Gobierno del Capitán General José Cienfuegos Jovellanos en Cuba

Gobierno del Capitán General José Cienfuegos Jovellanos en Cuba
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Capitán General de Capitanía General de Cuba
Gobierno
Capitán General:José Cienfuegos Jovellanos
País:Bandera del Imperio Español Capitanía General de Cuba
Período:Julio de 1816 - 29 de agosto de 1819
Cronología
-
Predecesor:
Juan Ruiz de Apodaca
◄ • ► Sucesor:
Juan Manuel Cajigal

Gobierno del Capitán General José Cienfuegos Jovellanos en Cuba. Es un periodo histórico comprendido en la etapa colonial de la Historia de Cuba cuando la actual República cubana era denominada Capitanía General de Cuba y estaba sujeta a las leyes y costumbres del Imperio Español. El gobierno de José Cienfuegos Jovellanos está comprendido entre julio de 1816, cuando llegó como reemplazo del General de Marina Juan Ruiz de Apodaca (1812-1815), y finalizó el 29 de agosto de 1819, fecha en que es reemplazado en su cargo por el General Juan Manuel Cajigal.

Entre los principales logros del gobierno de Cienfuegos se encuentra el combate y destrucción de varios e importantes piratas que operaban cerca de Cuba.

Gobierno

El Capitán General José Cienfuegos Jovellanos llegó a La Habana en julio de 1816 a bordo de la fragata Castilla. Lo acompañaron en su viaje el nuevo intendente de la isla de Cuba, Alejandro Ramírez, quién venía con excelentes méritos para desempeñar correctamente esa labor tras mantenerse en ese mismo cargo en el cercano Puerto Rico, donde realizó una magnifica labor durante su estancia allí.

Uno de las primeras cosas que realizó el nuevo gobernante ibérico en Cuba fue organizar partidas de nobles, marinos y pobladores para combatir a los piratas que azotaban las aguas caribeñas cercanas a las tierras bajo su mando. Fue así como Cienfuegos, contando con el apoyo incondicional de Ramírez, logró recaudar fondos monetarios y tripulaciones de valientes hombres para armar correctamente 20 buques de guerra que zarparon del puerto habanero para perseguir a los corsarios.

Este gesto motivo a los pobladores de Santiago de Cuba, Matanzas, Trinidad y Baracoa, los que lo imitaron y de sus puertos no tardó en salir navíos con marineros valientes que sostuvieron muchos y victoriosos encuentros en todas aquellas costas.

Entre Nuevitas y Guanajay fueron apresados siete buques con gran número de insurgentes y muchos efectos de importancia; la goleta Félix Cubana persiguió y encerró en Santo Domingo al corsario francés que conducía a su bordo al rebelde Mina; la goleta Isabel fondeaba por Pascua en el puerto de Santiago de Cuba con dos buques de gran porte apresados; la fragata Sagunto hundió cerca de Matanzas a otras dos fragatas después de reñido combate, y, por último, el bergantín Almirante batía y rendía al terrible corsario Galvestón haciendo prisionera su tripulación. A pesar de los informes de Cienfuegos y de la energía y tesón de Araujo y Salazar, se firmó en 23 de septiembre el tratado con Inglaterra, aboliendo la introducción de negros en Cuba que preparó la decadencia de aquella riquísima colonia.

Cienfuegos dispuso la formación de un nuevo censo y dio a conocer el aumento extraordinario de la población de Cuba que alcanzaba la cifra de 553.028 habitantes. El aumento de población y las dificultades para el vivir diario y el encontrar trabajo en la Isla, habían contribuido a fomentar la vagancia, aumentando la falta de seguridad en los campos y poblados, donde pululaban malhechores y bandidos. Para acabar con este mal, el Capital General Cienfuegos ordenó la organización de una policía que debía vigilar las calles de todos los poblados, disponiendo que no pudiera eximirse de este servicio ni siquiera el propio Capitán General de la Isla. Para la persecución de malhechores se organizaron en cada partido rondas volantes, y para la del territorio general de la Isla dos secciones mandadas por los capitanes José Gavilán y Andrés Visero. Para el sostenimiento de de estas fuerzas se estableció un impuesto entre todos los propietarios de 20 pesos por cada ingenio, 10 por cafetal y cinco por los hatos y dehesas.

En este gobierno también se dictó la Cédula con fecha 17 de octubre de 1817, mediante la cual el intendente Romero ordenaba el fomento de la población blanca para compensar los efectos de la disminución de la población negra y mestiza. También se otorgaron privilegios a los que procurasen el desarrollo de la agricultura, declarando exentas de tributo las tierras incultas que se destinasen al laboreo.

Con todas estas medidas Cienfuegos y Ramírez fomentaron la creación de nuevas poblaciones, y de este modo surgieron Cienfuegos, Mariel, Guantánamo y Nuevitas. Todas estas acertadas medidas contribuyeron también al notable aumento que el tráfico y producción de la Isla alcanzaron en el período de los años 1815 al 1819.

La exportación de azúcar ascendió a más de 3 millones de arrobas, y 140.000 los bocoyes de melaza; de café 4.000 arrobas, y la salida del aguardiente de caña ascendió a 15.300 pipas, comenzando por entonces también la exportación de la cera en gran cantidad, exportaciones que dieron por resultado una recaudación para el Erario de 17.265.000 pesos.

También se le debe a Cienfuegos, secundado por el obispo Espada y el intendente, la difusión y aumento de la enseñanza, con la creación de la Academia de dibujo, la escuela de química, las primeras cátedras de [[Economía-Política] y un museo anatómico. En tiempo de Cienfuegos comenzó a lucir la primera luz que desde el Morro debía alumbrar la bahía y el Puerto de La Habana.

El 29 de agosto de 1819 José Cienfuegos Jovellanos es sustituido en su cargo por el General Juan Manuel Cajigal. Este hecho fue motivado por algunas dolencias producidas por su estado de salud y algunas críticas formuladas por la dirigencia política del Reino respecto a su forma de gobernar en Cuba.

Fuentes