Hidrocefalia normotensiva

Hidrocefalia normotensiva HNT)
Información sobre la plantilla
Foto de Hidrocefalia normotensiva.JPG
Es un aumento en el líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro que afecta el funcionamiento cerebral. Sin embargo, la presión del líquido por lo regular es normal.
Región de origen:Cerebro

La hidrocefalia normotensiva (HNT) es un aumento en el líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro que afecta el funcionamiento cerebral. Sin embargo, la presión del líquido por lo regular es normal. Se produce en personas por encima de 60 años, aunque se puede producir en ciertos casos por debajo de dicha edad.

Nombres alternativos

Hidrocefalia en adultos; hidrocefalia comunicante; hidrocefalia idiopática; hidrocefalia obstructiva extraventricular o hidrocefalia normotensa

Causas

Esta afección puede ocurrir sin una causa conocida o puede ser causada por cualquier afección que obstruya el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR). Las cámaras llenas de líquido (ventrículos) del cerebro se agrandan para acomodar el gran volumen del líquido cefalorraquídeo. Dichas cámaras presionan y dañan o destruyen el tejido cerebral.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo abarcan:

  • Sangrado de un vaso sanguíneo o aneurisma en el cerebro (hemorragia subaracnoidea)
  • Traumatismo craneal cerrado
  • Meningitis o infecciones similares
  • Cirugía en el cerebro (craneotomía)
  • El líquido cefalorraquídeo se produce en cantidades normales en estas afecciones, pero no puede ser reabsorbido de manera normal.

Síntomas

La hidrocefalia normotensiva cursa con una tríada clásica de síntomas que se instalan lentamente en el tiempo y son los siguientes:

  • Cambios demenciales o trastornos en las funciones mentales superiores. Esto incluye síntomas tales como: desorientación en tiempo, espacio o persona; lenguaje disperso, alteración de memoria, alteración en la capacidad de abstracción visuo-espacial, alteración en capacidad de interpretar situaciones, emitir juicios y opiniones coherentes, trastornos en la capacidad de hacer cálculos matemáticos sencillos, lentitud en respuestas , etc.
  • Trastornos para la marcha. Marcha lenta y a pasos muy cortos, con tendencia a estar inclinado hacia adelante (alteración del centro gravitatorio) con variable inestabilidad.
  • Incontinencia urinaria

Exámenes que se realizan para detectarla

Un examen muestra cambios en la marcha (forma de caminar) relacionados con la presión ejercida sobre partes del cerebro. Los reflejos tendinosos profundos pueden aumentar en la parte inferior de las piernas. En la práctica diaria, y ante la sospecha clínica y radiológica de Hidrocefalia normotensiva, las pruebas más comunes realizadas son las siguientes:

  • Punción lumbar. Se retiran entre 30-50 cc de líquido cefaloraquídeo y se observa al paciente (ambulatoriamente) durante los días subsiguientes para determinar cambios significativos (mejoría) en sus síntomas. Generalmente es la prueba inicial y no solamente ayuda en el diagnóstico sino a evaluar la mejoría de los síntomas y por ello tiene un valor predicitivo a la respuesta a una derivación ventrículo-peritoneal. Este procedimiento es ambulatorio.
  • Drenaje lumbar. Se coloca un drenaje lumbar por un lapso promedio de 72 horas para el drenaje contínuo de líquido por ese lapso. El principio es el mismo de una punción lumbar (remover líquido y evaluar mejoría) pero con un mayor y más fidedigno valor predicitivo (es como colocarle una derivación temporal por 72 horas al paciente). Tiene un riesgo de infección (bajo pero mayor que el de una simple punción lumbar) y el paciente tiene que estar hospitalizado.
  • Gammacisternografía radioisotópica. Se inyecta en medicina nuclear un isótopo radioactivo a nivel de una punción lumbar y se toman fotografias seriadas en la gammacamara ( aproximadamente a las 2, 4, 6, 24 horas) para evaluar el recorrido del isótopo en el liquido cefaloraquídeo y su llegada a la convexidad cerebral y los ventrículos. Un retardo del isótopo en llegar a sus respectivas ubicaciones anatómicas en el tiempo usualmente estimado para ello es sugestivo de un trastorno en la circulación del líquido y por ello del sindrome. Este test es ambulatorio.
  • Monitoreo de presión intracraneal. Se coloca un sensor de fibra óptica craneal para monitorizar presión por 24-48 horas y se retira. Es un procedimiento minimamente invasivo pero requiere hospitalización y un procedimiento bajo sedación anestésica para colocar el monitor.
  • RMN cerebral con medición del jet de flujo del acueducto de Silvio y/o III-IV ventrículos. esto es ambulatorio y requiere de un software especial así como la interpretación por un neuroradiologo del estudio dinámico del líquido.

Hay otras pruebas disponibles, sin embargo son más sofisticadas y no de tan común práctica. Es importante mencionar en este momento que ninguna de las pruebas mencionadas (aún cuando son las más frecuentes) es confirmatoria del diagnóstico, simplemente sugieren el mismo y es por ello la necesidad de obtener varias de ellas para que nuestra sospecha tenga el mejor grado de certeza.

Tratamiento

El tratamiento preferido es una cirugía para colocar un tubo, llamado derivación, que saca el exceso de líquido cefalorraquídeo de los ventrículos cerebrales. Esto se denomina derivación ventriculoperitoneal. Algunos pacientes mejoran mucho después de la cirugía, pero muchos no. Caminar es el síntoma que mejora con mayor probabilidad. Ningún síntoma específico o resultados de exámenes pueden predecir con precisión cuáles pacientes tienen mayor probabilidad de mejorar después de la cirugía.

Pronóstico

Sin tratamiento, los síntomas con frecuencia empeoran y podrían llevar a la muerte. El tratamiento quirúrgico mejora los síntomas en un porcentaje de pacientes, con el mejor pronóstico para aquellas personas con síntomas mínimos.

Complicaciones

  • Complicaciones de la cirugía (infección, sangrado)
  • Demencia que empeora con el tiempo
  • Lesión por caídas
  • Disminución del período de vida

Fuentes

  • MedlinePlus. Consultado el 7 de mayo de 2012.
  • www.leonardolustgarten.com. Consultado el 7 de mayo de 2012.
  • www.iensa.es. Consultado el 7 de mayo de 2012.
  • Rosenberg GA. Brain edema and disorders of cerebrospinal fluid circulation. In: Bradley WG, Daroff RB, Fenichel GM, Jankovic J, eds. Neurology in Clinical Practice. 5th ed. Philadelphia, Pa: Butterworth-Heinemann; 2008:chap 63.