taimado político y despiadado hombre de negocios, quien era también uno de los hombres más ricos de Roma.

A pesar de su poca experiencia militar, Craso ofreció cubrir parte de los costos para organizar un ejército. También era un hombre ambicioso que deseaba hacerse una figura prominente en la política. La forma ideal de hacerlo era como comandante militar. En el año 71 a. C., Craso parte de Roma al mando de ocho legiones. Aunque Espartaco tenía el doble de soldados, las tropas del comandante romano se encuentran altamente motivadas. Los dos ejercitos por fin se vieron las caras a campo abierto en Lucania, al sur de Roma. Si bien combatían con ferocidad, las desordenadas tropas de gladiadores y esclavos no pudieron hacer frente a las disciplinadas legiones de Craso. "Eran tantos los muertos – relata el historiador griego Apiano – que fue imposible contarlos". Las fuentes antiguas también registran la muerte de Espartaco durante la batalla. Para asegurarse de que no volviese a ocurrir una revuelta semejante, Craso le lanzó una brutal advertencia a los esclavos de Roma; apresó a seis mil sobrevivientes de la revuelta liderada por Espartaco y los crucificó en la Vía Apia entre Roma y Capua, donde se encontraba la escuela de gladiadores de Espartaco. Roma, la ciudad eterna, a entrado al nuevo milenio en medio de paz y prosperidad. Pero dos mil años atrás, los torneos de gladiadores evolucionarían hasta convertirse en un extravagante espectáculo de muerte.

Las Reglas del Combate

Hasta tal punto llegaron a ser importantes los combates de gladiadores que se tuvieron que promulgar una leyes que regularan celebración, las llamadas Leges gladiatorae, estatutos por los que se debía regir dicho espectáculo. Los gladiadores que obtenían gran éxito recibían una gran aclamación; eran ensalzados por los poetas, su retrato aparecía en joyas y jarrones, las damas patricias les mimaban. También debe saberse que algunos emperadores realmente aparecían en el la arena , como Caligula y Commodus.

Los combates de gladiadores tenían un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el evento era anunciado por toda la ciudad donde se fueran a celebrar los juegos. La noche antes del combate se les daba una espléndida cena junto con las autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la última noche de sus vidas. Cuentan las crónicas que en estas orgías los gladiadores eran muy deseados, al ser hombres muy grandes y musculosos, además de tratarse de héroes locales, similares en la actualidad a los jugadores de fútbol. La autoridad indicaba con la posición de su dedo índice el destino del gladiador vencido en el combate. Si este índice se dirigía hacia el cielo, el derrotado conservaba su vida. Esta opción no era muy común ya que el público estaba deseoso del derramamiento de sangre por lo que “”la autoridad”, que solía ser el patrocinador del evento, debía seguir sus deseos para que así, obtuviese el reconocimiento del público Si el dedo índice señalaba la yugular, se procedía a la ejecución del gladiador vencido introduciéndole la “espada costa” por el cuello en dirección al corazón. Muchos gladiadores dejaban testamentos y disposiciones, para que en caso de muerte, sus familiares o conocidos pudieran beneficiarse de sus pertenencias.

Tipos de Tipos de Gladiadores

Había gladiadores provenientes de todas las provincias romanas de Europa, Norte de Africa y Asia Menor. De entre ellos destacaron los Africanus como los Hispanos eran famosos por su resistencia y coraje, así como los Asiaticus por ser ligeros y rápidos. Se habituaron a los gimnasios y a las saunas de aguas termales y calientes, incluso las había solo específicas para los gladiadores, con masajistas incluidos. El amor al culto del cuerpo se hizo patente. Todo tipo de instrumentos para mejorar la musculatura y para ponerlos en forma. Este espectáculo llegaba a ser muy costoso y cada vez más era preferible los ex militares que a los esclavos, pero a veces ante tantas campañas militares, estos primeros era difícil encontrarlos. Dicen que el emperador Tiberio llegara a pagar grandes cuantías de dinero para conseguir a muchos gladiadores para sus espectáculos cuando estaba en Roma.

Los Andabatae- que se les conocían por su casco sin aberturas para los ojos.

Los Essedarii o Equites- Estos gladiadores eran muy buenos de conocer por que siempre iban a caballo o en carroza (aurigas). Solían luchar entre ellos. Muchos caían del caballo y acabavan por luchar a pie.

Los Hoplomacus- Conocidos como los “otros Samnis” portaban tiras de cuero en muchas partes del cuerpo (tobillos, muñecas, rodillas), no llevaban túnica como otros, sino una especia de “slip” para proteger de la visión sus partes más íntimas. Escudo grande y alto, casco con visera y cimeras, coraza y protección en la pierna izquierda.

Los Mirmillos o Mirmos o Mirmillones y galos- Provenientes la mayoría de la Galia (actual Francia)se caracterizaban por llegar en su casco un dibujo de un pez (en latín- Myrmo). Su indumentaria era muy sencillo, casi sin protección en las piernas o brazos. Solo un largo escudo rectangular. Sus armas eran de procedencia gala. A ellos se solían unir aquellos soldados enemigos capturados por los romanos en sus provincias.

Los Reciarius- No llevaban protección ni en la cara ni en la cabeza y tan solo portaban una túnica con un cinturón ancho de cuero, un tridente, un puñal y un red. Finalizamos diciendo que iban descalzos.

Los Retiraii- portaban red, un largo tridente y un puñal. No llevaban mucha ropa y eran conocidos por no llevar casi nada encima. Solían luchar contra los Secutors.

Los Samnita o Samnis: Conocidos por los grandes escudos ornamentados que llevaban en el pecho, los Samnis llevaban un escudo, casco con crestas y aletas, pierna izquierda protegida así como el brazo derecho. Espada corta y recta.

Los Secutors- Espada, escudo,casco con visera y una espada. Tenían fama de ser muy valientes y de ganar en muchos encuentros gracias a su agilidad de movimientos.

Los Tracius o Thraex o Thraces: Espada de tracios que eran alargadas, cinturón ancho de cuero, un tridente, sin casco en la cabeza, con un solo protección en un brazo. Piernas protegidas y escudo cuadrado- y a veces portaron el escudo redondo-acompañado por un puñal. Espada corta.

Los gladiadores que hicieron historia

Cornelius Átticus. Este gladiador era un atléta que vivió y posiblemente murió en la ciudad romana de Pollentia (act.Alcúdia-Mallorca) en el siglo I d.C. Muy conocido por participar en pruebas de atletismo, dicen que también se prestaría en los juegos de gladiadores. En el Museo Arqueológico Local se encuentra un casco y un antebrazo de gladiador muy bien conservado.

Cornelius Scipion “Africanus”: El primer gladiador conocido de la historia. En el 206 a.C participó en los primeros juegos de gladiadores en honor a su difunto padre.

Espartacus: Famoso por haber acaudillado una rebelión de esclavos contra el poderío de Roma. Dicen que era un príncipe tracio y que vivió hacia el 90 y 71 a.C. Este soldado de las tropas auxiliares romanas de Tracia llegó a desertar y huyó buscando su libertad. Fue hallado y hecho prisionero. Gracias a su preparación física fue enviado con los gladiadores de Capúa. En la escuela de gladiadores de Capúa, Espartaco empezó a revolucionar a todos por sus ideologías en contra de los Gracos y por la pérdida de los poderes del pueblo más llano. Sus continuas revueltas le llevaron con el tiempo a Roma. Volvió al ejército y llegó a organizar un ejército de 40.000 hombres junto a los cónsules enviados por Roma, Léntulo y Publícola. Luchó con valentía por la libertad y la justicia. Espartaco fue preparado en Capua- lugar donde llegó tras ser hecho prisionero y en que entró en su escuela de gladiadores- y fue el motivador de la famosa rebelión de los esclavos contra Roma. Capua se hizo famosa por albergar los juegos más sangrientos realizados por su escuela de gladiadores. Espartaco murió en el combate contra las tropas de Marco Licinio Craso y 6.000 de sus soldados fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia.

Diocles, “El Hispano”: Llegó a vencer en 1462 carreras y en ganar una gran fortuna en épocas de Trajano y Adriano durante el I siglo d.C.

León “El Africano”: Este gladiador provenía del norte de Africa.

Marco Valerio “Hispánico”: Ex general romano. Su historia se dió a conocer gracias a la película que protagonizó Russell Crowe en “Gladiator” con el nombre de Maximus Decimus Meridius “El Hispano”- nacido en Mérida (Extremadura). El auténtico vivió a finales del siglo II d.C (Año 180) y fue muy conocido en su época, sobre todo cuando el espectáculo de los gladiadores iba a menos y otra causa fue que el Imperio Romano era ya prácticamente cristiano.

Fuentes