Gran Caverna de Santo Tomás

{{Territorio|nombre=Gran Caverna de San Tomas|simbolo=|imagen=Santo_tomas_1.jpg|mapa=|definicion=|ubicacion_geografica=El Moncada|provincia=Pinar del Rio|municipio=[[Viñales]|poblacion=|gentilicio=|fecha_de_fundacion=}} La exploración y estudio de la Gran Caverna de Santo Tomás constituye una parte importante de la historia de la Sociedad Espeleológica de Cuba. El año 1954, catorce años después de su fundación, marcó el inicio de las investigaciones subterráneas a la Sierra del Quemado.

Nadie podía prever que sus espeluncas serían admiradas después como las más importantes de Cuba, no sólo por su magnitud de 46,2 kilómetros, sino por los tesoros científicos que encierran, por sus fósiles pleistocénicos y las bellezas indescriptibles que las adornan, nombrada como Gran Caverna de Santo Tomás, porque a lo largo de nuestras exploraciones se comprobó que la intrincada red de galerías subterráneas había sido originada por antiguos ríos, en la actualidad representados por el Arroyo de Santo Tomás y sus afluentes, tributarios al Río La Caoba, que a su vez confluye al Rio Cuyaguateje.

Las cuevas abiertas en la Sierra de Quemado, eran sólo conocidas hasta entonces por los campesinos de la región en algunas de sus bocas y galerías iniciales. Desde el siglo pasado, los habitantes del Valle de Quemado visitaban la Cueva del Salón, así denominada porque en sus primeros compartimientos celebraban ocasionalmente sus romerías y bailes. De otras de aquellas espeluncas los campesinos extraían guano de murciélago para fertilizar sus campos tabacaleros y utilizar aguas de sus pocetas cuando sobrevenían sequías extraordinarias y el Arroyo de Santo Tomás prácticamente agotaba su caudal.

Igualmente ciertas cuevas de la serranía mogótica de Quemado fueron conocidas por los indios precolombinos, que dejaron en ellas manifestaciones de su arte rupestre. También las utilizaron como viviendas los negros cimarrones, fugados de las antiguas haciendas vueltabajeras.

Esta Gran Caverna de Santo Tomás, la princesa de las espeluncas cubanas, por su importancia concentra en sí una historia que va desde los indios primitivos, hasta la Revolución Socialista. Recordemos que ha mediados de 1959, en la amplia entrada de la Cueva de Mesa, y por orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se contituye una de las primeras cooperativas de la Revolución, la del Moncada. Días después, Fidel funda allí la primera milicia campesina de Cuba, Los Malagones.

En 1984, por orientaciones del General de Ejército Raúl Castro Ruz se constituye en aquella caverna la Escuela Nacional de Espeleología, la cual contribuyó notablemente a la formación de casi 3 000 espeleólogos de todo el país.