Diferencia entre revisiones de «Gonzalo Castañón Escaro»

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A medida que la colonia cubana crecía en el Cayo y la cooperación con el [[Ejército Libertador]] se hacía más frecuente y comprometida, era mayor el encono de los españoles y aumentaban sus ganas de aniquilar a sus adversarios allí asentados.
 
A medida que la colonia cubana crecía en el Cayo y la cooperación con el [[Ejército Libertador]] se hacía más frecuente y comprometida, era mayor el encono de los españoles y aumentaban sus ganas de aniquilar a sus adversarios allí asentados.
  
En 1870, prácticamente en los comienzos de la [[Guerra Grande]], Juan María (Nito) Reyes, fundó en Cayo Hueso el periódico El Republicano e instaló su oficina en una casa de la calle Duval, la principal del islote, frente al Hotel Russell House. Nito era uno de los miembros más activos de la comunidad cubana, abierto a todo empeño de cultura y reputado [[lector de tabaquería]], ocupación de prestigio y bien pagada.
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En 1870, prácticamente en los comienzos de la [[Guerra Grande]], Juan María (Nito) Reyes, fundó en Cayo Hueso el periódico El Republicano. Nito era uno de los miembros más activos de la comunidad cubana, abierto a todo empeño de cultura y reputado [[lector de tabaquería]], ocupación de prestigio y bien pagada.
  
No ocultaba Castañón su virulencia contra los patriotas criollos y dedicó no pocas páginas de su periódico a flagelar a los emigrados establecidos en el Cayo e incluso a sus mujeres, a las que tildó de prostitutas con el propósito de exacerbar los ánimos de los periodistas cubanos exiliados y llevarlos a un terreno que había ido abonando a su favor y contando con la solidaridad y el apoyo de los españoles más retrógrados y reaccionarios.
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Castañón hacía pública su virulencia contra los patriotas criollos establecidos en el cayo y dedicó muchas páginas de su periódico a flagelarlos con el propósito de exacerbar los ánimos de los periodistas cubanos exiliados allí y llevarlos a la confrontación, terreno que había ido abonando a su favor contando con la solidaridad y el apoyo de los españoles más retrógrados y reaccionarios. La polémica llegó al climax cuando tildó de [[prostituta]]s a las mujeres de los emigrados.
  
No demoraron su respuesta los cubanos. Nito Reyes, en El Republicano, dio una respuesta enérgica y viril al periodista español. Tan pronto el artículo llegó a poder de Castañón, hizo publicar, el [[21 de enero]] de [[1870]], una carta en la que demandaba explicaciones al director de El Republicano, y lo retaba a duelo(los cuales estaban prohibidos). Sus seguidores se relamían de contento, confiados en el éxito de la maniobra. Castañón se paseó por [[La Habana]], hizo testamento y pidió a su amigo León Lenzamuzga que escribiera su [[biografía]] si lo mataban y  se hizo un [[retrato]] heroico en el Estudio Fotográfico Cohner.  
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Nito Reyes, en El Republicano, dio una respuesta enérgica y viril al periodista español, quien tan pronto tuvo la respuesta en sus manos, hizo publicar, el [[21 de enero]] de [[1870]], una carta en la que demandaba explicaciones al director de El Republicano, y lo retaba a duelo, los cuales estaban prohibidos. Sus seguidores conocedores del verdadero propósito de Castañón, confiaban en el éxito de la maniobra cuyo verdadero propósito era deshonrar a los patriotas cubanos. Castañón se paseó por [[La Habana]], hizo testamento y pidió a su amigo León Lenzamuzga que escribiera su [[biografía]] si lo mataban(lo caul hizo a medias) y  se hizo un [[retrato]] heroico en el Estudio Fotográfico Cohner.  
  
 
José María Reyes, alegó que no podía volver a Cuba, dada su condición de [[exilio|exilado]] político, e invitó a Castañón a que fuera él a tierra norteamericana. Castañón aceptó y el 28 de enero partió hacia el cayo con un par de amigos, un médico y dos criados.  
 
José María Reyes, alegó que no podía volver a Cuba, dada su condición de [[exilio|exilado]] político, e invitó a Castañón a que fuera él a tierra norteamericana. Castañón aceptó y el 28 de enero partió hacia el cayo con un par de amigos, un médico y dos criados.  
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Sus partidarios confiaban en el triunfo de la expedición; esperaban que el plan, cuidadosamente pensado, se desarrollara sin tropiezos. Castañón, luego de abofetear en público a Reyes, eludiría los ataques y cualquier reto a duelo. Se escurriría y aparecería en La Habana como un héroe.
 
Sus partidarios confiaban en el triunfo de la expedición; esperaban que el plan, cuidadosamente pensado, se desarrollara sin tropiezos. Castañón, luego de abofetear en público a Reyes, eludiría los ataques y cualquier reto a duelo. Se escurriría y aparecería en La Habana como un héroe.
  
El 29, Castañón y sus acompañantes se hospedaron en Russell House y comenzaron la provocación. Bien sabía el español que el duelo estaba prohibido en el Cayo y esperaba que sus acciones pudieran llevar a los  exiliados a un proceso judicial.
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El 29, Castañón y sus acompañantes se hospedaron en el Hotel Russell House, a cuyo frente vivía y tenía sus oficinas de El Republicano, Nito Reyes y comenzaron la provocación. Bien sabía el español que el duelo estaba prohibido en el cayo y esperaba que sus acciones pudieran llevar a los  exiliados a un proceso judicial.
  
 
==Castañón en Cayo Hueso==
 
==Castañón en Cayo Hueso==

Revisión del 08:55 23 mar 2019

Gonzalo Castañón
Información sobre la plantilla
Gonzalocastañónescarano.jpg
Periodista y abogado español que residió en Cuba.
NombreGonzalo Castañón Escaro
Nacimiento1834
villa de La Cortina,
concejo de Lena,
Asturias Bandera de España
Fallecimiento31 de enero de 1870 (35 años) 
Cayo Hueso,
estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Causa de la muertetiroteo
ResidenciaLa Habana
Nacionalidadespañola
Ciudadaníaespañola

Gonzalo Castañón Escaro (Asturias, 1834 - Cayo Hueso, Estados Unidos, 31 de enero de 1870). Periodista y abogado, funcionario del gobierno español primero en Puerto Príncipe (actual Camagüey) como secretario del gobierno, y luego en La Habana como Jefe de sección del Banco Español de Cuba y consejero de Instrucción Pública. Furibundo defensor de la causa española, murio en Cayo Hueso en un enfrentamiento con los exiliados cubanos allí residentes. La supuesta profanación de su tumba condujo al fusilamiento de los ocho estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de la Habana en 1871.

Síntesis biográfica

Gonzalo Castañón nació en el seno de una familia medianamente acomodada.

Estudió leyes en la Universidad de Oviedo, graduándose como abogado en 1859, desde su etapa de estudiante comenzó a escribir en varios periódicos y revistas, y se destacó por sus ideas tradicionalistas. Siendo estudiante fundó en la Universidad la revista «La Tradición», en la que predominaban los trabajos de carácter literario, histórico y folclórico.

Concluidos los estudios de leyes, el periodismo puede en él más que el derecho penal, por lo que marcha a Madrid en 1860, y se convierte en redactor de «El Día» y director de «Crónica de Ambos Mundos».

Regresa a Asturias en 1863, y continúa dedicándose al periodismo y a la política. Fue diputado provincial por el distrito de Lena en 1864 y profesor interino de la Universidad de Oviedo durante un breve periodo de tiempo. En 1866 obtiene un cargo en el Gobierno de Cuba, con residencia en La Habana, por lo que se traslada a la isla caribeña. Desarrolló su carrera de funcionario como secretario del gobierno en Puerto Príncipe (actual Camagüey), y luego en La Habana como Jefe de sección del Banco Español de Cuba y consejero de Instrucción Pública, sin dejar por ello de colaborar con diversas publicaciones españolas.

Actividad en Cuba

Gonzalo Castañón prontamente asume como suyos los problemas de España para gobernar a los cubanos, y siendo apasionado como era tomó partido, metiéndose en polémicas políticas y defendiendo posiciones radicalmente españolistas, que le acarrearon la enemistad de los separatistas e insurrectos.

En 1869 fundó el periódico La Voz de Cuba, desde cuyas páginas combatía a los independentistas cubanos que en octubre del año anterior habían dado inicio con el Grito de Yara, a la lucha por la definitiva independencia de Cuba del coloniaje español.

Los cubanos refugiados en Cayo Hueso no escatimaban esfuerzos en apoyo a la Revolución y, hasta donde les era posible, seguían día a día el desarrollo de la guerra iniciada por Carlos Manuel de Céspedes. Las autoridades coloniales veían con ojeriza lo que sucedía en el islote y vigilaban de cerca las actividades de los emigrados.

A medida que la colonia cubana crecía en el Cayo y la cooperación con el Ejército Libertador se hacía más frecuente y comprometida, era mayor el encono de los españoles y aumentaban sus ganas de aniquilar a sus adversarios allí asentados.

En 1870, prácticamente en los comienzos de la Guerra Grande, Juan María (Nito) Reyes, fundó en Cayo Hueso el periódico El Republicano. Nito era uno de los miembros más activos de la comunidad cubana, abierto a todo empeño de cultura y reputado lector de tabaquería, ocupación de prestigio y bien pagada.

Castañón hacía pública su virulencia contra los patriotas criollos establecidos en el cayo y dedicó muchas páginas de su periódico a flagelarlos con el propósito de exacerbar los ánimos de los periodistas cubanos exiliados allí y llevarlos a la confrontación, terreno que había ido abonando a su favor contando con la solidaridad y el apoyo de los españoles más retrógrados y reaccionarios. La polémica llegó al climax cuando tildó de prostitutas a las mujeres de los emigrados.

Nito Reyes, en El Republicano, dio una respuesta enérgica y viril al periodista español, quien tan pronto tuvo la respuesta en sus manos, hizo publicar, el 21 de enero de 1870, una carta en la que demandaba explicaciones al director de El Republicano, y lo retaba a duelo, los cuales estaban prohibidos. Sus seguidores conocedores del verdadero propósito de Castañón, confiaban en el éxito de la maniobra cuyo verdadero propósito era deshonrar a los patriotas cubanos. Castañón se paseó por La Habana, hizo testamento y pidió a su amigo León Lenzamuzga que escribiera su biografía si lo mataban(lo caul hizo a medias) y se hizo un retrato heroico en el Estudio Fotográfico Cohner.

José María Reyes, alegó que no podía volver a Cuba, dada su condición de exilado político, e invitó a Castañón a que fuera él a tierra norteamericana. Castañón aceptó y el 28 de enero partió hacia el cayo con un par de amigos, un médico y dos criados.

Sus partidarios confiaban en el triunfo de la expedición; esperaban que el plan, cuidadosamente pensado, se desarrollara sin tropiezos. Castañón, luego de abofetear en público a Reyes, eludiría los ataques y cualquier reto a duelo. Se escurriría y aparecería en La Habana como un héroe.

El 29, Castañón y sus acompañantes se hospedaron en el Hotel Russell House, a cuyo frente vivía y tenía sus oficinas de El Republicano, Nito Reyes y comenzaron la provocación. Bien sabía el español que el duelo estaba prohibido en el cayo y esperaba que sus acciones pudieran llevar a los exiliados a un proceso judicial.

Castañón en Cayo Hueso

Escribe Gerardo Castellanos García en sus escritos Motivos de Cayo Hueso: «La emigración cubana era de relieve y agresividad. Funcionaban diversas sociedades y clubes revolucionarios. Las tabaquerías ocupaban a millares de obreros. Existía fraternal identificación entre los nativos y las autoridades. Eran escasos los españoles avecindados. La presencia de Castañón, conocidos su historia y sus flagelos periodísticos contra los cubanos y sus mujeres, produjo revuelo en todos los centros.

Las autoridades se dieron cuenta de las consecuencias que aquella atrevida visita podía provocar en el pacífico islote. Pocas veces Cayo Hueso había estado tan alarmado. Los hombres de acción sabían que se imponía algo rápido y muy efectivo: O castigar sin compasión al provocador o resignarse al escarnio. En realidad, no hubo concierto. Las pasiones actuaban aisladamente. Algunos grupos rodeaban y se paseaban frente a Russell House y por la acera de El Republicano para proteger a su director.

«Castañón supo quién era Reyes. A través de sus amigos, propuso una entrevista al cubano. El encuentro tuvo lugar en el restaurante El Louvre, en la calle Front. Reyes acudió cándidamente, sin recelo y desarmado. Se desconoce por qué procedió de esa manera, porque de las cartas cruzadas y de las amenazas de Castañón se desprendía que no habría acuerdo alguno entre el español petulante y agresivo y el modesto patriota. Apenas iniciada la entrevista, Castañón sacó del bolsillo un número de El Republicano y le preguntó si había escrito el artículo que le señalaba. Reyes contestó afirmativamente. Entonces su interlocutor, colérico, le estrujó el papel en la cara y lo abofeteó. Reyes, ante la agresión inesperada, salió a la calle. Gritó: «Cubanos, han ofendido a Cuba».

Se formó un tumulto. Los cubanos corrieron a Russell House. La policía tuvo que intervenir. Denuestos contra Castañón. Se pedía venganza. Cerraron las fábricas de puros. Se abrió un proceso judicial contra el español. El juez le impuso 200 dólares de fianza y fijó el juicio para el primero de mayo siguiente. Sus objetivos estaban casi logrados: había abofeteado a Nito Reyes con el escándalo consiguiente. Por lo demás, el señalamiento del juicio para una fecha tan lejana, le daba la oportunidad de esfumarse de la escena de los hechos.

No sospechó siquiera que a partir de ahí el problema entraría en una crisis verdadera. De inmediato recibió Castañón varios retos a duelo, entre estos el de José Botello, oficial del Ejército Libertador. Castañón dio largas al asunto y discutió uno por uno los lances a los que lo habían retado, incluido el de Mateo Orozco, un virtuoso patriota que se ganaba la vida como vendedor de pan.

Jugaba Castañón dos cartas a la vez. Discutía los posibles lances y no le importaba seguirlos discutiendo porque tenía lista ya la retirada. Aceptó por fin un duelo irregular.

A esas alturas Castañón acariciaba una posibilidad que los cubanos desconocían o pasaban por alto. Precisamente al día siguiente tocaría Cayo Hueso, en su ruta Nueva Orleans-La Habana, un vapor al que los cubanos llamaban La Vaca, por la frecuencia con que transportaba ganado. Los españoles, a esa hora, tenían sus equipajes preparados y estaban listos para embarcar sigilosamente en dicho buque. Castañón había dicho, de manera que llegase a los oídos del público, que no estaba dispuesto a batirse con personas de baja calaña.

Muerte

Enterado Mateo Orozco del ofensivo comentario y con la sospecha de que Castañón desaparecería en cualquier momento, acudió al Russell House a pedirle explicaciones.

A las 11 de la mañana del 31 de enero de 1870 Orozco increpó al español y Castañón lo empuja, entonces el cubano como respuesta, le propina unas bofetadas y Castañón corre hacia el interior del hotel a fin de ocultarse tras la escalera central y disparar desde allí sobre su adversario. Orozco también dispara desde la puerta y acierta dos veces; una de estas en la ingle de su rival lo que pudo haberle provocado un hemorragia femoral ya que a los pocos minutos falleció. Se dice que Castañón gritó antes de morir: «¡Viva España con honra!».

Mateo Orozco por su parte pudo escapar y un tribunal de Cayo Hueso estimó que había actuado en legítima defensa y lo absolvió de toda culpa.

El cadáver de Castañón fue traído a La Habana e inhumado con honores militares en el antiguo Cementerio de Espada. Los voluntarios de La Habana, en lugar de un héroe, recibieron un cuerpo embutido en un ataúd de hielo. El entierro fue un acontecimiento. Los voluntarios siguieron al féretro hasta el cementerio. En la puerta de la necrópolis, el poeta Francisco de Campodrón recitó una composición en homenaje al difunto.

En 1887, el hijo de Gonzalo Castañón se llevó los restos mortales del asturiano para su aldea natal.

Fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina

A finales del siguiente año, los voluntarios: cubanos de baja catadura humana al servicio del gobierno español, acusaron injustamente a los estudiantes del primer curso de Medicina de la Universidad de La Habana de haber profanado la tumba de Gonzalo Castañón Escaro, lo cual condujo a un oscuro hecho con el que el gobierno de España en la isla quiso dar un escarmiento ejemplar ante el desarrollo de la lucha insurreccional y ejecutó el abominable crimen que con un inconcebible proceso judicial llevó al fusilamiento a ocho jóvenes inocentes el 27 de noviembre de 1871.

Fuentes