Horacio

Horacio
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Fue autor de sátiras, épodos, odas y epístolas.
Nombre completoQuinto Horacio Flaco
Nacimiento8 de diciembre 65 a.C.
Venusia, actual Bandera de Italia Italia
Defunción27 de noviembre del año 8 a.C.
Roma, Bandera de Italia Italia
OcupaciónEscribano, poeta
NacionalidadItaliano
PeríodoAntigua Roma
Lengua de producción literariaLatín
Lengua maternaLatín
GéneroPoesía

Quinto Horacio Flaco. Poeta lírico y satírico romano, autor de obras maestras de la Edad de Oro de la literatura latina. Fue autor de sátiras, épodos, odas y epístolas. En sus Sátiras trata sobre la ambición, la estupidez y la codicia. Su poesía más importante se encuentra en las Odas, Libros I, II y III (23 a.C.), adaptadas de Anacreonte, Alceo y Safo. Predica la paz, el patriotismo, el amor, la amistad, el vino y la sencillez.

Síntesis biográfica

Nació el 8 de diciembre del año 65 a.C. Hijo de un liberto, en Venusia (hoy Venosa Apulia, Italia). Inició sus estudios de Gramática con Orbilio y, probablemente, los de retórica con Heliodoro. A los 20 años de edad se trasladó a Atenas para estudiar griego y Filosofía en la Academia con Teomnesto, donde tomó contacto por primera vez con el epicureísmo. Reconoció los cuidados y el gran sacrificio que su padre hizo por él, siendo la relación con su progenitor uno de los más bellos episodios de amor filial que sobreviven del período clásico.

Fue nombrado tribuno militar por Marco Junio Bruto, uno de los asesinos de Julio César. Luchó en el lado del ejército republicano que cayó derrotado por Marco Antonio y Octavio (después Augusto) en Filipos. Gracias a una amnistía general volvió a Roma y rechazó el cargo de secretario personal de Augusto para dedicarse a escribir poesía.

Inicios literarios

Hacia el año 38 a.C., el poeta laureado Virgilio conoció sus poemas, y le presentó al estadista Cayo Mecenas, un patrocinador de las artes y amigo de Octavio, que le introdujo en los círculos literarios y políticos de Roma. En el año 33 a.C. le entregó una propiedad en las colinas de Sabina donde se retiró a escribir y pensar.

Fue autor de sátiras, épodos, odas y epístolas. En sus Sátiras trata sobre la ambición, la estupidez y la codicia. Los Épodos aparecieron también el 30 a.C., y critican los abusos sociales. Su poesía más importante se encuentra en las Odas, Libros I, II y III (23 a.C.), adaptadas de Anacreonte, Alceo y Safo. Predica la paz, el patriotismo, el amor, la amistad, el vino y la sencillez.

Hacia el año 20 a.C. Horacio publicó el Libro I de sus Epístolas, veinte cartas cortas en versos hexámetros en las que expone sus observaciones sobre la sociedad, la literatura y la filosofía con su lógica del "punto medio", a favor de doctrinas como el epicureísmo. A la muerte de Virgilio el año 19 a.C., le sucedió como poeta laureado.

Dos años más tarde escribió poesía lírica cuando Augusto le encargó el himno Carmen para los juegos seculares de Roma. Ars poética da consejos técnicos a los poetas aspirantes.

Influencia

Los temas y tópicos creados por Horacio gozarán de un respaldo universal a lo largo de la literatura posterior a su fallecimiento. Esencialmente partiendo desde el Renacimiento es difícil no hallar una sola composición influida por los tópicos o las formas horacianas. Así, destacan poetas como Ronsard, Petrarca o Garcilaso, que se vieron envueltos por la dulzura y las reflexiones horacianas.

En España podemos encontrar grandes influencias horacianas en Fray Luis de León, que prácticamente lo parafrasea en algunas de sus poesías, José Cadalso o Leandro Fernández de Moratín; e incluso otros autores que seguirán el camino labrado por el poeta romano. Algunos poetas ingleses se verán también influidos por Horacio, como John Keats o John Milton.

En la Generación del 27, encontraremos influencias horacianas en poetas como en el vallisoletano Jorge Guillén. Su figura sigue asociada hoy día a los tópicos a los que le asoció la Edad Media, y que ahora pueden considerarse casi más medievales que plenamente romanos: la «aurea mediocritas», el «carpe diem» y el «beatus ille». No obstante, la vitalidad de Horacio, pese a cierto anacronismo en su perspectiva que revela el siglo XXI, sigue activa como uno de los clásicos latinos más extraordinarios, junto a otros como Cicerón, Virgilio, Ovidio y demás artistas inmortales.

Obra

Horacio, uno de los grandes poetas de Roma, escribió obras de cuatro tipos: sátiras, épodos, odas y epístolas. Sus Sátiras abordan cuestiones éticas como el poder destructor de la ambición, la estupidez de los extremismos y la codicia por la riqueza o la posición social.

El Libro I (35 a.C.) y el Libro II (30 a.C.) de las Sátiras, ambos escritos en hexámetros, eran una imitación del satírico Lucilio. Las diez sátiras del Libro I y las ocho del Libro II están atemperadas por la tolerancia. Aunque los Épodos aparecieron también el 30 a.C., se escribieron con anterioridad, ya que reclaman con pasión el fin de la guerra civil, que terminó con la victoria de Octavio sobre Antonio en Actium en el año 31 a.C., y critican mordazmente los abusos sociales.

Los 17 poemas cortos en dísticos yámbicos de los Épodos constituyen adaptaciones del estilo lírico griego creado por el poeta Arquiloco. La poesía más importante de Horacio se encuentra en las Odas, Libros I, II y III (23 a.C.), adaptadas —y algunas, imitaciones directas— de los poetas Anacreonte, Alceo y Safo.

Estas obras no eran totalmente políticas y de hecho incorporan bastante mitología griega y romana. Se nota la influencia de Píndaro y son famosas por su ritmo, ironía y refinamiento. Fueron muy imitadas por poetas renacentistas europeos.

Muerte

Horacio murió en Roma el 27 de noviembre del año 8 a.C.

Fuente