Historia de la provincia de Cienfuegos (Cuba)

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Historia de Cienfuegos
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Escudo de Cienfuegos
Cronología
Época precolombina
Aborígenes de Jagua
Colonia
Antecedentes de la fundación de la colonia Fernandina de Jagua
Fundación de la colonia Fernandina de Jagua
Actividad económica
Movimientos revolucionarios
Ocupación norteamericana
Etapa republicana
Actividad económica
Luchas obreras y conflictos políticos
Organizaciones y partidos políticos
Dictadura batistiana
Auge de las luchas revolucionarias
Revolución en el poder
Transformaciones económicas
Defensa ante las agresiones
Período Especial
Transformaciones sociales, económicas y culturales

Historia de la provincia Cienfuegos (Cuba). La historia de la provincia de Cienfuegos comienza con la presencia de asentamientos aborígenes en zonas cercanas a la bahía de Jagua. En 1819, luego de varias iniciativas de poblamiento, se produce finalmente la fundación de la Colonia Fernandina de Jagua por Luis De Clouet, un Coronel de origen francés fiel a la corona española.

Cienfuegos es conocida como la Perla del Sur por el trazado y belleza de sus calles, limpieza y exquisita arquitectura. Ostenta la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad por su centro histórico y ha sido protagonista de hechos vitales para la historia de Cuba, entre ellos, el levantamiento popular armado del 5 de septiembre de 1957.

Varios mitos se han divulgado entorno al afrancesamiento de Cienfuegos, lo cierto es que desde sus inicios fundacionales se erige como una región cosmopolita donde confluyen el legado hispano, africano, francés e incluso chino. Edificios como el Casino Español, hoy Museo Provincial; el funcionamiento de sociedades religiosas de origen africano en Palmira o las letras chinas encontradas en la Catedral Nuestra Señora de la Purísima Concepción constituyen aspectos vitales de la historia de Cienfuegos.

Se encuentra situada en el centro-sur de la isla, con un área aproximada de 4 180,2 km2.

Época precolombina

Aborígenes de Jagua

El período aborigen de la historia local, de acuerdo con los escasos datos de cronodatación, parece haberse prolongado desde el siglo III a.n.e. aproximadamente, hasta inicios del siglo XVI de n.e., época en que la comunidad primitiva en la región experimenta su decadencia y rápida disolución, a causa de la súbita y brutal irrupción de los europeos. Sin embargo, la confirmación de la presencia de comunidades paleolíticas hacia el interior del territorio, permite considerar un tiempo mucho más dilatado para la comunidad primitiva.

Una de las áreas de ocupación más importantes es la zona montañosa de Guamuhaya. Allí se desenvolvieron grupos aborígenes cuya subsistencia dependió directamente de los recursos naturales de la montaña: productos vegetales del bosque y de la fauna asociada a este. En la zona identificada como de premontaña se asentaron grupos de aborígenes de cultura mesolítica, con alta dependencia de los productos de la recolección marítima. En los territorios de llanura, los asentamientos se produjeron más frecuentemente asociados a accidentes geográficos de importancia económica como lagunas, ríos y arroyos, la bahía y las zonas de manglares. Estas últimas cuando formaron parte de zonas bajas con cierta extensión atrajeron a grupos humanos recolectores y pescadores, muy dependientes de la fauna asociada al mangle, por lo cual en algunas oportunidades y a juzgar por el emplazamiento de los residuarios, la habitación se produjo en viviendas soportadas sobre pilotes, como es el caso del gran residuario en cayo Caracol, en plena bahía.

Colonia

Antecedentes de la fundación de la colonia Fernandina de Jagua

La historia colonial de Jagua se remonta a los inicios del “descubrimiento” de Cuba, y se corresponde con la primera fase de colonización descrita en la historiografía cubana; está determinada por la presencia, en el año 1494, del almirante Cristóbal Colón, quien visitó la bahía en su segundo viaje. [1]

Entre los españoles asentados en este lugar se encuentra José Díaz, quien construye una familia junto a una aborigen llamada Angueía. En 1508 el capitán Sebastián de Ocampo penetró en un brazo de mar bello y espacioso situado en el centro-sur de la Isla, al que los naturales llamaban Jagua.

Dentro de los hechos más significativos de esta etapa se encuentra la visita de Alfonso de Ojeda en 1510. Hacia 1511, el padre Bartolomé de las Casas y Pedro de la Rentería fueron agraciados con una encomienda otorgada por Diego Velázquez, quien en 1512, durante la ocupación de la Isla, tuvo sus lavaderos de oro en lo que más tarde se denominó como el realengo de Las Auras, a orillas del río Arimao, a media legua de su desembocadura y a una de Jagua.

En este período el territorio desarrolla una economía de estancia y subsistencia, la explotación aurífera en el curso del río Arimao, el inicio de las monterías vinculadas a la mercedación de las tierras, la producción de casabe y un incipiente comercio de cabotaje.

Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua

Desde 1538 empezó a ser visitada la bahía por corsarios y piratas franceses e ingleses que se posesionaron de Cayo Carenas y Playa Alegre, donde construyeron careneros. Entre ellos Jacques de Sores, el Guillermo Bruce, Juan El Temerario, Alejandro Olivier y el corsario inglés Francis Drake.

Por otro lado, desde fines del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII se presentaron varios proyectos con el objetivo de construir una fortaleza en Jagua, y poblar su bahía. La Real Orden de 1735 concedió una aprobación para levantar tropas y fomentar compañías de milicias en la defensa de estas costas. Finalmente se asignó al virrey de Nueva España la misión de atender a su fortificación como uno de los principales objetivos, se decidió así la construcción del que sería la Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. En 1745 se logra terminar el sistema de fortificaciones de la bahía. La construcción de la fortaleza estuvo a cargo del ingeniero militar José Tantete.

En 1792, el esclarecedor “Discurso sobre la agricultura de La Habana y medios de fomentarla”, de Francisco de Arango y Parreño, aportó ideas fundamentales sobre la conveniencia del fomento de población blanca y la importancia de la creación de nuevas ciudades para el desarrollo de la Isla. Cuatro años después de este discurso le es encomendado al conde de Santa Cruz y Mopox emparentado con Agustín de Santa Cruz, propietario de la comarca de Jagua, el estudio de las principales bahías de la Isla, así como su flora y su fauna. A raíz de estos estudios surgieron planos, no sólo de las bahías, sino también de las ciudades que habrían de fomentarse en ellas; es así como surge el primer plano de una ciudad para la península de Majagua, que data de 1798 y fue confeccionado por los ingenieros militares hermanos Lemaur, miembros del grupo con el nombre Comisión de Mopox, ellos se adelantarían a los estudios posteriores realizados, acerca de la isla de Cuba, por Alejandro de Humboldt.

Desde 1746 el comandante de la fortaleza de Jagua, Juan Castilla Cabeza de Vaca, había fomentado el primer ingenio de fabricar azúcar llamado Nuestra Señora de la Candelaria, heredado por su sobrino Agustín de Santa Cruz y de Castilla. Otros dos ingenios existían en vísperas de la fundación: Nuestra Señora de Regla (antes de 1813), propiedad de Honorato de Bouyón y Nuestra Señora de la Concepción (1819), de José Comas, tres de los miembros prominentes de la embrionaria oligarquía local. Este hecho particular propició la temprana presencia de esclavos africanos como fuerza. El desenvolvimiento de la industria azucarera en los años que receden a la colonización de las tierras aledañas a la Bahía de Jagua, fue irregular y débil hasta 1819.

Fundación de la colonia Fernandina de Jagua

La expedición de la Real Cédula del 17 de octubre de 1817, conocida como de fomento de población blanca tenía como objetivos blanquear, poblar y proteger la Isla, despoblada e indefensa y a la vez, fomentar un desarrollo diversificador de los cultivos con el consiguiente incremento de su comercio, con lo que adquiriría renovada efectividad el discurso de Arango. En este contexto el teniente coronel Luis De Clouet presentó su aspiración de fomentar una colonia en Cuba. El gobernador de Cuba, José Cienfuegos, acoge su primera proposición y la envía el 7 de enero de 1819 al intendente de Hacienda Alejandro Ramírez.

Acta de posesión de Fernandina de Jagua

Así estaban dadas las condiciones para proceder a la fundación de la colonia Fernandina de Jagua, que según el acta oficial de la toma de posesión se llevó a efecto el 22 de abril de 1819.

La contrata contenía ciertas prerrogativas para el comercio de importación que denotaba el interés por favorecer las actividades comerciales. El fundador estimula a los colonos a sembrar algodón y café.

Las tierras donde fue fundada la Colonia Fernandina de Jagua comprendieron las haciendas comuneras de Caunao y Salado, principalmente aunque la jurisdicción que le fue asignada se extendía por las de San Fernando de Camarones, Ciego Montero, parte de San Felipe de Cumanayagua, el mayorazgo de San Luis de Yaguaramas y los corrales de San Antón, San Mateo y Limones, con varios realengos incluidos como los de San Pedro y Lomitas.

Cuarenta y seis personas de oficios útiles trajo De Clouet de Burdeos a La Habana en 1818, desertaron diez, pues la relación elevada para el cobro de pasajes y dietas, aunque incluye 37 nombres se refiere a 36 que fundaron la colonia.

En 1819 entraron en Jagua un total de 231 pobladores repartidos en cuatro viajes: dos de Burdeos, uno de Nueva Orleans y otro de Filadelfia. Hacia fines de 1822 en Fernandina de Jagua habían entrado 981 colonos. Dos años más tarde un padrón de la colonia registraba 1 283 habitantes.

"Según el censo de 1827, cuando el poblado cabecera contaba con 286 casas y 841 pobladores, el número de habitantes de la colonia ascendía a 1 555."

Actividad económica

Los primeros quince años de vida económica de la colonia se caracterizarían por el peculiar proceso de acumulación de capitales condicionado por la expansión azucarera. Las primeras inversiones en la industria azucarera fueron realizadas por hacendados locales aun cuando estuvieron presentes los intereses trinitarios en la persona de Juan Bautista Sarría, considerado la avanzada inversionista de este grupo en la región, como Agustín de Santa Cruz, Honorato de Bouyón y José Comas, otros miembros de la “aristocracia local” iniciados en el negocio azucarero fueron Felipe Leyva, José Francisco Cardoso, Ozaguirre y Del Cueto. Hacia 1839 la región ya contaba con 26 ingenios, en 1846, alcanzó la cifra de 71.

A partir de 1835 la coyuntura es favorable para invertir en la industria azucarera. Se había formado un grupo de comerciantes que realizaron la función crediticia-usurera en sustitución del financiamiento que debieron ejercer los bancos inexistentes. A partir de 1840 se crearon las casas comerciales Apesteguía, Arrechea, Zaldo y Cía., de Avilés y Leblanc y de Tomás Terry.

Hacia la década de los cuarentas se fundaron numerosos ingenios en las fértiles tierras de Las Cruces y Santa Isabel de las Lajas. A ello se agrega que la expansión azucarera en dirección a las tierras situadas al norte de la villa cabecera muy pronto rebasó el paso del Lechuzo, en Rodas, con dirección a Cartagena, donde se desarrolló un importante núcleo productor azucarero.

De 1846 a 1856 el número de ingenios llegó a ser de 102, y en 1859 dicha cifra descendió a 94, desaparecieron los ingenios menos eficientes. En ambos casos fueron muy fuertes las consecuencias de la crisis de 1857 a 1866. En la región de Cienfuegos hacia 1859 se producía el 9% de la producción de azúcares de la Isla.

La trilogía azúcar-ferrocarril-comercio es la fórmula económica social que favoreció el surgimiento y auge de la región de Cienfuegos. La construcción del ferrocarril se efectuó entre 1851 y 1860. Según crecían las labores del ferrocarril, crecía el empleo de la fuerza china y negra, apreciándose un aumento considerable de los mismos.

Hacia 1884 ya eran seis los centrales: Constancia, Caracas, Central Teresa, Central San Lino, San Agustín y Central Lequeitio, en producción. En 1888 la región sureña ya contaba con 13 ingenioscentrales: sobresalían algunos con una capacidad de elaboración superior a los 40 000 sacos. El proceso fundador de centrales se extendió durante la década de los noventas; testimonios elocuentes son: Cieneguita, Dos Hermanos, San Francisco, Santa Catalina y Perseverancia, entre otros.

Movimientos revolucionarios

Guerra de los Diez Años

La corriente más revolucionaria desde el punto de vista ideológico en Cienfuegos fue el independentismo. Antiguos reformistas, vinculados a habaneros como Morales Lemus y Antonio Hurtado del Valle, fueron descollando y radicalizando su pensamiento, imbuidos por ideas separatistas. En ese proceso fue importante la labor del grupo surgido de la burguesía media cienfueguera, encabezada por los hermanos Federico Fernández Cavada y Adolfo Fernández Cavada.

Juan Díaz de Villegas, de los primeros independentistas cienfuegueros

Entre los primeros independentistas cienfuegueros y los principales jefes de la gesta; pueden mencionarse Germán Barrio Howard, Juan y Leopoldo Díaz de Villegas, Carlos Serice, José Fernández del Cueto, Félix Bouyón y Luis de la Maza Arredondo. Antonio Hurtado del Valle, en su periódico El Fomento, es el primero en exponer las ideas separatistas en la ciudad.

Todo este quehacer desembocó en la creación de la Junta Revolucionaria en Cienfuegos integrada por los patriotas anteriormente apuntados más Leopoldo Díaz de Villegas, José González Guerra y Rafael Fernández del Cueto. El 2 de febrero de 1869, Miguel Jerónimo Gutiérrez y Eduardo Machado, jefes de la Junta Revolucionaria de Santa Clara dieron las órdenes de la sublevación y ordenaron concentrarse hacia la parte de Manicaragua.

José González Guerra, el Héroe de Manaquita

El Levantamiento el 6 de febrero de 1869 fue apoyado por cerca de 3 000 hombres y desde el punto de vista de su radio de acción, fue muy amplio, incluía los territorios de San Fernando de Camarones, Cumanayagua, Barajagua, San Blas, Aguada de Pasajeros, Cartagena y Yaguaramas. Al frente de la zona de Cumanayagua, Barajagua y Arimao estaba Juan Díaz de Villegas, el grupo de Camarones y Palmira lo dirigía Carlos Serice, Jesús de Sol estaba al frente de la zona de Aguada, Cartagena y Yaguaramas. Félix Bouyón dirigió las tropas de Rodas y Abreus. Debe subrayarse el papel desempeñado por la figura del presbítero Francisco Esquembre al bendecir la bandera de Cienfuegos bordada por Clotilde del Carmen Rodríguez López, para que fuera llevada al combate por su primo y patriota Ramón Barrio Howard. Los campesinos y negros libres se incorporaron de inmediato a la lucha y desarrollaron un grupo de acciones para levantar la región y propagar la insurrección en Cienfuegos.

La Tea Incendiaria, surgida en Cienfuegos se generaliza posteriormente por Carlos Manuel de Céspedes como medio de lucha que apoyaba el machete fue el arma principal de los mambises cienfuegueros.

La muerte de muchos de los jefes de la guerra y el fracaso de algunos proyectos insurreccionales, las vacilaciones del mundo civil, las contradicciones de los emigrados a los Estados Unidos constituidos en la Junta Central Republicana, las vacilaciones ante una posible rebelión negra dada la concentración de negros bozales provenientes de Matanzas en las tropas insurrectas; más el fuerte regionalismo surgido en los caudillos militares, expresado en la independencia de sus decisiones y lo insostenible del desarrollo logístico, fueron, entre otras, las causas que llevaron a Jerónimo Gutiérrez, jefe de las tropas villareñas a plantear la necesidad de pasar al Camagüey en busca de refuerzos, de armas y hombres para continuar la lucha.

Con la llegada de Máximo Gómez a Las Villas y con el objetivo de extender la guerra en el territorio, se le concede a José González Guerra la misión de atacar Cienfuegos. Desde Siguanea parte el brigadier con 20 jinetes a invadir el territorio el 28 de enero de 1875. En aquellos momentos González Guerra ocupaba la jefatura de la segunda división integrada por las brigadas de Trinidad, Remedios y Cienfuegos.

La presencia de Máximo Gómez y jefes militares de vanguardia en la región, como Cecilio González le imprimió intensidad a la lucha. La región de Cienfuegos significaba un punto estratégico de gran importancia para los avances de las tropas mambisas hacia el Occidente. La ofensiva insurrecta se reactivó a finales de 1875 y los inicios de 1876. La muerte el 4 de agosto de 1876 del general Henry Reeve constituyó un duro golpe para la insurrección. Durante algún tiempo Cecilio González Blanco logra mantener la llama redentora en la zona de la Ciénaga de Zapata.

Guerra Chiquita

El estallido revolucionario de agosto de 1879 en Cuba, conocido como la Guerra Chiquita, encuentra rápido respaldo en la región de Cienfuegos. Grupos de insurrectos comienzan a operar en la zona San Fernando de Camarones - Cumanayagua y las cercanías de la Ciénaga de Zapata. Por entonces el prestigioso jefe independentista Cecilio González hacía inmensos esfuerzos para llegar a Cuba y asumir el mando de los cienfuegueros. Su muerte junto a su ayudante Emiliano López y su secretario Antonio Morfey a finales de mayo de 1880, fue un rudo golpe en las aspiraciones de los sublevados en Cienfuegos.

Para los partidarios de la independencia en la vasta llanura extendida desde Aguada de Pasajeros hasta los pueblos de Abreus, Rodas, Cartagena, Lajas, Cruces, San Fernando de Camarones, Palmira, Cienfuegos y que muere al pie de las montañas del Escambray, serían decisivos los contactos establecidos en 1891 por los revolucionarios de Cienfuegos con el grupo de emigrados encabezado por José Martí Pérez.

Martí envió a Cienfuegos a uno de sus hombres de confianza Agapito Loza para conocer sobre la situación existente y contactar con los patriotas partidarios de la lucha armada como única vía para destruir el sistema colonial. Al regresar a Estados Unidos dicho emisario, pudo confirmarle el apoyo encontrado en Pablo L. Rousseau, Antonio Reguera, Enrique Barnet, Ambrosio López y otros patriotas sureños.

Pasado un año, la llama de la conspiración se extendería por la comarca sureña. No sólo en la capital regional, Cienfuegos, sino en Lajas, Cruces, Cumanayagua y Aguada de Pasajeros, existían grupos de patriotas conspirando y dispuestos a lanzarse a la manigua redentora.

Varios fueron los alzamientos independentistas fracasados en Cuba, tal fue el caso del pronunciamiento del 4 de noviembre de 1893 en Santa Isabel de las Lajas bajo el mando de Higinio Esquerra y Manuel Quevedo.

A finales de enero de 1895, en la provincia de Las Villas, existían importantes grupos conspirativos bajo la jefatura de Francisco Carrillo, Pedro Díaz, Juan Bruno Zayas, Alfredo Rego, Joaquín Pedroso, Antonio Curbelo y Antonio Reguera. Los conspiradores de Aguada de Pasajeros trabajaban intensamente en la preparación de un alzamiento en estrecha coordinación con los grupos de Martín Marrero en Jagüey Grande y Pedro Betancourt en Matanzas.

Guerra Necesaria

El 24 de febrero de 1895, los patriotas de Aguada de Pasajeros, bajo la jefatura de Joaquín Pedroso, se lanzan a la manigua redentora. Son algo más de treinta los patriotas que se levantan en las llanas y rojas tierras de la sabana de Charcones.

Las fuerzas mambisas de Joaquín Pedroso, Alfredo Aranda, Bernardo Soto y otros destacados patriotas, combaten valientemente a fuerzas de la Guardia Civil española y de tiradores del Damují. Algunos cayeron prisioneros, otros se vieron obligados a capitular, el resto, junto a Matagás, se escondieron en la Ciénaga de Zapata hasta tanto existieran mejores condiciones para continuar la lucha.

Juan José Campillo, Alejo Casimajoy y Martín Gallart toman un vapor a Manzanillo y logran incorporarse a las fuerzas revolucionarias el 20 de abril.

En los días subsiguientes creció el número de patriotas cienfuegueros incorporados a la manigua, siguiendo el ejemplo de Alfredo Rego, José González Planas, Antonio Machado y otros prestigiosos jefes.

En julio las incorporaciones al Ejército Libertador son numerosas. Veteranos del 68 y de la Guerra Chiquita. Gran repercusión tuvo en Cienfuegos la salida de ocho jóvenes encabezados por Águedo Pino, quienes tomaron la lancha La Matilde y desembarcaron en playa La Milpa, dentro de la propia bahía, para proseguir rumbo a la abrupta zona de Siguanea. Otros, residentes en los campos de Cumanayagua, Lajas y Cartagena, tuvieron mejores oportunidades para ingresar en las fuerzas mambisas.

El 29 de octubre de 1895, en Rincón Hondo de Cayo Espino, a una legua de Aguada de Pasajeros, los independentistas entablan combate con la columna española del coronel Marino.

El 30 de octubre, el generalísimo Máximo Gómez pasa la trocha militar de Júcaro a Morón. Mientras tanto, en Cienfuegos el coronel Alfredo Rego se movía por las márgenes del río Hanabanilla en busca de las tierras más llanas de Cumanayagua.

El 31 de octubre, Alfredo Rego derrota, en el demolido ingenio Cantabria a una columna española que se desplaza desde el campamento de Ojo de Agua para cortar el paso mambí. A poco de rebasar las tropas españolas del capitán Antonio Valenzuela las lomas de Las Tardías, los independentistas cienfuegueros los arrollan con una rápida carga al machete.

Batalla de Mal Tiempo

El poblado de Cruces, se convirtió en punto de concentración de varias columnas españolas. El combate de Mal Tiempo resultó el de mayor envergadura en la región cienfueguera.

Los principales jefes de los regimientos y escuadrones de la Brigada de Cienfuegos eran: coronel Joaquín Rodríguez del Rey, coronel Benigno Arbolay, coronel José Camacho, coronel Casimiro Clavelo, teniente coronel Arturo Aulet Aymerich, teniente coronel Antonio Machado, teniente coronel Sixto Roque, comandante Celestino Sarduy, comandante Gerardo Hernández y comandante Pedro Espinosa.

En las ciudades se organizan los Clubes Revolucionarios, entre ellos el club La Cubanita, la Esperanza del Valle y el Club Revolucionario número 40, por solo citar estos ejemplo.

En Lequeito, Palma Larga, La Rosita, Voladoras, Los Cantiles, La Puntilla, Guanayara, Melcón Cardobanel, Cabeza de Toro, Tierras Nuevas, Los Melones, La Estrella, Loma de Agua, Cabanas, Abreus, Limones, La Caridad, La Luisa y Ceiba Hueca, Minerva, Lomitas, El Tocino, Las Delicias, La Lajita Arimao, paso del río Damují, paso del río Hanabanilla, los insurrectos enfrentan valientemente a los contingentes hispanos empeñados en pacificar Cienfuegos.

La llegada de una expedición mambisa por el río Arimao, el 15 de septiembre, precipitó la sustitución del brigadier Alfredo Rego. El día 17 de ese mes es designado para sustituirlo el brigadier Higinio Esquerra, quien junto a la Brigada de Cienfuegos libró el combate de Potrerillo el 29 de septiembre de 1897. Otros victoriosos encuentros de las fuerzas a su mando serían, en ese año, los desarrollados en Mamoncillo, La Luisa, San Juan de las Yeras, El Plátano y Melcón. A estos combates le sucedieron otros en 1898, entre ellos el 11 de enero, en El Plátano; el 27 de febrero, en Santa Oliva; el 2 de marzo, en Santa Beatriz, y el 16 del propio mes, en el Vizcaíno y en las pocas deserciones ocurridas al proclamarse el régimen autonomista en Cuba.

La intervención de los norteamericanos en la guerra se hizo efectiva el 29 de abril de 1898 al producirse un bombardeo contra tres embarcaciones españolas en el caserío del castillo de Jagua por los buques de guerra Eagle (carbonero devenido en guardacostas), Nashville (cañonero) y Marblehead (crucero pequeño).

Pronto la alta jefatura del ejército norteamericano, en la persona de Bowman Mc Calla, comandante del crucero Marblehead, establece relaciones con las tropas independentistas del Regimiento de Yaguaramas, bajo la dirección de Alfredo Laborde y Juan Guerrero, en dos ocasiones: una el 14 de mayo y otra el 24 del mismo mes.

Estos hechos incidieron positivamente en la reanimación de la guerra en la región de Cienfuegos. Además se encuentra el aumento de las operaciones en el lado oeste de la bahía, la realización de combates con resonancia como Tanques de Cayamas y Horquita, los hostigamientos y escaramuzas a los poblados, centrales, zonas de cultivo, caseríos y la mejoría de los avituallamientos.

Ocupación norteamericana

El 1 de enero de 1899 se inició la primera intervención militar de Estados Unidos en Cuba. En Cienfuegos el poder interventor estuvo representado por el Comandante Dussemberry, y posteriormente por el mayor general George J. Bates.

A las tropas mambisas se le impidió la entrada a la ciudad hasta finales de enero de 1899, con el pretexto de impedir enfrentamientos con las tropas españolas, pero esto era una forma de desconocer al Ejército Libertador y a los más genuinos patriotas, quienes no hicieron su entrada, hasta febrero de 1899; manteniéndose en su centro de operaciones ubicado en Santa Rosa y Ojo de Agua.

Al terminar la guerra, según datos del censo de 1899, la población de la región era de 109 457 habitantes. Los efectos de la guerra fueron también desastrosos para la industria azucarera, en 1899 subsistían en Cienfuegos 23 centrales, a pesar de que todos no pudieron moler en los primeros años del siglo XX.

En el orden político la alcaldía fue asumida por el Dr. José Antonio Frías, nombrado por el Jefe del departamento militar de la provincia Brigadier George J. Bates. Frías contaba con la simpatía de los interventores, sus años en la emigración en los Estados Unidos lo convertieron en la opción más “confiable” para asumir el mando de la ciudad.

Al calor del nuevo contexto y con la apertura de la sociedad civil varias instituciones retornan de la ilegalidad, mientras otras surgen a principios de 1899. Entre estas agrupaciones se encuentra la Junta Patriótica, cuyo objetivo declarado era asesorar al gobierno interventor y a la Brigada de Cienfuegos acampada en las afueras de la ciudad, y atender sus hospitales. El Círculo Republicano Democrático de Cienfuegos, el Centro de Veteranos de la Independencia y la Unión de Estibadores y Braceros de Cienfuegos son otras de las instituciones que se hacen sentir en estos años. La diversidad asociativa evidencia los contrastes de la sociedad cienfueguera de finales del siglo XIX y principio del siglo XX.

Interesante resulta la constitución el 23 de abril de 1900 de la Asociación de Maestros de Cienfuegos. este propio año 47 maestros cienfuegueros participaron en la escuela Normal de Verano de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts.

El 20 de mayo de 1902, en Cienfuegos, se recibió con beneplácito el nacimiento de la República. En homenaje a tal acontecimiento se construyó un Arco de Triunfo en su honor por los Gremios Obreros, en su mayoría dirigidos por veteranos y partidarios de la causa independentista. La guerra había determinado alteraciones geográficas y grandes afectaciones materiales y sociales, en la industria azucarera, el comercio y otras actividades de la economía.

Etapa republicana

Actividad económica

La guerra dejó un saldo negativo a la economía del país, no quedando exenta la región cienfueguera, en el orden económico fuera de las variantes azucareras y comerciales, carecía de otras líneas de desarrollo que completaran su economía y garantizarán la existencia de renglones de explotación diversa, de industrias y otras fuentes de trabajo suficientes para dar ocupación a la población que accedía en edad laboral.

Central Constancia 1929-1935

En 1902, Cienfuegos constituía una importante región azucarera que heredó 23 centrales fundados en el período colonial, a los que se añadieron dos:Covadonga, en fomento desde 1901, que hizo su primera zafra en 1904-1905 y Violeta en 1915-1916, ambos en la zona de Aguada.

De los centrales de la primera década republicana se encontraban en poder del capital norteamericano Hormiguero, Soledad y Constancia. Los propietarios de estas tres fábricas de azúcar tendrán gran influencia en el devenir económico, político y social del territorio cienfueguero.

Fundado el Hormiguero por el español Fermín Gorozábel fue recibido como herencia por Luisa Terry, a través de su tía materna Luisa Iradí, la viuda del mencionado Gorozábel. La Terry estaba casada con Elías Ponvert, comerciante de nacionalidad norteamericana radicado en New York. Ambos deciden constituir junto a otros capitalistas de Estados Unidos la sociedad “Hormiguero Sugar Company” a fines del siglo XIX.

En cuanto al ingenio Soledad fue adquirido mediante adjudicación hipotecaria por el comerciante bostoniano Edwin Atkins en 1883, vinculado al trust del azúcar encabezado por Havemeyer en la costa atlántica de Estados Unidos. Atkins los transforma en uno de los centrales más modernos en pocos años. Sus vínculos con los grupos de poder norteamericano influyen en la toma de decisiones sobre el gobierno de Estados Unidos durante la Guerra de Independencia. Atkins se opuso al reconocimiento de la Republica Cubana en Armas y fue partidario de la anexión a Estados Unidos en los años de la ocupación norteamericana.

Por su parte el Constancia, había sido propiedad de la familia Apezteguía-Tarafa-Camino hasta 1890 en que se convierten en los accionistas mayoritarios de la “Constancia Sugar Company”. Ese propio año era considerado uno de los mayores y mejores centrales a nivel mundial. En 1894 la empresa monopolistas estadounidenses que manejaba este central de Abreus tenía gran influencia en los círculos políticos de New York y Washington. Durante la Guerra de Independencia financian el sistema de fortificación del central y los casi mil hombres que lo defendían. En 1901 la “Constancia Sugar Company” fue vendida a la “Damují Company” que en 1902 la traspasó a la “Colonial Sugar Co”. En cuyo poder permaneció hasta de 1924, cuando fue adquirido por la Cuban American Sugar Co.

Entre 1902 y 1935, la producción azucarera de los centrales muestran un proceso de crecimiento irregular. A partir de 156 266 toneladas en el inicio de esta etapa, dicho crecimiento eleva la producción hasta 343 785 toneladas en 1913. A pesar de la demolición en 1910 del central Indio, ésta representa la etapa de mayor crecimiento antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. La conflagración determinó una nueva aceleración en el principal renglón económico hasta alcanzar entre 1918-1919 una producción de 408 756 toneladas. Punto cumbre entre los años 1902-1935, no superado en la república neocolonial hasta 1951.

Luchas obreras y conflictos políticos

Las luchas obreras no se hicieron esperar y desde 1902 el sector portuario, ferroviario y sobre todo el azucarero protagonizaron en el territorio acciones que alcanzaron niveles relevantes. La huelga de 1902 permite ejemplificar el constante activismo de los sectores más desfavorecidos de la región. Iniciada en Cienfuegos se extiende a Cruces, penetrando en la industria azucarera de la zona paralizando el trabajo en los centrales Caracas, Andreita y Tumbasacos. Se incorporan a la huelga San Agustín y otros. Solo Hormiguero resiste la huelga general, pero los braceros si secundan las de otros lugares.

La huelga de portuarios en 1902, consolidó las posiciones de los organismos gremiales a los que la burguesía local consideraba dañinos a sus intereses económicos. Otras huelgas suceden a las ya mencionadas en el trascurso de los primero diez años republicanos, aunque dicho método se torna en los años posteriores en una forma de lucha. La huelga de la Moneda tuvo gran resonancia local. En ella se destacaron los obreros dedicados a la construcción de la carretera Cienfuegos - Cumanayagua.

Mientras los obreros de diversos sectores organizaban huelgas en pos de mejoras salariales y la reducción de la jornada laboral, la clase política pugnaba por el poder. Entre 1902 y 1908, según los historiadores cienfuegueros Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas, testigos presenciales de los hechos:

"son exponentes de un estado de perturbación política y social intensa y profunda"

Los seguidores del presidente Tomas Estrada Palma, encabezados por el senador José A. Frías, organizan la llamada “partida de la porra” para perseguir a sus adversarios políticos en Cienfuegos. Sus excesos, tolerados por la Alcaldía Municipal, agudizaron las tensiones entre moderados y liberales. Ante un nuevo proceso electoral, el asesinato el 22 de septiembre de 1905 del líder del Partido Liberal, Coronel Enrique Villuendas, dio inicio a una práctica de violencia que se tornaría habitual en el escenario político. Los turbios manejos administrativos de Frías, el alcalde Faustino García Vieta y otros seguidores de Tomás Estrada Palma saldrían a relucir en el empréstito millonario concedido a una compañía norteamericana para la construcción del Acueducto y el sistema de Alcantarillado de Cienfuegos.

Como expresión álgida de los conflictos políticos y sociales de la época en 1906, Cienfuegos se convierte en escenario de la “Guerrita de Agosto” con la participación de importante sectores a favor de los liberales de José Miguel Gómez. Durante esos días los liberales toman las armas encabezados por Eduardo Guzmán, Sabino Caballero, Abelardo Rodriguez del Rey, Eloy González y otros.

Los años posteriores a este evento bélico, marcados por la Segunda Intervención Norteamericana, son de tensiones políticas. El Gobernador Charles Magoon nombra Alcalde Municipal de Cienfuegos al Dr Alfredo Méndez Aguirre y a los nuevos Concejales bajo la supervicion de las fuerzas militares de ocupación acantonadas en la ciudad. En 1908, se mantienen las rivalidades y las contradicciones políticas y personales que caracterizaron los años anteriores y que poco cambiaría hasta 1920.

Como parte de las contradicciones políticas y raciales la constitución del Partido Independiente de Color en Cienfuegos (PIC), el 23 de septiembre de 1908, demostró la inconformidad de un sector de la comunidad negra del territorio con el manejo de los problemas raciales por parte de las agrupaciones políticas encabezadas tanto por Alfredo Zayas y José Miguel Gómez como por los seguidores del Partido Conservador. Por entonces, un miembro de este partido, Ceferino Méndez Aguirre ocupaba la Alcaldia de Cienfuegos. Algunos miembros de dicha agrupación “de Color”, liderados por los veteranos Felipe Acea y Simeón Armenteros, protagonizarían la protesta armada de 1912. Entre los principales focos insurreccionales en la región se encuentran las zonas rurales de Ariza- Lajas.

Organizaciones y partidos políticos

En 1912, se recrudece la situación económica, social y política. Los partidos tradicionales fueron neutralizados y totalmente desprestigiados, además de los que surgieron del mismo corte politiquero. Solamente conservaba su prestigio el Partido Comunista, fundado en 1925.

En el contexto de la dictadura machadista surgen y se desarrollan un entramado organizativo y partidista complejo y diverso. Al margen de los partidos tradicionales nacen organizaciones de oposición burguesa, entre ellos el ABC con una fuerte influencia y donde destaca el intelectual Pedro López Dorticós. Otro de los partidos fue el Partido Unión Nacionalista al que se afiliaran algunos opositores jóvenes y honestos. En agosto de 1931 se produce un alzamiento organizado por esta agrupación. Entre sus jefes en Cienfuegos estuvieron Rafael Pérez Morales, José A. Cabrera, José A. Frías y otros. En esos años ganan influencia, entre los opuestos a la dictadura machadista, el Directorio Estudiantil y la Organización Celular “Rafael Trejo”.

En 1933 el ambiente estaba caldeado en toda Cuba. En La Habana la huelga de agosto de 1933, comenzó con demandas económicas en el sector del transporte, desde fines de julio y se desarrolló como un encadenamiento de huelgas parciales, aunque con esencia eminentemente política, y arrastró a las masas tras ella. Cienfuegos apoyaría la huelga a partir del 4 de agosto, sin embargo esta no se iniciaría por reivindicaciones económicas, sino que desde el principio asumiría un carácter político en esta región. Al caer la dictadura machadista en Cienfuegos asumen el control de la Alcaldía un triunvirato encabezado por Rene Morejón, Luis Morato Acosta y Carlos Rafael Rodríguez. Pocos días después serían desplazados del poder los miembros del “triunvirato” por presiones de los políticos opositores de los partidos tradicionales. Las maniobras de estos favorecen la llegada al poder del país, el 4 de septiembre de 1934, de los seguidores del sargento taquígrafo Fulgencio Batista Zaldívar, cuyos seguidores no resultaban numerosos en la región cienfueguera.

Luego del derrocamiento de la tiranía machadista la apertura democrática previa a la Asamblea Constituyente de 1939 propició la legalización del Partido Comunista y otras organizaciones revolucionarias. Entre las figuras principales de los comunistas en Cienfuegos resaltan José Sanjurjo y Carlos Rafael Rodríguez. De la fusión del Partido Comunista y el Partido Unión Revolucionaria, dirigido por el Dr. Carlos Hidalgo, surgiría el Partido Unión Revolucionaria Comunista de la región cienfueguera.

Pablo Díaz de Villegas, miembro de organizaciones

Las ideas progresistas encontraron asidero en la juventud de la época. Varias organizaciones tienen su representación en Cienfuegos, entre ellas se destacan la Hermandad de Jóvenes Cubanos, la Agrupación de Jóvenes del Pueblo -AJP- con un carácter político y la organización Antorcha, por solo citar algunas. En Cienfuegos se destacan en esas organizaciones Orlando Iznaga, Reinaldo Gelpi, Pablo Díaz de Villegas, Julio Machado, Dionisio Rodríguez, Antonio Cuy y otros.

Los estudiantes también participan activamente en la vida política de estos años, se manifestaban entre ellos diversas tendencias ideológicas y partidarias. La Joven Cuba, seguidora de las ideas antiimperialistas defendidas por Antonio Guiteras, tuvo gran influencia en el Instituto de Segunda Enseñanza, que poseía como principal dirigente a Rogelio Bolufé y contaba con numerosos seguidores. También se mostraba muy activa en este sector la Juventud Socialista cuya influencia abierta, pública, se dificultaba debido a la propaganda anticomunista vigente, que se oponía a todo lo progresista que era calificado como “peligro rojo”. Por otro lado actuaba la Juventud Católica y algunas fracciones auténticas simpatizantes de Ramón Grau San Martín y Carlos Prío, con una posición nacional reformista.

Como parte del activismo estudiantil el 12 de noviembre de 1950 fue convocado un mitin frente al Instituto de Segunda Enseñanza para el que invitaron a la FEU, en cuya representación asistieron: Fidel Castro Ruz, Presidente de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de la Habana y Enrique Benavides Delgado, de la Escuela de Derecho entre otros. La presencia de Fidel en Cienfuegos causó efervescencia no solo de los estudiantes sino también de otros sectores revolucionarios. Su detención conmovió a la sociedad cienfueguera que rechazó su remisión al Tribunal de Urgencias.

Dictadura batistiana

A inicios de la década de 1950 la política cienfueguera ofrece un panorama coincidente con el nacional en sus puntos más importantes. Se aprecia una profunda división política y luchas entre los partidos que tienen expresión en Cienfuegos. Gran respaldo de las masas populares alcanzan, entre las agrupaciones políticas, el Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo, cuyo sector juvenil mostraba posiciones radicales ante la situación imperante. Otra de las organizaciones partidistas de la etapa es el Partido Socialista Popular, con fuerte influencia en el movimiento obrero, principalmente en el tabacalero, el portuario, los constructores y los barberos. Sin embargo, el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) seguía controlando los procesos electorales en alianza con otros partidos tradicionales en un contexto de vertiginoso ascenso de los ortodoxos.

La política de los sucesivos gobiernos electos según la Constitución de 1940, dígase Fulgencio Batista y los gobiernos auténticos de Grau y Prío, no resolvieron la crisis del modelo neocolonial y esto provocaron que en el seno republicano se gestara un ambiente de descontento que actuaría como detonante y propiciaría la escalada de las fuerzas progresistas y revolucionarias. Ante el avance de dichas posiciones estalló el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 perpetrado por Fulgencio Batista.

Entre los primeras expresiones de rechazo al Cuartelazo Militar en Cienfuegos se destaca el protagonizado por el Alférez de Fragata y Comandante de un guardacostas Roberto Roque Núñez quien renunció a sus cargos y grados, casi coincidentemente con el grupo de civiles que se personaron en el Ayuntamiento de Cienfuegos solicitando armas para enfrentar a los militares batistianos. Poco después un grupo de militantes del PSP en la céntrica esquina de Prado y San Fernando daban gritos de !Abajo Batista y la bota militar! y !Abajo el imperialismo! e incitaban al pueblo a que se sumaran a la protesta .

También resalta ese 10 de marzo el grupo de campesinos de Abreus y obreros del Constancia quienes realizaron una manifestación de protesta que fue reprimida por las fuerza del Ejército. Igualmente resulto significativo en Cruces, el grupo de militantes del Partido Ortodoxo que se dirigió a Santa Clara para unirse a un movimiento militar que se decía iba a enfrentar el golpe. Por otra parte, en Cartagena, bajo la dirección del Dr. Ángel Luis Rodríguez Torres, se cerraron comercios y se presentaron ante el cuartel que prácticamente fue tomado y exigieron a los soldados que se definieran ante el golpe militar.

Otro de los hechos de protesta fue promovido por el Colegio de Abogados, presidido por el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado que emitió una declaración pública condenando el golpe.

Auge de las luchas revolucionarias

La región tomó parte activa en el proceso de liberación que se desencadenó entre 1952-1958. Inicialmente los opositores al dictador Batista siguieron las posturas del Partido Ortodoxo, la FEU, Partido Socialista Popular y el Partido Auténtico. Los más radicales asumieron la lucha armada como única vía para derrocar la tiranía. En ese camino inicial se acercaron a la Triple “A” de Aureliano Sánchez Arango, al Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) del Profesor Rafael García Bárcenas y el ala revolucionaria de la FEU encabezada por José Antonio Echevarría.

Algunos, como Melba Hernández Rodríguez del Rey, Abelardo Crespo Arias y Orlando Cortez, integraron la llamada “Generación del Centenario” y participaron en el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 bajo la dirección de Fidel Castro Ruz.

Publicación sobre el levantamiento en la Revista Bohemia.

Las manifestaciones y huelgas sacuden la región a lo largo de estos años. El movimiento de protesta alcanzo su máximo desarrollo durante la huelga azucarera de fines de diciembre de 1955 en el que la acción popular abarcó a los diversos sectores y capas sociales.

Unos meses antes se había organizado el M-26-7 en la región, encabezada por Rigoberto García Flores desde noviembre de 1955. La organización revolucionaria seguidora de Fidel Castro encabezó la lucha contra Batista en el territorio y organizó numerosas acciones, entre las que resaltan la quema de las gasolineras en apoyo a la expedición del yate Granma el 30 de noviembre de 1956; las bombas colocadas a fines de ese año en el marco de la campaña “Cero Fiestas de Navidad” y la huelga espontánea por el asesinato de Frank País, además de los planes para tomar el Distrito naval del Sur, en coordinación con un grupo de marinos revolucionarios para abrir un frente guerrillero en las montañas del Escambray.

En Cienfuegos la máxima expresión de la lucha revolucionaria lo constituyó el levantamiento del 5 de Septiembre que según expresó Fidel veinte años después:

"se convirtió en un episodio heroico en la lucha de nuestro pueblo"

En las montañas del Escambray muchos combatientes revolucionarios se integraron a la lucha guerrillera, la mayoría integró las filas de la guerrilla del M-26-7 encabezada por Víctor Bordón, quienes apoyaron a la columna invasora de Ernesto Che Guevara; otros se unieron al II Frente Nacional del Escambray y el Directorio Revolucionario.

Revolución en el poder

El 1 de enero el Ejército Rebelde completó la liberación de Palmira y los mandos de la tiranía entregaron la ciudad de Cienfuegos al II Frente Nacional del Escambray. Los hombres dirigidos por los comandantes Eloy Gutiérrez Menoyo y William Morgan ocuparon el cuartel de la Guardia Rural y establecieron su control sobre las emisoras locales, a través de las cuales comunicaron la llegada de las tropas libertadoras y más tarde ocuparon el Distrito Naval del Sur.

Ese mismo día la dirección del II Frente, con apoyo del coordinador Manuel Toyo Calvo de la derecha del M-26-7 constituyeron una Junta Municipal, William Morgan fue nombrado por Eloy Gutiérrez Menoyo, jefe de la Plaza Militar, tomó posesión y designó los Delegados Civiles entre ellos al Dr. Orlando Capiro Ramírez y a Olga Rodríguez Fariñas.

Mientras que el pueblo de Cienfuegos se sumaba a la huelga general revolucionaria respondiendo al llamado de Fidel Castro, la mayoría de las tropas de Menoyo se traslada a La Habana con el objetivo de ocupar posición a nivel nacional en el Gobierno Revolucionario que se instauraría.

Por otra parte las agudas contradicciones existentes entre el II Frente y la izquierda del M-26-7 se manifiesta en la oposición que los hombres de William Morgan mostraron a las columnas rebeldes de Raúl Curbelo Morales a la entrada de Cienfuegos, el día 4 de enero.

El panorama político cienfueguero cambió con la llegada el 6 de enero de 1959 de la caravana de la Libertad, encabezada por Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución. Una parte del pueblo se dirigió hacia la Calzada de Dolores y otra hacia el parque Martí. A la una de la madrugada del 7 de enero de 1959 Fidel habló a la multitud reunida allí:

«Había que venir aquí, aunque solo fuera a rendir tributo a los héroes que cayeron el 5 de Septiembre de 1957.»

[2]

En este lugar pronuncia un discurso y recibe el respaldo mayoritario del pueblo. Desde entonces comienza el desplazamiento paulatino de los sectores derechista de los puestos de dirección del Ayuntamiento Municipal y las instituciones armadas.

En los primeros años revolucionarios se hizo necesaria la búsqueda de la unidad, para lo cual el gobierno revolucionario trazó una estrategia unitaria. A partir del X Congreso de la CTC se erradicó el mujalismo, se inicia un proceso organizativo del campesinado que desembocaría en el surgimiento de la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP) el 17 de mayo de 1961. Por otro lado las mujeres también se reorganizan, proceso que culmina en Cienfuegos en septiembre de 1960 con la fundación de la subdelegación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), resultando electa como presidenta Arminda Cano.

El sostenimiento de la Revolución ante el hostigamiento del gobierno de los Estados Unidos motivó el surgimiento de las milicias revolucionarias. En la región trabajadores, mujeres, estudiantes y campesinos respondieron activamente al llamado de integrar territorialmente las milicias. Entre ellas resaltan las milicias femeninas encabezadas por Digna Sires y el batallón núm 2 conformado por los milicianos de Pueblo Nuevo y el Paradero de Camarones, además de la participación de Muchos de estos hombres y mujeres en el enfrentamiento armado a los grupos contrarrevolucionarios en el Escambray.

Otra de las organizaciones surgidas en la región son los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), entre los coordinadores se encuentran Andrés García Suárez en Cienfuegos, Pablo Morffi en Cruces y Pablo Olivera en Abreus.

Como parte de la integración de las organizaciones revolucionarias el M-26-7 y el Partido Socialista Popular comienzan su unificación, para luego incorporarse el Directorio 13 de marzo. La integración a la Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y posteriormente el surgimiento del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) expresaró la concreción de las aspiraciones de unificación. La dirección de las ORI quedó integrada por Manuel Chao Trujillo (PSP) como primer secretario y Rigoberto García Flores (M-26-7), Pedro Quesada (PSP), Gustavo López (M-26-7), Juana Ramírez (PSP), Carlos Margolles Dueñas (Directorio 13 de Marzo|DR-13 marzo]]) y Humberto Duarte Jiménez (M-26-7) como miembro.

Las primeras medidas revolucionarias dirigieron la atención al cumplimiento del Programa del Mocada. Se confiscaron propiedades, cuentas bancarias, autos y otros bienes malversados por testaferros de la tiranía. Por otro lado se nacionalizaron los grandes bancos norteamericanos en todo el país, así como a los principales grupos capitalistas de la región, dígase Cacicedo- Torriente, Fowler y Falla Gutiérrez, entre otros. A esto se le suma la nacionalización de centrales como el Soledad del Muerto y otros en manos de capital norteamericanos y de la burguesía nacional.

Transformaciones económicas

En el orden económico la revolución había heredado una economía dependiente cuya producción azucarera y comercialización estaba en manos de la burguesía. En el territorio se destaca la sucesión de Nicolás Castaño. En 1959 los trece centrales cienfuegueros tenían agrupadas sus 10492,2 caballerías de las mejores tierras en 8 964 colonias cañeras, de las cuales solo diez eran para la administración. Una particularidad de la forma de explotación agrícola es la participación de medianos y pequeños colonos en la producción azucarera. Eso explica los contrastes en la lucha de clases al implementarse la Primera Ley de Reforma Agraria en el territorio el 3 de junio de 1959.

Fábrica de Cemento Karl Marx

Como parte del desarrollo industrial se iniciaron los trámites para reactivar la papelera Damují SA, luego de ser expropiada a los hermanos Rivas. Pese a los esfuerzo no se pudo realizar las pruebas para su reactivación hasta octubre de 1963. Para finales de la década de 1960 otras industrias formaron parte de la industrialización de la región, entre ellas la fábrica de cemento, la fábrica de fertilizantes y la Central Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes. En la industria ligera en la provincia se desarrollaron talleres de Cubatabaco, las fábricas de calzado, confecciones textiles y otras, cuyas condiciones eran prácticamente artesanales. La industria alimentaria contaba con fábricas de refresco, la de pan y dulces, la de pastas y fideos y el Combinado Lácteo del Escambray.

La necesidad de diversificar la agricultura y la ganadería llevaron a acierto y desaciertos en este orden. En el municipio de Rodas las cooperativas que se crearon entre 1959 y 1960 se dedicaron a la siembra de maíz, arroz, algodón, maní y frijoles, además de la caña de azúcar. En Lajas y Cienfuegos se demolieron caballerías para convertirlas en potreros, en este último municipio fue demolida las caballerías de caña de la colonia Vega Vieja a pesar de sus altos rendimientos. Entre los planes priorizados se encuentra la producción cafetalera en la zona montañosa de Cumanayagua y en el afán de diversificar la producción y ponerle fin a la monoproducción se subestimó la importancia del azúcar.

La importancia que adquiere la explotación de los productos del mar permitió el surgimiento en 1966 de la empresa Ecopemar tras la unificación de la cooperativa de pesca Dionisio San Román y la Empresa Distribuidora de Pescado Ecodumpe.

Las industrias surgidas entre 1963 y 1975 responden a la estrategia trazada por la Revolución para el desarrollo económico del país, a pesar de que la industria azucarera continúa siendo el centro de la economía se fortalecieron otras ramas.

En las décadas posteriores se desarrolla el sector del turismo con la fundación del Hotel Pasacaballo en 1976, el Hotel Rancho Luna en 1981, en 1984 el Hotel Ciervo de Oro y la reparación del Hotel Jagua, dándole una nueva vida a la actividad turística en la perla sureña.

Defensa ante las agresiones

Desde los inicios de la revolución grupos contrarrevolucionarios se organizan y conspiran contra el proyecto revolucionario. En Cienfuegos se detectaca una cédula de la Rosa Blanca, organización contrarrevolucionaria integrada por los batistianos y surgida a inicios de 1959, adquieriendo fuerza en la zona de Cruces. Por otro lado en Aguada de Pasajeros conspiran aliados batistianos y otros elementos contrarrevolucionarios con el fin de obligar al gobierno a romper relaciones con el Partido Socialista Popular y llevar a cabo acciones subversivas.

Los elementos contrarrevolucionarios se aglutinan entorno a miembros de la derecha de M-26-7; al II Frente Nacional del Escambray; la organización Triple A y a grupos conspiradores vinculados a la Iglesia Católica.

A mediados de año resulta aplastada la conspiración trujillista al capturarse a varios contrarrevolucionarios en el Central Soledad y la ciudad de Cienfuegos. Varios alzamientos contrarrevolucionarios tienen lugar a finales de 1959, el primero en Macagua, Escambray. Las conspiraciones abarcan las zonas de Cruces, Aguada de Pasajeros, Palmira, Cumanayagua, Rodas y Cienfuegos.

Norberto Morales Ramírez, Jefe de Milicia en Cartagena asesinado por los bandidos

La actividad contrarrevolucionaria tiene su punto álgido en la zona del Escambray. Las condiciones geográficas del macizo montañoso facilita el desarrollo del bandidaje. El II Frente Nacional de Escambray tiene fuerte arraigo en la zona montañosa, hecho que posibilita la colaboración de sus habitantes, con el fin de erradicar a las bandas contrarrevolucionarias más de 60 mil hombres participaron en la Limpia del Escambray.

También se detectaron focos de alzados en los llanos cienfuegueros, concretamente en las zonas de Aguada de Pasajeros, Rodas y Lajas. El batistiano Angel Besú estuvo al frente del grupo que se alzó en Rodas en octubre de 1960, mientras el ex miembro del Ejército Rebelde, Carlos Ramón González, se convierte en el jefe de una banda, entre las acciones acometidas por esta banda se encuentra el asesinato del jefe de la milicia de Cartagena Norberto Morales Ramírez.

En la ciudad de Cienfuegos, a principios de 1961, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria, integrado por burgueses y elementos religiosos, cooperaron recaudando armas para los alzados en el Escambray. Otros grupos actuaron a favor de la Revolución en la provincia entre ellos el Frente Unido de Liberación Nacional, el Bloque Unido 5 de septiembre y el Frente Nacional Democrático, por solo citar algunos. Mientras que en las proximidades de Girón se movía la banda de Valeriano Montenegro y de Rigoberto Ojeda.

La seguridad cienfueguera desarticuló el grupo en torno al Movimiento de Recuperación Revolucionaria en Aguada de Pasajeros que tenía como objetivo apoyar la invasión por Girón. El 17 de abril de 1961 se dió inicio a la operación Oceanía contra las organizaciones contrarrevolucionarias, en la que se capturaron 177 conspiradores y se desbarato el plan de apoyo a las bandas.

El enfrentamiento al bandidaje fue un duro golpe al proyecto de la Invasión a Playa Girón. Las bandas no pudieron apoyar eficazmente los planes de desembarco y permanencia en el territorio cercano a la Bahía de Cochinos.

El 10 de abril comenzó a organizarse el Batallón 339 integrado por milicianos de la ciudad y otros municipios, los que sumaban 528 aproximadamente. Al frente del mismo es designado el Capitán Ramón Cordero Reyes. Este batallón cienfueguero tuvo una importante participación en los hechos de la invasión ya que se convirtió en escudo protector para contener el golpe enemigo. Otro de los batallones cienfuegueros que jugó un papel importante en los hechos de abril de 1961 es el 326 al cual se le asignó la misión de proteger la costa desde el este de Playa Girón hasta la bahía de Cienfuegos.

El territorio cienfueguero se mantuvo activo y dispuesto ante los hechos de Girón. En Rodas y Abreus funcionaron cocinas para dar alimentos a las tropas movilizadas, mientras que en la ciudad, cederistas y federadas, contribuyeron a identificar a los elementos contrarrevolucionarios.

Luego del fracaso de la invasión, una nueva táctica es desarrollada por la CIA, la que consistió en apoyar a las bandas que sobrevivieron a la primera Limpia del Escambray. A mediados de 1962 se reagruparon los grupos y bandas contrarrevolucionarias, dentro de las que resalta la banda de Manuel Pacheco, Congo Pacheco, que opera en la zona de Manicaragua y Cumanayagua; también la dirigida por Carlos González Garnica en la zona de Rodas; y la de Filiberto Gónzalez García, El Asturiano, que se movía entre Real Campiña y la Ciénaga de Zapata. Otro de los grupos es el de Luis Molina Padrón, dueño de la farmacia de Cartagena, quien logra organizar una comandancia general que abarca las zonas de Cartagena, Palmira, Rodas, Jabacoa y Rancho Capitán.

Las actividades de las bandas en el Escambray se mantuvieron hasta 1965; mientras que la implementación de la II Ley de reforma Agraria en 1963, así como el Plan Especial del Escambray, iniciado en 1960, constituyeron factores esenciales en el aniquilamiento del bandidaje.

Período Especial

El derrumbe del campo socialista condicionó una nueva coyuntura para el país. Ante la pérdida del principal aliado de la Revolución, la URSS; las afectaciones en la vida material de la isla no se hizo esperar. En la región cienfueguera hechos concretos evidencian las afectaciones que trajo la desaparición del bloque socialista, entre ellos la paralización de la construcción de la Central Electronuclear de Juraguá.

El impacto del llamado Período especial abarcó múltiples esferas de la sociedad cubana. En Cienfuegos, para amortiguar los estragos de tan compleja situación, se impulsa el sector agrícola. El Primer Secretario del Partido, en aquel entonces Nelson Torres, concede vital importancia a las inversiones de las Empresas de Cultivos Varios Juraguá.

En 1994 se agudizan los problemas del trasporte urbano en la ciudad y en materia de alimentación el Combinado Lácteo Escambray produce soyur para aligerar el déficit alimentario, sobre todo en los niños.

Transformaciones sociales, económicas y culturales

A pesar de los embates de este período en 1995 se le concede al centro histórico de la ciudad la condición de Monumento Nacional y más tarde en el 2005 la UNESCO es declarado Patrimonio de la Humanidad.

En materia de producción azucarera se muestra un crecimiento de la superficie cañera, además de aumentar la producción de viandas, hortalizas y maíz, resultado de la alterativa de los organopónicos.

Por otra parte más de dos mil viviendas pasan a formar parte del fondo habitacional. En la salud, la tasa de mortalidad disminuye por debajo de los siete por cada mil nacidos vivos. Se implementa la docencia médica en el Plan Turquino y la medicina verde ante la ausencia de medicamentos y se construyen 23 nuevos consultorios médicos de la familia.

En 1999 se inician las obras de ampliación del aeropuerto Jaime González con el fin de convertirlo en una instalación de mayor capacidad debido a la demanda de la actividad turística en la Perla del Sur. Los logros alcanzados en esta fecha propician que se le otorgue a Cienfuegos la sede del acto nacional por el 46 Aniversario de las acciones del 26 de julio. En el 2001 se recupera de las ruinas el Hotel Unión con 49 habitaciones. En este mismo año se concluye la obra constructiva del Telecentro Perlavisión y posteriormente se concluye la construcción de la Escuela de Instructores de Arte Octavio García.

Ante las carencias materiales y el asedio del imperialismo, la Revolución implementó la “Batalla de ideas”. Tribunas abiertas, construcciones de centros educacionales y de la salud, y otras actividades formaron parte del transcurso de los primeros años del siglo XIX en Cienfuegos, además de ser escenario de Tribunas Abiertas a favor de la devolución de Elián González y por el regreso de los Cinco Héroes prisioneros en los Estados Unidos.

Un hecho de vital trascendencia en 2009 fue la inhumación de los restos de Luis De Clouet, fundador de la colonia en 1819, en el marco por la celebración del 190 aniversario de la fundación de Fernandina de Jagua.

Referencias

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  2. El día en que la Caravana de la Victoria entró a Cienfuegos. Disponible en: Radio Rebelde. Consultado el 6 de noviembre de 2020

Fuentes

  • A.N.C., G.S.C., Leg. 188, núm. 8489. Real Cédula de Octubre de 1817 sobre fomento de la población blanca.
  • García Martínez, Orlando. “Estudio de la economía cienfueguera desde la fundación de la colonia Fernandina de Jagua hasta mediados del siglo XIX”, en Islas, núms. 55/56, Universidad Central de Las Villas, septiembre de 1976-abril de 1977.
  • Placer Cervera, Gustavo. (1998).Operaciones navales en la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,
  • Rousseau, Pablo y Díaz de Villegas, Pablo. Memoria descriptiva, histórica y biográfica de Cienfuegos y la fiesta del primer centenario de la fundación de esta ciudad. 1818-1919, Establecimiento Tipográfico El Siglo XX, La Habana, 1920.
  • Colectivo de Autores. (2011).Síntesis Histórica Provincial de Cienfuegos, La Habana: Editora Historia,
  • Rovira González, Violeta, García Martínez, Orlando y otros. (2011). Síntesis Histórica Provincial Cienfuegos. La Habana, Editora Historia, P 154; 197-199
  • Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas, Memoria descriptiva, histórica y biográfica de Cienfuegos y la fiesta del primer centenario de la fundación de esta ciudad. 1818-1919, Establecimiento Tipográfico El Siglo XX, La Habana, 1920.
  • BPC. FRV. El Comercio, 23 de septiembre de 1908. p.2
  • García García, Anabel. (2014).Negros y mestizos en la sociedad civil de Cienfuegos (1899-1912) . [Cienfuegos]: Ediciones Mecenas.
  • García Martínez, Orlando F y García Andrés (2017) El levantamiento popular del 5 de septiembre de 1957[Cienfuegos]: Ediciones Mecenas