Himno Nacional de Nicaragua

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Himno Nacional de Nicaragua
Información sobre la plantilla
HNic.jpg
Datos Generales
Año:20 de octubre de 1939
País:Nicaragua

Himno Nacional de Nicaragua

El Himno Nacional de la República de Nicaragua es el canto patriótico conocido con el nombre de "Salve a ti Nicaragua", cuya letra fue aprobada por Decreto ejecutivo Numero 3, del 20 de octubre de 1939, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 231 del mismo mes y año. El himno de Nicaragua es el más corto de América y el único que no se inspira en la “Marsellesa” ni proclama la guerra. Su música es de origen religioso, atribuida a un fraile: Anselmo o Ernesto Castinove; su letra, original de Salomón Ibarra Mayorga (1887-1885). Fue cantado por primera vez el 16 de diciembre de 1918, pero se adoptó oficialmente en 1938.







Historia

                                                                                       El origen del Himno                                                                                          Nacional  de Nicaragua tiene raíces                                                                                          religiosas, su primera forma                                                                                          melódica sirvió para alternativa con                                                                                          instrucciones y oraciones                                                                                          catequísticas, tal es lo que refiere                                                                                          el poeta nicaragüense don Salomón                                                                                          Ibarra Mayorga, quien indica que en                                                                                          las últimas décadas del siglo XVIII                                                                                          un fraile misionero franciscano                                                                                          llamado Ernesto o Anselmo                                                                                          Castinove, originario de Toledo,                                                                                          España, acostumbraba cantar un salmo 

religioso al empezar y concluir las sagradas enseñanzas de la fe cristiana a los indígenas de Subtiaba, en las cercanías de León.

                                                                                       La melodía que el                                                                                          fraile enseñaba fue transmitiéndose                                                                                          de generación en generación,                                                                                          llegando con el tiempo la partitura                                                                                          del canto referido, a manos del                                                                                          profesor de educación musical don                                                                                          Marcelo Soto. 
                                                                                       
                                                                                       Para la fecha de                                                                                          proclamación de la Independencia de                                                                                          Centroamérica, el canto litúrgico                                                                                          del misionero franciscano se había                                                                                          generalizado  y el pueblo                                                                                          nicaragüense lo entonaba tanto en                                                                                          las actividades religiosas como                                                                                          políticas. 
                                                                                       
                                                                                       Establecida la                                                                                          República Federal en 1824, se                                                                                          ejecutaron en los países                                                                                          centroamericanos dos melodías o                                                                                          himnos: «La Granadera» y la «Antífona                                                                                          de los Colores».  La primera se                                                                                          escuchaba en la misa de Tropa, en la                                                                                          parte del Sanctus, al hacer la                                                                                          elevación del Santísimo Sacramento y                                                                                          otras veces al izar o arriar la                                                                                          Bandera Nacional.  La segunda era el                                                                                          Himno de la Federación                                                                                          Centroamericana.  En los años 1834 a                                                                                          1840, los gobiernos de don José                                                                                          Zepeda y don José Núnez,                                                                                          llamado de los «Chepes»                                                                                          a

doptaron de nuevo el canto religioso de Fray Ernesto o Anselmo Castinove, originario de Toledo, España, acostumbraba cantar un salmo religioso al empezar y concluir las sagradas enseñanzas de la fe cristiana a los indígenas de Subtiaba, en las cercanías de León.

                                                                                       La melodía que                                                                                          el fraile enseñaba fue                                                                                          transmitiéndose de generación en                                                                                          generación, llegando con el tiempo                                                                                          la partitura del canto referido, a                                                                                          manos del profesor de educación                                                                                          musical don Marcelo Soto.  
                                                                                       
                                                                                       Para la fecha                                                                                          de proclamación de la Independencia                                                                                          de Centroamérica, el canto litúrgico                                                                                          del misionero franciscano se había                                                                                          generalizado  y el pueblo                                                                                          nicaragüense lo entonaba tanto en                                                                                          las actividades religiosas como                                                                                          políticas.  
Establecida                                                                                          la República Federal en 1824, se                                                                                          ejecutaron en los países                                                                                          centroamericanos dos melodías o                                                                                          himnos: «La Granadera» y la                                                                                          «Antífona de los Colores».  La                                                                                          primera se escuchaba en la misa de                                                                                          Tropa, en la parte del Sanctus, al                                                                                          hacer la elevación del Santísimo                                                                                          Sacramento y otras veces al izar o                                                                                          arriar la Bandera Nacional.  La                                                                                          segunda era el Himno de la                                                                                          Federación Centroaméricana. 
                                                                                       
                                                                                       En los años                                                                                          1834 a 1840, los gobiernos de don                                                                                          José Santos Zelaya y don José                                                                                          Núnez, llamado de los «Chepes»                                                                                          adoptaron de nuevo el canto                                                                                          religioso de Fray Ernesto o                                                                                         Anselmo Castinove. 
                                                                                       
                                                                                       Disuelta la                                                                                          Federación en 1838, Honduras adoptó                                                                                          «La Granadera» como himno y                                                                                          en Nicaragua «La Antífona De Los                                                                                          Colores» se ejecutaba para                                                                                          tributar honores al pabellón                                                                                          nacional. 
                                                                                       
                                                                                       En 1876,                                                                                          siendo Presidente de la República de                                                                                          Nicaragua don Pedro Joaquin                                                                                          Chamorro Alfaro (1875-1879), se                                                                                          impuso como Himno Nacional una                                                                                          melodía compuesta por el maestro                                                                                          Carmen Vega, y letra de F.                                                                                          Álvarez.  La música de Vega,                                                                                          cuya tonalidad es Fa Mayor, fue                                                                                          junto con la letra de muy corta                                                                                          duración. 
                                                                                       En 1889 al asumir la Presidencia de                                                                                          la República el Doctor Roberto                                                                                          Sacasa Sarria (1889-1893),                                                                                          apareció un nuevo himno y sin previo                                                                                          concurso se declaró oficial; fue                                                                                          compuesto en Do Mayor por el músico                                                                                          belga Alejandro Cousin,                                                                                          Director de la Banda de los Supremos                                                                                          Poderes.  Este himno instrumental,                                                                                          fue abolido después del triunfo de                                                                                          la Revolución Liberal de 1893,                                                                                          porque sus notas de tipo escolar, no                                                                                          concordaban con el ambiente                                                                                          revolucionario de este tiempo.  Los                                                                                          adversarios del doctor Roberto                                                                                          Sacasa le dieron el nombre de «Himno de los Palomos». (Nota de                                                                                          La Estrella de Nicaragua:                                                                                           Al Presidente Sacasa Sarria le                                                                                          apodaban «El Palomo»).  
                                                                                       
                                                                                       Durante la                                                                                          administración del general José                                                                                          Santos Zelaya López (1893-1909),                                                                                          surge un nuevo himno, cuyo autor de                                                                                          la música es don Alejandro Cousin,                                                                                          suegro del general Zelaya; la                                                                                          letra --de autor desconocido-- fue                                                                                          atribuida a varios poetas, entre                                                                                          ellos, Rubén Darío, Santiago                                                                                          Argüello y Manuel Maldonado.                                                                                           A este himno se le llamó «Hermosa                                                                                          Soberana».  

En 1909, a la caída del gobierno del general José Santos Zelaya López, se cambió el himno de «Hermosa Soberana» recordándose de nuevo la música del viejo salmo o himno del misionero español. Fue don Antonio Zapata quien la instrumentó y le hizo los primeros arreglos, respetando su tonalidad original de Sol Mayor; don Marco Antonio Ortega, originario de Granada, escribe la letra de «La Patria Amada»:

Durante el gobierno del Gral. Emiliano Chamorro Vargas (1917-1920), se declaró a «La Patria Amada» como himno Oficial de la República de Nicaragua, y se autorizó al Poder Ejecutivo, para que cambiara la letra antes mencionada.

Por primera vez en la Historia de Nicaragua se sometía a concurso la letra del Himno Nacional. El jurado calificador premió por unanimidad la letra conocida con el nombre de «Salve a Tí, Nicaragua». El autor de la letra, quien participó en forma anónima bajo el seudónimo de Rómulo, fue el poeta Salomón Ibarra Mayorga.

                                                                                       El Himno                                                                                          Nacional fue cantado por primera vez                                                                                          el 16 de diciembre de 1918, en el                                                                                          Ministerio de la Guerra por los                                                                                          profesores Luis A. Delgadillo,                                                                                         Carlos Ramírez Velásquez y                                                                                          Alberto Selva, los cuales eran                                                                                          miembros del tribunal que aceptó la                                                                                          adaptación de la letra a la música.                                                                                           El 28 de Febrero de 1919 se procedió                                                                                          a cambiar la tonalidad del Himno                                                                                          Nacional.


Letra

La letra actual del himno es la siguiente:

                                                                                        ¡Salve a                                  ti, Nicaragua!
                                       
                                        
                                       

Salve a ti, Nicaragua! En tu suelo ya no ruge la voz del cañón, ni se tiñe con sangre de hermanos tu glorioso pendón bicolor. Brille hermosa la paz en tu cielo, nada empañe tu gloria inmortal, ¡que el trabajo es tu digno laurel y el honor es tu enseña triunfal!

Decreto ejecutivo Numero 3, del 20 de octubre de 1939

ARTO. 58.- La música del Himno Nacional será la misma que acompaña a la letra del Decreto del 23 de abril de 1918. Adaptada de un antiguo Salmo Litúrgico Anónimo de las postrimerías de la Época Colonial, en el tono de Mi Bemol Mayor, acordado en Decreto Legislativo N°. 39, del 26 de Febrero de 1919.


ARTO. 59.- El Himno Nacional se tocará en las ceremonias oficiales a las que asista el ciudadano Presidente de la República, especialmente en las siguientes:

En los actos solemnes conmemorativos de la Independencia de Nicaragua.

En el acto de Toma de Posesión del cargo de Presidente de la República.

En la ceremonia de la solemne instalación del Congreso Nacional y de su Clausura.

En los funerales del ciudadano que falleciere en el ejercicio del cargo de Presidente de la República.

En otros actos que señale el Poder Ejecutivo.

ARTO. 61.- El Himno Nacional se tocará en los actos solemnes en que sea izada o arriada la Bandera Nacional.


RTO. 62.- Cuando en una ceremonia debe tocarse el Himno Nacional y otros extranjeros, se ejecutará el Himno Nacional e primer lugar.

ARTO. 64.- Es obligatoria la enseñanza del Himno Nacional en todos los planteles de Educación de la República. El Ministerio de Educación Pública velará para que se cumpla estrictamente esta disposición.

ARTO. 71.- El Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Gobernación dispondrá la elaboración de la partitura del Himno Nacional en diecinueve (19) copias, en papel especial, que servirá como patrón y se entregará para tal fin como sigue:

PODER LEGISLATIVO

                           ASAMBLEA NACIONAL
                           PODER EJECUTIVO
                           PODER JUDICIAL
                           PODER ELECTORAL
                           CONSEJO SUPERIOR ELECTORAL
                           MINISTERIO DE ESTADO
                           MINISTERIO DE GOBERNACIÓN



Fuentes