Herminio Almendros

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Herminio Almedros
Información sobre la plantilla
Herminio almenteros.JPG
NombreHerminio Almedros Ibañez
Nacimiento10 de octubre de 1898
Almanza, Bandera de España España
Fallecimiento13 de octubre de 1974
La Habana,Bandera de Cuba Cuba

Herminio Almedros

Graduado como maestro en España, ejerció el cargo de Inspector Provincial de Enseñanza y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona, hasta que emigra hacia Cuba por su posición antifranquista.

En La Habana trabajó en escuelas privadas y comenzó a publicar textos escolares. Fue contratado en la Universidad de Oriente, donde defendió la tesis sobre La Inspección Escolar y obtuvo el título de Doctor en Pedagogía. Ejerció como profesor de Didáctica y de Filosofía de la Educación. Impartió cursos en la Escuela de Verano de la universidad santiaguera.

Contratado en 1958 por la UNESCO para su Escuela Internacional ubicada en Venezuela, regresa a Cuba a fines de ese mismo año.

Al triunfo de la Revolución cubana, desempeñó el cargo de Director General de Educación Rural y del Dpto. de Publicaciones del Ministerio de Educación. Encabezó la Editora Juvenil y fue Asesor de la Sección de Enseñanza del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y en la Dirección de Formación y Perfeccionamiento del Personal Docente, del Ministerio de Educación, donde brindó su valiosa colaboración en la redacción de programas de estudio, orientaciones metodológicas y textos para la nueva red de Escuelas Formadoras de Maestros Primarios en nuestro país.

Dedicó a la educación cubana 35 años de su actividad creadora, con aportes importantes a la enseñanza de la lengua materna, la literatura infantil, la obra martiana, la organización escolar y la preparación de los maestros. Introdudjo en Cuba las concepciones de la Escuela Popular Moderna de C. Freinet , sobre todo lo referente a la imprenta escolar. Su producción literaria resulta amplia y conocida en Cuba y otros países latinoamericanos con más de cuarenta obras, sin contar varios centenares de artículos periodísticos y prólogos de libros, entre los que destacamos: - Ideario Pedagógico de Jose Marti. - La imprenta en la escuela. - Oros Viejos. - La escritura script. - La idea de la Matemática universal en la obra de Descartes. - A propósito de la Edad de Oro de José Martí. - Nuestro Martí. - La inspección escolar.

Llega a Cuba entre aquellos cientos de emigrantes que se vieron obligados a partir hacia el exilio, tras el fin de la guerra civil española, concluida hace ya 70 años, escritor y pedagogo, excelente también como editor y como promotor cultural, quien junto a su entrañable compañera, doña María y con sus hijos, Néstor y María Rosa, integraron aquella familia de profunda vocación artística y cultural. Antes de 1959 don Herminio emprendió varios proyectos, como aquel que logró desarrollar con su compatriota, el desaparecido profesor universitario Francisco Alvero y así publicaron, en tiempos de indolencia y de indigencia institucional, numerosos libros que acompañaron a la niñez como fuentes de educación y de enriquecimiento del espíritu como sus Oros viejos, sus Lecturas ejemplares, así como sus versiones y adaptaciones de numerosas leyendas que fueron, por entonces, textos de lectura en la primaria cubana. Más tarde, y desde ese oficio de editor, sumaría don Herminio sus esfuerzos a la creación del actual sistema editorial en Cuba, y encabezaría la Editora Juvenil mientas su fraterno Alejo Carpentier dirigía todo aquel movimiento al frente de la Editorial Nacional de Cuba, antecedente del Instituto Cubano del Libro. Ambos escritores, el español y el cubano, quienes padecían de la incurable necesidad de leer, y que además ampliaron nuestros horizontes con sus propias obras, fueron secundados por una legión de mujeres y hombres, algunos desde el oficio más humilde, al pie del linotipo, en las antiquísimas imprentas, y también en las librerías y en las escuelas, sin que olvidemos la afanosa y muchas veces no reconocida, como se merece, labor del editor, al que ellos intentaron convertir en un especialista dentro de la vanguardia cultural, y todo aquel equipo de intelectuales y obreros, contó también con el apoyo de los maestros, todos alimentados por el afán de leer, potenciado el mercado del libro por la alfabetización y los planes que dieron seguimiento a ese proceso educativo a escala masiva, impulso fundacional con el que Almendros y Carpentier nos han hecho deudores de sus utopías. Unos meses antes de morir, recuerdo su entusiasmo, ese que nunca le abandonó cuando trabajaba y creaba para niños y jóvenes, y se volvía a entregar, a pesar de los años, desgarramientos y enfermedades que ya laceraban su cuerpo y lo hacían más frágil y vulnerable, y así me enseñaba el libro de lecturas que entonces preparaba para las Escuelas Camilo Cienfuegos, al tiempo que se sumaba a los noveles investigadores y compartía con todos su sapiencia, en ese ejercicio tan personal y suyo que hizo del magisterio, en los Seminarios Juveniles de Estudios Martianos. Y ahora, en este planeta surcado por las autopistas de la información, aunque millones no tengan acceso a las mismas, y ante los vaticinios de la muerte inevitable del libro impreso en papel, bien debemos, y así lo pienso, detenernos y hacer un alto, para evocar a quienes se entregaron con tanta pasión a fomentar el hábito de la lectura, como Herminio Almendros, con una profunda vocación humanista, como continuadores de aquellos copistas medievales, de aquellos creadores de los códices mesoamericanos, de cuantos y a lo largo de la historia de la especie, en todos y en cada uno de los continentes, han hecho del libro el sendero de sus vidas, y se han dedicado al libro como medio de conocimiento, de instrucción y de espiritualidad, esencial para la comunicación que vence a la propia muerte, a todos los creadores del libro y por ello gestores de la lectura, rindamos homenaje este 23 de abril del 2009, con la esperanza de vencer los pronósticos tenebrosos y los no menos absurdos vaticinios.


Fuentes

  • Multimedia “Inolvidables Maestros del siglo XX en Cuba”, Asociación de Pedagogos de Cuba, 2005. Consultada el: 17 de septiembre de 2010