Guerra del 95 en Velasco

Revisión del 15:50 29 sep 2010 de Gibara1 jc (discusión | contribuciones) (Página creada con '{{Desarrollo}} El 24 de febrero de 1895 en Mala Noche, José Miró Argenter y un grupo de patriotas se alzaron en armas, constituyendo el alzamiento principal de la jurisdicci…')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)


El 24 de febrero de 1895 en Mala Noche, José Miró Argenter y un grupo de patriotas se alzaron en armas, constituyendo el alzamiento principal de la jurisdicción de Holguín. En ese día y en los siguientes, el alzamiento fue secundado por los revolucionarios de otros lugares de la jurisdicción. Figuras conocidas como Remigio Marrero, Ricardo Sartorio, el Veterano, José Balán Montero, con su hijo Manuel Bruno Balán Ramírez, Cornelio Rojas, El Capitán Domingo Consuegra, Ramón Mariño Pupo con sus hijos Juan y Ramón, Antonio Barea, Felipe Osorio, Diego Ronda y otros muchos que relaciona el alcalde de Velasco, se unieron de inmediato al movimiento. Desde los primeros momentos de la guerra los viejos combatientes pusieron su experiencia al servicio de la organización, los hombres que se unían a las fuerzas insurrectas se dedicaron a obtener armas, caballos y avituallamiento necesarios para la campaña, además de hacer sentir su presencia en la zona ejecutando algunas pequeñas acciones bélicas. La dirección de la guerra en Holguín estaba bajo el mando de los veteranos Luís de Feria, Remigio Almaguer, Cornelio Roja y José Miro Argenter, quienes mantuvieron en acción a los españoles hasta la llegada de Maceo, Martí y Gómez. Después de un largo recorrido por las distintas zonas del territorio, el General Miró Argenter, decide acampar en el lugar conocido por el Paso de la Bomba, perteneciente este a la finca de La Aguada, muy próximo a Velasco. Se ubican los exploradores con el fin de evitar sorpresas, después de varias horas acampados, se tiene conocimiento de tropas enemigas que al parecer proceden de Uñas. “El General Miró ordena al veterano Teniente Coronel José Balán Montero que salga con un grupo de combatiente al encuentro, produciéndose el combate en Sabana de Meijí. Las fuerzas enemigas estaban integradas en su mayor número por voluntaros, seguidamente José Balán Montero da la orden de avanzar sobre el enemigo, pero al cruzar la cerca, éste resultó herido junto a su ayudante Peñita, ante el inmenso peligro que se cierne sobre estos, su hijo Manuel Balán Ramírez ( Lico) que solo contaba con 16 años, se lanzó acompañado de un grupo de jóvenes combatientes bajo las balas, lográndolos rescatar en el campo de batalla, e inmediatamente da la orden de retirada retornando a La Bomba, donde es recibido por el General Miró Argenter, esta acción de Lico significó su primer ascenso a sub. Teniente, este combate se produce en marzo de 1895. Después de organizar las tropas el Titán de Bronce deciden iniciar una campaña en Oriente, la cual tenía como objetivos fundamentales extender la guerra por toda la provincia, endurecer y adiestrar a sus aguerridos soldados. El 2 de mayo de 1895 asaltaría el pueblo de Santa Lucía, con el fin, con el fin de arrebatar armas y municiones que el Comandante General de Holguín Suárez Valdés estaba distribuyendo entre voluntarios y cubanos traidores, si bien no encontró este material de guerra, los cubanos se abastecieron de víveres, ropa y algunas armas. El 20 de mayo de este mismo mes prepara el ataque a la zona de Gibara para asestar un golpe al corazón mismo de la reacción hispana, combatiéndole el 2 de junio en el caserío de Guabajaney, a solo 18 kilómetro a sudeste de este enclave colonial, así mismo toma los pueblecito de Yabazón y Fray Benito, tres días más tarde aniquila un destacamento español en Aguas Claras y destruye un tramo considerable de vías férreas entre Auras y Gibara, para interrumpir las comunicaciones del enemigo. Adiestradas las tropas y más fortalecidas se decide llevar la campaña invasora hasta occidente, se incorporan en Mala Noche un grupo de patriotas holguineros entre los que se encuentran el ya Comandante Ricardo Sartorio Leal, no así su hermano que decidió abandonar la lucha, José Balán Montero, su hijo Lico Balán, los que sólo llegaron hasta Camaguey ya que el padre de Lico se encontraba enfermo, y el propio Maceo le autoriza acompañar a este de regreso a Oriente donde se incorporan a las tropas del General Calixto García una vez nuevamente en territorio cubano . El Comandante Ricardo Sartorio marcha en el contingente invasor bajo las órdenes del General Ángel Guerra Porro, figurando como segundo de Cefí, en la batalla de Mal Tiempo salva la vida del Titán de Bronce al dejar fuera de combate a un enemigo que iba a herirlo. Muerto Cefí en esta acción, Ricardo ocupa el puesto de este, frente a los aguerridos jinetes de Guantánamo, quien llaga hasta el mismo Pinar de Río. Por orden de Maceo regresa a la Habana a combatir, donde esta presente en el terrible suceso del 7 de diciembre del 1896 en San Pedro de Punta Brava. El 6 de marzo de 1896 hubo un encuentro en la finca La Mula cerca de Velasco entre guerrillas españolas y mambises. A fines de abril se produjo otro encuentro en Velasco, en el que los españoles reconocieron haber tenido 3 muertos y 15 heridos. Calixto García Iñiguez, quien había arribado a las costas cubanas el 24 de marzo de 1896 decidió después de operar el la zona de Jiguaní, incursionar sobre Holguín, donde habían disminuido las acciones combativas y sobre todo, en la zona agrícola que ocupaban los municipios de Holguín y Gibara, como planteara Aníbal Escalante Beatón: “…la extensa región agrícola de referencia se hallaba… excesivamente poblada y con una riqueza en productos de la tierra, que invitaban a una agresión por parte nuestra, necesitados como estábamos de hacernos sentir al enemigo que en aquellos lugares donde mayores beneficios pudieran recibir,” La extensa población a la que se refiere el autor son los poblados de Velasco, Bocas, Candelaria, Auras, Gibara, entre otras a la llamaban la “España Chiquita o la Pequeña Covadonga” por la cantidad de isleños que viven en placentera paz.

El 9 de junio penetraron en el territorio por  las  inmediaciones de El  Vedao y  Los  Alfonsos,  donde  procedieron  a  destruir caseríos y cultivos.  La  tropa  se  dividió  en  secciones  para abarcar un  área mayor y facilitar el desarrollo de la acción.

En el Vedao, el destacamento enemigo les hizo fuego, pero los mambises no respondieron y continuaron hacia la finca Chaparra. Precisamente el día 10 de junio, hacia el mediodía, al atravesar un camino vecinal cerca del poblado de Velasco, los mambises tienen noticias de una pequeña columna procedente de Holguín; el General Calixto García dio ordenes a la caballería que mandaba el Teniente Coronel Fernando Cutiño Zamora para que saliera al encuentro, igual hizo la infantería del General Agustino Cebreco, la que se apostó en un lugar estratégico, al producirse el encuentro con el enemigo, los cubanos machete en manos provocaron la desbandada del enemigo, dejando en el campo de batalla todo el valioso cargamento, su convoy completo repleto de alimento, 9 muertos y una docena de prisioneros, el jefe de la columna con el resto de sus hombres huyó precipitadamente hacia Holguín. Por parte de los cubanos no llegó a media de docena de bajas. Fue una brillante victoria. Como aquella mañana se había presentado fructífera el General García estimó darle fin al día con algo que hiciera estremecer a los habitantes de la región invadida, por lo que, al cruzar por el caserío de Velasco, en la tarde del propio día dispuso que la caballería diera candela a todos los pequeños edificios y bohíos de la localidad. El incendio del pueblo hizo enrojecer el cielo y los penachos de humo negro llegaron a las alturas para anunciar que todo lo que se oponía a la revolución sería destruido. Velasco ardió como luego arderían otros pueblos habitados por el enemigo. Al atardecer el General García ordenó acampar a la vera de aquella hoguera inmensa. Dividida la columna en dos para garantizar el, éxito de la operación, al unirse una legua más adelante, se sintió fuego en la vanguardia en el punto conocido por La Naza. Calixto, demostrando sus cualidades de estratega dio órdenes para flanquear al enemigo en movimiento envolvente y situar la vanguardia al centro bajo el mando del Comandante Zayas. El enemigo se desconcertó y dispersó. A pesar de que las fuerzas insurrectas continuaron avanzando por los flancos se vieron detenidas por cercas de maya o piña de ratón, que según el parte oficial tenían más de dos cordeles de ancho, aunque esto no impidió que se le causaran al enemigo 5 muertos y 2 heridos, así como que se hicieran 15 prisioneros; a la vez que se le ocuparon 3 carretas cargadas de víveres y efectos, 7 tercerolas rémington, 8 tercerolas máuser, 400 cartuchos de estas últimas, 131 de rémington, 16 machetes, 9 caballos equipados, y las acémilas. Por su parte los mambises tuvieron 7 heridos, uno de los cuales falleció horas más tarde. Los prisioneros capturados a los españoles en La Naza fueron tratados debidamente, los heridos curados. Este encuentro, fructífero para los mambises, sirvió para enardecer los ánimos de la tropa de Calixto. Al finalizar de ese día acamparon en el mismo lugar donde habían combatido poniendo guardias sobre todos los caminos y posibles accesos al campamento. A las cuatro de la madrugada del día 11 de junio continuaron la marcha con rumbo a Bocas, donde entregaron a dos de los prisioneros heridos que ya habían recibido las curas de rigor. Estos fueron puestos a disposición del Comandante Militar español del lugar. Al paso de la tropa algunos de los fuertes de Las Bocas hicieron fuego, pero este no fue contestado por los mambises, que seguían avanzando, quemando a su paso prácticamente todo lo que era capaz de arder. Según anotó el Comandante Luís Rodolfo Miranda en las páginas de su diario correspondientes a ese día, al pasar por los arrabales de Las Bocas y Casablanca la tropa quemó cerca de 600 casas. El poblado de Candelaria también fue quemado en ese día. En menos de una semana los mambises habían tomado Los Alfonso, El Vedao, Bocas y muchos más poblados de la zona.

El paso de las tropas de Calixto por  las  zonas  de  cultivo  de Holguín y de Gibara en junio de  1896  cumplió  el  objetivo  que inicialmente  se  había  trazado  este  jefe  mambí,  pues  logró destruir gran parte de la riqueza agrícola de la comarca.

Los vecinos de esta zona sintieron de cerca en esos momentos los embates de la guerra y por tanto comenzaron a sentir desconfianza de la protección que les ofrecían las tropas españolas, ya que estas no fueron capaces de impedir el paso de Calixto, ni de garantizarle la integridad de sus casas y propiedades. Debe destacarse, que a pesar del paso de una tropa tan numerosa, aplicando la política de la tea incendiaria por una zona en poder de los españoles y considerada enemiga de los cubanos, no se produjeron según la información que se ha logrado obtener bajas en la población civil, lo que evidencia el alto grado de disciplina y organización que sabía establecer el General Calixto García en sus tropas. La columna invasora más fortalecida que antes marcharía al Cauto para volver a caer en el mes de agosto del propio año de nuevo en esta región. Internándose en “la España Chiquita “como una tromba, para volver a convertirla en un infierno terrenal, destruye la vía férrea entre Gibara y Holguín, hecho que comenzó el día 20 de agosto. Ese mismo día ordena al Brigadier Luís de Feria poner sitio al pueblo de Auras, mientras la caballería de Fernando Cutiño Zamora se dedicaría a destruir por el fuego todo lo que se había salvado en la incursión anterior. Al día siguiente a las ocho antes meridiano, ordenó el ataque artillero al fuerte de la Loma del hierro, a sólo 3 kilómetro de Auras, fue utilizada esta arma por primera vez en la guerra; ya a las 10 A.M. la infantería de Rabí arremetió contra los sitiados, siendo tal que los españoles decidieron abandonar antes de ser aniquilados, dejando sus muertos y heridos, así como todo el material de guerra. . Entre los mambises que acompañaban estas tropas del general Hoguinero Calixto García se encuentran algunos velazqueños a los que en carta al Mayor General Máximo Gómez desde Gibara el 18 de agosto del 1898 propone ascensos ejemplo: “Tengo el gusto de proponerle a Ud…para Comandante, los Capitanes…Manuel Balán Ramírez….para Capitanes los Tenientes…Diego Ronda San Juan, Antonio Mariño González…José Reyes.”


Fuentes

  • Lic.Álvarez Ávila Abelardo. Trabajo Investigativo.